Cómo no hacer una Revolución

Recogemos aquí las cinco conclusiones en las que resumió Engels su trabajo sobre los bakuninistas españoles. Sus artículos aparecieron en Der Volksstrat, en 1873 y todavían no han perdido parte de su actualidad.

Conclusiones:

1ª. En cuanto se enfrentaron con una situación revolucionaria seria, los bakuninistas se vieron obligados a echar por la borda todo el programa que hasta entonces habían mantenido. En primer lugar, sacrificaron su doctrina del abstencionismo político y, sobre todo, del abstencionismo electoral obligatorio. Luego, le llegó el turno a la anarquía, a la abolición del Estado; lo que hicieron fue intentar erigir una serie de pequeños Estados nuevos. A continuación, abandonaron su principio de que los obreros no debían participar en ninguna revolución que no persiguies la inmediata y completa emancipación del proletariado, y participaron en un momvietno cuyo carácter puramente burgués era evidente. Finalmente, pisotearon el principio que acababan de proclamar ellos mismos, principio según el cual la instauración de un gobierno revolucionario no es más que un nuevo engaño y una nueva traición a la clase obrera, instalándose cómodamente en las junts gubernamentales de las distintas ciudades, y además casi siempre como una miinoría impotente, paralizada y políticamente xplotada por los butgueses.

2ª. Al renegar de los principios que habían venido preedicando siempre, lo hicieron de la manera más cobarde y más embustera y bajo la presión de una conciencia culpable, sin que los propios bakuninistas ni las masas acaudilladas por ellos se lanzasen al movimiento con ningún programa ni supiesen remotamente lo que querían. ¿Cuál fue la consecuencia natural de esto? Que los bakuninistas entorpeciesen todo movmiento, como en Barcelona, o se viesen arrastrados a levantamientos aislados, irreflexivos y estúpidos, como en Alcoy y Sanlúcar de Barrameda, o bien, que la dirección de la insurrección cayera en manos de los burgueses intransigentes, como ocurrió en la mayotíra de los casos. Así pues, al pasar a los hechos, los gritos ultrarrevolucionarios de los bakuninistas se tradujeron en medidas apaciguadoras, en levantameintos condenados de antemano al fracaso en la adhesión a un partido prugués que, además de explotar ignominiosamente a los obreros para sus fines políticos, los trataba a patadas.

3ª. Lo único que ha quedado en pie de los llamados principios de la anarquía, de la federación libre de grupos independientes, etcétera, ha sido la disposición sin tasa y sin sentido de los medios revolucionarios de lucha, que permitió al gobierno dominar una ciudad tras otra con un puñado de tropas sin encontrar apenas resistencia.

4ª. Fin de fiesta: No sólo la sección española de la Internacional -lo mismo la falsa que la auténtica- se ha visto envuelta en el derrumbamiento de los intransigentes, y hoy esta sección -en tiempos numerosa y bien organizada- está de hecho disuelta, sino que, además, se le atribuye todo el cúmulo de excesos imaginarios sin el cual los filisteos de todos los países no pueden concebir un levantamiento obrero; con lo que han hecho imposible, casi por muchos años, la reorganización del proletariado español.

5ª. En una palabra, los bakuninistas españoles nos han dado un ejemplo insuperable de cómo no debe hacerse una revolución.

Artículos relacionados:

3 Respuestas a “Cómo no hacer una Revolución”


  • Agustin Lozano

    Hola!
    Uno de los problemas de la caída del bloque comunista, de ideologías como el postmodernismo, de la persistencia del progresismo humanista es que la historia no es tomada en serio, en el sentido del materialismo histórico.El personal a cada paso cree estar descubriendo el mediterráneo ; es oportuno recurrir a los clásicos para situar las cosas en sus justos términos.

  • Increíble Engels. Espero que Izquierda Hispánica monte un calendario y un santoral y le entregue un lugar de excepción.

  • Es buenísimo,estamos avisados ya por Engels, esperemos no cometer los mismos errores, más apropiado imposible.

Actualmente los comentarios están cerrados.