Cádiz: Ida y vuelta de la Nación

En los artículos de la Constitución de Cádiz que seleccionamos más abajo se puede ver cómo era la España que dio origen a las naciones políticas herederas. Las Españas, que se han constituido en las naciones y Estados soberanos del presente, y que conforman la unidad cultural conocida como Hispanoamérica. Por eso no ha de olvidarse que no es un Bicentenario propio, de España, sino compartido con las naciones hermanas americanas, asiáticas y africanas. Aquí la muestra:

Artículo. 1 La nación española es la reunión de los españoles de ambos hemisferios. […]

Artículo 10. El territorio español comprende en la Península con sus posesiones e islas adyacentes, Aragón, Asturias, Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, Cataluña, Córdoba, Extremadura, Galicia, Granada, Jaén, León, Molina, Murcia, Navarra, Provincias Vascongadas, Sevilla y Valencia, las islas Baleares y las Canarias con las demás posesiones de África.

En la América septentrional, Nueva España, con la Nueva Galicia y Península de Yucatán, Guatemala, provincias internas de Oriente, provincias internas de Occidente, isla de Cuba con las dos Floridas, la parte española de la isla de Santo Domingo, y la isla de Puerto Rico con las demás adyacentes a éstas y al continente en uno y otro mar.

En la América meridional, la Nueva Granada, Venezuela, el Perú, Chile, provincias del Río de la Plata, y todas las islas adyacentes en el mar Pacífico y en el Atlántico. En el Asia, las islas Filipinas, y las que dependen de su gobierno.»

Baste recordar que muchos de los diputados eran españoles americanos, aunque sea discutible la proporción y circunscripciones electorales elegidas, el mayor número de ellos procedía de la Nueva España.  Entre todos redactaron una Constitución que estuvo vigente en varias naciones como la Nueva España, Perú, Cuba, Puerto Rico, Filipinas, etc…y que incluía como españoles a las poblaciones índigenas, con los mismos derechos y las mismas obligaciones políticas. El presidente de la Regencia que firmó la promulgación de la Constitución fue D. Joaquín Mosquera y Figueroa, natural de Popayán, en la actual Colombia y familiar de futuros presidentes de esa República.

El proceso revolucionario que se plasmó en la Constitución de Cádiz será siempre un ejemplo para aquellos que quieran ensayar las posibilidades de unión, cooperación y coordinación de la hispanidad. Fue la primera Constitución de la Hispanidad. Nació sin fuerza sobre lo que había sido su entramado institucional, la Monarquía Hispánica, pues esta fue puesta en entredicho por los ejércitos napoleónicos. Eso fue uno de los motivos por los cuales las Juntas Americanas empezaron a plantearse la independencia, como retirada ante una metrópoli que no era capaz de alcanzar la estabilidad necesaria, y asegurar su recurrencia efectiva. Pues muchos fueron conscientes de que acechan las potencias que querían repartirse sus pedazos: Gran Bretaña, EEUU y Francia. Por ello fue una “retirada” nacional, hacia la Nación política, una constitución de patrias, de Estados, que resistieron y que se han consolidado hasta la actualidad, con no pocos inconvenientes y dificultades. Sin embargo, creemos que una de las conclusiones que a 200 años vista podemos sacar, tanto allá como acá, es que las Naciones son unidades necesarias pero no suficientes para poder llevar adelante los planes y programas que nuestra civilización precisa.

La intelección de lo que signifique la Constitución de Cádiz ha de variar dependiendo del sistema de coordenadas ideológicas con el que la analizamos. Nosotros, desde IH, planteamos uno que creemos ayuda a entender y a profundizar en la intelección de aquellos hechos. Y esto lo hacemos porque nos sentimos herederos de una tradición que busca fundamentar una alianza hispánica. No somos los primeros, no somos los más fuertes, no seremos los últimos, pero aquí estamos y hasta dónde lleguemos seguiremos.

Lejos de ser una copia servil de la Constitución francesa de 1791, [la Constitución de 1812] fue un producto genuino y original, surgido de la vida intelectual, regenerador de las antiguas tradiciones populares, introductor de las medidas reformistas enérgicamente pedidas por los más célebres autores y estadistas del siglo XVIII y cargado de inevitables concesiones a los prejuicios populares”
Carlos Marx, New York Daily Tribune, 24-2-1854.

Así ocurrió que Napoleón, quien, como todos sus contemporáneos, creía a España un cadáver exámine, se llevó una sorpresa fatal al descubrir que, si el Estado español yacía muerto, la sociedad española estaba llena de vida y rebosaba, en todas sus partes, de fuerza de resistencia. […] Al no ver nada vivo en la monarquía española, salvo la miserable dinastía que había puesto bajo llave, se sintió completamente seguro de que había confiscado a España. Pero pocos días después de su golpe de mano recibió la noticia de una insurrección en Madrid. Cierto que Murat aplastó el levantamiento, matando a cerca de mil personas; pero cuando se supo esta matanza, estalló una insurrección en Asturias que muy pronto englobó a todo el reino. Debe subrayarse que este primer levantamiento espontáneo surgió del pueblo, mientras las clases «bien» se habían sometido mansamente al yugo extranjero. De esta forma se vio España preparada para su reciente actuación revolucionaria y se lanzó a las luchas que han marcado su desarrollo en el presente siglo.»
Carlos Marx, New York Daily Tribune, 9-9-1854.

Así como buscamos sin excusas la bandera tricolor de nuestros padres busquemos también con igual devoción las banderas de América del sur para enlazarlas con la nuestra y con la bandera rojo y gualda de la gloriosa España, a fin de que, enarboladas juntas, sean ellas el símbolo de lo que entendemos por patria, de lo que entendemos por honor, de lo que entendemos por ideal”.
Vasconcelos, discurso en la Universidad de California en los EE.UU.

Imperio, la palabra no debe tomarse en lo que tiene de antigua ni en lo que tiene de moderna, sino en lo que tiene de molesta. Yo la usé siempre porque les resultaba desagradable a aquellos a quienes deseaba desagradar. A los Imperialistas. Muchos confunden la Hispanidad con el amor a España. Muchos parecen creer que la Hispanidad es una especie de Panamericanismo español. Una doctrina Monroe, ejecutada al revés, que trata de arrancar –a la tierna e ingenua Hispanoamérica- de las manos de un imperialismo (yanqui) para ponerla en manos de otro imperialismo (ibérico). Si España dejara de existir, tragada por el mar, nosotros tendríamos que ser más hispanistas aun. Porque con España nuestro hispanismo puede recurrir a España. Pero sin España nuestro hispanismo tiene que reponer a España. No se tarta de amar sentimentalmente a España, sino de continuarla. Amar a España es amarnos a nosotros mismos. España es tanto la madre patria de España como de América […]

He sido imperial. Es decir: no he sido nunca imperialista sino cristiano. Y hay que saber medir los que significa de amor a la libertad eso de ser cristiano hasta las últimas consecuencias. Proclamamos la necesidad de la comunidad hispanoamericana movidos, precisamente, por el sentimiento antiimperialista y por el sentimiento cristiano. Nuestra libertad no puede ni debe depender de la buena o mala de los Estados Unidos o de cualquier otro gran Estado futuro. Nuestros pueblos sólo pueden obtener su plena y efectiva libertad ayuntándose en una sólida comunidad hispánica (cuya necesaria estructuración no estoy en capacidad de profetizar), que por sólida respete y proteja las naturales libertades y autonomías de las diversidades nacionales, y por hispánica vertebre a todos aquellos elementos que nos son comunes. Esto sería formar un “frente unido”. “Defender la libertad contra los imperialismos”, dicho en lengua de mitin. Soñamos más bien en una Edad Entera que venga a completar la Edad Media[…]

Por nuestra crucifixión, por la agonía o lucha de nuestro destino, la Hispanidad tiene no solo una dimensión vocacional, sino todas a la vez. Horizontalmente, vinculando pueblos con un mismo destino. Y verticalmente, anudando razas y clases en un mismo sentido teológico de la historia y de la vida. La Hispanidad es demasiado dramática para ser lírica. Ella, sólo ella, ha heredado la dramática obligación de hacer en sí la síntesis de los tres grandes quehaceres de Occidente. El quehacer de Roma, por el poder. El quehacer de Atenas, por el saber. El quehacer de Jerusalén, por el Amor. Y he ahí la inquietud. Inquietud definitiva de nuestra raza.”

Pablo Antonio Cuadra, “Entre la Cruz y la Espada”, 1947.

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10 Respuestas a “Cádiz: Ida y vuelta de la Nación”


  • Celta puro al cuadrado

    Haber qué va a pasar aquí (y no «a ver», que ya está todo visto). Entre tantas preguntas, tantas repuestas y tanta falta de filtro en tanto Celta desbocado, empiezo a no entender nada. Eso de que Asturies abarca desde Galicia hasta Vizcaya me ha gustado muche, muche. Asturies no tiene ni media hostie, comparado con lo que somos capaces de hacer los galegos de las galaicas siderales. Así que se vayan aplicando el cuente, porque les enviamos el tanque (el único que tenemos) y se van a enterar de lo que vale un peine. ¿Desde cuando un asturiano puede compararse con un galego? ¡Pero si ni siquiera tienen pulpos! y si los tienen, enfermos. Es Galiza la que, en todo caso, abarca desde la galiza en sí, pasando por Vizcaya, la Rioja, el bajo Ebro y el Museo de Ciencias de Valencia; Despeña los perros, Málaga, provincia de Malaguín, el teatro romano de Mérida, Ávila, Salamanca, el condado de los Maragatos y León D.F., donde se cría la envidia y la maldad. Así que menos humos que me elevo al cubo. ¿Oído?

  • La unión de Celtas y puros ya se dio en su momento en los estancos de toda España; fuera de ahí a lo que suena es a cuchufleta. Un saludo amigos hispanos.

  • Gracias a «Corriente Hispanista» por su comentario. Nosotros seguimos con atención también este blog. Nosotros evidentemente no somos apolíticos, aunque estamos dispuestos a colaborar en la defensa de la Hispanidad siempre y cuando no sean reaccionarios y por ello entendemos posturas etnicistas o racistas que vinculen la Hispanidad con una raza o una nación étnica.

  • A pesar de nuestra postura apolítica coincidimos en buena parte con lo aquí expuesto. Os dejamos la visión del blog «Corriente Hispanista» sobre este bicentenario: http://corrientehispanista.blogspot.com.es/2012/03/el-bicentenario-de-la-constitucion-de.html

  • La unión de celtas puros me suena a nacionalsocialismo. La idea de Europa me suena a nacionalsocialismo. Estos grupos de extrema derecha no hacen más que el ridículo una y otra vez.

  • Unión de Celtas Puros

    Defendemos una España indoeuropea que nació en el Reino de Asturias como Estado Madre de España: las tierras conquistadas deberían reconocer los privilegios de aquellas comunidades que dieron lugar a España como nación de naciones y regiones. Creemos que vosotros, los buenistas, estáis demasiado prendientes de Sudamérica y muy poco caso hacéis de nuestros hermanos carnales, europeos. Cuando se consiga la oficialidad de la lengua asturiana, podremos relanzar nuestras propuestas.

  • Me gustaría que Celta ahondase en dos cuestiones fundamentales de su comentario, por un lado, explicar la construcción «celta puro» que sin duda está muy cerca de la construcción «raza aria», y por otro,en que basa la división territorial a la que hace alusión,
    un saludo

  • La idea de celta puro se acerca más al fascismo y al nacionalsocialismo que Izquierda Hispánica, asociación política a la que respeto y admiro.

  • No existe tal cosa como «celtas puros». Las simpatías con UPyD son sólo a nivel de su planteamiento patriótico general así como a nivel de muchos militantes de buena fe críticos -aunque de manera indefinida- con el actual sistema político. En cuanto a su jerga de regeneración política, muy pánfila e indefinida dentro del Régimen del 78, así como sus proyectos económicos liberales, o su búsqueda de un «federalismo» integrador o nosequé historias, pues no. Es decir, que entre UPyD y nosotros hay mucha distancia. Sobre todo si entendemos que defender a tu Nación política debería ser la norma y no la excepción como ocurre en España. Esto provoca que aquí se ecualicen posturas que para nada son idénticas.

  • Yo creo que los celtas puros no tenemos mucho que ver con la nación española. Como dice el líder nacionalista asturiano, David Rivas, la UPyD con la que simpatizan ustedes se acerca al fascismo y al populismo. Yo creo que lo mejor sería federar las dos Españas, la del norte y la del sur, para así sacar a Asturies (que abarca desde Galicia hasta Vizcaya) de su marginación. Un saludo

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