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Un capítulo de primera. Muy interesante.
Saludos.
Hola, de nuevo:
Después de leer con detenimiento los dos últimos mensajes, me siento obligado a contestar mínimamente, aunque sea.
A José Ramón, para agradecerle la clara expresión -y con ejemplos añadidos, para hacerla más didáctica- de lo que entendemos por memoria. Una idea que comparto totalmente y que creo que estaba implícita en mis argumentos anteriores. De todas maneras toda ampliación y aclaración me parece buena y generosa, pues el tiempo es valioso y a veces nos cuesta dedicarlo a explicar cosas que pueden ser necesarias.
A Peliyot le quiero comentar que toda diatriba relativa a un futuro cercano o lejano -quién sabe como va a seguir, y por dónde, este mundo tan poco nuestro- no viene muy a cuento. Creo, que el debate es un tanto más realista y que introducir ficciones, aunque sean científicas, no es el caso. No me imagino a muchos, a la inmmensa mayoría, de mis alumnos con prótesis cibernéticas. De todas maneras te diré que la ciencia ficción me encanta. Soy lector asiduo de Dick y de otros muchos autores del género. Es más, tengo libros de Dick en diversas ediciones, pues ya los considero fetiches. Le dedico, a esas lecturas, más tiempo del que debiera. Pero, con todo, guardo las distancias con lo que vivo en mi ciudad y sobre todo en mi Instituto. La educación tiene que dedicar mucho tiempo, en la etapa primaria, a que los chicos y chicas se disciplinen en el trabajo -para que ejerciten la memoria sobre todo como señala José Ramón-, pues es su mejor instrumento para conseguir éxitos futuros. En secundaria deben disciplinarse para trabajar, estudiar, todos los días. Y en bachillerato igual, pero más. Si esto sucediera así, los que revolucionarían las universidades serían los mismos alumnos. Quizá transformaran a muchos mediocres profesores en buenos enseñantes, debido a la demanda de conocimientos que llevarían a cabo.
Hasta otra, que me voy a dormir.
jchu
Distinguido José Luís,
Por alusiones, como ahora se dice, en primer lugar me alegro que tu nombre sea José Luís y no Josep Lluís; que tampoco sería intrínsecamente malo, pero impediría probablemente que pudiéramos entendernos. Yo igualmente te entendería, porque conozco el catalán, pero tú seguramente no a mi, porque tus conocimientos del español serían muy limitados y además lo odiarías, dado que es el idioma del Imperio y tú querrías tener tu propio Imperio personal e intransferible. Por fortuna, no es el caso.
Igualmente, como podrás comprender, no era mi intención, ni lo hago nunca, meterme en conversaciones ajenas. Pero eso se avisa: «lo que sigue es una conversación privada y sólo está aquí para que se pueda leer, pero no se admite ninguna injerencia ni opinión de nadie al respecto…» Algunos, alguna vez, me han dicho que soy educado… y aunque en principio tal advertencia hubiera ido en contra del espíritu del sitio, te aseguro que habría respetado tu voluntad.
También, por fortuna, parece ser que leíste más allá de mi primer párrafo, como bien reivindicas, y te diste cuenta que los tiros no iban por donde pensabas que iban. En los últimos tiempos, las susceptibilidades están a flor de piel y el que no corre, vuela. Menos mal que en el fondo te echaba un piropo; prefiero no imaginar cómo hubiera sido en otro caso. Disculpas aceptadas; como no podría ser de otra manera.
Por último, si tus palabras: «Considero que a nuestro debate se puede añadir el que quiera,…» significan lo que parece que significan, me gustaría, si me permites, traer una cuestión que supongo tiene mucho que ver con lo que hasta ahora has dicho; a saber:
¿Qué papel tendría, caso que tuviera alguno, la llamada «singularidad tecnológica», o la llegada a un tiempo cercano a la misma…? Es decir, si finalmente, como dice la teoría, el sujeto biológico humano, cediera partes de su biología; o mejor dicho, las completara, con alta tecnología, entonces habría un desarrollo sobrehumano sin precedentes, irreversible. La velocidad de ese cambio sí estaría, en principio, acorde a la velocidad de los cambios en el mundo. Una «actualización», como ahora sucede con la cosa informática, y para casa como nuevo. La sugerencia de un patrón exponencial de progreso tecnológico, defendido por Kurzweil y otros antes que él, sostiene que la aceleración se hace cada vez mayor hasta el punto de adquirir un patrón de crecimiento hiperbólico. Entre otras cosas, seremos «máquinas humanas». El propio Netanyahu, en su discurso en la ONU de 2009, lo explicó de este modo:
«…Nos tomó siglos llegar de la imprenta al teléfono, décadas llegar del teléfono a la computadora personal, y sólo algunos años llegar de la computadora personal a Internet. Lo que parecía imposible hace unos pocos años, ya está pasado de moda, y apenas podemos entender los cambios que están todavía por venir. Descifraremos el código genético. Curaremos lo incurable. Prolongaremos nuestras vidas. Encontraremos una alternativa barata para los combustibles fósiles y limpiaremos el planeta…»
¿Tienes alguna opinión al respecto…?
Un cordial saludo.
Con vuestros permiso, voy a realizar algunos comentarios,
Uno de los problemas de la ideología del sistema educativo actual es su desprecio a la memoria y a su uso. Estudiar, y memorizar, es algo físico, no «espiritual». Es como hacer ejercicio. Si uno no ha corrido en su vida y un día le dicen que tiene que correr veinte kilómetros, se muere a dar dos pasos. Lo mismo pasa con la memorización. La memoria es importante para poder engarzar razonamientos. ¿Para qué servía aprenderse la lista de reyes godos en el sistema educativo tradicional? Para poco si el alumno no se va a dedicar a la Historia medieval, pero para mucho si se ve como un ejercicio para ejercitar la memoria. El énfasis en memorizar las tablas de multiplicar, lista de cosas -ya sean reyes godos, ya sean ríos de España o capitales del mundo- tiene como objetivo, no sólo un conocimiento efectivo de los rios, ciudades o reyes, sino el ejercicio de una facultad como la memoria que crece y se desarrolla.
El año pasado me encontré con un chico de segundo de la ESO que quería con todas sus fuerzas ponerse a estudiar en vistas a las perspectivas laborales que se le presentaban después de repetir varias veces a lo largo de su vida escolar. Y me vino llorando porque no podía. Lo intentaba, pero no podía, leía y «no se le quedaba nada». Le dije que no era problema suyo, que si no había estudiado en su vida sería como querer ser Messi la primera vez que uno pisara un campo de fútbol.
Estudiar -y el memorizar como algo que va incluido en esta acción- es algo que se aprende estudiando, siendo corregido y siendo evaluado. Estoy de acuerdo con muchos pedagogos cuando ponen énfasis en saber resumir, esquematizar, realizar gráficos conceptuales, etc., pero sólo como paso previo para tener que ejercitarlos de alguna forma. Para eso está la memoria y los exámenes, para ejercitar y constatar si todo eso que se ha hecho puede repetirse en un contexto de presión. Es muy importante el examen como punto de presión donde uno se la juega, porque es lo que vamos a encontrarnos en la vida.
La escuela no está para que los alumnos se diviertan. Claro que habrá diversión, pero como hay diversión, penas, alegrias, miedos, etc., en mucha de las actividades que llevaremos a cabo a lo largo de nuestra vida.
Un cordial saludo,
Sigue el debate:.
Dice AMB:
De acuerdo Josechu, al centrarte en sólo ese punto acabas eludiendo mi comentario, y mi reflexión. Claro que lo importante es la memoria, capacidad espacial, habilidades lingüísticas… y todo eso que conforma el intelecto. De acuerdo. Probablemente sin libros hasta sería más fácil ese desarrollo que mencionas… sin embargo… ahí están los libros, en toda etapa educativa. No deja de ser un simple soporte de la información, de opinión y reflexión, que queda muy superado ahora con internet
¿Quieres decir que el libro sí es conveniente y las nuevas tecnologías no lo son? ¿Ni siquiera consideras el tiempo que te ahorra y que puedes dedicar en otras prácticas y experiencias? Aunque sólo quieras contar el tiempo de ahorro en tu viaje a la biblioteca. Supongo que este mismo debate también se hubiera producido con el libro, si hubiera llegado de un día para otro (y no de un siglo para otro), pues no deja de ser un elemento tecnológico, soporte de información y conocimiento.
Creo que mezclar ventajas e inconvenientes de la tecnología es como mezclar las churras con merinas. Mi opinión es que falta debate a este respecto.
Un abrazo,
Alberto.
Dice JLPF:
Amigo Alberto:
Entiendo tu planteamiento, y tu preocupación. No eludo tu reflexión, solo me contrapongo a ella en la parte que me toca. Pero quiero aclarar que en mis anteriores comentarios he hecho hincapié en la «educación secundaria», la que se desarrolla hasta los dieciocho años. También he señalado que los desarrollos tecnológicos no son buenos para el desarrollo intelectivo. Al menos para la mayoría en la edad que tengo en cuenta.
No estoy obviando lo que argumentas, solo me opongo a ello en lo que considero más importante. Estoy de acuerdo en que los tiempos han cambiado y la tecnología hará que todo cambie más. Además tengo en cuenta que los que la manejan son los hombres, aunque sé que tales, son poquísimos hombres.
Pero -y ahora voy a expresar nuevamente mi punto de vista-:
-- la tecnología -la que mencionas como más importante- se ha desarrollado en muy pocos años, mientras que nuestro cerebro no ha cambiado a su ritmo. Es más, no hemos cambiado nada, seguimos siendo como hace treinta años;
-- Internet no enseña nada a la inmensa mayoría de los estudiantes, sino todo lo contrario;
-- la memoria es el intelecto. La condición esencial del «espíritu» -lo digo ahora con palabras de Helvecio- es la memoria. Incido en Helvecio porque lo dijo muy alto, más alto que muchos otros. La memoria es lo más común en los hombres, su mayor herramienta. Si no la utilizan están perdidos. Y si se pierden, nos pierden a todos. Los mercaderes del «mercado pletórico» en el que todos compramos y somos «verdaderamente» libres (pues en ningún otro ámbito podemos alcanzar ese grado de libertad, esto es como puedes suponer una triste ironía que marca la terrible realidad actual) están interesados en que la mayoría sean borregos. Los esbirros de la política les hacen el caldo gordo. Pero semejante política puede traernos efectos nefastos pues una mayoría de imbéciles puede derrumbar cualquier logro conseguido. Y más si los borregos alcanzan el poder, como es el caso de los últimos presidentes del gobierno español, y otros muchos ejemplos mundiales.
-- Si hay un método de desarrollo del intelecto más rápido tiene que inventarse, hasta ahora ninguno ha mostrado su mayor eficacia. En estos últimos años, las distintas Administraciones se han preocupado por adocenar «ciudadanamente” a la mayoría y no de otra cosa, como debería ser que aprendieran cosas de provecho. Y por último, vuelvo al principio…
-- las nuevas tecnologías deben salir del sistema educativo. Solo si alguno puede sacarles partido entonces merecerá la pena introducirlas. Repito que, con grandes capacidades intelectivas hay muy pocos alumnos. Siempre el mismo número -pues si ahora se multiplicaran debido al desarrollo de la tecnología- romperían con lo que sabemos de la teoría de la evolución y tendríamos que volver al “finalismo de Lamarck.
Sigo contestándote:
-- El libro es absolutamente necesario. Lo ha sido desde que hay historia. La historia es tal porque hay libros, u otro formatos en los que acuñar letras y palabras al menos. Desde que los libros se multiplicaron más potencialidades individuales se han desarrollado. Ello es directamente proporcional al grado progresivo de cambios en el último medio siglo. Internet muestra además de imágenes, palabras, muchas palabras, que deben ser leídas, grabadas en nuestras cabezas en muchos casos, memorizadas por tanto.
El hecho de que tengamos Internet hace que podamos leernos antes, no elimina la lectura. El problema con la proliferación de imágenes es que se hace vaga la capacidad de leer y si se pasa de un párrafo ya no leen muchos. Y eso es un gran peligro (Vuelvo a Tamus y Teut).
La tecnología es valiosísima, sobre todo cuando -- y porque- se usa con talento. Pero no es un motor de revolución educativa pues los humanos cambiamos el mundo pero no nos cambiamos a nosotros mismos a la misma velocidad. Aunque aprendamos muchas cosas antes, nuestras capacidades no aumentan geométricamente como el desarrollo tecnológico (ni siquiera aumentan aritméticamente, o sea, que el argumento de Maltus aplicado aquí se queda más que corto)
Señalas la falta de debate. Considero que a nuestro debate se puede añadir el que quiera, pero creo que muchas cuestiones importantes ya están dichas.
En fin, querido amigo, ya seguiremos. Ahora te mando un abrazo fuerte.
jchu
A Peliyot:
Me vuelvo a disculpar, el que no había leido el mensaje del otro era yo. Lei tu comentario por encima y no entendí muchas cosas de las que ponías. La verdad es que me despisté al principio con lo de José Luis y Jusep Lluis, pense qeu iba la cosa por otro lado (dado qeu en el vídeo critico los nacionalismos- y me he puesto a la defensiva. Ahora -siento que haya sido despues de subir el anterior- me he dado cuenta de que estaba en algunos aspectos metiendo el zancarrón.
Te pido disculpas por mi torpeza.
Peliyot anda un poco despistado. Alberto bno está hablanco con él, y yo José Luis o jchu para los amigos, tampoco. Y que me disculpe si la aclaración puede ofenderle pues en mi ánimo no está ello.
Sigo con la conversación que mantenemos mi amigo Alberto y yo en otro foro pero qeu cuelgo en este por si a alguien le interesa LEERLA (las mayúsculas se las dedico cariñosamente a Periyot)
Dice mi amigo Alberto Martínez Beviá -continuando el mensaje anterior-:
Hola Josechu, mi planteamiento iba precisamente en esa línea. Una cosa es información, otra conocimiento, y otra mucho más importante enseñar a pensar… por cierto, sobre eso de pensar no sólo carece nuestro sistema educativo actual, sino también aquellos de nuestra época, probablemente por no disponer de suficiente tiempo (ni plan, claro) por tener que dedicar demasiado tiempo a la técnica y demasiado poco a la reflexión y el pensamiento. Y por cierto… si lo de aprender a pensar pasaba porque debería haber sido mi profesora de filosofía de tercero de Bup, o mi profesor de filosofía de Cou, pues tuve muy mala suerte, porque tanto a mí como a los de mi grupo lo único que consiguieron esos profesores fue que odiáramos esa bonita disciplina.
Creo que en el mensaje anterior no me expliqué lo suficientemente bien. A ver si con algunos ejemplos lo consigo… en realidad, lo que vengo a decir es que si para los cálculos, para conseguir determinada información o incluso para acceder a la diversidad de opinión, todo ello lo tenemos ahora tan fácil, tan rápido, tan sencillo, pues con ello conseguimos muchísimo tiempo que se debería dedicar a otras cosas… digamos: aprender a pensar y manejarse con este mundo tan accesible. Quiero decir que cuando se cuestionan los sistemas de educación no oigo comentar nada sobre que el mundo ha cambiado (muchísimo) en determinadas cosas… que para mí sí que inciden o deberían incidir en el sistema educativo.
Por ejemplo, la raiz cuadrada. Hace sólo 40 años había que dedicar tiempo a aprender cómo se resolvía esa operación… incluso los ingenieros dedicaban tiempo a resolver ese tipo de operaciones. ¿Y ahora? ¿Qué hacemos con ese tiempo? Pues los ingenieros lo dedican a las aplicaciones diversas que esas operaciones puedan dar lugar… es decir, a la esencia de sus proyectos… hemos cambiado tiempo para técnica por tiempo para el intelecto.
Otro ejemplo… la profesora de geografía nos pedía un trabajo sobre las capitales de los cinco continentes… nos íbamos a la biblioteca del centro, cogíamos algún atlas y algún libro de geografía. A lo mejor también teníamos que ir a la biblioteca del pueblo, para acceder a una información que luego resumíamos en unos folios escritos a mano, y que repetíamos cuatro o cinco veces para evitar los tachones y hacer una bonita presentación. Al sumar… ese grupo de 4 ó 5 personas habíamos dedicado 10 horas cada uno para recopilar información y resumirla. Ahora todo eso se hace en 10 minutos… y el trabajo es más completo ¿Qué hacemos con las 9 horas y 50 minutos que nos sobran? Bueno, vale, dejémoslo en 8 horas porque el tiempo que dedicábamos a preparar el resumen, una parte importante era cognitiva. De acuerdo… pero nos siguen sobrando 8 horas.
Aparte de eso… antes era importante saber de memoria esas capitales, ya que si estabas leyendo un texto tenías que saber interpretar correctamente. Hoy vivimos a 5 segundos del acceso de cualquier información en cualquier momento y cualquier lugar… con lo que ya no es tan importante esa memorización para un buen intelecto… por contra surgen otras cosas habilidades importantes que son necesarias.
¿No crees que el sistema educativo debe contemplar esa disponibilidad mayor de tiempo para dedicarla precisamente a enseñar a pensar? ¿No crees que las capacidades necesarias para el desarrollo del intelecto, son algo diferentes a las de hace unos años?… Pienso que habría que someter a revisión muchas de las actividades educativas orientadas al desarrollo de las capacidades, porque ni siquiera las capacidades para enfrentarse a un mundo ya son las mismas.
Es como si quisiéramos plantear similitudes o diferencias en la educación en época de antes y después de la imprenta. Yo creo que lo que vivimos ahora es una transición muchísimo más importante. ¿No opinas así?
Alberto.
Contestación de José Luis Pozo fajarnés:
Querido amigo Alberto:
Solo voy a incidir en uno de los puntos que has tocado, sobre todo porque en otros muchos estamos de acuerdo. De manera que disculpa que me ciña solo a uno. La proliferación de temas hace que los discursos no sean eficaces para nadie. Por mi parte siempre prefiero tocar un solo palo.
Estoy de acuerdo en que el mundo de hoy no es el de nuestro bachillerato, pero eso no lleva a que debamos negar que no hay que hacer uso de la MEMORIA. No es necesario recordar los reyes españoles tal y como lo estudiaban los de «sexto y reválida», pero
-- el que no aprenda historia y para eso hay que memorizar, será un desecho de la sociedad;
-- el que no se aprenda los símbolos químicos y las definiciones y demás que hay en tal discipllina será un cero a la izquierda, útil si consigue profesionalizarse en trabajos mecánicos pero poco le deberá el siglo XXII a sus acciones en el XXI;
-el que no memorice lo que le van a preguntar en un examen será carne de cañón… tal estudiante, lo fue ayer, lo es hoy y lo será en cualquier tiempo futuro.
Hay quienes tienen capacidades que les permiten dedicar poco tiempo a memorizar, son los pocos. A muchos hay que provocarles, hay que ayudarles… el sistema tiene que ayudarles pues si no les ayuda no solo se hundirán ellos sino que nos hundiremos todos.
La memoria es una herramienta de nuestro intelecto, la más universal. De ello se dio cuenta Platón -lo aprendió de Sócrates-. Platón nos lo mostró mediante el mito de Tamus y Teut (aquí lo puedes leer
http://www.catedras.fsoc.uba.ar/reale/fedro_fragmento.pdf
es muy instructivo, creo yo)
La memoria es, como decía, la parte intelectiva más universal, otras son tan importantes como ella pero la desarrollan menos personas, es un hecho, quizá porque son más abstractas, más difíciles de desarrollar. Y a la capacidad de abstracción evolutivamente se lego mucho después:
-- con la visión espacial de los ingenieros hay que nacer, no se puede enseñar ninguna técnica fácil para que se aumente tal capacidad
-- las matemáticas, se te tienen que dar bien desde el principio …
-- el comunicarse de forma oral o escrita tiene dificultades técnicas muy complejas, de manera que pocos son los que pueden escribir poesía en condiciones o novelas (aunque hay muchos atrevidos que el tiempo pone en su sitio)
La memoria es lo que en la escuela debe forzarse más. Debe hacerse necesaria mente con la mayoría de las personas dado que es SU ÚNICA HERRAMIENTA INTELECTUAL POTENTE, Si se consigue disciplinar en ese aspecto podremos conseguir que algunos que acaban como absolutos mediocres puedan alcanzar cotas insospechadas. ESTO ES OBVIO, en los colegios de élite lo que se hace es que los alumnos más necesitados alcancen una disciplina de estudio mínima y los alumnos que pueden ir algo sobrados, o muy sobrados, también pues pueden echarse a perder, COMO SUCEDE HOY DÍA EN ESPAÑA, ESTAMOS PERDIENDO GRANDES TALENTOS.
La escuela, al menos hasta que se tienen 18 años poco tiene que apoyarse en tecnologías desarrolladas. En lo que debe ocuparse es en desarrollar las capacidades de trabajo y de aprovechamiento, para que puedan aprovechar cuando salgan de ella esas tecnologías. De ÉTICA –la denominación de “CIUDADANÍA” es una inmensa mentira- AHORA NO ESTOY HABLANDO, ahora no es la cuestión, o sea que nadie me venga criticando en que no incido en ello para el periodo que estoy tratando, el de la educación hasta los 18 años.
Las tecnologías en la escuela son un BLUFF, consiguen todo lo contrario de la finalidad que se busca, si es que se busca enseñar. Aunque si se busca “fabricar” -en lugar de formar- BORREGOS que consigan discernir entre las siglas de las papeletas el día que les toca votar, entonces sí que se ha conseguido el propósito. Tenemos ciudadanos “perdidos para la democracia” y ciudadanos de un país de segunda.
Un fuerte abrazo.
jchu
Suscribo lo que dice Alberto Martínez Beviá: José Luís Pozo (otros dirían: yo no me llamo José Luís, me llamo Josep Lluís), es un gran contertulio.
En efecto: «…si la educación se dirige sólo a saberes técnicos sin atender a ciertas justificaciones de los mismos o incluso a sus cuestionamientos, el futuro pudiera llegar a ser incierto para nuestra especie.» Otro modo de decirlo, podría ser este: «…se pueden saber muchas cosas, pero si no se entienden, todo pasa desapercibido.»
Hace muchos años (25 más o menos; toda una vida para muchos, sobre todo para los que se mueren con esa edad), discutía con un amigo sobre estas mismas cuestiones; diciéndole que dónde íbamos a llegar. Él defendió el sistema: «…lo de ahora (lo de entonces) es válido, porque lo que ahora les enseñan a los niños es a saber buscar…». No es necesario decir que era otro mundo y no había, al menos para sujetos como nosotros, ni internet, ni wikipedia, ni blogs, ni nada que se le pareciera. Esto me lo ha recordado.
Al límite, sin duda es incierto para nuestra especie; pero mientras tanto, sólo es incierto para elementos «beta», «gamma», &c. Los elementos «alfa» seguirán, dentro del Partido Interior, controlando los saberes, las justificaciones y los cuestionamientos. No es que tales cosas las custodien bajo llave, que probablemente no se pueda, sino que vendría a ser igual a tirar en mitad de la calle un libro de «álgebra compleja»… por así decir…, pues sería como un libro en «chino» para el que no sepa «chino». Cuánto más pública es una información, mejor guardada está de los ojos de los curiosos.
Al final, en cualquier caso, todos calvos… (véase a Pepe Bono, a pesar de su casco ortopédico, o a «ese director de La Gaceta… que «tanto se mete conmigo»…»).
Hola: adjunto aquí abajo una respuesta que elaboré para un buen amigo mío, en el marco de otro foro de debate. Coloco aquí su pregunta y mi respuesta, pues me parece el tema de interés:
Pregunta y comentario de Alberto Martínez Beviá a José Luis Pozo Fajarnés:
Hola Josechu, pues me ha encantado. Eres un gran contertulio. También me ha gustado tu acompañante, el granaíno. No conocía eso del Zafarrrancho, que suena a caserillo y de poco calado, pero me he quedado maravillado con las entrevistas. Me ha gustado tu exposición, ofreciendo detalle de raiz en los problemas educativos en este pais, con análisis político y territorial incluido. Y también el análisis de entorno social que comenta tu compañero y guinda para este fracaso generalizado.
Ya de paso aprovecho, como experto que eres en el tema, para preguntarte algo (puede ser una chorrada, pero creo que este mundo es muy diferente al que teníamos cuando estudiábamos los de nuestra generación)… Me refiero a ver cómo ves tú el impacto social que significa pasar de una época en donde era importante transmitir una información, e incluso poseerla para su consulta (disponer de biblioteca, libro, apuntes o dictado del profesor, en la cual el sistema ofrecía un destaque para aquellos alumnos con mayores recursos documentales)… a esta otra época en donde la información ya no tiene valor de posesión (puesto que internet te la pone en cualquier rincón), y la educación deba estar más orientada al conocimiento, a la gestión de esa misma. Lo digo porque quizá también sería un factor importante a tener en cuenta para cambiar sistemas educativos (aunque en algunas disciplinas afectaría de forma diferente a otras)… pero me parece algo a incorporar en esa reconstrucción de principios que mencionas en el programa para volver a la buena educación. ¿Qué opinas sobre esto?
Bueno, y felicidades por la intervención.
Alberto.
Respuesta de José Luis Pozo Fajarnés a Alberto Martínez Beviá:
Querido Alberto:
Voy a tratar de responder a una pregunta dificilísima que me haces:
¿La educación, el sistema educativo español u otro cualquiera, debe dirigirse a gestionar la información? (Tu pregunta no está expresada así sino de forma más extensa, pero creo que puede resumirse de tal manera).
Voy a tratar de responder con pocas palabras y lo más claramente que pueda. Creo que está implícito en tu pregunta que gestionar la información se debe hacer mediante una técnica, o distintas técnicas, las que sean. Por lo que solo debemos esforzarnos en que se formen excelentes técnicos (o no tan excelentes, que sería la mayoría, pero técnicos en todo caso). Considero que esto sería nuestra perdición como especie a largo plazo. Voy a tratar de argumentar esta tesis.
El «saber» si es que éste puede generalizarse, unificarse, viene marcado por una línea progresiva. Primero nos relacionamos con el mundo técnicamente, con las manos (hachas de sílex, mangos para las mismas, factura de cabañas, y un largo etcétera, que llevaría a la construcción de casa, grandes edificios…) Después surgieron ciencias que expresaron las distintas nomas que explicaban ciertos principios que estaban en esas técnicas que ya se aplicaban y que eran como un saber de artesanos. Por ejemplo, las matemáticas dieron razón del triángulo material usado por egipcios, o por los babilonios (dos unidades de distancia, tres el otro lado y cuatro el tercero. Lo usaban para hacer paredes rectas de manera que no se les cayera la casa.
En la Grecia antigua, e triangulo se circunscribió en una circunferencia (Tales de Mileto), se halló su definición (Pitágoras). Se empezó por tanto a dar razones, a utilizar el intelecto, para explicar la técnica de construcción. Nacieron las matemáticas. Está claro por tanto que primero está la técnica y luego la intelección (ningún animal conocido ha expresado, que sepamos, definición alguna de un concepto matemático o de otro saber). Después de estas dos fases, cuando los conceptos se problematizan y no hay definición clara surgen lo que denominamos ideas, aquí el intelecto humano se tiene que poner las pilas todavía más (esto es lo que llamamos filosofía de verdad).
Mi argumento va en esta línea, espero que solo esbozándola se me pueda entender. La conclusión es clara, si atendemos solo a cuestiones «técnicas» estamos siguiendo un trayecto contrario al que nos ha colocado en esta situación progresiva. Por eso mismo si la educación se dirige solo a saberes técnicos sin atender a ciertas justificaciones de los mismos o incluso a sus cuestionamientos, el futuro pudiera llegar a ser incierto para nuestra especie.
Un saludo.
jchu
Corte de Alfredo PePunto, en una entrevista realizada por Intereconomía, ignoro la fecha (pero en algún momento hablan de Chacón, por lo que no puede ser muy antigua), asegurando que estamos por encima de «educaciones» del entorno y, por supuesto, de EEUU… Con dos cojones.
Como todo el mundo sabe, EEUU, tiene una educación de las más subdesarrolladas del globo, razón por la cual no es más que un de país tercermundista.
http://www.youtube.com/watch?v=0fCrHQcIviY&feature=related