12M-15M: ¿Crónica de una muerte anunciada?

Hace un año ya que el llamado “movimiento 15M” (hoy, 12M-15M) salió a las calles de España, inspirando desde la plataforma estatal en que se desarrollaba –la misma España- movimientos análogos en otras naciones (Estados Unidos y su “Ocupa Wall Street”, la llamada “Revuelta Global”, etc.). Y hace un años también que Izquierda Hispánica, asociación con vocación política española con vocación iberoamericanista y socialista, repartió un Panfleto en plena Puerta del Sol de Madrid, en plena Plaza Cataluña en Barcelona y en otras ciudades, donde decíamos lo siguiente:

Izquierda Hispánica apoya las movilizaciones en tanto canalizan el descontento frente a la partitocracia que tan «democráticamente» nos gobierna. Nuestro apoyo consiste en la defensa de las reivindicaciones que consideramos adecuadas y el combate de aquellas tendencias que, irremediablemente, condenarán el movimiento al fracaso si no son corregidas de inmediato”.

Las fallas que veíamos al movimiento eran las siguientes:

a) Un democratismo indefinido por ser formal, es decir, la realización de asambleas callejeras multitudinarias sustantivadas en su proceder pero sin ver su nula efectividad real en la política española.

b) El meter en el mismo saco a sindicatos y partidos políticos, algo que todavía pasa y que, si bien ha servido desde cierto punto de vista como elemento necesario para señalar la complicidad de todos ellos a la hora de llegar a la lamentable situación actual de nuestra nación, no ha sabido ni ha querido aprovecharse de plataformas políticas realmente existentes y funcionando operativamente en la calle con éxito, como los sindicatos convocantes de la pasada huelga general del 29 de marzo que tienen más capacidad efectiva de actuación política más allá de meros planteamientos éticos, que el 12M-15M reivindica casi como primordiales.

c) No tener en cuenta la dialéctica de Estados ni la plataforma estatal, o nacional política, en que estaban inmersos, España. Si bien no era generalizado –este aniversario se ha caracterizado por un aumento visual de las banderas de la Segunda República, si bien motivadas por los desmanes corruptos de la Monarquía heredera de Franco que está a la cabeza de las instituciones políticas españolas-, sí es cierto que el cosmopolitismo, que poco tiene que ver con un internacionalismo bien entendido (aquel que entiende que las naciones políticas siguen siendo las plataformas de actuación política por excelencia), y sí más bien con un sentimiento apátrida rayano con el cristianismo medieval albigense, necesitado de “pureza democrática”, lleva al 12M-15M a postular delirios como el decirse representantes de la Humanidad entera las decenas de miles de personas que salen a las plazas. Esa Humanidad, como sujeto político, no existe, pues está separada en Estados, que entre sí están en dialéctica constante, y que siguen rumbos a veces contrapuestos. Sólo las críticas a la Unión Europea de Merkel salvan al 12M-15M del absurdo total, si bien la “revolución ética” sigue siendo prioritaria sobre la política.

d) El pensar que los problemas de la democracia partitocrática (la democracia realmente existente) se resuelven con “más democracia”. Esto demuestra que el 12M-15M es en realidad un movimiento conservador en lo político, pues luchan contra lo que hay con la ideología que domina lo que hay. Son hijos de su tiempo.

e) La combinación de todos estos elementos podía hacer que el movimiento se desinflase, como ocurrió con movimientos anteriores en contextos similares.

Todo esto advertimos hace un año, y todo esto se ha visto confirmado este año. El 12M-15M no ha impedido la victoria del Partido Popular, el toque de gracia a la socialdemocracia española encarnada en el PSOE –al menos, por ahora-, la aplicación de medidas económicas de recortes sociales a pensionistas, parados, familias enteras y personas con bajas rentas –ciudadanos e inmigrantes- que en España viven. Medidas impuestas desde fuera, desde Bruselas y desde Berlín. Las mismas medidas que han puesto a marionetas políticas al frente de los gobiernos italiano y griego. Así pues, Izquierda Hispánica advirtió en el mismo epicentro del movimiento, en la Puerta del Sol, sobre su posible desgaste en poco tiempo. En definitiva, sobre su fracaso. Lo dijimos donde había que decirlo, al lado de la gente que, a pesar de sus errores, veía fallos e injusticias flagrantes contra nuestra comunidad civil, contra España entera y sus habitantes, pero no disponían, como se ha demostrado, de las herramientas correctas de lucha contra aquello que decían pretender derribar. El movimiento ha ganado en cohesión, sin duda. A día de hoy, siguen las reuniones de las Comisiones y las Asambleas de barrio (metodologías activistas propias de los «movimientos sociales» españoles nacidos de las décadas de 1970 y 1980). Pero ha perdido en capacidad movilizadora respecto al año pasado y, unido a los fallos que ayer y hoy les vemos, les lleva a marcar, eso sí, un antes y un después epocal en la Historia de España, pero poco recorrido real a nivel político.

Mención aparte, eso sí, merece el movimiento contra los desahucios. Este, derivado del 15M, y al que apoyamos totalmente, si bien no ha podido impedirlos todos, ha demostrado que de nada sirve una “revolución ética” frente a la clase política y los banqueros y otros sujetos corrompidos y corruptores. Únicamente, la organización, la fuerza y las acciones incluso violentas, más una adecuada hoja de ruta, un mapa correcto, pueden ayudar a que la nave que embarcamos llegue al puerto que nuestros compañeros de nave, los 47 millones de españoles y de habitantes de nuestra nación, merecen.

Izquierda Hispánica, asociación con vocación política cuyo fin es la defensa de un proyecto socialista revolucionario en un marco iberoamericano, con España y Portugal de la mano de las revoluciones que ya están en marcha, con aciertos y errores, en América Latina siguiendo la senda de la unidad de la Patria Grande, con una base civil y social comunitaria asentada ya durante siglos (esa que permite que las familias españolas sean los contenedores que evitan la bancarrota social de nuestros jóvenes, de nuestros parados mayores), y siguiendo un racionalismo radical muy concreto –el Materialismo Filosófico-, este año también se reafirma en sus propuestas, alternativas al 12M-15M en sentido específico, pero complementarias en sentido genérico. Estas son:

1) Nacionalización de la banca y de los sectores estratégicos básicos de la economía productiva nacional.

2) Lucha feroz contra la oligarquía política nacional y las poliarquías autonómicas.

3) Abandono del euro y salida de la Unión Europea.

4) Aumento del gasto en defensa, pues la Revolución que nosotros defendemos, como toda revolución coherente con los procesos políticos en marcha en Iberoamérica, ha de ser pacífica pero armada, para disuadir a nuestros enemigos de una fatal destrucción de nuestra comunidad.

5) Ilegalización de toda secta facciosa en España, de todo partido de derecha política real, sea esta fascista o nazi, o sea nacionalista étnica. Para que se nos entienda: Ilegalización tanto de Democracia Nacional como de Amaiur.

6) Acercamiento a las Revoluciones Socialistas Iberoamericanas, con las que España tiene más en común que contra el capitalismo europeo del norte que nos llama “cerdos”. Por una Alianza Socialista Iberoamericana.

No podemos despedir este escrito sino repitiendo los mismos párrafos con que concluíamos nuestro Panfleto de advertencia del año pasado:

Si queremos que la etapa post-15M sea revolucionaria, sólo los diferentes puntos aquí mencionados por la Asociación Izquierda Hispánica ofrecen caminos viables a la movilización y toma de poder del Estado. Una institución indispensable para llevar a cabo políticas verdaderamente patrióticas y socialistas en nuestra Nación. Por ello, apostamos por Otra Democracia Real, guiada por los principios de una Izquierda Iberoamericanista.

Únete y trabaja con nosotros.

¡Salud, Revolución, Hispanidad y Socialismo!

Asociación Izquierda Hispánica

Mayo de 2012.

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