Como consecuencia de los sucesos acaecidos en Venezuela en los últimos meses: últimas elecciones venezolanas, enfermedad de Hugo Chávez, proceso de transición, etc., queremos aprovechar para dejar clara nuestra posición ante estos acontecimientos y hacer un pequeño balance sobre el proyecto socialista de la revolución bolivariana.
Antecedentes y ajustes
Llama la atención como el asunto tan manido de la muerte o no de Chávez es reducido por los medios de comunicación a personalismo político, que en la mayoría de los casos es fruto de los dardos insidiosos liberales y socialdemócratas. Unos dirán que si Chávez es un dictador que maneja a los ciudadanos venezolanos como marionetas, otros apelarán a que el duunvirato entre Nicolás Maduro y Diosdado Cabello no es “democrático”, un puro pacto o alianza inconstitucional entre la facción civil y militar para dar continuidad al “chavismo” a su manera, en caso de fallecimiento de Hugo Chávez,
Lo que está claro es que en cualquier gobierno en sus múltiples formas, bien sea una dictadura, una monarquía, una aristocracia o una democracia, o una partitocracia hablando en plata, los grupos que ostentan el poder han de tener el respaldo de la policía y el ejército (además de otros grupos sociales y políticos), en sus partes más significativas, como condición sine qua non para mantener el poder e imponer su hegemonía. Recordemos que Chávez es militar, con gran parte de las Fuerzas Armadas a su favor y con la mayoría de la población civil también de su parte, o por lo menos eso indican las últimas elecciones.
Titulares como los que salen a la palestra en periódicos como El País (“El chavismo se aferra al poder”), en un sentido peyorativo e ingenuo, critican negativamente las maneras con las cuales quieren mantener el poder tanto Maduro como Cabello. Ingenuo digo porque ¡Cómo no se van a aferrar al poder si ya tienen el poder! Y además teniendo medios para hacerlo. En este sentido, el Tribunal Supremo venezolano ha postergado el juramento de Chávez como Presidente de Venezuela hasta que esté capacitado para hacerlo, a pesar de las pataletas infantiles de Capriles.
No obstante, hay que insistir en que aquellos a los que se les llena la boca con la palabra democracia y con un regusto socialdemócrata-liberal particular, empezando por la oposición venezolana y otros “críticos internacionales”, están dando cuenta con su silencio, olvido o crítica vacua del gran éxito democrático que tuvieron las últimas elecciones ganadas por Hugo Chávez, con un alto grado de transparencia y pulcritud que convierte en más legítimo el proceso de transición. Con las armas democráticas también vencieron.
Algunos defectos del bolivarianismo
Sin duda, y esto tenemos que estar recordándolo una y otra vez a nuestros adversarios, nosotros somos críticos con el bolivarianismo en algunas cuestiones y derivas ideológicas, en tanto en cuanto puedan poner en peligro el proceso revolucionario universalista: el Libro Rojo del PSUV http://www.psuv.org.ve/wp-content/uploads/2010/06/Libro-Rojo.pdf, es una clara muestra de mezcolanza de ideologías contradictorias entre sí: socialismo cristiano, marxismo, humanismo, coletazos de indigenismo y leyenda negra, etc. que aunque tengan su funcionalidad política real en la sociedad venezolana pueden poner en peligro a la larga el proceso revolucionario, si no se desactivan críticamente estas contradicciones.
También somos críticos, en esta misma línea, del personalismo salvífico y mesiánico hacia la figura de Hugo Chávez que demuestra en muchas ocasiones buena parte de la sociedad venezolana y que está alimentada por el mismo líder en sus comparecencias y visitas a distintos lugares, con aderezos de estampas de Cristo y alabanzas al Cristo salvador y redentor. Hechos que han sido cada vez más frecuentes a raíz de su enfermedad.
Por otro lado, aspectos como la inseguridad ciudadana, la delincuencia, la aún alta concentración del capital y de la propiedad privada en pocas manos y otros gérmenes de corrupción son fuentes de conflicto que pueden tener grandes y graves implicaciones sociales y políticas a largo plazo en Venezuela, impidiendo por ello la convergencia de los planes individuales con los planes y programas colectivos impulsados por el Estado.
En cuanto a la economía productiva, el gobierno venezolano aun cuando ha nacionalizado los recursos estratégicos del país y apuesta por una economía de propiedad mixta (pública, privada, comunal y social de los medios de producción), amparada por la Constitución de 1999, tiene una excesiva dependencia de las importaciones y de las rentas del petróleo (alrededor del 90% de los ingresos por exportación provienen del petróleo), un tipo de cambio débil y sobrevaluado (perjudicado por la creciente inflación del país) y una economía fuertemente industrializada en sectores poco intensivos en tecnología relacionados con el petróleo refinado y sus productos derivados, acero, aluminio, fertilizante y el cemento fundamentalmente(más del 50% del PIB venezolano). Todo ello puede mermar el desarrollo de su capa basal a medio y largo plazo y la necesaria acumulación de capital para llevar a cabo un proyecto revolucionario en Venezuela y desde Venezuela.
Avances y logros
Pero los avances han sido notorios en muchos aspectos. En los últimos años, se está haciendo un gran esfuerzo político por recuperar el servicio público de salud (gracias principalmente a la Misión “Barrio Adentro” lanzada por el Gobierno) muy castigado por la privatización de la sanidad hace 30 años y que impidió el acceso a la sanidad a la gente más desfavorecida por obra y gracia de las imposiciones neoliberales del FMI y del Banco Mundial. Las secuelas de este pasado son expuestas en un informe de la oficina de la Organización Panamericana de la Salud: “el 45% de los médicos atienden a 4 de los 5 estratos sociales existentes en Venezuela, mientras un 55% de los médicos atiende al estrato de mayor ingreso económico, y además se concentran en áreas geográficas urbanas de mayor desarrollo”. En este sentido, Venezuela aún es dependiente de la ayuda de los médicos y la medicina cubana, aunque se están haciendo grandes progresos en la sanidad y medicina venezolanas.
Otros logros son las altas tasas de alfabetización (en torno al 100%) y el incremento de escuelas públicas gratuitas y universidades, así como el acceso a la vivienda a los más desfavorecidos a través de la Gran Misión “Vivienda Venezuela” (construcción de 2.000.000 de viviendas a escala nacional en 7 años de acuerdo con un aumento progresivo: 153.404 viviendas en 2011, 200.000 viviendas para 2012, 300.000 viviendas para 2013, 325.000 viviendas para 2014, 325.000 viviendas para 2015, 350.000 para 2016 y 350.000 para 2017). Asimismo, y reconocido por organismos nada sospechosos como la OEA y la ONU, Venezuela es el país sudamericano que más avances ha obtenido en los últimos 10 años en disminución de la pobreza (queda mucho que hacer aún por reducir la pobreza extrema) y malnutrición infantil, reducción de la desigualdad social e indigencia y altas reducciones de desempleo en áreas urbanas.
En cuanto a su ciencia y tecnología, destacar que Venezuela lanzó desde China en 2008 su primer satélite de Telecomunicaciones “Simón Bolívar” (propiedad del Estado) para facilitar el acceso y transmisión de servicios de datos por Internet, telefonía, televisión, telemedicina y teleeducación. Y el 29 septiembre de 2012 lanzó, también desde China, el satélite de Observación de la Tierra “Miranda” con el que podrá realizar mapas cartográficos, así como también evaluación de los suelos agrícolas, cosechas, producción agrícola, recursos hídricos, gestión ambiental y desertificación, planificación urbana, de infraestructura e industrial, garantizará la localización de recursos naturales, piscicultura, ganadería, biodiversidad y obtendrá información sismológica para la prevención de desastres, entre otras cosas.
Así pues, el proyecto socialista revolucionario venezolano con objetivos trascendentes a la propia Venezuela, único con implantación política que aboga por la unidad hispanoamericana (y éste es su gran logro), no se puede reducir a un chavismo con Chávez o sin Chávez. Con sus éxitos y fracasos ha de buscar incesantemente la transformación conformadora de instituciones conjuntivas, basales y corticales que hagan frente al imperio realmente existente.
Es bueno que el autor del artículo abra la discución sobre lo qué llama «defectos» (yo diría crasos erores)del llamado «bolivarianismo». En realidad no estoy seguro que Chavez haya implantado algún bolivarianismo, más bién creo que estableció un chavismo puro y duro a secas. Para empezar, Bolivar era realista y no creo que Chavez lo sea. Qué eso sea bueno o malo, es otra discusión.
Bueno,en todo caso no quiero hablar de Bolivar, ni de Chavez, sino del chavismo. Para empezar, de su supuesta originalidad. ¿Lo qué Chavez pretendía, es realmente una idéa oríginal y, por tanto, revolucionaria? No. Ni el chavismo, ni otra de las revoluciones de moda: el Evo-moralismo, tienen nada de oríginales. De donde se deduce qué tampoco tienen mucho de revolucionarios. Ambos han tomado las idéas y la práctica de Victor Paz Estenssoro, un presidente de Bolivia que, ya en 1952, implantó en Bolivia todo lo qué Chavez y Morales dicen querer implantar. Como Chavez está por morir sin ver sino muy pocos de sus supuestos sueños sociaistas y Morales ya está siendo devorado por la corrupción instalada en su gobierno por sus seguidores, deducimos que ambos han fracasado en sus intentos revolucionarios.
Bolivia y Venezuela tienen un único punto en común: ambas están en Latinoamérica, nada más. En cierto sentido, están en las antípodas. Bolivia es uno de los países más pobres de America del Sur, Venezuela es uno de los países más ricos del mundo. Por tanto, que a Evo Morales no le haya ido muy bién es entendible; mientras qué a Chavez no le haya ido muchísimo mejor, es absurdo
A fin de contribuir al entendimiento cabal, real, del chavismo, qué no su teoría, es indispensable tener una idéa clara de lo qué es Venezuela. Los países del mundo se puede clasificar de varias maneras. Hay, sin embargo, una clasificación, poco o nada usada, pero muy ilustrativa, porque describe en un solo trazo las grandes diferencias económico- geográficas que existen entre los países. Los países del mundo, ateniendonos a su riqueza, potencial o efectiva se pueden clasificar en tres: los pobres, los ricos y los supericos.En otras palabras, hay países pobres, hay ricos y unos pocos, inchados de riquezas y dinero. Venezuela es un país superico; o sea, inchado de riquezas.
Decía qué esta clasificación es interesante y en efecto, lo es.Es qué, para los países supericos, la economía convencional no es aplicable. ¿Porqué? Por que los supericos tienen en exceso lo qué a los otros les falta, ¿qué? , dinero, pasta, cash. Corolario: en un país superico todo, incluyendo acabar con la pobreza, el analfabetismo y las enfermedades infecciosas, se puede hacer rápida y completamente. Eso ocurrió en Kuwait, por ejemplo, o en Singapur y otros cuantos más.
El chavismo ya lleva 14 años y solo el analfabetismo a disminuído.
El Estado Venezolano tiene depósitos bancarios, inmediatamente transformables en contante, superiores a 700.000 millones de US$ (setecientos mill millones). Tiene, además más petróleo que Arárabia Saudí. Algunas de las más gigantescas minas de hierro,aluminio y oro del mundo. Energía regalada y en cantidades gigantescas. En esas condiciones, si Chavez, obrando a lo bruto, hubiera repartido esos 700.000 millones de US$ entre cada uno de los venezolanos y, además, les hubiera dado unas cuantas acciones de las compañias mineras y e otro tipo qe nacionalizó, todos los venezolanos serían ricos.No lo hizo y, aún hoy, más de la mitad de ellos son pobres. ¿No es un grán desempeño? ¿Oh sí? Entonces yo estoy muy mal
«escarvar», en todo caso.
«Todoclaro» es de esos de los que si no cambiamos nos llama fanáticos y si cambiamos nos llama débiles y faltos de fortaleza. Es decir, que hagamos lo que hagamos siempre recurrirá a algún sofisma para criticarnos. Él conoce nuestras coordenadas y quienes somos, nosotros -aunque algo sabemos de él- tenemos que contentarnos con su claridad cegadora sintetizada en una gloriosa frase.
Por cierto, la oscuridad de «todoclaro» se hace notar además en que no da la cara, no dice quién es.
Salud.
Las tácticas sofísticas de «todoclaro» son tan patéticas que pretende resumir en una frase toda una argumentación en un artículo previamente desarrollada en escritos desde hace ya más de dos años. Expresiones como «barco a la deriva» denotan de que ambiente social proviene «todoclaro», tendende a utilizar siempre las mismas expresiones todos sus asiduos.
En definitiva: «todoclaro» lo tiene todo tan claro que no es nada claro el todo al que se refiere, pretendiendo que todo esté claro para él y para el resto de los que piensen que su claridad esclarece la totalidad de las cosas, o de las que en concreto hablamos en este artículo. Por lo que su «total claridad» no hace sino pretender oscurecer la claridad real de nuestro escrito.
La táctica del calamar, vamos. Echa la tinta para confundir a su presa. Aunque en este caso es probable, desde hace ya un tiempo, que lo que pretenda es confundir a su predador (filosófico).
Salud, y gracias por escribir.
¡Bonito nick para llamar fanáticos a los demás, todoclaro!
Entonces sois unos fanáticos que no cambiáis de rumbo aunque el barco vaya a la deriva.
No hay más que excarvar en la hemeroteca de Izquierda Hispánica desde nuestro nacimiento como blog en 2006 hasta la web en 2010, para ver que SIEMPRE hemos dicho lo mismo desde IH sobre Chávez y el proceso bolivariano.