Hoy estaba dispuesta a tratar la discriminación positiva en el blog; no se muy bien por qué, estos últimos días ha sido un tema de conversación candente en Twitter: es probable de la violencia simbólica que ejerce Álvaro (el Daygamer que besa a desconocidas bajo engaño y fraude por la calle e incita a los chicos a interpretar «Nóes» por «síes») o las palabras de Cañete sean temas tan obvios que haga falta una reacción masiva de ataque a las justas demandas de las mujeres y de gran parte de los varones en cuanto a lo que se refiere a relaciones y trato igualitarios.
En consecuencia, la discriminación positiva, que es un tema mucho más fácil y simple, a mi entender, de lo que las visiones neoliberales pretenden hacernos pensar, y que causa escozores, alergias y hasta anafilaxis en cualquier grupo privilegiado, era una baza muy fácil de jugar para desacreditar lo que es justo: discriminación es una palabra fea, y ya sabemos que en España somos muy líricos para todo, así que toda la justificación teórica, empírica y de sentido común que EXISTE queda nublada por una palabrota muy poco atractiva y por el orgullo de los que no pertenecemos a uno o varios grupos dominantes y no queremos reconocerlo. Si no os molesta, lo dejamos para otro día: las palabras de Cañete eran muy jugosas, y una, que se dedica a estudiar, entre otras cosas, los mecanismos de elección diferenciada de estudios y la hiperselección, aprovechó la mañana para la muy noble labor de recopilar en Facebook algunas importantes referencias bibliográficas. Facebook es un desastre y lo interesante tiende a quedar relegado en el olvido, así que creo que este es un buen lugar para guardar esas referencias. Continuar leyendo: ‘#HomoCañetus: Machistas, debates y mujeres indefensas’ »
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