IH ante la constitución de la CELAC

¿Se puede formar un bloque hispánico unido sin España y Portugal?  De hecho, ya se han estado formando diversas instituciones integradoras (MERCOSUR, ALBA, PETROCARIBE, UNASUR, etc…) en los últimos años en la parte más voluminosa e importante de la Hispanidad, es decir, la parte americana o Iberoamérica. Pero es que el primer fin de semana de diciembre de 2011 hemos asistido al hecho histórico de la constitución en Caracas (Venezuela) de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe), la cual va a estar formada por todas las naciones políticas de América excepto los “anglos” del Norte (Canadá y USA).

Desde IH nos congratulamos y felicitamos en especial a los liderazgos políticos unionistas de Chávez, Rouseff (y antes de ella Lula), Cristina Fernández (y antes de ella Néstor), y otros. La formación de este gran bloque continental supone, entre otras cosas, la tercera economía del mundo después de China y USA. Pero precisamente una de las claves del desarrollo de este importantísimo y naciente bloque es cómo se va a relacionar con otros imperios realmente existentes. Y es que el imperio realmente existente por antonomasia (los yankis) no se queda fuera de juego con la creación de la CELAC, por diversas razones como por ejemplo: Un tercio de las naciones que forman este bloque tienen tratados de libre comercio (TLC) con USA, además, la organización integradora panamericana controlada por el imperio yanki (Organización de Estados Americanos, OEA) no ha desaparecido ni tiene pinta de desaparecer en un corto y medio plazo en absoluto. Para rematar, USA cuenta con importantes Estados (como Colombia, Chile, México) alineados con ellos.

Otro imperio en ciernes, que al contrario que USA, si apoya la creación del bloque, es China. Pero es preceptivo señalar que “el imperio del centro”, aunque pueda ser un buen aliado frente a terceros o un comprador de materias primas o un inversionista en determinadas industrias necesarias para el desarrollo, mira ante todo y sobre todo por sus intereses.

En cuanto a la parte europea de la Hispanidad, España y Portugal, se ha quedado “sin vela en este entierro”. Y esto, aunque tiene causas que conectan con el “negrolegendarismo” que anega buena parte de las ideologías de los diferentes proyectos políticos integracionistas en Hispanoamérica, también tiene como una causa muy fuerte el hecho palpable de la sumisión de las oligarquías económicas y políticas españolas y portuguesas al europeísmo o la “Europa sublime” o mejor dicho, al IV Reich franco-alemán.

En el caso concreto de España, a esto se le suma el chantaje y la fuerza disolvente y fragmentadora de los derechistas nacionalistas separatistas (vascos, gallegos, catalanes, etc.). También hemos de destacar que los planes y programas depredadores de los distintos gobiernos de turno en España desde finales de los ochenta hasta ahora (basados en importar mano de obra hispanoamericana y en exportar capitales hacia allí –a través de las grandes empresas españolas privatizadas que a su vez compraban a las empresas privatizadas en Iberoamérica-, y todo ello sin valer para nada al conjunto de la población española y tampoco a la ciudadanía de las naciones políticas iberoamericanas) o el servir de testaferros o mamporreros a USA o el eje franco-alemán frente a los gobiernos integracionistas o socialistas que allí se han formado, no ha ayudado precisamente a la posibilidad de esa Hispanidad unida con España también dentro.

En cualquier caso, desde IH estamos convencidos de que es bueno que se unan, aunque España no esté, ya llegará, porque este es un proceso de integración que obligatoriamente ha de relanzar sus afinidades históricas (que vienen dadas por el imperio español) sobre las disolventes (como los discursos y prácticas indigenistas). Si consolidan un bloque sobre el mismo idioma que compartimos, esto hará que España se beneficie de un bloque sólido hispano, directa o indirectamente, y dependerá de ella querer estrechar lazos o dedicarse a otra cosa (europeísmo, euro-mediterráneo, amigos del Islam, etc…).

Para terminar, se podría enunciar una especie de ley de desarrollo de sociedades post-estatales: el grado de unión política y económica de las naciones políticas es inversamente proporcional al grado de dependencia bilateral política y económica de estas con los imperios realmente existentes.

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3 Respuestas a “IH ante la constitución de la CELAC”


  • Así como el Islam no pudo disolverse en «agua bendita», razón por la cual, España, pudo llegar a existir; así España no puede disolverse en la «moneda bendita» de los bárbaros que hay más allá de los Pirineos. A estas alturas, una toma de conciencia de esto, sólo puede causar ruina (más…); pero a la larga, es el único camino que puede llevar a una digna salvación.

  • David Balaguer

    Gracias por tu comentario. Compartimos mucho de lo que dices. Nosotros más que hablar de pérdida de alma de España diríamos pérdida de su identidad hispánica, que tiene en común con Hispanoamérica. Desentederse de ella y dejarse anexionar por Francia y Alemania en la Unión Europea tendrá como consecuencia el debilitamiento o anulación de esa identidad y la disolución de su unidad.

    Celebramos el uso no maniqueo que haces de imperio pues es un concepto clave para entender la Historia Universal. Nosotros también le atribuimos un significado más genérico, como una parte de la humanidad en cuyos planes y programas engloba al todo, pues la humanidad por sí misma no es un sujeto y por tanto no puede gobernase a sí misma. Tiene que ser siempre a través de una de sus partes. Y no todos los imperios pertenecen a la clase del odiado imperio colonial capitalista depredador. También la Unión Soviética fue un imperio, aunque oficialmente no se reconociera como tal, y un imperio generador según nuestra terminología, pues trataba de elevar los países a los que incorporaba a la misma condición socialista de la propia Unión Soviética.

    Pero aunque España cambiara su rumbo y se acercara a Hispanoamérica no esparamos que fuera a ser ella el centro de ese bloque. El centro está, sin duda, en Hispanoamérica, ya sea Brasil, como bien dices, México o tal vez Venezuela. Por muchas razones, pero baste citar dos: el dinamismo revolucionario y la población.

    También juzgo un error gravísimo la adopción del indigenismo como ideología central y el fomento de una hispanofobia anacrónica y absurda. Son actitudes a las que parece atribuírseles un gran potencial revolucionario y la virtud de afirmar la unidad continental (contra un tercero ausente, España) pero que en realidad tiene muchos componentes reaccionarios que tal vez acaben pasando factura al proceso mismo.

    El objetivo de nuestra organización es que España rompa con el yugo del eje franco-alemán, su reunificación como nación política y su incorporación, como un igual o como periferia, al proceso de unificación de Iberoamérica, entendida como una realidad cultural y política más amplia que aquella a la que el latinoamericanismo quiere restringirse. El objetivo es ambicioso y lleno de obstáculos pero tan necesario si no queremos ser absorbidos y perecer que toda colaboración a este o a aquel lado del Atlántico es bienvenida.

  • La Hispania Europea ha perdido su alma: Busca ser sombra de Bruselas y Washington, mirando con desprecio a sus hermanos de la Hispania Americana. Pero aca es que recide la mayor parte de la hispanidad, y donde se construye su futuro. Madrid no sera la capital del renaciente imperio (democratico), si no Brasilia. Los Bolivarianos, heroicos y admirables, sin embargo se equivocan, confundidos por los ideales indigenistas (que tienen su lugar, pero no son centrales). Lo que se reconstruye es la hispanoamerica del 1600, cuando Brasil y el Caribe eran parte del conjunto politico.

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