El tema que se va abordar es la continua deriva de las agrupaciones políticas, hacia formas políticas descentralizadoras del poder político, como por ejemplo los Regionalismos, federalismos,confederalismos, nacionalismos y otras formas descentralizadoras y disgregadoras del poder administrativo y político-burocrático. ¿Por qué la descentralización política desfavorece la creación de un socialismo específico sólido y con capacidad de influir en el panorama político español?
El estado de las autonomias actual y el auge de los regionalismos y los nacionalismos en las Comunidades autónomas ha dividido y «federalizado» a los partidos políticos , y no solo los de izquierdas. También los grandes sindicatos nacionales han optado por proyectos regionalistas personalistas permitiendo los convenios colectivos por comunidades autónomas, un gran golpe a la unidad y colaboración de los trabajadores españoles.
Este panorama hace que en ciertas regiones haya sucursales de los grandes partidos nacionales (PP, PSOE, IU) que adopten una fuerza y con ello una capacidad de decisión que les pone muchas veces en una posición contradictoria y enfrentada respecto a las directrices del partido central.
Argumentos esgrimidos por las diferentes fuerzas políticas para justificar la descentralización política:
Empezaremos por las fuerzas de izquierdas, las razones que llevan a estas organizaciones a apoyar opciones descentralizadoras es su gusto por los nacionalismos culturales y folkloricos. El mito de la cultura ,que considera a la «cultura» como lo mas elevado de un «pueblo». Esta característica de elevar la «cultura» a la máxima expresión es propia del romanticismo alemán , su deriva ideológica desembocará en el culto por la «cultura aria» del Tercer Reich. La idea axiomática que la izquierdas españolas tienen del federalismo, viendolo como una fórmula mágica que no requiere de adjetivos calificativos , un vacio nominalista que se considera como la formula mágica para armonizar todos los problemas y desacuerdos quehay entre regiones y facciones politicas. El democratismo , que considera que a mayor autonomía de los entes políticos pequeños , mayor cuota de democracia hay en la sociedad. El mito del Democratismo le da inmensos poderes a grupos minoritarios enel Congreso y que decir de las CCAA y los ayuntamientos.
En cuanto a la derecha neoliberal mayoritaria, coincide en muchos casos con los grupos de izquierda en ese gusto por lo folklórico-antropológico, como las costumbres, ritos, dialectos e idiomas minoritarios. Las derechas neonazis no alineadas coinciden con muchas «izquierdas radicales» en el mito de la «Europa de los pueblos», el mito de la cultura une ideológicamente a neofascistas y proetarras aunque formalmente sean grupos opuestos. Lo característico de la derecha neoliberal es que ve en la descentralización estatal una via perfecta para las privatizaciones y la desmantelacion del poder del Estado (tampoco está exenta de culpa en este caso la socialdemocracia imperante). Este rasgo se ve de forma exagerada en los Anarco-capitalistas seguidores de la Escuela Austriaca (Hayek, Von Mises), en la actualidad, economistas como JR.Rallo y Huerta de Soto pregonan la destruccion del Estado en pro de una libertad empresarial perfecta y armoniosa, en donde microestados «autogestionados» comerciarían libremente y pacificamente en un mundo con miles de microestados. Un delirio anarquista que justifica la esclavitud de los trabajadores.
La creencia de que la centralizacion estatal es sinónimo de represióny falta de derechos y «democracia», en España viene por el prejuicio al Estado centralista franquista. En ese estrechamiento de miras caen muchas grupos de izquierdas al relacionar todo centralismo con la derecha reaccionaria y el totalitarismo. Obviando la lucha encarnizada que Lennin y Stalin llevaron contra los grupos anarqueizantes que se oponían a la «dictadura burocrática».
La descentralización política mina y disminuye la posiblilidad de la acción revolucionaria ya que facilita la creación de grupos con intereses propios y contrários al interés general (nacional)… El nacionalismo secesionista es un elemento descentralizador de gran fuerza, confundido como izquierda política (se autodenominan izquierda para ganar prestigio, o porque su idea de izquierda nada tiene que ver con una izquierda marxista y materialista, mas bien una izquierda idealista utópica de corte ilustrado francés ). El nacionalismo secesionista es un producto burgués y puramente reaccionario ante cualquier intento de revolución social. En España cristaliza a finales del XIX y sus orígenes están en las fuerzas que combatían a la izquierda liberal jacobina. Los carlistas navarros, vascos y catalanes, no luchaban por la independencia política como ahora lo hacen los secesionistas , sino para defender los privilegios forales de origen feudal ante las reformas centralizadoras de la izquierda liberal española del XIX. En la actualidad el siguiente paso a la descentralización es la secesion.
Pero la descentralización política no solo hace estragos a la Nación en la escala secesionista. El inmenso poder que se le da a las CCAA (educación, sanidad, algunas quieren justicia, impuestos) hace que cualquier cacique autonómico ,no solo le pueda plantear problemas serios al Estado Central o al Partido central (negándose a acatar ordenes apelando a los fueros o a la democracia de todos los ciudadanos de esa region, excluyendo a los demás) sino que también hace imposible que el Estado Central , pueda hacer algo para defendera los ciudadanos de los abusos y desaciertos de los caciques autonómicos, como es el caso de Madrid con los recortes en educación.
Yendo aún mas allá, la descentralización política también actua a escala municipal, los ayuntamientos y los cargos municipales se rigen al arbitrio no de unos funcionarios estatales neutrales o representantes regionales dependientes en todo momento del estado central, sino que se le otorgan excesivos poderes a alcaldes que inciden no siempre de la mejor manera en la economia del la zona, recalificando terrenos o favoreciendo a empresas de sus amigos con suculentos contratos a cargo de las arcas municipales.
Desde IH abogamos porque las formaciones de izquierdas implanten un modelo centralista de corte jacobino en sus programas, en donde la tutela del Estado pueda llegar a los todos los ámbitos posibles de la la Nación. Corrigiendo los excesos y las políticas disgregadoras de los entes locales y autonómicos. Recuperar todas las competencias en educación, sanidad, justicia y fiscalidad así como la implantación de un mando único respecto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.Consideramos que el centralismo político es requisito básico para la formación de una izquierda específica racionalista, materialista e iberoamericanista. Sin una nación fuerte y cohesionada, en donde la positividad de las leyes mediante la coerción del Estado llegue a todos los ciudadanos, es imposible emprender acciones y políticas revolucionarias que abran el camino a un socialismo específico hispano y universal.
Gracias Juan Carlos por tus comentarios tan interesantes y constructivos , seguro que desde IH tendremos en cuenta los temas que planteas para próximos artículos , y alguien escribirá sobre el mito del centralismo Franquista y su utilización sesgada por parte de las burguesías separatistas .Tienes razón al apuntar que el Régimen Franquista no solo fue benévolo con los regionalismos folclóricos sino que , junto al clero local, potenció industrial y culturalmente a las regiones hoy secesionistas .Saludos.
A propósito, no estaría mal que IH dedicara algún artículo a desmontar la mitología autonomista actualmente dominante en la democracia española, que, lo mismo que las mitologías nacionalistas, ha distorsionado y tergiversado por completo la historia reciente y ha ocultado numerosos hechos embarazosos. Asimismo, ha introducido una serie de mentiras presentadas como hechos indudables, y que no son más que mitos y falacias históricas; por ejemplo:
-- Que centralismo es sinónimo de opresión de nacionalidades o identidades culturales.
-- Que federalismo es sinónimo de libertad y de reconocimiento de identidades nacionales y culturales.
-- Que el régimen franquista prohibió y persiguió las lenguas autóctonas españolas (catalán, vascuence, valenciano, gallego).
-- Que el régimen franquista, además, oprimió y castigó especialmente a Cataluña y el País Vasco, intentando anular por completo su «identidad» y su cultura.
-- Que sólo la Constitución Española reconoció la identidad cultural y nacional de las regiones (gracias supuestamente a la descentralización) y permitió salvar unas lenguas y unas culturas a punto de ser aniquiladas por el franquismo.
Esta mitología, todas estas falacias históricas palpablemente falsas, son asumidas hoy sin apenas reservas por los grandes partidos políticos (PSOE y PP), así como por todos los partidos nacionalistas y los partidos minoritarios, sin excepción: ni siquiera UPyD se libra de ellas. Se toman como verdades indiscutibles, como dogmas de fe, y se ignoran todas las evidencias en contra. Poco se podrá hacer sin desmontar antes toda esta tupida red de mitos.
Hay una cuestión que pocas veces he visto planteada (hay un artículo de Roberto Centeno en que se menciona este asunto, pero en general parece un tema tabú), y es el del peculiar «centralismo» del régimen franquista. Los restos actuales de las izquierdas españolas identifican el centralismo con el franquismo de manera sumamente burda, infantil y simplista, como todos sabemos (no se les ocurre identificar el centralismo con la Francia revolucionaria o con la Rusia bolcheviqye, por ejemplo). Sin embargo, si el actual modelo federal español (pues federal es, sin ninguna duda) es asimétrico, ¿acaso el régimen franquista no se caracterizó también por un «centralismo asimétrico»?
El centralismo asimétrico franquista supuso una centralización administrativa e ideológica, pero al mismo tiempo una profunda descentralización económica y demográfica. En términos marxistas, el centralismo franquista fue superestructural, mientras que la base estuvo siempre descentralizada. En la medida en que la base tiene prioridad sobre la estructura, deberíamos decir que el régimen franquista fue prioritariamente un modelo descentralizado.
Durante el centralismo franquista se decidió desequilibrar España concentrando la industria en Cataluña y el País Vasco, y se trasladaron masas inmensas de emigrantes de Andalucía a Cataluña (3 millones de «charnegos» que sufrieron una «inmersión étnica» forzosa en Cataluña ya desde los años 1960, con la complacencia de un régimen franquista que incluso apoyaba la difusión y promoción a ultranza de la lengua y la cultura catalanas).
No es casualidad que Cataluña se situara, ya desde principios de los años 1950, como la región con la mayor renta per cápita de la España franquista. Josep Maria de Sagarra escribía en 1952: «el mayor milagro de nuestro tiempo ha sido la transformación material y moral de Barcelona».
Aquellos polvos trajeron estos lodos.
Si hablamos de partidos políticos en España que favorezcan el centralismo, a saber …la recuperación de competencias «básicas»(educación, sanidad)… creo que UPyD a mi juicio es la fuerza que tendría que crecer para favorecer esa vuelta de trasferencias.Digo esto porque el PP ,que se presenta como partido(el único junto a UPyD??) centrista….mas que posible ganador en las próximas elecciones… no parece estar por la labor de hacer una profunda reforma en este aspecto,ya que es preso del clientelismo de los votantes regionalistas(Valencia,Galicia,Cataluña).El PP cree fervientemente en el «Estado de las Autonosuyas»… su máximo objetivo es conservar el régimen.Intuyo que no hará nada significativo respecto a la recuperación de competencias.
De todas maneras UPyD, que me parece la fuerza que mas se acerca al centralismo….tiene el mismo vicio federalista que muchas «fuerzas de izquierda»,no sé si plantean una «federación simétrica»(que sería la mejor opción ya que sería una «federación centralista») o una «federación asimétrica»que mas o menos nos quedaríamos donde estamos o peor.De todas maneras «federar» España es un absurdo.Salud.
¡Por la centralización!
En España, ¿son UPyD los únicos que están por la labor…?
Pese a que no habría mejor democracia que la que arde, ¿qué fuerza política realmente existente, a juicio de IH, debería aumentar su peso específico en la próxima pantomima electoral…? ¿Qué opciones más dignas, o mejor dicho, menos vergonzosas y vergonzantes, si las hay, podrían encontrarse…; siempre y cuando los servicios secretos decidan no intervenir demasiado…?
La verdad es que toda nación política que deje de ser centralista en lo básico(educación, sanidad,fiscalidad , ejército y fuerzas de seguridad) dejará de ser una nación política o tiene muchas posibilidades de dejar de serlo .
La descentralización política aumenta considerablemente el número de burócratas dentro del Estado, con el gasto que esto supone.Además el aumento de competencias a las regiones no garantiza la eficiencia de los servicios prestados , ya que muchas competencias están duplicadas y triplicadas .La descentralización favorece a la corrupción( delictiva e ideológica) y es ineficiente para satisfacer las necesidades prioritarias de la población.Salud.
La verdad es que toda nación política que deje de ser centralista en lo básico (educación ,fiscalidad, ejército,justicia y política Lingüística) dejaría de ser nación política( o corre muchos riesgos para dejar de serlo).
La descentralización política aumenta considerablemente el número de burócratas con los gastos que esto supone.Además el aumento deliberado de competencias autonómicas(que posibilita esa inmensa y costosa red burocrática,muchas veces desleal a la Nación Política)lejos de mejorar la eficacia y rendimiento de los servicios administrativos regionales…..acaban siendo un nido de corrupción(tanto delictiva como ideológica)y ineficientes en sus funciones ,ya que muchas competencias están duplicadas, triplicadas o simplemente están destinadas a otros menesteres que nada tienen que ver con las necesidades de los ciudadanos.Salud.
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Subo la respuesta de Javier Carlos Álvarez:
Enviado el 18/10/2011 a las 00:56 | En respuesta a Javier Ardura.
Gracias, Javier. En efecto, tienes razón al afirmar que en un Estado-nación que siempre ha sido unitario, como es el caso de España, implantar un sistema federal no tiene la menor justificación y es un paso regresivo, que casi inevitablemente degenera en el confederalismo (la situación actual) y en la proliferación de secesionismos y nacionalismos étnicos. Ya Marx y Engels señalaron que el progreso de la historia (en la medida en que pueda hablarse de “progreso”) va en la línea de la creación de estados cada vez más extensos territorialmente y más centralizados, ya que sólo así se puede asegurar la unidad de mercado necesaria para el desarrollo económico, y gestionar de forma racional los recursos sociales y económicos de una nación. Asimismo, el reparto o la distribución equitativa de la riqueza, así como la igualdad jurídica entre los ciudadanos, son sencillamente imposibles sin un modelo estatal fuertemente centralizado (y, en efecto, países nominalmente federales como USA y Alemania son también centralizados).
Hay que tener también otro aspecto que hace que el centralismo sea siempre más aconsejable que la centralización: como decía Tocqueville, los jerarcas locales son siempre más opresivos que los jerarcas más alejados. Por definición, el cacique local o los jefazos autonómicos que viven a escasos centenares de metros de nuestros domicilios son mucho más ominosos, temibles y peligrosos que los jefes que viven a miles de kilómetros. La sabiduría popular tiene el siguiente dicho: “del jefe y del burro, cuanto más lejos más seguro”. Los jefes son siempre peligrosos, y como todos sabemos no hay jefe bueno. Por desgracia, toda organización social necesita de algunos jefes, pero una mera cuestión de racionalización e higiene pública (y de salud mental) exige que los jefes sean lo menos numerosos posibles y que no se encuentren pegados al cogote de sus subordinados todo día. El régimen autonómico sólo nos ha traído una proliferación de cientos de miles de nuevos jefes, jerarcas y caciques locales que pueden oprimirnos, humillarnos y someternos mejor gracias a que viven a la vuelta de la esquina. El centralismo sería una solución radicalmente democrática, que eliminaría a toda esa infinidad de caciques y jefazos que nos agobian. Muchos españoles podríamos volver a respirar tranquilos gracias al centralismo.
Gracias, Javier. En efecto, tienes razón al afirmar que en un Estado-nación que siempre ha sido unitario, como es el caso de España, implantar un sistema federal no tiene la menor justificación y es un paso regresivo, que casi inevitablemente degenera en el confederalismo (la situación actual) y en la proliferación de secesionismos y nacionalismos étnicos. Ya Marx y Engels señalaron que el progreso de la historia (en la medida en que pueda hablarse de «progreso») va en la línea de la creación de estados cada vez más extensos territorialmente y más centralizados, ya que sólo así se puede asegurar la unidad de mercado necesaria para el desarrollo económico, y gestionar de forma racional los recursos sociales y económicos de una nación. Asimismo, el reparto o la distribución equitativa de la riqueza, así como la igualdad jurídica entre los ciudadanos, son sencillamente imposibles sin un modelo estatal fuertemente centralizado (y, en efecto, países nominalmente federales como USA y Alemania son también centralizados).
Hay que tener también otro aspecto que hace que el centralismo sea siempre más aconsejable que la centralización: como decía Tocqueville, los jerarcas locales son siempre más opresivos que los jerarcas más alejados. Por definición, el cacique local o los jefazos autonómicos que viven a escasos centenares de metros de nuestros domicilios son mucho más ominosos, temibles y peligrosos que los jefes que viven a miles de kilómetros. La sabiduría popular tiene el siguiente dicho: «del jefe y del burro, cuanto más lejos más seguro». Los jefes son siempre peligrosos, y como todos sabemos no hay jefe bueno. Por desgracia, toda organización social necesita de algunos jefes, pero una mera cuestión de racionalización e higiene pública (y de salud mental) exige que los jefes sean lo menos numerosos posibles y que no se encuentren pegados al cogote de sus subordinados todo día. El régimen autonómico sólo nos ha traído una proliferación de cientos de miles de nuevos jefes, jerarcas y caciques locales que pueden oprimirnos, humillarnos y someternos mejor gracias a que viven a la vuelta de la esquina. El centralismo sería una solución radicalmente democrática, que eliminaría a toda esa infinidad de caciques y jefazos que nos agobian. Muchos españoles podríamos volver a respirar tranquilos gracias al centralismo.
Acertado y pertinente el comentario de Juan Carlos Álvarez.España es un país mas descentralizado que otros países federales, como USA y Alemania.El sistema autonómico español se asemejaría mas a una «federación asimétrica» , ya que como bien indica el comentario anterior , en España no se da esa igualdad jurídica entre regiones que en otros países (con un sistema federal) se da.
Teniendo en cuenta que hay muchos tipos de federalismos,desde un punto de vista genérico no es lógico que España sea federal ya que es absurdo unir lo que lleva unido cientos de años.Las federaciones surgen de estados previamente independientes no de estados que ya están unidos políticamente.
Otro tema importante y que el artículo no trata es el Senado.Lejos de ser una institución coordinadora de las regiones en la linea de la cohesión entre ellas y el Estado(eutáxia)pasa a ser todo lo contrario.El Senado como refugio institucional de caciques locales y recreo de extravagancias folclóricas ,como pudimos observar con el espectáculo de los pinganillos y las lenguas regionales.El Senado Español debe ser reformado y en el mejor de los casos eliminado.Salud
Buen aporte el comentario de Juan Carlos Alvarez en consonancia con lo que el artículo critica .España es un país más descentralizado que muchos países denominados «federales», además el Estado Autonómico es asimétrico , como indica el comentario anterior, no hay igualdad jurídica por lo que el sistema español se acerca mas a una «federación asimétrica».
El tema del Senado también es importante , no es una institución política que coordine y cohesione a las regiones sino todo lo contrario , el Senado Español es refugio para caciques regionales y excentricidades folclóricas(véase el tema de los idiomas y pinganillos).salud y gracias por el comentario pertinente y acertado.
Enhorabuena por el estupendo artículo. No obstante, quizás habría que hacer una precisión: la mayoría de los actuales estados federales --como Alemania, Australia o EEUU-- realmente son más centralistas que federales. Esto es así porque el federalismo (propiamente dicho) es una estructura política altamente inestable, y los federalismos históricos fueron de duración bastante limitada, antes de su progresiva conversión en modelos centralizados.
El catedrático Eliseo Aja, que no es precisamente un jacobino centralista sino un autonomista y constitucionalista a ultranza, señala en su libro El Estado Autonómico las diferencias esenciales que distinguen al modelo autonómico español de los modelos federales de países como Alemania o Australia (y que hacen que el modelo autonómico español sea todavía mucho más descentralizado que aquéllos):
-- Mientras que en los sistemas federales se da una plena igualdad jurídica, legal y fiscal entre todos los «Estados» (nominales) o regiones constituyentes, en España no se da tal igualdad y hay regiones con privilegios y con leyes distintas.
-- Mientras que en España no existe ningún organismo de cooperación ni ningún instrumento de coordinación entre las comunidades autónomas (cada una de las cuales va por libre, generándose así inevitablemente conflictos), en los sistemas federales existen organismos, instituciones y normas jurídicas que impiden que un Estado o Länder tome decisiones que afecten a los demás Estados sin la previa consulta y aprobación de éstos. En España no existe ni siquiera un régimen jurídico que regule los convenios entre el Estado central y las CCAA, ni mucho menos entre las propias CCAA.
-- Mientras que en España el Senado es una cámara subordinada al Congreso, y asimismo dominada por el caciquismo territorial partitocrático de los barones autonómicos y de sus redes clientelares, en los sistemas federales es un organismo de coordinación del Estado central con las regiones que, lejos de debilitar el poder del Estado central, facilita la articulación e integración de éste con los poderes territoriales. Todo lo contrario de lo que ocurre en España.
-- Mientras que en España las fuerzas políticas nacionalistas adquieren un poder desproporcionado y son capaces de desequilibrar las relaciones entre las automomías y de determinar las políticas del Estado central, en los sistemas federales las fuerzas y partidos políticos nacionalistas tienden a quedar, si no eliminados del ámbito político, sí neutralizados gracias a la igualdad jurídica y a los mecanismos de coordinación entre territorios y entre éstos y el Estado central.