La Isla presidencial es una serie de dibujos animados que presenta en clave de humor la realidad política iberoamericana. De producción venezolana, narra los avatares de conocidos mandatarios de la región tras naufragar su barco y quedar atrapados en una isla desierta. Aunque algunos de los protagonistas ya han abandonado el poder, consideramos que las reflexiones aquí expuestas continúan a la orden del día.
Lo primero que llama la atención, es el reconocimiento implícito de la existencia de una comunidad de naciones herederas de los fenecidos imperios español y portugués. Los jefes de estado y de gobierno no se reúnen en un plano estrictamente bilateral, sino que coordinados desde una plataforma hispánica que los trasciende. Esa plataforma continental articulada en torno al español/ portugués, el catolicismo y otras instituciones da sentido a las cumbres iberoamericanas más allá del simple intercambio diplomático. España, aunque geográficamente europea, forma parte sin ningún tipo de dudas de ese espacio geopolítico. Sirva la siguiente escena como ejemplo: cuando los presidentes tratan de escapar de la isla en una balsa con nulo resultado por el exceso de peso, el Rey de España arbitra una solución: harán uso de la balsa aquellos mandatarios que ganen un partido de fútbol. Asimismo el monarca español junto al presidente nicaragüense (que apenas habla porque está borracho), comentan las principales jugadas del partido.
En segundo lugar, la serie dedica especial atención a la figura de Hugo Chávez. El líder venezolano es retratado como charlatán y vocinglero, un político que manipula a su antojo al boliviano Evo Morales. Éste último, por amor a Chávez, es capaz de aguantar sus inacabables peroratas, o incluso poner en peligro su vida con la ingesta de setas alucinógenas. Con independencia de que la crítica a la personalidad de Chávez sea exagerada, se pone de manifiesto para bien o para mal la centralidad actual del proyecto bolivariano. En realidad el partido de fútbol no es entre países alineados y no alineados, tal y como afirman los autores de la serie. No, el enfrentamiento se está dando entre aquellos países del eje bolivariano -Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba, Nicaragua- partidarios de un proyecto de integración regional, frente a aquellos otros alineados con los Estados Unidos, a saber: Colombia o México. Nos encontramos ante el choque entre el imperio realmente existente y sus aliados en Iberoamérica, con otro bloque de países también iberoamericanos con un proyecto geopolítico alternativo, aunque todavía en estadio embrionario. No parece tampoco casualidad, que en otro capítulo, sea precisamente Obama el que ataque con una cerbatana a Chávez: de cara a los Estados Unidos es el enemigo a batir. ¿Qué decir de otros grandes países del continente como Argentina, Chile o Brasil? Argentina y Chile pasan casi desapercibidas en los capítulos que se han emitido hasta ahora: la presidenta Cristina Fernández queda relegada a un plano secundario junto al ex-premier español José Luis Rodríguez Zapatero, mientras que la ex-mandataria chilena Michelle Bachelet es asada y devorada por el resto de presidentes al principio de la serie. En cambio el ex -presidente Lula si recibe gran atención. Representante de un Brasil emergente se mantiene equidistante entre los dos bloques. En un momento del partido parece que cambia de bando; además tratar de mediar en los conflictos entre los otros líderes. En este sentido Lula realiza un comentario jocoso sobre la situación del continente: apela a la OEA como arbitro del partido para después mostrar que esa organización no es más que un espantapájaros.
En definitiva serie de humor inteligente, a pesar de los evidentes toques antichavistas, que da buena cuenta de la dialéctica realmente existente entre las naciones iberoamericanas.
Sin duda, pero no deja de ser curioso que pongan en boca precisamente del Rey de España esas frases negrolegendarias, cuando en la política real y en el video representa papel de moderador o de narrador de lo que sucede. Le otorga un tono de objetividad que no tendría en boca de Chávez o en los otros contendientes. Al fin y al cabo, ni Chavez ni Morales se manifiestan en esos términos respecto a España en el relato. Lo más cercano es ver a Correa caracterizado de indígena.
Ciertamente es Leyenda Negra que confunde la colonización de Australia con la conquista de la América española. Siendo generosos en la interpretación podemos decir que se trata de caricaturizar ciertas posturas. Igual que está caricaturizado Uribe, Lula, Correa o Chávez, puede entenderse la postura del Rey como la típica de un español que observa lo que ocurre en Iberoamérica desde la distancia, que encima está convencido de la Leyenda Negra y que desprecia a los «sudacas» desde la lejanía. Visto desde esta perspectiva el Rey refleja una postura real que mantienen cierto número de españoles respecto a Iberoamérica, ya sea porque se traguen la Leyenda Negra, ya sea porque desprecien a «los sudacas» como de forma vil y despreciable les llaman.
Por lo demás, desternillante el episodio, muy bueno. No creo que carguen las tintas en el antichavismo, pues a Uribe le atizan de lo lindo también. Sí que es verdad que muestra parte de la realidad de esos mandatarios y sus países.
Dice el Rey: «Esto es lo que pasa cuando mandas a putas y presidiarios a colonizar a un continente». Leyenda Negra en estado puro.