Restauración reloaded: Felipe VI y la sombra de Cánovas

Congreso proclamación

Con la sanción de Juan Carlos I del decreto de su propia abdicación tocaba su fin el reinado del protagonista de la última restauración monárquica y actor principal de la llamada transición española. En un interesante trabajo, Pablo Castellanos se alejaba de la versión oficial autocomplaciente de este importante periodo de la historia de España. En su lugar trazaba un paralelismo con la restauración canovista.

En ambos periodos históricos el nuevo régimen fue capaz de integrar a las dos facciones políticas tradicionalmente enfrentadas. Tras la muerte de Fernando VII liberales progresistas y moderados se vieron envueltos en luchas fraticidas por el poder. La monarquía de Alfonso XII armó bajo la estricta supervisión de Canovas del Castillo un nuevo sistema. Los otrora enemigos compartirían el poder dentro un turno ordenado con una derecha y una izquierda dinásticas. Eso sí, todo sobre las bases de un caciquismo abyecto y grandes dosis de corrupción. Después de un largo periodo de estabilidad constitucional, la incapacidad para hacer frente a los retos socio-económicos (emergencia del movimiento obrero, luchas campesinas) y el difícil encaje de la cuestión territorial, acabaron por minar la legitimidad del régimen y después del intento de recomposición dictatorial de Primo de Rivera, provocaron la caída del rey.

La monarquía de Juan Carlos I logró concluir con éxito una operación similar. Integración bajo el manto del transformado régimen franquista de las “dos Españas”, creando las bases de un turno dinástico, con su izquierda y su derecha vigente hasta la actualidad. Ahora bien, el sistema de partidos del 78 está tocado, sobre todo por su lado izquierdo. Si es de muerte o no todavía es pronto para decirlo. La sangría de votos en las dos últimas convocatorias electorales que ha afectado al PSOE, la irrupción de Podemos y la radicalización republicana de Izquierda Unida podrían marcar el principio de un nuevo ciclo político, con consecuencias todavía muy difíciles de adivinar. En estos momentos el PSOE trata de recuperar su legitimidad dentro de la “izquierda”. Pero “el sois lo mismo” ha calado hondo en una parte de la sociedad que ya no quiere palabras, sino hechos. Incluso en petit comité, Rajoy y la gran patronal admiten que asisten con cierta preocupación a la marcha de Pérez Rubalcaba. Temen que un PSOE un poco más izquierdista pueda tomar algunas medidas “populistas” para ganar el terreno perdido. Pero por otro lado si el PSOE no consigue recomponerse será el régimen entero el que deberá ser apuntalado, y como sucedió en época de Alfonso XIII, puede que entonces sea el rey Felipe VI el sacrificado.

Sólo el tiempo dirá. Hasta entonces en IH seguiremos en lo mismo: defensa de un proyecto republicano unido a un convencido iberoamericanismo socialista.

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