Socialismo(s)

En la imagen: arriba, socialismos de izquierdas (Lenin, Bakunin, Mao, Chávez); abajo, socialismos de derechas (Hitler, Perón, Boff, Gaddafi).

Desde las coordenadas del Materialismo Filosófico (sistema filosófico creado por el filósofo español Gustavo Bueno y desarrollado durante los últimos 40 años) se define el socialismo como: a) Socialismo genérico o filosófico. Es contrario al individualismo, al solipsismo (“el único y su propiedad”), y todo subjetivismo individual y grupal (particularismo). b) Socialismos específicos (positivos o económicos-políticos). Los que tienden a la “sociedad sin clases” (definiendo de qué clase se habla).

También se puede definir el socialismo como toda aquella doctrina que propugna que no puede contarse con el libre juego de las iniciativas y los intereses individuales para asegurar un orden social satisfactorio, defendiendo un orden alternativo en el que la organización social esté concertada.

Dicho esto, lo que queda claro es que socialismos hay muchos y además enfrentados entre sí, y es más, no son solo de izquierdas sino también de derecha, con lo cual decir que se quiere el socialismo o que se es socialista es no decir nada a no ser que se especifique. Como decíamos, hay socialismos de derecha y de izquierdas, ¿pero qué es la izquierda y la derecha?.

Desde el Filomat la Izquierda se define genéricamente como una idea función de “racionalismo universalista” (la igualdad racional de todos los sujetos operatorios –seres humanos- de poder adquirir verdades científicas y filosóficas de forma análoga), que de forma positiva, o sea, adquiere un sentido político concreto en la medida en que se aplique la característica a determinados campos de variables políticas con sus correspondientes parámetros (el primero de todos la nación política o el Estado-Nación) y será respecto al posicionamiento ante el Estado-Nación en donde surgirán las seis generaciones de izquierdas definidas (definidas respecto a ese Estado y que son la Jacobina, Liberal –española-, Anarquista, Socialdemócrata, Comunista, Asiática), cada una con sus planes y programas estatales para llevar a cabo ese “racionalismo universalista” en forma positiva a través de una “racionalización revolucionaria por holización” (homogeneización de la sociedad orientada a transformala en una nación de ciudadanos –individuos iguales entre sí-). Y que no se contentarán con extender esa holización a la nación política de referencia sino al resto del mundo (como idea límite), tal fue el caso de Napoleón en la Izquierda Jacobina, la Constitución de Cádiz en la Izquierda Liberal (“los españoles de ambos hemisférios”) o la Gran Colombia de Bolivar, el Imperio Soviético de la Izquierda Comunista.

La derecha tendrá como características genéricas el irracionalismo (principios revelados a los que solo pueden acceder unos individuos o grupos privilegiados) y/o el particularismo (planes y programas de diversos grupos como razas y clases, que excluyen a otros grupos de una sociedad para marginarlos, explotarlos o eliminarlos), que de forma positiva se define como la apropiación de bienes y territorios según lo postula el Antiguo Régimen (con tres modulaciones de Derecha alineada –con ése Antiguo Régimen- : Primaria, Liberal, Socialista). Aunque hay corrientes de Derecha no alineadas al Antiguo Régimen (nazis, fascistas, extravagantes -nacionalistas étnicos fraccionarios, indigenistas-, etc…).

Para ejemplificar esto podemos decir que hay socialismos específicos de Derecha no alineada, como los nazis (con su organización social concertada, a través de la intervención estatal junto a las empresas privadas, las empresas públicas, medidas de bienestar para los obreros, etc…), pero que no tienen conexión con el socialismo genérico debido a su particularismo de raza (basado en el irracional mito de la raza).

En otro caso, históricamente tenemos un capitalismo que conecta con el socialismo genérico porque socializa a las sociedades feudales que destruye y tiende a cubrir todo el globo (“la burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar constantemente los instrumentos de producción y, por consiguiente, las relaciones de producción, y con ello todas las relaciones sociales… Espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a sus productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita anidar en todas partes, establecerse en todas partes, crear vínculos en todas partes.” Manifiesto Comunista. Marx y Engels. 1848.) pero no sería un socialismo específico, lo cual es un caso contrario al anterior de los nazis, y aquí estaría la derecha alineada liberal. Esto es así en la medida en que la apropiación de los medios de producción por particulares o por sociedades anónimas conduce a una diferenciación de clases sociales entre las cuales se producen élites burguesas satisfechas de sus propios mensajes y modos de vida que se amparan en ideologías de un darwinismo social que legitima a los triunfadores por el mero hecho de haber triunfado, por haber sido elegidos por el destino.

A la contra de éste, hay otro ejemplo histórico pero esta vez de Izquierda definida (basado en el racionalismo materialista marxista) que tuvo un socialismo específico que conectaba con el socialismo genérico, estamos hablando del Imperio soviético comunista.

A contracorriente del comunismo tendríamos otro ejemplo de una Derecha socialista alineada islámica (¿Irán?) que conecta con un socialismo genérico por su anti-particularismo (quiere universalizar el Islam) pero que se basa en irracionalismos (verdades reveladas del Corán) y de ahí su derechismo.

Izquierda Hispánica se posiciona por beber del Filomat (sistema filosófico que comparte la idea función de la Izquierda, “racionalismo universalista”) en contra de todos los socialismos específicos de Derecha (alineada o no), estén o no conectados al socialismo genérico debido a su irracionalismo o a su particularismo o ambos. También se posiciona en contra de la Derecha liberal porque aunque puede tener conexión con el socialismo genérico, no es uno específico por su particularismo (aunque es cierto que no se basa en verdades reveladas, es racional).

Pero también se posiciona frente a ciertos socialismos específicos de Izquierdas (todos los socialismos específicos de todas las Izquierdas definidas están en conexión con el Socialismo genérico), como el Anarquismo (por su intento de destrucción del Estado) y la Socialdemocracia (por ser en realidad una muleta del capitalismo). Debido al fracaso y caída del comunismo, ya no vale la pena solidarizarse con este tipo de socialismo específico y el Asiático (China) es una incógnita.

Solo queda la alternativa de crear una nueva Izquierda definida con su socialismo específico nuevo, en conexión con el socialismo genérico, que parta de la Plataforma Hispánica (todas las naciones políticas cuyos idiomas oficiales son el español o el portugués, creadas tras la disolución del Imperio español, a partir de la revolución de la Izquierda liberal que se dió a ambos lados del Atlántico durante el Siglo XIX), y que tenga en cuenta los procesos que en la actualidad se están dando en algunas naciones políticas como Venezuela y su revolución bolivariana o Socialismo del Siglo XXI (con sus pros y sus contras) o Cuba en estos momentos de cambios en la isla, para construir una potencia o bloque socialista que influya de una manera ejemplarista al resto del globo frente a otros Imperios depredadores capitalistas y sociedades políticas.

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2 Respuestas a “Socialismo(s)”


  • «Debido al fracaso y caída del comunismo, ya no vale la pena solidarizarse con este tipo de socialismo específico…»

    Francamente, no veo el sentido de esta frase. Es una sentencia huera, vacua, un mero flatus voci. La solidaridad es siempre contra terceros, y si el comunismo ha caído y ya no existe (salvo como su propia autoparodia represiva en Cuba y Corea del Norte), ¿cómo solidarizarse con algo inexistente o que ha degenerado en farsa trágica (en los dos países mencionados), en capitalismo autoritario (en China y Vietnam), o en impotente y absurda nostalgia (en los partidos comunistas del resto del mundo)?

    No se trata de inventar una «nueva generación de izquierdas», sino de volver a comenzar desde cero, de empezar otra vez desde el principio, tal como quería Lenin. Las izquierdas del siglo XX han desembocado en un fracaso monumental, en un desastre sin paliativos, y ya no tenemos absolutamente nada que aprender de ellas salvo en sentido negativo: es preciso iniciar un derrotero nuevo, desandar lo andado y volver al origen. Se trataría de una repetición en sentido benjaminiano, o si se quiere beckettiano: «Inténtalo de nuevo. Fracasa de nuevo. Fracasa mejor». Lo único que podemos intentar es que la próxima vez fracasemos mejor (porque sin duda volveremos a fracasar: lo Real es por definición inasequible).

    Por otro lado,habría que tomarse en serio el título del libro de Toni Negri «Goodbye, Mr. Socialism». La oposición no es entre «izquierda» y «derecha» (una falsa oposición, meramente fenoménica, irreal, insustancial), sino la que enfrenta al Socialismo contra el Comunismo. Nuestro futuro será o bien socialista o bien comunista. No hay más opciones: o bien un socialismo asiático bajo la forma de un capitalismo autoritario (como en China), o bien un comunismo en el que los «comunes» (en términos de Toni Negri) no sean restringidos ni privatizados.

    Desde luego, el nuevo comunismo tendría no sólo que empezar desde cero, sino que además debería prescindir del desfasado (y erróneo) legado marxista. Sólo la recuperación de la tradición cristiana universalista inaugurada por San Pablo es capaz de ofrecer un fundamento sólido para un proyecto comunista. El comunismo sería el verdadero nacimiento del Espíritu Santo como ágape universal entre los sujetos que han superado su dependencia de lo trascendente y han abrazado el verdadero significado del mensaje de Jesús.

    Saludos cristianos.

  • Si se dice: «Debido al fracaso y caída del comunismo, ya no vale la pena solidarizarse con este tipo de socialismo específico…»

    No se puede decir, como dijo Santiago al comienzo del Zafarrancho nº 7: «… Hoy tenemos la bandera de la Unión Soviética, porque somos socialistas, y vamos a hablar de… (algunos catalanes; en aquél caso)»

    Podrá decirse que aunque esa bandera presidiera la cosa, no tiene porqué significar la solidaridad con ese tipo de socialismo; pero las palabras dejan muy claro el motivo: «porque somos socialistas». Por tanto, lo de que no vale la pena… queda muy oscuro y puede confundir al lector.

    En cuanto a lo de China, que es una incógnita, supongo que a quienes tendrá más confundidos será a los propios chinos. ¿Dónde quedó el «traje Mao»…? ¿No era aquél tipo de cuello el que homogeneizaba a sus ciudadanos, haciéndoles creer que todos eran iguales y que habían extirpado las diferencias de clases…? Por otro lado, ¿porqué no se colapsó su «socialismo»…? La URSS, según GBueno, no colapsó gracias a ningún Reagan, damas de hierro o Papas romanos; no fue ningún triunfo «capitalista», sino que fueron motivos exclusivamente internos los que la llevaron al derrumbe. China no sólo no se ha derrumbado, sino que se ha convertido en el banquero mundial, la fábrica mundial y otras cosas mundiales. ¿Por qué…? Pues porque lo que muchos llaman «partido único» no es tan único como parece; quizás en apariencia tenga una sola cabeza, pero lo que hace con la mano derecha, ¿la izquierda se entera…?

    De momento, con rigor, no se le podría llamar imperio depredador (sin perjuicio de lo que pudieran estar haciendo en África; lugar del que nadie habla ni nadie sabe muy bien qué es… aparte de ser muy grande), pero ya se ha acuñado otro más específico para ellos: imperio parasitario, modelo parasitario. Si las leyes «occidentales» les exigieran lo que ellos exigen en su territorio (socios nativos, por ejemplo), sería de otro modo; pero como pueden hacer lo que les sale de allí, pues simplemente lo hacen. Tienen poder para ello. Aún así, sin duda, siguen siendo una incógnita.

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