De Gamonal a la lucha social dispersa

Tras las paralizaciones de las obras del infausto bulevar  en el barrio burgalés de Gamonal, fruto de las protestas vecinales organizadas,  han surgido en varias localidades de España movimientos de apoyo al éxito obtenido por la presión de esta movilización.

Y aunque las asociaciones de vecinos y de barrios en España son pieza clave para entender no sólo  el día a día del funcionamiento de los servicios públicos de nuestras ciudades, sino también la intensificación de la lucha social en momentos clave de nuestra historia más reciente, su falta de coordinación política a nivel nacional dispersa las fuerzas y convierte los logros obtenidos en meros episodios de resistencia local.

Ya en la transición franquista hacia la “actual democracia” estos grupos (asociaciones de vecinos), protagonistas nada dóciles en aquel momento (en su génesis muy influenciados por el Partido Comunista y los cristianos de base), fueron sistemáticamente eliminados  de la Constitución de 1978, en detrimento de otros grupos sociales que sí interesaban tenerlos ganados y contentados para la nueva causa política. La  visibilidad y capacidad organizativa de las asociaciones vecinales se vio seriamente mermada en los  años ochenta del pasado siglo, principalmente cuando el PSOE gobernaba en España. Pero como todo movimiento comunitario que se engendra en el día a día, en la ayuda mutua y en la exigencia a las instituciones políticas de una mayor atención social debida a la falta o deficiente prestación de servicios públicos adecuados, resurgieron dichas asociaciones con mayor fuerza organizativa y renovada, siendo la crisis actual el acicate para impulsarlas.

No obstante, nuestra crítica apunta más bien a la dispersión y falta de liderazgo político que aúne en un frente común estos movimientos. No basta con aclamar la solidaridad intergrupos como se suele hacer, y se ha hecho recientemente en varias localidades de España, y que, por otra parte, no deja de ser señal tanto de la existencia de contradicciones sociales inherentes a la situación actual, como de la inexistencia de una dirección política que abogue por un cambio radical en el poder político.

La lucha económica y social dispersa, localista y sin dirección política a escala nacional obtiene, como mucho, victorias de contención, como el caso del barrio de Gamonal en Burgos donde sigue el mismo alcalde y el  mismo partido político (el mayor éxito, sin duda importante, ha sido la paralización de las obras). Se puede decir que el recorrido de sus victorias es muy limitado.

Y es que la acción social invertebrada es producto, principalmente, de la España de las Comunidades Autónomas, y en el caso de las asociaciones de vecinos los movimientos de apoyo así lo demuestran. Actualmente, no hay movimiento ni partido político que una estas fuerzas para la transformación revolucionaria en España.

La tan necesaria coordinación entre la lucha ideológica, económica, social y política brilla por su ausencia en un momento donde la convulsión social cada vez es mayor, donde la espontaneidad social sin andamiaje político se transmuta en “espontaneísmo esparcido” en beneficio de los “gobernantes pro Unión Europea”.   Y esto se ha estado observando, asiduamente, desde el inicio de la crisis, donde la diseminación de manifestaciones, movimientos, huelgas, revueltas, etc. por diferentes puntos de España, demuestra que la tendencia a la fragmentación/dispersión se da tanto a escala geográfica como a escala profesional o grupo social. Y esto, como decía, es resultado de la relación existente entre la falta de unidad y dirección política de estos movimientos y la presión externa (UE, Alemania) e interna (PP, PSOE, partidos separatistas, Constitución de 1978, Comunidades Autónomas, oligarquías económicas, etc.); o, dicho de otra manera, falta de soberanía nacional en materia económica y política.

Como colofón a lo antedicho, aplaudimos estos movimientos sociales y su presión ascendente, pero en abstracto, sin analizar la realidad concreta, y por qué suceden las cosas de este modo, difícilmente se canalizarán estas fuerzas con trascendencia nacional y trasnacional, y lo único que se engendra a la larga es desperdicio de fuerzas sociales y económicas en detrimento de la lucha política.

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1 Respuesta a “De Gamonal a la lucha social dispersa”


  • Oportunidad de unir fuerzas y algo más:
    En el Mediterráneo occidental español se van a producir, si no se impide, prospecciones petrolíferas por parte de una empresa irlandesa y otra noruega, desde Baleares en bloque decimos NO a semejante barbaridad que acabaría con la economía y los ecosistemas marinos, matando nuestro mar y su belleza única. Es una buena oportunidad (dado que en las islas hay corrientes antiespañolas formadas por individuos que se llaman de izquierdas y desde mi punto de vista tienen solvencia intelectual de un gato ) para unir fuerzas en todo el estado y apoyar la causa (repito que la oposición a tal aberración es total) haciéndola suya. No sé además qué oscuros intereses se ocultan tras esto, pero un alemán del parlamento europeo ya está criticando al gobierno español utilizando la palabra España( gobierno que es la continuación del «desguace y venta a precios de saldo»-véase caso Enel, Tabacalera, Iberia etc). Lo que voy a decir a continuación puede que sea algo enrevesado pero: aquí hay muchos alemanes(el líder de un partido alemán empezó su campaña en Mallorca las pasadas elecciones); los separatistas tienen en Europa su supuesto oráculo (no ven más allá de sus narices con tal de cacarear y cobrar por ello)y visto lo visto hasta los ingleses podrían tener su baza y quedar como los salvadores de la maravilla del Mediterráneo ante la «pasividad de España» no del gobierno, que son dos cosas distintas (estrategia del lenguaje también utilizada por los secesionistas caciquiles). Hasta se me ocurre que podrían querer hundir moméntaneamente los pocos focos de actividad económica productora de riqueza que quedan en España para enriquecerse unos pocos buitres.
    En cualquier caso el apoyo masivo a la oposición a este tipo de actuaciones destructoras es ahora muy necesario. Cualquier mail a los medios o click en «me gusta»en las páginas de Facebook creadas ad hoc sería muy efectivo.
    Gracias

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