El próximo 19 de marzo de 2012 se cumplirá el bicentenario de España como Nación política (debido a que el 19 de marzo de 1812 se promulgó la Constitución de Cádiz). Lo más paradójico de esta importante celebración es que cogerá a España en uno de los momentos más graves de su historia reciente debido a que estamos en medio de una tremenda crisis económica unida a una pérdida de soberanía a manos de Europa (Eje franco-alemán) y de los nacionalistas fraccionarios cada vez más crecidos en sus feudos, por si fuera poco la “primavera árabe” deja un reguero ya de gobiernos islamistas en Libia, Túnez, y quizás pronto en Egipto (ya veremos si caen también Argelia y Marruecos). Y todos estos Estados de la plataforma islámica están justo por debajo (geográficamente) de España.
Respecto a la “Europa sublime”, que tanto ha embelesado y embelesa a tantos españoles, esta semana hemos sabido por la prensa que la deuda pública externa de España tiene como máximo tenedor (29% de la misma) a bancos franceses, con lo cual que nadie dude que Francia presionará constantemente para que España anteponga todo al pago de esa deuda. Para colmo, también esta semana, hemos conocido que el plan europeo de recapitalización bancaria ha sido muy exigente con los grandes bancos españoles que tendrán que utilizar 26.000 millones de euros para recapitalizarse. Debido a que éstos rechazan que tenga que haber “ayuda” pública, pues dicen que pueden valerse por sí mismos para llevar a cabo este cometido, mucho nos tememos que la consecuencia será que cerrarán aún más el grifo del crédito (ya de por sí bastante bloqueado).
En cuanto al problema de los nacionalismos separatistas, es bueno decir que no sólo es fuerte su poder en instituciones políticas, como la Generalidad de Cataluña o el gobierno autónomo vasco o su papel de bisagras en el Congreso de la Nación (gracias a la ley electoral y al fundamentalismo democrático imperante en España, que permite que actúen políticamente partidos que quieren destruir la Nación política española), es la clave de su chantaje permanente y dinamitero de España, sino que también su fuerte poder viene por controlar importantes instituciones económicas.
En el caso del País Vasco, tenemos una oligarquía de Neguri (barrio residencial de Bilbao) con importantes familias como los Chalbaud o los De la Sota, simpatizantes del PNV (Partido Nacionalista Vasco), o algunos miembros de familias como los Knorr, O’Shea, Basagoiti, Buesa, Benegas, que simpatizan también con el separatismo vasco. Uno de los instrumentos clave de esta oligarquía vasca separatista es el recientemente creado KUTXA BANK (resultado de la fusión y bancarización de las tres cajas vascas). Este nuevo banco (en donde gracias a la representación de las diputaciones forales y ayuntamientos habrá un gran peso de fuerzas como el PNV y BILDU/AMAIUR) tiene acciones en empresas tan importantes como: IBERDROLA, ENAGAS, EUSKALTEL, RED ELÉCTRICA, LA SEXTA, CLH, NH HOTELES, ZELTIA, C.A.F, etc…
Otra gran institución económica con afinidades al separatismo vasco es la Corporación Mondragón, que son un gran grupo de cooperativas y empresas como FAGOR o EROSKI. Para rematar la faena, este último mes se dio a conocer que se había descubierto en Álava (una de las tres provincias vascas) una enorme cantidad de gas que supone sesenta veces el consumo anual del País Vasco y cinco veces el consumo anual de España. Este yacimiento será explotado por una sociedad mixta entre una empresa pública vasca creada por el PNV (EVE –Entidad Vasca de la Energía) y dos empresas yankis (HEYCO y CAMBRIA).
En el caso de Cataluña, tenemos que una institución económica de primera magnitud con influencia en toda España es la Caixa (una caja de ahorros cuyos estatuto jurídico es ser una fundación en donde tiene una gran parte del poder CIU –Convergencia y Unión- a través de los ayuntamientos, y en donde también tienen un gran peso entidades de interés social y fundadoras en donde están la “creme de la creme” de la oligarquía catalana), ésta se ha remodelado y ahora a través de CAIXA BANK (tercer mayor banco de España) posee: bancos internacionales (BOURSORAMA, ERSTE BANK…), importantes participaciones en REPSOL, TELEFÓNICA, BME (la bolsa española). Y a través de CAIXA HOLDING posee: Participaciones en el negocio inmobiliario como COLONIAL o METROVACESA, y en compañías de energía como GAS NATURALFENOSA y AGBAR, o de infraestructuras como ABERTIS. Es muy importante señalar que muchas de estas empresas (REPSOL, TELEFÓNICA, GAS NATURAL) fueron privatizadas por PP y PSOE, siendo la Caixa uno de los grandes beneficiados como podemos ver.
No podemos acabar este repaso a la oligarquía catalana sin mencionar dos poderosas familias. Una de ellas es la familia March, que posee la Corporación Financiera Alba, a través de la cual tienen participaciones en: ACS, ACERINOX, PROSEGUR, INDRA…
La otra poderosa familia son los Godó, dueños del grupo GODÓ, propietario a su vez de los periódicos La Vanguardia o Mundo Deportivo, además de diferentes canales de radio y televisión en Cataluña.
Como conclusión, sólo podemos decir desde Izquierda Hispánica que la única solución para España (atrapada en una dialéctica de clases y Estados que la hace estar entre la espada europeísta y la pared secesionista, con el Islam al fondo) y su clase trabajadora, para poder recuperar soberanía frente al Eje franco-alemán y los capitalistas vende y rompepatrias que actúan dentro de nuestra Nación (con la complicidad de los nacionalistas separatistas y los dos grandes partidos ¿nacionales?), así como los peligros que nos acechan en un Norte de África en proceso de islamización, es una revolución socialista/republicana/unitaria y panhispánica, que sólo puede llevarse a cabo si antes hay un proceso de búsqueda de la hegemonía (en los términos de Gramsci) que aúne a cada vez mayor parte de la clase trabajadora en un nuevo proyecto de una nueva izquierda definida (con su nuevo socialismo específico). ¡¡TRABAJADORES DE ESPAÑA (Y DE TODA LA HISPANIDAD) UNIOS, Y RECUPERAR LO QUE ES VUESTRO, LA PATRIA!!.
«Los obreros no tienen patria. No se les puede arrebatar lo que no poseen. Más, por cuanto el proletariado debe en primer lugar conquistar el Poder político, elevarse a la condición de clase nacional, constituirse en nación, todavía es nacional, aunque de ninguna manera en el sentido burgués.» (Karl Marx y Friedrich Engels, Manifiesto del Partido Comunista, 1848).
“Cada Estado (ya en la fase de las «ciudades-estado enclasadas») se constituye en función de la apropiación del recinto territorial en el que actúan y mediante la exclusión de ese territorio y de lo que contiene de los demás hombres que pudieran pretenderlo. El enfrentamiento entre los Estados, según esto, habría de ser ya considerado (aunque el materialismo histórico tradicional no lo haya hecho así) como un momento de la misma dialéctica determinada por la apropiación de los medios de producción (originariamente el territorio, sus recursos mineros, sus aguas, su energía fósil…) por un grupo o sociedad de hombres, excluyendo a otras sociedades o grupos congéneres. De este modo resultará que son ya los mismos expropiados de cada Estado aquellos que, por formar parte de él, están expropiando a su vez unos bienes a los cuales, en principio, tienen también «derecho» los extranjeros.(…) Y en la medida en que cada Estado sólo se constituye como tal y desarrolla sus fuerzas de producción en el proceso mismo de codeterminación (incluyendo los intercambios comerciales) con los otros Estados competidores, y en la medida en que la apropiación de los medios de producción, definidos dentro de los límites de cada Estado, sólo puede considerarse consumada tras la constitución del mismo Estado (cuya eutaxia sería meramente nominal si no contase con el consenso, espontáneo, obligado o aceptado de los mismos expropiados, que prefieren o necesitan mantenerse en el Estado a mantenerse en el Estado o a emigrar a otros Estados) habrá que concluir que la división de la sociedad en clases no es anterior al Estado sino, al menos lógicamente, posterior a él. Y sin que esta visión globalmente territorial, geopolítica, de la «estructura y la función de la sociedad política y del Estado» obligue a abstraer o bien a subordinar los enfrentamientos internos entre las clases sociales al mantenimiento y en su caso expansión de esa morfología político territorial.(…) así tampoco las clases sociales, en el sentido marxista tradicional, son entidades sustantivables por encima o a través de los Estados y capaces de explicar la dinámica histórica, puesto que, en todo caso, estas clases sólo cobran realidad (causalidad) a través de los Estados (principalmente en su forma imperialista). Y es a través de ellos como la misma dinámica de las clases internas a cada Estado puede tener lugar” (Gustavo Bueno, dialéctica de clases y dialéctica de Estados, El Basilisco, 2ª época, nº 30, 2001, páginas 83-90).
Pues no se, Martínez Cortés, si escribo feo; a lo más que intento llegar es a escribir claro… otra cosa es lograrlo. Más feo es el mundo y no me quejo; es como es. En cuanto a los separatistas, dudo mucho que mi actitud les lleve a pensar 2 veces nada, porque dudo mucho que sepan que existo. Y mucho menos que tal actitud les lleve a quitar a España ningún aporte al PIB. Si tales zonas tienen PIB, supongo que sólo es a efectos estadísticos; el PIB, hasta que no consiguieran una independencia real y efectiva, sería el de la Nación.
Martinez Cortes responde a Peliyot: «COMPA UN REVOLUCIONARIO O PARTIDARIO DE LA IZQUIERDA NO HABLA TAN FEO, RECUERDE QUE EL INTERNET ES MUNDIAL Y QUE CON ESAS ACTITUDES LOS SEPARATISTAS NO LO PENSARAN 2 VECES PARA QUITARLE A SU PAIS EL APORTE QUE ENTRA AL PIB A TAVES DE LAS ZONAS AUTOMANAS.», y a Esquinas:»ESTA MUY CLARO». Repito para poner un comentario, escribirlo abajo en «Añade un comentario», porque no salen (tenemos un problema) si lo ponemos en «Responder». Gracias por participar y saludos.
COMPA UN REVOLUCIONARIO O PARTIDARIO DE LA IZQUIERDA NO HABLA TAN FEO, RECUERDE QUE EL INTERNET ES MUNDIAL Y QUE CON ESAS ACTITUDES LOS SEPARATISTAS NO LO PENSARAN 2 VECES PARA QUITARLE A SU PAIS EL APORTE QUE ENTRA AL PIB A TAVES DE LAS ZONAS AUTOMANAS
ESTA MUY CLARO
Puedo aceptar que la cuestión de trabajador, asalariado, pequeño o mediano empresario tal como se maneja es ambigua. Sin duda. Pero lo que no me parece acertado es meter la lucha de clases a machacamartillo como elemento fundamental cuando se ha dicho que está mediatizada por los estados. Entonces, serán los estados los que actúen en la política internacional, dejando las luchas de clases como episodios internos de la lucha de estados (por ejemplo, una guerra civil), donde intervienen a veces terceros estados.
Lo que ya me resulta erróneo es hablar de pymes y de producción en ellas. Si producen algo son más bien banalidades: no creo yo que un panadero o un vendedor sean identificables con lo que el marxismo denominó como proletarios. Recordemos: España industria cero. Las pymes pertenecen en su mayoría al sector de la circulación de mercancías. La producción se realizó, por aquello de la dialéctica de clases mediada por la de estados, en otros países a costo más bajo. Y tampoco ello significa que en esos países haya proletarios. Por cierto, la burguesía en Hispanoamérica es la dueña de las grandes empresas monopolísticas nacionales. Alguna idea de nación tendrán esos oligarcas, Hugo Chávez incluido.
Bueno…
Tampoco creo que sea muy importante una distinción rizando el rizo. A día de hoy, supongo, estarían muy ecualizados los significados y dependería, como decía Esquinas, del tipo de clasificación que se haga de la sociedad (o teoría económica que se utilice) y, por tanto, de la posición frente a los medios de producción.
En sentido amplio hasta pueden ser sinónimos. La diferencia podría ser muy sutil. En sociedades antiguas, proletario era aquél que generaba prole, vivía de ella o la explotaba… y su importancia se definía por el número y calidad de sus hijos; que eran su único bien o patrimonio. Cuando en la actualidad nos encontramos con algo así, ya no lo llamamos «proletario»; lo llamaríamos «trata de blancos, blancas, de verdes o de amarillos», o para abreviar: «hijo de puta». El tiempo pule significados.
El trabajador, como la propia palabra indica, sería el que estrictamente vende su trabajo a otro y recibe un pago por él. Y el obrero el que, dentro de esto, utilizara únicamente sus manos. Todos ayudamos, en mayor o menor medida, a quienes poseen los medios de producción a crear plusvalía. Podemos también hacer una nueva división, «cuello azul» y «cuello blanco». Un controlador aéreo, por ejemplo, sería un trabajador, pero no un obrero ni un proletario. O si se quiere, una aristocracia obrera. Cuando se dijo que los proletarios son la vanguardia de las masas trabajadoras, ya se presuponía una redistribución de significados.
En cualquier caso, me temo que el sentido común ya nos dice si somos «curritos» o no; porque la impresión es que lo he liado todo más.
Estimado Pregunta,
Ahora soy yo el que no entiende que no veas claro la distinción entre trabajador asalariado y empresario. El trabajador asalariado vende su fuerza de trabajo a cambio de una cantidad de dinero, este es el salario. Pero el empresario vende el producto (bienes o servicios) producidos en su empresa. En el caso de las PYMES, el empresario es a la vez trabajador, pero no asalariado en el sentido siguiente: el pequeño empresario vende su trabajo -no su fuerza de trabajo- en el mercado. Esto quiere decir que vende el resultado directo de su trabajo. La diferencia, para entendernos, es la siguiente: en una panadería, el dueño de la panadería es propietario no ya del local -que puede ser alquilado- sino dueño del pan que se produce en la panadería. Pero el chico o la chica que tenga de dependiente no es dueño de ese pan sino de su fuerza de trabajo, es decir, de su capacidad para atender como dependiente y tiene que competir en el mercado no con otros productores de pan sino con otros chicos o chicas que puede hacer lo mismo o por menos dinero o mejor.
En este caso, podríamos distinguir -y en esto llevas buena parte de razón- entre el pequeño y mediano empresario que es a su vez trabajador (pero no asalariado) y el trabajador asalariado -que es lo que tradicionalmente se denomina ‘proletariado’-. Recalco que cuando hablo de salario no significa que el panadero se imponga un dinero al mes o que, dado que la empresa se «objetiva» legalmente al ser considerada una persona jurídica, el dueño aparezca a su vez como «asalariado». Pero esto es una ficción jurídica en este tipo de empresas pues aunque nominalmente reciba un salario, ese salario no es tal, sino parte de la ganancia de su empresa.
¿Por qué seguir hablando de trabajador hispano y no de hispano? Pues para incluir la lucha de clases. Tradicionalmente el marxismo había denostado la dialéctica de Estados y tiene una visión metafísica del Imperialismo. Esto lo hemos criticado y lo criticamos en IH constantemente. Pero también es panfilismo pensar que no existe la lucha de clases. Ahora bien, la lucha no hay que entenderla en un sentido metafísico sino que toda lucha incluye también alianzas y treguas y no sólo combate entre clases. En este sentido, la auténtica clase media -entre el empresario «puro» y el trabajador asalariado- es el empresario de las PYMES. Esto explica por qué muchos de ellos son críticos con el liberalismo, pues las grandes empresas compiten de modo salvaje con ellos y muchos de estos empresarios verían y ven con buen ojo la intervención de un Estado nacional que mire por estas empresas que son las más nacionales -pues son locales o comarcales- y generan gran parte de la riqueza.
Por ello, el trabajador hispano puede incluir a ese mediano empresario y al autónomo sin ningún problema. Pero excluye a la gran burguesía capitalista cuyos intereses no son nacionales -y en iberoamérica esto se ve con una claridad todavía mayor que aquí-. El problema no es que estas grandes empresas busquen el máximo beneficio. Esto lo hace todo el que no sea idiota -también el currante busca el mayor beneficio: busca el mayor sueldo con el mayor tiempo libre posible- sino que ese beneficio supone canalizar el capital allá donde sea rentable y no es siempre en las fuerzas productivas de la nación sino en naciones enemigas.
Incluiría, para terminar, una referencia al lumpemproletariado, una clase enemiga de los trabajadores y que el marxismo-leninismo criticó hasta que se produjo con la caída de la URSS su recaída en el delirio progresista-perroflaútico. Para el marxismo, el capitalista se quedaba con el trabajo del proletario en la empresa y el lumpemproletario se queda con el trabajo del proletario en su casa. Esto es, encima de que te putean en el trabajo llega un chorizo delincuente y te roba en tu casa. Este lumpem -que no son los parados, pues un parado es un vendedor de su fuerza de trabajo que no ha conseguido venderla todavía, es decir, sigue siendo un potencial trabajador- sino aquellos que parasitan directamente el trabajo ajeno por vía del robo, la estafa, el hurto o la limosna son directamente enemigos de los trabajadores y forman parte de la dialéctica de clases. Recomiendo las frases de Lenin sobre el lumpemproletariado, hoy día «olvidadas» por todos los perrofláutas.
Salud y gracias a todos por participar.
Está bien la puntualización de Esquinas, pero sigue sin verse con claridad la distinción entre trabajador y proletario. Un empresario es también un asalariado. De hecho, las PYMES tan invocadas el pasado lunes por los candidatos a gobernar esta ruina llamada España, hablaron mucho de ellas, y en esas empresas pequeñas y medianas, que son las que generan la mayor parte del empleo en España, los empresarios son asimismo trabajadores asalariados. Otra cuestión es, en efecto, el trabajo que pueda llevar leer un libro para polemizar como nosotros hacemos aquí. Ese no es trabajo remunerado pero sigue requiriendo un esfuerzo. Ahora bien, el proletario y el trabajador asalariado no se identifican sin más. Hay que producir algo, la famosa plusvalía. En España no hay nada de eso (industria cero), en Hispanoamérica idem de lienzo, salvando que los negocios monopolistas estatales como las grandes empresas extractoras de materias primas (petróleo, cobre) sean propiamente productores. Pero para eso no sólo hay que extraer sino también transformar y luego facilitar. No está nada clara la cosa a la hora de hablar de proletarios, trabajadores y encima trabajadores hispanos de todas clases. ¿Por qué no invocar simplemente a los hispanos y ya está?
También apoyo lo que Esquinas anota.
Conste.
Estoy de acuedo con lo que dice el camarada Esquinas, es más yo he dicho en mi anterior comentario esto: «Eso sí como dice Peliyot, todos aquellos que trabajan para otros o viven (solamente o sobre todo) de un salario son trabajadores (que repito es el termino que he utilizado), y de esos hay y muchos (la mayor parte de la población activa-e inactiva-).», en cuanto a lo que dice Peliyot : «No se puede estar más de acuerdo con GB; todo se basa en el esclavismo. La justicia se basa en el esclavismo. Es injusto, por ejemplo, que los esclavos asalten latifundios; por tanto, con toda justicia, viene Pompeyo y los pasa por las armas.
Confucio, es decir, China, siempre respetó mucho a sus señores. Con la moral pasa lo mismo, hay una moral de los esclavos y una moral de los señores; que se parecen como un huevo a una castaña. ¿Cuál es la más poderosa…? Pues depende del número», fijate que también Marx pasaba de lo justo e injusto totalmente, la clave es quien controle el Estado y las leyes que este Estado marque respecto a lo que es de ese propio Estado o público y lo que es de los particulares (y que todo ello sea prudente, favorezca la eutaxia), así como su dialéctica frente a otros estados que también pueden querer medios de producción de este Estado o viceversa (ya sabeis la dialéctica de clases y estados, y por supuesto de Imperios- ya generadores, ya depredadores-)
Pregunta,
En efecto, lo del Islam, no es para tomárselo a broma. Es verdad que la bomba demográfica está ahí. Pero lo de Eurabia me parece excesivo; entre otras cosas porque aunque lo parezca, tampoco son monolíticos. No es lo mismo un turco que un rifeño, o éste y un libio; y tampoco un ario iraní o afgano, ya sea entre ellos o respecto de un semita árabe. Qué decir de un indonesio. Hay FITNA; como cualquier telediario puede demostrar. Lo malo es que después de la FITNA, en función de quiénes se lleven el gato al agua, viene la YIHAD (o mejor dicho, continuará…)
Lo de China, como ya se ha dicho, siempre habrá unos más dueños que otros. Un «modista» muy famoso, de esos que los demás dicen que crean tendencias, frente a las críticas que quién sea le hacía sobre los lujos superfluos y no necesarios de los que presumía, vino a decirle algo así como: «Bueno… serán superfluos e innecesarios para usted [que no tiene dónde caerse muerto], pero para mí, forman parte de lo que desprendo y de lo que necesito…». Esto está acorde con aquello de: «a cada cual, según sus necesidades», que en siglo I vendría a ser como aquello de: «al César, lo del César…» [al amo lo suyo y al esclavo lo suyo; Gustavo Bueno dixit]. No se puede estar más de acuerdo con GB; todo se basa en el esclavismo. La justicia se basa en el esclavismo. Es injusto, por ejemplo, que los esclavos asalten latifundios; por tanto, con toda justicia, viene Pompeyo y los pasa por las armas.
Confucio, es decir, China, siempre respetó mucho a sus señores. Con la moral pasa lo mismo, hay una moral de los esclavos y una moral de los señores; que se parecen como un huevo a una castaña. ¿Cuál es la más poderosa…? Pues depende del número.
Por cierto, San Juan Crisóstomo es en la Patrística uno de los que con más claridad distinguió entre la actividad laboral -el trabajo- y otro tipos de actividades no laborales -la actividad del esclavista (poseedor de esclavos). Para San Juan Crisóstomo la diferencia estaba en la Eutaxia social. Según él, si murieran de repente todos los propietarios, la sociedad seguiría subsistiendo. Pero si desapareciera la gente que trabaja, la sociedad dejaría de existir. La visión del santo de Antioquía peca de sustancialismo pero muestra que la división entre trabajador y patrón no es algo inaudito sino algo que ha estado claro hasta el triunfo del democratismo donde toda actividad se ecualiza en la democracia.
Salud y gracias a todos por participar.
Creo que existe una confusión con el concepto de ‘trabajador’, que estáis utilizando, confusión que se produce al conjugar la visión mundana con otras más técnicas. Por supuesto, todo depende de la teoría económica que uno use. Lo primero es no confundir el trabajo con cualquier tipo de actividad o esfuerzo. El marxismo-leninismo tradicional distinguía entre actividad, práctica y trabajo. Lo que hace un empresario es sin duda una pŕactica y una actividad pero no puede decirse, desde esas coordenadas, que sea un trabajo. Si se reduce el trabajo a cualquier actividad con esfuerzo, tendríamos que masturbarse o rascarse la cabeza sería un trabajo. El caso es que sólo lo es, en Economía política, cuando esa actividad se valida en el mercado, bien porque consuma la renta de alguien -trabajo improductivo- bien porque sea utilizada por alguien para optener beneficio -trabajo productivo-.
Trabajador es aquel que vende su fuerza de trabajo en el mercado. Los empresarios no son trabajadores porque ellos no tienen que validar su fuerza de trabajo en el mercado sino las mercancías que poseen en propiedad. El capitalista mercadea pero no trabaja. Sin embargo, los directores y empleados intermedios sí que pueden ser considerados como trabajadores pues su actividad se valida en el mercado.
La actividad de un capitalista consiste en mercadear, es decir, intercambiar mercancias pero él mismo -su actividad- no es mercancía. Esta definición es ontológica, no formal. Evidentemente algunos empresarios tienen un sueldo nominal pero es una ficción jurídico-económica de las que tanto abundan en el derecho.
Sobreentiendo además que queda claro que al decir en estos términos que el empresario no es un trabajador no quiero decir que sea inactivo, que no haga nada o que no se esfuerce. Significa que su actividad no se confunde con otra y es por lo que el capital y el trabajo pueden distinguirse, cosa que claramente -por cierto- hace la Doctrina Social de la Iglesia (lo digo para que se vea que no es cosa sólo del marxismo).
Un cordial saludo
Javier, si es verdad (como compruebo con una segunda lectura) que te refieres a trabajadores y no a proletarios, veo más complejidad aún. Lo digo porque un empresario también es un trabajador. Al final va a ser como la Constitución de la II República, que España es una república de «trabajadores de todas clases». Pero eso es una vacuidad: todos somos trabajadores, y el percibir un salario para vivir lo hace todo el mundo, ya sea en el sector público o en el privado. Ya no tenemos ni la famosa óptica marxista.
Respecto a Peliyot, y abundando en lo anterior, decir que en China los trabajadores son dueños de la producción… Entonces, ¿cabe homologar a los empresarios y ejecutivos que viven a un nivel semejante al de Europa y Estados Unidos en las ciudades chinas a los habitantes de la China rural o a los trabajadores que se pasan 18 horas ante una máquina en nombre del Pueblo y del Partido? Me parece que los dos sistemas existentes en un país cada vez se homologan más a uno solo, el mismo que existe en el resto del mundo…
No creo que el Islam a día de hoy vaya a destruir nada, pero la invasión silenciosa de las fronteras europeas con inmigrantes no es para tomarla a broma. En unas décadas de ritmo migratorio semejante, Europa será Eurabia.
Bueno pregunta, a tu pregunta (nunca mejor dicho) te dire que he puesto en el artículo el termino «trabajadores», y no proletariado. Esto es debido a que estoy de acuerdo con etiquetar de proletarios (como hacia Marx) solo a los que producen valor. Eso sí como dice Peliyot, todos aquellos que trabajan para otros o viven (solamente o sobre todo) de un salario son trabajadores (que repito es el termino que he utilizado), y de esos hay y muchos (la mayor parte de la población activa-e inactiva-). Pero incluso proletarios (en los terminos que te he comentado) en España quedan cada vez menos (y en eso tiene mucho que ver nuestra entrada en la UE, las reconversiones,etc…), pero en el otro lado del Atlántico hay todavía un numero importante, por ejemplo en naciones más indistrializados como Argrntina o Brasil, o sobre todo en las inportantísimas industrias extractivistas (minas, petroleo,gas) en Chile, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Colombia, Brasil, Argentina. Y en cuanto a lo de TRABAJADOR HISPANO, tenemos un ejemplo clarísimo y prefigurativo de este en la gran mayoría de los inmigrantes hispanos que tienen en común lo de ser hispanos y un marcado caracter de asalariados y en los peores trabajos en USA, y además siendo los más reivindicativos. Todo eso dentro del mismísimo Imperio yanki.
Si por «prole» se entiende la clase social más baja, obligado a vender su fuerza de trabajo a los propietarios de los medios de producción, mucho me temo que soy uno de ellos; pues tampoco pertenezco al Partido Interior. Y como no me puedo creer que sea el único, pues sí… aún ‘habemus’. Seguro que hay tanto hispánicos como románicos, germánicos, góticos, o balcánicos. En China probablemente no; pues todos son propietarios de todos los medios de producción, incluso si los hay que son más dueños que otros.
En el aislamiento, por el contrario, habría que darte la razón. Si se hubieran sacado leyes que prohibieran a ZP haberse paseado por jardines de la ONU para hablar con las flores o haber cruzado los Pirineos, todavía quedaría en España algo de vergüenza. Pero como se le ha permitido, ahora ni siquiera tenemos perdón de Dios. Toca agua y ajo.
Lo que no me explico es cómo, después del «genocidio» que se supone se hizo en América, quedan indígenas. Siempre creí que nos los habíamos cepillado a todos. Ahora resulta que todavía hay. Y nos desprecian. Incluso muchos que no son indígenas, sino criollos de raza pura, desde hace miles de generaciones (no se olvide que para algunos, Jesús, el hijo de María, se paseó por allí…), pues también nos desprecian. Más agua y ajo.
Que Europa suspira por entrar a saco, no es nada nuevo, ni la primera vez que lo intentan. No aprenden de la historia y luego vienen las lágrimas. Ni siquiera Hitler, que se le pasó por la cabeza, lo intentó. Es famosa también la pregunta que hizo Franco, frente a una hipotética guerra contra EEUU: ¿Y si ganamos…? ¡Joder con el hombre bajito!
El Islam no tiene nada que hacer, siempre que no esté ZP en el gobierno… y por fortuna pronto se irá a supervisar nubes. Y en cuanto a lo de la OTAN, China nunca permitirá que nos pase nada «malo»; somos demasiado valiosos para ellos. A cambio, una vista gorda en la AEAT, ¿qué daño le hace a nadie…? La AEAT sólo está por y para los nativos.
Y los peores son los separatistas, españoles renegados
¿Pero aún hay proletariado? ¿Y hay un proletariado hispánico? Lo que se ve es que España está sometida a un aislamiento y amenaza brutal. No tiene a nadie a quién acudir: en América los indigenistas la desprecian, en Europa aspiran a repartirse su territorio, los musulmanes desean recuperar Al Andalus y la OTAN tampoco sirve para defender su integridad.
Gracias camarada.
Muy bueno Javier.
Salud