El fútbol es política. No cabe duda. Minimizar el fenómeno mundial del fútbol como algo meramente deportivo es no poder, o no querer ver, que el deporte, especialmente el deporte que mueve masas, que tiene un desarrollo colectivo dentro y fuera de su campo propio que moviliza a millones de personas, es política.
El fútbol nacional español es, definitivamente, política. Cuando la selección española ganó la Eurocopa (2008) y el Mundial (2010), aquello se convirtió en una reivindicación pacífica de la españolidad de nuestros compatriotas, independientemente de que esa españolidad fuese confusa y no articulada hacia fines políticos más concretos. Cuando se acusó a la amplia masa de trabajadores españoles que celebraron el título de su selección nacional como “pequeñoburgueses” (solo por sacar una bandera, la rojigualda, que todavía, errónea, torticera e interesadamente muchos relacionan con Franco), especialmente algunos medios de “izquierda” y algunos de “derecha” secesionista, estaba claro que el triunfo futbolístico español no podía primar sobre los intereses neofeudalistas de extrema derecha de grupos políticos secesionistas, especialmente catalanes. La consigna era clara: hay que hacer olvidar lo antes posible los logros de “la roja”, tiene que volver a primar el fútbol de clubes en España, las pasiones desatadas de separatistas (catalanes) y separadores (esos españoles que no consideran a los catalanes como españoles, que los llaman “polacos”, dando muestra de una idea de España más cerca de Hitler que de las Cortes de Cádiz).
El nacionalismo catalán es ya nacional-barcelonismo. El FC Barcelona es la punta de lanza del nacionalismo catalán. Juan Lapuerta y José Guardiola, entre otros, han hecho más con su soberbia y su prepotencia, por la separación entre españoles que Carod-Rovira y Arturo Mas. Aunque el proceso secesionista empezó con la Transición, y las décadas de dominio de Jorge Puyol en la Generalidad de Cataluña, adoctrinando en el odio a millones de españoles hacia sus congéneres y compatriotas (sobre todo muchos charnegos), hoy por hoy, la mayoría de los catalanes no son independentistas. Sin embargo, la estrategia es clara: el fútbol, el Barsa, y los sentimientos asociados al amor a unos colores deportivos, ayudarían a conseguir más rápidamente la independencia, el expolio, de una parte de España del resto de la nación. El Barsa es “más que un club”, y la política muestra por qué.
José Mouriño, portugués, hermano iberoamericano, se preguntaba “¿por qué?”, la respuesta, porque el fútbol es política. Interpretando torticeramente el pasado, se toma al Real Madrid como representante de “la derecha”, del franquismo y del españolismo rancio. Sin embargo, el FC Barcelona fue el equipo que más copas del Generalísimo Franco y, posteriormente, más Copas del Rey, ha ganado. Más equipo del régimen que el Barsa no lo hay, sin negar el uso político que durante la dictadura se hizo del dominio del Real Madrid en Europa. Pero, mientras el Real Madrid es un equipo que puede llegar a representar a muchos españoles, el Barsa, a pesar de tener seguidores en toda España y en todo el Mundo, resulta ser una institución particularista utilizada para apuntalar la supuesta superioridad moral, política, social, económica y, sí, racial –según ellos- de los catalanes sobre el resto de españoles. Y ello a pesar de que muchos jugadores del Barsa no son catalanes. Pero la ideología dominante es la ideología de la clase dominante, y en Cataluña y Madrid, la clase dominante odia, desprecia y ningunea la unidad de España.
Así pues, Izquierda Hispánica considera necesaria la denuncia del uso del barcelonismo para fines contrarios a la unidad de España, a la unidad de la clase trabajadora española y contraria a la necesaria unión política, económica e institucional de España con el socialismo realmente en marcha en Iberoamérica, el lugar donde la dignidad nacional española puede recuperarse totalmente. En Izquierda Hispánica hay seguidores culés, y ellos más que nadie sienten necesario recuperar un barcelonismo no ajeno a la idea de España, generoso y futbolísticamente hablando extraordinario, como el actual, pero sin chanchullos arbitrales y políticos apoyados por un Ángel María Villar que no perdonará jamás a Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, el no votarle para su reelección hace ya unos años; mientras Villar sea presidente de la Federación Española de Fútbol, el FC Barcelona será un equipo privilegiado.
Juan Lapuerta, neofeudalista y burgués catalán, Ángel María Villar, presidente de la Real Federación Española de Fútbol y José Luis Rodríguez Zapatero, presidente socialfascista de España. Aquelarre político riéndose de España.
Por ello, hoy más que nunca, hay que luchar contra el nacional-barcelonismo. Hay que futbolizar la política en clave hispánica, socialista e iberoamericanista. Hay que luchar contra el barcelonismo de signo neofeudalista y el poder político barcelonista-secesionista antiobrero, antisocialista y antiespañol que han hecho del Barsa el equipo del régimen, mimado desde Madrid. Por el Barsa, por España, no cabe otra que denunciar lo que ya Mouriño denuncia. El FC Barcelona ha de ser una institución de la que los españoles se sientan orgullosos, como a muchos nos ocurre. Y no una institución sembradora de odio, rencor y violencia política de consecuencias impresivibles. El fútbol es política. Pues hagamos Política.
Cabe preguntarse qué tipo de sustancia psicotrópica a consumido el autor de semejante bodrio argumental. Obviamente se trata de una falacia realizada por un madridista que se condiera rojillo a sí mismo por el mero hecho de pasarse los domingos fumando a porros y matándose a pajas mientras ve en la Secta las repeticiones de los goles de su amado Cristiano Ronaldo.
Los argumentos de este artículo son ridículos y paranoicos. El Real Madrid es el equipo de 99% de los fachas en España, es el club de la extrema derecha, de la vergonzosa dictadura y de la derecha actual encarnada por el PP. Lo demás son falacias y mentiras de gentuza acomplejada por seguir al club más ladrón de la historia: el Real Madrid.
Eso que llamas odio a lo catalán es la reacción de repudio al torrente de cinismo, provocaciones, chantaje, amenazas y agravios en que se ha convertido la política de la comunidad autónoma catalana hacia España toda. Hacia adentro no es más digna su actitud: la corrupción generalizada como si la región fuera casa nostra.
La posible secesión de Cataluña afectaría a todos los españoles gravemente, no sólo porque sea parte integrante de la riqueza de todos sino porque con su secesión España se desintegraría, por contagio del proceso a otras comunidades autónomas y por la eclosión de todo tipo de conflictos territoriales entre los nuevos Estados y lo que quede del actual y de los nuevos Estados entre sí. Esa segunda amenaza está implícita en tu apelación final a los Países Catalanes.
Detrás del «déjennos decidir lo que queremos ser» se esconde, pues, una agresión de la misma naturaleza que una invasión o una guerra civil.
Cataluña además ha recibido capitales, mano de obra de otras regiones españolas, protecciones arancelarias, permiso para el comercio con los puertos de América, etc, durante siglos como parte de un todo, y Barcelona como una capital más. Desgajarla sería equivalente a separar una capital de sus provincias, poniendo a la población de esas regiones en la perjudicial tesitura de tener que emigrar, porque todo se ha invertido en la capital, para luego ser tenido allí como extranjero.
Por lo demás suscribo todo lo dicho por Esquinas.
Tu «emancipación» supone acabar con la plataforma capaz de emancipar a los trabajadores españoles.
No somos nosotros los que nos queremos separar, por lo que el odio habría que aplicárselo, originariamente, al separatismo catalán que es el que quiere acabar con nuestra nación y con el Estado necesario para la construcción de cualquier tipo de socialismo mínimamente viable.
En cuanto a emanciparse, es curioso que hable de ello gente que vive en las regiones más ricas de España. Es la emancipación de las regiones ricas que ven como un lastre al resto de sus pobres convecinos.
Nos acusas de pseudoizquierda cuando la pseudoizquierda auténtica es la vuestra, la que como la derecha, defiende que existen territorios y etnias que cuentan con derechos innatos procedentes de no se sabe muy bien qué lugar. Feudalismo reloaded.
Una Nación y Una Patria en cada país hispano, y un Socialismo iberoamericano capaz de unir a América Latina en un gran proyecto capaz de hacer frente al Imperio norteamericano y a los sátrapas de la Unión Europea. Ese es nuestro proyecto. ¿El tuyo? Vegetar en el mediterráneo hasta el fin de los días engolfados en vuestros «paises catalanes».
Patria o Muerte, Socialismo o Barbarie,
Salud
Gracias, gracias, infinitas gracias. Es básico que desde la pseudoizquierda también se incite al odio hacia el separatismo catalán; no puede ser que sólo sea una prerrogativa de la derecha hispánica. En los próximos años necesitaremos todas las tintas que desde España se puedan cargar para nuestro proceso de emancipación nacional.
VISCA CATALUNYA LLIURE i VISQUIN ELS PAÏSOS CATALANS.
INDEPENDÈNCIA I SOCIALISME.
Estimado Jose,
Creo que no has leído el artículo o lo has entendido mal porque lo que se trata es precisamente de reivindicar el FC Barcelona como equipo español. Ahora bien, negar que el FC Barcelona es utilizado por el separatismo, me parece un delirio, porque es un hecho que está ocurriendo. Esto, por supuesto, ni ha sido siempre así ni lo comparte todo el mundo. Pero el hecho de que el catalanismo se identifica con el combate a lo español resulta dificil de negarlo. ¿Se puede ser defensor de lo catalán y de lo español? Por supuesto, ya que lo catalán es español.
Salud y gracias por participar en la web,
Dios mio!, estáis totalmente conspiranoicos, si pensáis que el independentismo catalán instrumentaliza al FC Barcelona, un club que cuenta con muchísimos más aficionados fuera de Cataluña que dentro, y como entidad económica a su vez que deportiva, no puede permitirse el lujo de prescindir de esos aficionados que al fin y al cabo, son los que finalmente compran los productos Barça (mercadotecnia), incluyendo en los mismos los partidos retransmitidos por las cadenas de televisión y conforme a su audiencia así será el pago de dichas cadenas al club, y en los que se basan los ingresos de la entidad, por lo que en buena lógica es al propio FC Barcelona al que menos le conviene una imagen antiespañolista, seamos lógicos sería como morder la mano que te da de comer.
Eso no es óbice de que el club que es catalán, quiera sentirse orgulloso de ello, pero creo que en realidad su búsqueda es de respeto del resto de España a esa realidad culé.
Para ello voy a exponer las palabras del líder de la Lliga Regionalista Catalana de principios de s. XX, el Sr. Cambó: “Lo que nosotros queremos en definitiva es que todo español se acostumbre a dejar de considerar lo catalán como hostil; que lo considere como auténticamente español; que ya de una vez para siempre se sepa y se acepte que la manera que tenemos nosotros de ser españoles, es conservándonos muy catalanes; que no nos desepañolizamos ni un ápice manteniéndonos muy catalanes; Y, por lo tanto, debe acostumbrarse la gente a considerar ese fenómeno del catalanismo, no como un fenómeno antiespañol, sino como un fenómeno españolísimo”
Según entendemos en IH, las culturas son totalidades complejas es decir, totalidades constituidas por múltiples instituciones culturales que actuan de forma independiente respecto a la totalidad. El problema es que cuando se comienza a definir los rasgos de la «cultura catalana», no en un sentido sustancialista, sino cuando se comienzan a especificar sus rasgos, vemos que ellos o bien no son propios catalanes -porque se comparten con el resto de España, porque existen en otros lugares, o porque aunque tenga su génesis en Cataluña ya los han asumido en otros lugares, etc- o no puede formarse una unidad definida respecto a ellos. Si el conjunto difuso de cosas que engloban la «cultura catalana» aparece claro, es porque existen ya constituida dentro de un Estado -el españo- la comunidad autónoma catalana. Es decir, que es el Estado el que delimita la cultura y no a la inversa. Si no fuera por el Estado español, la cultura catalana no existiría en el sentido de que sus rasgos no podrían ser delimitados como específicamente catalanes. Esto también pasa con la «cultura española». Nosotros no decimos que existe una «cultura española» previa a los procesos históricos que se han constituido -la Reconquista, la Monarquía Hispánica, la Nación española- sino que son esos procesos los que permiten reconocer a ciertas instituciones como propias o características de la expansión de esos estados. Así pues, no existe la «cultura española» subsistente en la mente de Dios ni en el Espíritu divino -como creen metafísicamente los falangistas y algunos izquierdistas que se enfrentan a tal idea compartiendo las coordenadas metafísicas aunque sea para combatirla- ni existe la «cultura española» como una unidad homogénea previa a los precesos institucionales de los Estados hispánicos. Ni siqiera el idioma puede definirse como «rasgos de identidad» de la «cultura española» porque un finés puede haber aprendido a hablar perfectamente el español y seguir siendo tan finés como antes.
Creo que B. Romero se refiere a manido porque leyendo otras entradas de esta web es un enfoque reiterativo, que en ocasiones está bien usado y en otras, como aquí, no tanto. No es lo mismo el mito de la cultura, catalana en este caso, que afirmar que la cultura catalana es un mito. En este caso me parece que el autor se decanta por el segundo uso, aunque no lo afirme abiertamente.
Es factible la idea del uso de la cultura catalana como meta ideológica política, e incluso desde una superioridad racial convirtiéndose en racismo implícito(usando palabras de los autores de esta web). Aunque en mi opinión dicho uso no es ni mucho menos extendido, ni en esferas políticas ni mucho menos deportivas… creo que subyace una razón evidente que interesa magnificar y generalizar este apunte para crear un estado de confrontación ideológica inevitable, base implícita del colectivo IH.
Otra cosa bien diferente es, por ejemplo, españolizar nombres catalanes. El autor de éste blog debe reconocer, a pesar del uso que se haga de la cultura catalana, que ésta existe.
Un saludo
Como lector de esta polémica, me gustaría que B. Romero demostrara que lo que le han dicho acerca de la cultura es manido, como dice.
Terciando en el asunto, creo que Santiago Armesilla se refiere al hecho de que no existen cosas tales como las «culturas» ni tampoco las «identidades» (culturales, nacionales, étnicas o lo que sea). Sólo existen como meros flatus vocii, como vocablos que empleamos con una función expresiva, apelativa o mitopoiética, pero no referencial, porque no sólo no tienen ningún referente real sino tampoco un referente imaginario mínimamente consistente. Son mitos oscurantistas y confusionarios cuya función es meramente ideológica.
Santiago,
Veo que no le es un incordio responder que es para usted, y de forma bien manida, el mito de la cultura (en el que difiero en varios aspectos). La cuestión para mi es por qué, ahora que veo su capacidad (aunque sea reproduciendo retórica ajena), no encuentro rastro de ella ni en su artículo ni en varias de sus respuestas.
Albergaré la idea de que tiene esos razonamientos, más no le da la gana que nadie los vea y se los guarda para usted.
Gracias de todas maneras y un saludo.
Con mito de la cultura me refiero a la transformación que, en el siglo XIX, y por medio de filósofos alemanes como Hegel, Fichte, Herder o Schelling, del mito de la gracia cristiana en cultura (el «kulturkampf»), secularizando la gracia, entendiendo que la gracia se alcanzaba en el Estado de cultura, y que la cultura, entendida como todo elemento antropológico de un pueblo, era el grado máximo de virtud que podía alcanzar una población, por lo que su preservación era la meta mayor que a que debía aspirar. Todo esto unido a que esa cultura, en concreto la alemana, era considerada la de mayor virtud del planeta. De ahí a Hitler había un paso. Ese mito de la cultura, oscuro y confuso pero muy efectivo, ha sido heredado por todos los nacionalismos étnicos, incluído el catalán, en el cual la raza se difumina ideológicamente en el subterfugio de la lengua y otras ceremonias.
A Jchu;
No entiendo que ninguna roncha ni herida en aquello suyo que denomina «lo mas íntimo» pueda salir de una palabra. Tengo la suerte, hasta día de hoy, que uso y reuso a mi antojo todo el diccionario del que dispongo. Precisamente, «transversal» (perdone si le reaparecen sus problemas cutáneos) a mi me gusta bastante.
Obviamente puede comentar lo que quiera, no se disculpe.
Aun así, lo que dice sobre mi punto «c» considero que sin duda alguna es a causa de una lectura rápida, y que debiera releer el motivo de mi afirmación. Mi intención es resumir y denotar la (para mi) extraña opinión de Santiago. Esta afirmación (la de Santiago, hablar de «expolio» y «robo») como bien indico en susodicho punto, la estimo llana y que delimita considerablemente toda conversación.
Así que esta ocasión no se merecía que escribiese esa larga aclaración que tanto le ha jorobado hacer.
Únicamente añadiré que, como bien dice, las naciones han batallado «día a día» por sus tierras, de la misma manera, hoy en día, los lugares que lo consideren justo y necesario, deberán seguir batallando (y considero que así sucede). ¿usted no?
saludos!
Santiago, ¡hola!
Ya veo que he de disculparme por mi errónea comprensión de su primer punto, he de decirle que pensé en que hacía referencia a la disputa entre Florentino y Villar, pero la descarte por parecerme poco sólida como argumentación. Mis disculpas. Y me alegra que no vea inquinas en mi.
Ya veo que no se me lee. ¡Santiago! diferencio estupendamente esos términos, no entiendo que hago para que piense lo contrario.
¡No siempre es España la que cambia! En los últimos cien años se han creado (expoliado, según usted) centenares de países, los que han salido de España no creo que fuesen con el ánimo de hacerla desaparecer, sino con el ánimo de los pueblos de poseer y poder decidir sobre lo que sienten que es suyo.
Creo tener una visión mucho más optimista y positiva de España.
¿realmente siente que España desaparece?
Si no le incordia mucho, podría contarme que es para usted el mito de la cultura.
Un saludo y gracias de nuevo
La cultura es un todo complejo, Pepe vive en el mito de la cultura, concretamente la catalana.
Tiene usted razón, no me llamo Pepe, sino José. Ha descubierto usted mi pequeña fachada castiza. Por mi parte yo ya no espero que haga usted referencia a lo que le he comentado sobre el idioma. Me queda claro que por sus lares se habla de política, pero raramente de cultura.
Veo que no encontraremos punto en común alguno. Tiene usted una visión quijotesca del mundo. Con grandes amigos y grandes enemigos.
Yo doy un paso atrás y salgo de esta espiral, no me interesa.
Sólo espero que por su parte muestre un poco más de respeto hacia esos enemigos, aunque sólo sea para agradecerles la oportunidad que le dan de basar casi exclusivamente en ellos esa épica batalla que está librando.
Vivimos dos Españas diferentes, deseo que si algún día accede a
esferas de poder, no me imponga usted la suya.
Un saludo y suerte.
Hola:
Tengo un rato de tiempo y aunque reconozco que me meto en conversación ajena, pido disculpas de antemano y lo hago sin más tapujos.
La Srta. B. Romero contesta a Santiago en cinco puntos. No tengo tiempo más que para referirme a uno de ellos, no por no tener ganas de hacerlo con o otros, pues términos como «transversal», sea expresado en el contexto que sea, me hiere en lo más íntimo o digamos que me salen ronchas como le salían al ladronzuelo de Arzalluz. Quizá por eso prefiero hablar de este otro punto:
En el punto “c” se asombra la señorita B. de que diga que España tenga que ver con el territorio que ocupa. Y sin entrar en otras consideraciones y pese a pesar que lo jorobado del tema es tener que aclarar lo que ahora voy a señalar, le diré que España tiene un territorio que ha menguado, y viceversa, a lo largo de la historia fruto ello de muchas batallas. Los que ahora por suerte hemos nacido en esta España debemos ser consecuentes con lo que sucedió, de manera que considero poco realista decir que nos robaron o que nos expoliaron. Perdimos Nápoles, Sicilia, los teritorios del norte europeo… importantes territorios de Africa, Filipinas, las Américas desde el más recóndito sur hasta cerca del gran norte, aunque esto se haya olvidado)… pero queda una impronta importantísima un idioma común. Las fronteras nacionales desde que las «naciones» son naciones y teniendo en cuenta las más importantes y que son las primeras (España, Francia, Inglaterra, luego EEUU, Francia, Alemania…) han cambiado poco y el punto de vista de la señorita B., en relación a robo o expoliación, no creo que sea el mejor. Tal punto de vista es uno que no considera lo que realmente es una nación. Las naciones han batallado día a día por su tierra . No le pida, por tanto a un francés parte de su patria, ni a un inglés… tampoco se lo pida a un español. Ninguno lo dará y si es el caso seguro que lo defiende con todas sus fuerzas…
Un saludo
Jchu
Ah, en cuanto a lo de ir de frente. Yo doy mi nombre real. Otros me da que no.
Saludos.
A Pepe:
Una contestación muy larga que responderé en tres puntos breves:
a) Se quién es Eduardo Inda pero no leo el Marca. No leo la prensa deportiva. Solo una vez la compré, cuando España ganó el mundial de fútbol.
b) Un concierto de Justin Bieber no tiene las connotaciones políticas de un partido de fútbol como el Madrid-Barsa. Comparar ambas es como comparar un trozo de madera azul con una persona de raza negra solo porque ambos tienen colores.
c) No ver la connotacion política que tuvo la celebración de la victoria de España en el mundial, y por ende, la marea de banderas españolas que por todas partes circularon, en el contexto presente de ataque a España por considerar su mera existencia como «fascismo» es no enterarse de nada. Incluso su intento de minimizarlo resulta vano.
En todo caso, espero que el FC Barcelona siga siendo un gran club. El origen del lema más que un club no queda claro por su actual uso. Es como decir que el origen de la esvástica es budista y simboliza paz espiritual y verdad. Bueno. Y que conste que el Barsa me causa mucha más simpatía que la esvástica.
Saludos y gracias.
A B. Romero:
Veo que no se me lee. Las inquinas personales eran las inquinas de Florentino Pérez y Villar, que usted señala.
Yo distingo perfectamente catalanismo de indepenentismo catalán y nacionalismo catalán. Lo he dejado claro, al igual que en el artículo. ¿Lo distingue usted?
Las naciones son cambiantes. ¿Y por qué tiene que ser siempre España la que cambie, esto es, desaparezca? He ahí el asunto en cuestión.
Saludos y gracias por escribir.
Afirma usted que el fútbol es política, que el deporte que mueve masas, que moviliza a millones de personas, es política. Bajo esta definición, un concierto de Justin Bieber es un brutal acto político digno de cualquier fotograma de El triunfo de la voluntad.
Así que me veo obligado a leer un poco más para hallar tal relación que al señor le parece indiscutible, y leo:
El fútbol nacional español es, definitivamente, política. Cuando la selección española ganó la Eurocopa (2008) y el Mundial (2010), aquello se convirtió en una reivindicación pacífica de la españolidad de nuestros compatriotas, independientemente de que esa españolidad fuese confusa y no articulada hacia fines políticos más concretos.
Bien, fines políticos articulados? pero usted qué esperaba? una reivindicación del neofeudalismo? de la república? de la izquierda hispánica? del comunismo? echó en falta la hoz y el martillo estampados en la bandera española? Lo que en realidad fue una celebración de un éxito deportivo nacional (fíjese bien, primero éxito, luego deportivo y por último nacional), fue una reivindicación de españolidad confusa para un señor más confuso todavía. Supongo que por «fines políticos no articulados» se refiere usted a la unidad española. Sin embargo una realidad identitaria es un fenómeno cultural, no político.
Si dicha celebración hubiese sido una manifestación política, como el fútbol en si, y tuviese usted razón respecto al catalanismo beligerante del barcelona, no tendría usted amigos izquierdistas hispánicos del barça. Y no me diga usted que intentan cambiar el club porque nadie les obliga a simpatizar con dicha institución, a no ser que simplemente les agrade el equipo y su fútbol. Lo que no creo que admita porque entonces caería en el peligro de admitir también que quizá toda España estaba en la calle festejando el triunfo de un equipo, y no el de una nación. No me cabe la menor duda de que ese día la gente no pensaba tanto en la unidad política de España como lo hacía en Iniesta. Intuyo que usted no disfruta demasiado con este deporte.
Argumenta usted que el equipo de Barcelona tiene como claro objetivo acelerar la conquista política de la independencia y en su análisis simplista de una institución obvia usted que el señor Laporta sufrió una moción de censura y su candidato continuista recibió un duro golpe electoral, entre otras cosas por un rechazo a la deriva institucional y excesivamente ideológica que adquiría el club. Bien, parece que el Barcelona al final resulta ser de los barcelonistas (que no barceloneses, ni catalanes, ni «neofeudalistas») y cambiaron el rumbo hacia, usando sus palabras, una catalanidad pacífica sin fines políticos y no articulada, territorio en el que se sienten más cómodos y representados. Y que le repito, se trata de un estado cultural identitario, que no político. Admitirá al menos que cuando uno declara sentirse catalán o español, no está realizando una manifestación política.
En cuanto al «més que un club» le recomiendo que se informe usted un poquito sobre el origen del lema, su contexto histórico y social, y luego disponga usted del tiempo que necesite para intentar entender por qué el ser humano se empeña, a lo largo de la historia, en enorgullecerse de movimientos de resistencia que han sufrido y batallado opresiones.
Ahí sí se pone de manifiesto un origen político, que con el tiempo se ha transformado en una seña cultural identitaria.
En cuanto a los comentarios sobre Josep Guardiola definiéndole cómo soberbio y prepotente, así como el pésimo argumento de ayudas arbitrales en favor del Barcelona por confabulaciones burocráticas voy a tener que pensar que lee usted cotidianamente las reflexiones del señor Inda. Si fuese el caso debería tener al menos la decencia de atribuirle las citas y no hacerse el loco cuando se lo menciono en primer lugar.
Lo que usted obtiene con tales referencias es una increíble pérdida de crédito en su intento por articular cualquier análisis político.
Juan Lapuerta, José Guardiola y Arturo Mas. Sobre estas manidas y redundantes traducciones, me pregunto qué le empuja a aplicarlas. Que usted lo justifique por ironizar sobre un personaje (Laporta, los demás no los aclara usted) me revela que no tiene un sentido muy fino de la ironía. Sin embargo lo que sí es irónico es que sea usted capaz de ver política en el fútbol, en el Barcelona, en la celebración de éxitos deportivos y sea incapaz de ver la connotación política de su propia ironía aterciopelada, no me queda más remedio que concluir que es usted un provocador tan tosco como su hermano iberoamericano, aunque de él al menos podamos decir que va de frente. Y déjeme apuntillar el tema con otra ironía, me resulta curioso que al señor Laporta lo acuse de putero otro putero, lingüístico en su caso, que cree que las lenguas se prostituyen. Por otra parte, si quiere usted tratar como a una puta el catalán, sepa que con acierto y seny, al putero se le tiene menos respeto que a la puta (quizá porque dificilmente ésta última es «neofeudalista», según su simétrica percepción de la realidad).
Dice usted que el Real Madrid es el equipo de muchos españoles y que el Barça también, pero menos, por lo que representa.
Permítame ayudarle a aclarar esta pequeña confusión, de hecho la solución está en su texto, si el Barça a pesar de representar el expolio y el independentismo catalán tiene seguidores por toda España y todo el mundo, habrá que preguntarse el por qué de un acto de tal masoquismo, como es apoyar una institución que representa la quiebra de España y la superioridad racial (?) de Catalunya. Y ahí señor mío es donde trata usted a la gente de gilipollas. Obvia usted la misma naturaleza del asunto que centra su artículo. El deporte es placer y sufrimiento laico. Me repito, usted no debe disfrutar mucho de este pasatiempo, pero tenga al menos la decencia de no ensuciarlo.
Y por último su emotivo párrafo final. Señor, el FC Barcelona no ha de ser lo que usted quiera que sea. Y por supuesto que no lo es. Más aún, el mundo no ha de ser como usted quiera. Y tampoco lo es.
Como buen aventurero, usted dispone de una brújula con cuatro puntos cardinales, cada uno de ellos abundantemente adjetivado. Quería saber porque le relaciono a usted con el señor Inda, bien, él también tiene su brújula, él también aplica a la realidad un zafio maniqueísmo, y el también, como usted, es un aventurero que intrépidamente (demasiado) se adentra y quiere ser protagonista de un misterioso mundo que no comprende.
PD: Debería usted dejar de lado la pistola etiquetadora y canalizar el ímpetu que dedica al arte de la ironía y la creación de adjetivos compuestos hacia la búsqueda de matices en ese mundo claroscuro que le rodea.
A Santiago,
a) No residen en mí en absoluto inquinas personales de ningún tipo sino simpatía, aún discrepando en determinados puntos. Y no era el que lo pareciera mi intención.
b) Cuando usted me habla del término raza (escusado en ser usado por nacionalistas catalanes) creo que no concibe lo expuesto por mi: una diferenciación transversal y no vertical. Nunca siendo esos diferenciales algo parecido a la raza. Si bien es cierto que entiendo de donde saca esos términos, no puedo compartirlos ni creo que se merezca su uso, puesto que usarlos excluye de la conversación otros muchos enfoques e indiscutiblemente la limita. Yo no hablo (en este caso del Real Madrid) en términos de raza española o jactándome del mal uso que hacen de la casta, el nacionalismo y un largo etcétera simplista. Agradecería que hiciera lo mismo.
c) Los países (dicho del territorio, pues es a lo único que se acoge) son cambiantes. Así, según sus percepciones, todo país actual ha sido una larga sucesión de robos y expolios. Ese punto de vista vuelve a delimitar. Y resulta un tanto llano.
d) Nunca he confundido términos. No seamos ingenuos. Es más, si usted no tuviese esa visión dualista del sentir catalán, se hubiese dado cuenta que en mi explicación lo que razono o intento es dar un punto de vista sin etiquetas y de múltiples vías y pareceres.
d) No veo razonamientos al primer punto que he expuesto, se lo agradecería.
e) Ante la duda, en próximas ocasiones, trate de dirigirse hacia mi haciendo uso del art. femenino.
Saludos y gracias!
Es muy contradictorio que un seguidor del FC Barcelona niegue la política de corte secesionista de los directivos de su club pero no dude en señalar a Franco como el gran benefactor del Real Madrid. Es decir, se niega la política en un caso y en otro se afirma: la política es una realidad cuando me conviene; cuando no, es conspiroparanoia de mi adversario. Puro pensamiento dicotómico y muy, pero muy interesado.
Una verdad es que estamos ante dos clubs muy poderosos, uno de los cuales ha logrado que se le identifique ya no con un estilo particular de jugar futbol, sino con el futbol mismo. «Ganó el futbol», se decía después del partido de ida de la Champions. Es el triunfo de una ideología: el estilo convertido en deporte. Y quien no juegue así, como juega el Barcelona, juega mal: el Real Madrid será malo ya no sólo por sus carencias sino porque no juega como el Barcelona. Y FC Barcelona sólo hay uno: cuando se le imita sale una copia desigual que ahora se llama Arsenal.
Nada de esto debería extrañarnos: cierto culé tiene su ideología, que ya sabemos cuál es. El problema es que se le señale y ni siquiera acepte que la tiene. Mientras tanto, Laporta está en el Parlamento.
Hola:
El nacionalismo catalán siempre encontrará argumentos para autoafirmarse como distintos. Algunos pueden pensar que: el fc barcelona es el mejor por que los catalanes todo lo hacemos mejor, recuerda al mito de la raza. Pero ese mito es una creencia que deriva de mentiras que algunos de los que viven en Cataluña se han creido. Los argumentos parten de axiomas torticeros y mendaces. Ante tales argumentaciones solo podemos señalar lo que tras ellas se esconde: una mentira argumentada como si tuviera todas las bondades de la verdad. Espinosa lo reflejó perfectamente en la «Etica»: las ideas falsas (oscuras) se derivan unas de otras con la misma «necesidad» a que estamos acostumbrados a observar en las ideas matemáticas.
Pero tenemos que sacar a la luz constantemente esa burda expresión de mentiras que se derivan de falsas premisas: que el territorio de cataluña sea de los catalanes es la falsedad más indigna y a partir de la cual algunos deducen una serie tremenda de falsedades, como es la de que alguien por el hecho de nacer en Barcelona no es español. Si alguien se «siente» catalán que lo escriba si quiere en nuestra página, pero que no espere respeto por nuestra parte en relación a su afirmación, pues es algo que no tiene sustento teórico salvo la ensoñación que está sufriendo o el engaño que él mismo ha aceptado por que alguien un día le dijo que la «patria catalana» existe… pero eso es MENTIRA. Es más si le mostamos respeto, lo que debemos hacer es decírselo y cuanto más alto y claro, mejor.
Sí tiene razón B. Romero cuando afirma que si hay una candidatura hispanista para la presidencia del Barsa, que se presente. Pero claro, habría muchas presiones para que una candidatura así prosperase.
Aclaración, no somos nacionalistas hispánicos, sino patriotas cívicos españoles (en sentido de nación política de origen jacobino-liberal), e internacionalistas iberoamericanos.
Saludos a todos y gracias por escribir.
Al tal B. Romero:
a) Basar todo en inquinas personales suele acabar en malos análisis políticos por psicologistas.
b) Hablar de raza, en sentido emico desde la perspectiva de los nacionalistas catalanes, lo hemos dicho desde su perspetictiva, la del neofeudalismo catalán. No desde el nuestro, pues somos antirracistas.
c) El expolio tiene que ver con dar privilegios bajo el nombre de «derechos» a unos españoles sobre otros por motivos de censo, lo que conllevaría robar al resto de españoles un territorio que también es suyo y que han construído históricamente también ellos.
d) Una cosa es el catalanismo (respetable) y otra el secesionismo. Si B. Romero los confunde es que para él son la misma cosa, lo cual supone un error gravísimo de percepción.
A Pepe:
No se qué tiene que ver Inda con nosotros. Lo que me da la impresión es que usted no nos lee o no ha leído detenidamente el artículo.
¿Quién suscribe éste artículo? ¿Eduardo Inda ha hecho un cursillo por correspondencia de teoría y fundamentos del socialismo? Prefería el de antes, al menos me reía.
De verdad, Inda me merece más respeto, en él veo dolor y humor, en vosotros sólo oportunismo.
No seré breve….Algunas dudas y comentarios:
1/Si el Barcelona realmente, como dicen ustedes, que a la vez dice Mouriño, gana los partidos gracias a los árbitros que vienen mandados por Villar que lo que en realidad quiere no es que gane el Barcelona, sino que quien no gane sea el Madrid porque su presidente Florentino no votó su reelección. (esperen, que tomo aire). Sigamos: Así entonces, ¿Qué cabida tiene en un mismo artículo relacionar todo este supuesto entramado, que en el caso de ser cierto, sería unicamente abuso de poder/influencias por una disputa personal (Villar-Florentino), y no política, con otro entramado muy distinto, el del catalanismo y el Barcelona?. Pues el favorecer al Barcelona en este caso es mera coincidencia.
2/Por otro lado, el tema del que hablan es muy recurrente hoy en día. Una pequeña observación: el Barcelona ya era catalanista antes de Messi, ahora crea discusiones y sarpullidos porque, ¡oh si! ahora gana. Pero un detalle: por ganar en el fútbol, no gana lo que se representa (lo parece, pero no). Así que creo que debiéramos (deberían) estar todos mas tranquilos.
3/ Ahora sí, la política: A mi entender, el Barcelona hace eco de su catalanismo (ojo, no independencia, que solo es una vía), de la cual sus seguidores apoyan o no (por algo el continuista de Laporta, el putero(sic), no ganó las elecciones). No es la unidad la única vía ni el nacionalismo hispánico, la única forma de procurar por unos intereses merecidos. Perdonen si para mi los conceptos no están reñidos. Se puede ser socialista y no por ello no querer identificarse y así diferenciarse (entiéndase: excluirte sin excluir) por la vía de una cultura, un idioma, un arte, una historia, una economía y si, también unas sardanas (por si a alguien le da por la rama folclórica). Siempre de forma transversal y no vertical (perdonen de nuevo, no entiendo términos como superioridad racial, moral (?) que ustedes mencionan). En todo caso, veamos el contexto: Actualmente puedes recorrer ese primerito mundo sin percatarte de donde estas a menos, en ocasiones, del clima (lo mismo es decir recorrer esa mal llamada democracia mejor dicho, corporocracia). Y parece que va a más. Así mismo, creo una opción natural la reagrupación en pequeños núcleos identificativos, (llámese país si se quiere, o otras vías: ¿leyes?, que más da, es lo de menos la etiqueta hoy), donde esa autonomía (efectiva y real) consiga decisiones que produzcan cambios, que reflejen los intereses de una identidad cultural/política/económica concreta, en este caso, la catalana, muy bien definida (no por ustedes).
Esta situación jamás la denominaría expolio a España.
4/Finalmente, si se quiere un Barcelona con identidad española, que se proponga en las elecciones y les voten.
Saludos.
B. Romero
Lo que teneís que hacer es convencerme a mí para que tenga agallas a pasear en Wembley la bandera de España con un nítido Gibraltar Hispánico. Perderé muchos fans y varios miles de euros, pero uno es lo que ama no quien le ama.
No estoy de acuerdo con Javier, porque el FC Barcelona es una institución española por más que se la hayan apropiado los separatistas. Nuestro interés es llamar a esos seguidores del FC Barcelona que no son separatistas para que luchen contra sus correligionarios futbolísticos pero enemigos políticos. Para ello debe quedar claro que apoyamos al FC Barcelona frente a terceros enemigos como los ingleses. Eso de que Inglaterra es menos peligrosa para España que el separatismo catalán es más que discutible.
Dar por perdidas instituciones que son españolas es ya un paso en favor del separatismo y es precisamente lo que están consiguiendo. Los separatistas catalanes son tan españoles como yo, por más equivocados que estén, igual que el Barcelona es un equipo tan español como el Madrid. En el uso de las instituciones está el peligro o mejor dicho, en la ideología con la que se envuelve. No tengo nada en contra de la sardana como baile español junto a otros. El peligro está cuando metafísicamente se le toma como «seña de identidad» de un grupo separatista, pongamos por caso. Pero esto no me lleva a querer acabar con tal institución porque entonces estaría preso de la misma metafísica que ellos.
Salud y gracias por vuestros comentarios,
José R.
Pues si el Barcelona es la punta de lanza del separatismo catalán, como yo creo también, entonces un español de pro debe estar con el Manchester en la final contra el Barcelona, es el mal menor, los ingleses son menos enemigos hoy en día de España, hacen mucho menos daño a la nación española, que el cáncer separatista catalanista, que usa al Futbol Club Barcelona como su buque insignia internacional, siempre contra España. Si ganan la final reivindicarán aún más su separatismo, frente a España, el triunfo del Barsa es el triunfo de «Catalunya», el Barsa ellos lo consideran parte de su identidad y mientras esta supuesta identidad marche viento en popa más se crecerán. Después está el supuesto contrargumento de que es que hay muchos españoles no separatistas, muchísimos de fuera de Cataluña que son aficionados del Barsa, ¡pues peor para ellos!, porque eso significa que están en la inopia política total, que no se enteran de nada, que son del Barsa fanáticamente, sin ver que la política envuelve al futbol y el separatismo catalán envuelve al Barsa. Uno no puede querer que los traidores a la nación, que son siempre los peores enemigos de ésta, ganen nada, aunque sea a los ingleses.
Puedo entender que el artículo resulte provocador y no sea del agrado de todo el mundo, pero no puedo entender que se insista en la idea de que la culpa de los separatismos la tiene los españoles. Unos españoles que no está claro quienes son desde ciertas posiciones que parece que defendéis o toleráis, pues desde ese posicionamiento está justificado el separatismo leonés, el andaluz, etc.
No creo que de las pancartas del Camp Nou seamos culpables el conjunto de españoles no absorbidos por el secesionismo, o que seamos culpables de la pitada al himno de España en aquella final de la copa del rey.
Es una situación en la que no tenemos escapatoria: si nos atacan debemos aguantar cualquier movimiento que vaya a favor del enriquecimiento y la acumulación de poder por parte de unos pocos (los dirigentes de los partidos que se benefician de estos separatismos). Y si nos defendemos se supone que estamos promoviendo contra lo que luchamos.
Sois víctimas de la propia situación que reivindicáis, el empobrecimiento de España, la acumulación de poder y dinero por parte de una determinada clase dirigente… Esto va unido indisolublemente a los secesionismos vasco y catalán y al poder que dichos partidos (PNV, CIU…) comparten con los partidos mal llamados nacionales (PSOE y PP).
Pues los telediarios dicen faltas de ortografía cada dos por tres.
Mira, el Barça es el mejor equipo de fútbol del mundo hoy por hoy. Eso es indudable e indebatible. Pero el barcelonismo, sentimiento noble donde los haya, no es algo homogéneo. Hay muchas formas de ser del Barsa, pero la que está impulsada desde el propio club, y desde instancias políticas concretas, es perjudicial para todos, incluídos los cules de toda España. Hay que defender un barcelonismo sano, inclusivo, generador.
Y repito, lo de Lapuerta era para ironizar sobre este sujeto prevaricador, ladrón y putero.
Cuando hablas en Español tienes que decir «Gerona». Decir «Girona» hablando en español es una falta de ortografía. No mezclemos las cosas
Lo de Laporta era por ironizar y por atacarle a él. No entiendo por qué algunas personas pueden escandalizarse de que nos metamos con un burgués capitalista racista. ¿Acaso se le debe algo a este señor? Más bien él debe a Barsa mucho, empezando por mucha cantidad de dinero.
¿A qué «nacional socialista» has visto utilizar o reivindicar la figura del Che Guevara? A ver si vamos a llamar «nacional socialismo» a todo lo que no sea pensar como a uno le gusta.
Catalin,
Un ejemplo de mala fe por tu parte. Ves que somos nacionalistas españoles y socialistas y ya nos endilgas por cuenta y riesgo el calificativo de «nacional socialistas». Ahora bien, los nazis defendieron un «socialismo de la sangre» (como aquí en España hacen los fachas del MSR y muchos otros energúmenos de su calaña, algunos por cierto, nacionalistas separatistas también vinculados al socialismo «de sangre», es decir racial); era también europeísta, amigo estratégico del Islam -como por cierto, lo fue Franco-; también es anti marxista-leninista y antibolchevique, y por supuesto, anti-judío.
Nosotros somos socialistas tanto genéricos -no existen grupos que por sí mismos tengan unos privilegios especiales frente al resto- como específicos -una economía socialista-, somos anti-racistas y partidarios del mestizaje, estamos en contra de Europa y somos iberoamericanistas, nos posicionamos frente al Islam con fortaleza. Nos declaramos sin problema continuadores de la tradición marxista-leninista y bolchevique y no somos anti-judíos.
¿Por qué entonces rápidamente nos endilgas el sambenito de «nacional socialista»? Pues porque defendemos a España. Ese es el problema. Que ni siquiera nos lees o intentas comprendernos. Ya identificas de entrada a España con el fascismo o nazismo. Así, es difícil discutir.
Por cierto, lo de «Lapuerta» es claramente una ironía, como puede apreciarse por la foto. De todos modos, estaría de acuerdo en afirmar que no tiene sentido decir «Lapuerta». Ahora bien, ¿por qué cuando hablo en español se me obliga a decir Girona o escribir Barsa con la ç, una letra extraña a mi idioma?
No creo que lleguemos a entendernos, pero de todos modos, gracias por participar en nuestra web.
Un abrazo,
José T. Escalante
Dios como esta el pais, hay gente que no tiene remedio. Esto da miedo!
Pero como se te ocurre cambiar un apellido para traducido al español. Y despues quereis que seamos españoles con este trato. Nunca habra entendimiento.
España esta acabada, lo siento pero ya es tarde para nacionalismos, pronto el fmi sera quien mande.
Esto de izquierda hispanica parece un nacional socialismo cutre, como el pais, mas nacional que socialista…
A ver. Dices que no eres separador y no sólo traduces los nombres (que tendría un pase) ¿sino también los apellidos??? Por cierto, guardiola significa «Hucha» en catalán (y Mas, «Masía» o «caserío»). Por analogía deberías llamarlos José Hucha y Arturo Caserío. Lo que sería ya para mondarse de risa. Traducir los apellidos es lo más serparador que he visto en mucho tiempo
Es más, si el Barsa pasa a la final, yo estaré al cien por cien con el Barsa, frente al Manchester United, que parece el otro semifinalista.
Se aprovecha la coyuntura del partido para hablar de política. Claro que Franco utilizó al Madrid, es algo que en el artículo se dice. En el presente, el Madrid no es el equipo mimado por el régimen, sino el Barsa.
Yo, personalmente, no soy futbolero, no me gusta el fútbol. Pero no se puede negar el uso político nacionalista del FC Barcelona. Y creo que los primeros interesados en denunciar eso son los propios culés.
Saludos.
<>
<>, replicó Sócrates…<> Platón, Parménides.
Es de traca que una organización como Izquieda Hispánica se pierda en una gilipollez de un partido de fútbol.
Y sospecho mucho que mientras que gane el Barça, dará igual lo que haga, porque los españoles no se «sentirán orgullosos» de ese equipo.
Porque claro, fichar a Di Stéfano y que Franco obligara al Barça a dárselo al Madrid… Eso seguro que no es política…
Y no, no se sostiene (y me duele decirlo)
Estimada Ana:
¿Podrías decirnos por qué no se sostiene?
Saludos.
Me gusta vuestra página y casi siempre vuestros artículos. Pero éste no se sostiene de ninguna forma.