A los trabajadores y ciudadanos críticos con la izquierda oficial: Por la refundación del socialismo en Cataluña

Diversas plataformas, movimientos sociales y agrupaciones socialistas o comunistas han lanzado un manifiesto en España con el título «Por la refundación socialista en Cataluña». Se busca unir a grupos como Alternativa Ciudadana Progresista y la Coordinadora de Agrupaciones Socialistas Autónomas de Cataluña con más movimientos similares para refundar la izquierda socialista alejándola de cualquier tipo de tinte etnicista, neofeudalista y sececionista antiespañol.

Izquierda Hispánica apoya esta iniciativa y publica íntegramente dicho manifiesto a continuación de los tres comentarios siguientes:

  1. La defensa de la unidad de España desde posiciones antifascistas, antirracistas y antichovinistas será una lucha de izquierdas a la que IH se suma.
  2. En Izquierda Hispánica discrepamos del modelo de una Europa socialista que está en el manifiesto en cuanto pensamos que la defensa de la unidad de España pasa por una crítica radical al europeísmo; ya sea el liberal, el nazifascista, el «izquierdista» o dicho modelo socialista. El europeísmo es una ideología nefasta para España y para todas las clases de trabajadores españoles. El europeísmo nos ha llevado a la sumisión política, económica e ideológica de la nación española, pero también de Portugal y del resto de naciones -las llamadas «PIIGS» – subyugadas por las fauces germánicas. Esta situación sólo podrá terminar cuando los españoles veamos claramente que nuestro lugar político no está con «Europa».
  3. Izquierda Hispánica va a participar en esta plataforma patriota y socialista sin renunciar a su proyecto político, el que consideramos mejor para todos los trabajadores españoles a medio-largo plazo: la salida del euro, la salida de la Unión Europea y el viraje económico, político y diplomático de nuestra nación hacia América y sus procesos de integración socialistas, esto es, una unión socialista iberoamericana.

Dicho esto, publicamos el manifiesto a continuación:

Por la refundación socialista en Cataluña

El socialismo europeo está pasando por sus peores momentos desde que se iniciara la crisis económica de 1973. La primacía de la especulación financiera sobre la industria ha ido aparejada al deterioro de unos partidos socialdemócratas que han pasado de la lucha de clases al reformismo y, de éste, al oportunismo explícito y a la presencia de sus líderes más destacados en los consejos de administración de las grandes empresas; tanto desde allí como desde los parlamentos, llevan tiempo convertidos en meros gestores del capitalismo.

El caso español es especialmente grave, puesto que la tardía industrialización de nuestro país, las dos dictaduras padecidas y la presente supeditación imperialista a una UE y a unos Estados Unidos que han impuesto el desmantelamiento de la industria nacional y la especialización en un modelo productivo dependiente, basado en la construcción y en los servicios, han conllevado la debilidad del movimiento obrero y el subdesarrollo del Estado del Bienestar.

Un partido socialista, obrero, nacional e independiente

Lamentablemente, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no ha sido en absoluto ajeno a este proceso del que la crisis que padecemos en la actualidad es el efecto; la subordinación a potencias y estamentos extranjeros mencionada y la adopción del llamado socioliberalismo o tercera vía como referencia de la labor gubernamental del PSOE han estado allanando el terreno al partido conservador español, el Partido Popular (PP), que siempre ha aprovechado para profundizar en las reformas regresivas iniciadas por los socialdemócratas. Una escalada reaccionaria, en definitiva, a la que se han estado sumando con avidez las derechas nacionalistas de ámbito autonómico y que ha acabado arrasando conquistas sociales que habían costado largas décadas de lucha.

Sin embargo, para bien o para mal, parece casi indiscutible la posición crucial que ocupa el PSOE para decidir el futuro de España; la ley electoral, favorecedora del bipartidismo y de la sobrerrepresentación de los nacionalismos, así como la importancia sociológica del partido de Pablo Iglesias como principal fuerza política de la izquierda española, lo convierten en decisivo a la hora de poner en marcha políticas en un sentido o en otro. Precisamente, su deriva ideológica y las prácticas poco acordes con los postulados socialistas han hecho mella en el apoyo electoral recibido y, a estas alturas y pese al desgaste del PP, las posibilidades de desbancar a los conservadores en el gobierno son dudosas.

Todo ello no hace sino apremiar la necesidad de reivindicar los orígenes obreros y populares del PSOE, la urgencia de que retome una línea de actuación genuinamente socialista: la que tiene como vectores incuestionables el reparto del trabajo y de la riqueza.

Apelamos, pues, a un partido socialista cuyo programa se base en la dignificación del trabajo en calidad de motor de la economía nacional y pilar estable y sostenible de la sociedad española; un partido socialista que aplique una verdadera justicia redistributiva a través de la progresividad fiscal y de la lucha contra el fraude, de unos servicios públicos universales, gratuitos y de calidad, y de una banca pública que nutra tanto a las familias como a las PYMEs, principal fuente generadora de la actividad económica de nuestro país; un partido socialista abierto e integrador con los inmigrantes y con todas las personas con necesidades especiales; un partido socialista independiente de los poderes oligárquicos nacionales o extranjeros, al que no le tiemble el pulso cuando tenga que defender la soberanía nacional popular frente a cualquier impostura antidemocrática. Un partido con estas características tiene que mantener una interlocución permanente con el mundo del trabajo, con trabajadores y sindicatos, con empresas y grupos profesionales, y también con los nuevos movimientos sociales.

¿Regeneración del PSC o vuelta del PSOE sin falsos intermediarios?

Los programas neoliberales que ha estado implementando el PSOE a lo largo de estos años no son el único factor que está perjudicando seriamente a esta formación política. La facción más importante de la burguesía española, la burguesía radicada en la comunidad autónoma de Cataluña, aprovechó la transición democrática para configurar un sistema de partidos catalanes afines que le permitiera mantener incólumes sus particulares intereses de clase; las formaciones de izquierdas y los sindicatos han sido las víctimas propiciatorias de esta estrategia, como demuestran el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), socio del PSOE y su referente en el Principado, e Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) – Esquerra Unida i Alternativa (EUiA).

Cataluña, la región industrial por excelencia de nuestro país, también ha sido, consecuentemente, uno de los bastiones del movimiento obrero, de la izquierda y del PSOE en particular. Los votos recabados en esta comunidad son fundamentales a la hora de conseguir mayorías parlamentarias socialistas en las elecciones generales, pero las tensiones existentes entre el PSOE y el PSC, y en el seno del propio PSC, están diluyendo la fidelidad de los electores catalanes y contribuyendo considerablemente a minar la confianza de los del resto del Estado.

La campaña de las pasadas elecciones al Parlamento de Cataluña y el debate político y mediático, tanto anterior como posterior a la mencionada cita electoral, han estado marcados por la exigencia de un referéndum de autodeterminación que el Derecho Internacional sólo reconoce a las colonias o en los casos de grave opresión, violencia y discriminación contra la ciudadanía o parte de ella. Este referéndum secesionista no es otra cosa que una huida hacia adelante con la que la coalición nacionalista conservadora Convergència i Unió (CiU) pretende tapar los escándalos de corrupción y la agenda neoliberal que le son consustanciales y que tuvo que sufrir la población esta pasada legislatura de gobierno convergente con una virulencia inusitada.

La izquierda catalana, infiltrada y secuestrada por la burguesía nacionalista, siempre ha significado y sigue significando una oposición a CiU demasiado endeble; ha repetido la misma cantinela etnicista de los conservadores añadiéndole un barniz social, pero sin elaborar el discurso contrahegemónico que le permitiría tirar por tierra la demagogia clasista sobre la que se sustenta el catalanismo político; ha llegado a ser triste cómplice o vergonzante protagonista de excepción de medidas antisociales teñidas de racismo cultural y encuadradas en el contexto de esa siniestra entelequia conocida como “construcción nacional”.

Contra la visión esencialista del nacionalismo identitario, nosotros reivindicamos el socialismo internacionalista real, el que toma como sujeto político al pueblo trabajador de los Estados-nación y no a identidades supuestamente homogéneas que sirven para enmascarar los trapicheos de la élite que detenta el poder económico y político. Rechazamos ese socialismo endogámico que, desde el interior de las propias fronteras, atenta contra la soberanía nacional popular negando el “derecho a decidir” de los compatriotas que residen en otras comunidades y considerando expolio la justicia redistributiva interregional, mientras se hace la vista gorda ante su equivalente interprovincial e intercomarcal catalán y se fomenta ese verdadero expolio que son los dispendios en materia identitaria o la creación de estructuras administrativas y políticas redundantes.

Asistimos, por tanto, a un doble fenómeno pernicioso. Por un lado, la credibilidad de los partidos de izquierdas de ámbito estatal se ve comprometida por culpa del filosecesionismo de sus socios autonómicos; por otro lado, no existe ninguna formación política de izquierdas representada en el Parlamento de Cataluña que no se halle fatalmente condicionada por el nacionalismo. El esperado resurgimiento de la izquierda socialista catalana con visión de Estado y la vuelta del PSOE al gobierno central pasarían necesariamente por un nuevo PSC liberado de sus hipotecas nacionalistas o, si esto se demuestra inviable, por la reactivación de la Federación Catalana del PSOE.

En consecuencia, hacemos un solemne llamamiento a personas individuales y a diferentes colectivos de la izquierda con el objetivo de confluir en este proceso que ya se ha iniciado y que ha cobrado forma a través de la Coordinadora de Agrupaciones Socialistas Autónomas (CASA), la que pretendemos sea no tanto casa común como causa común y punto de encuentro de un mismo proyecto.

Para la recogida de firmas de este manifiesto pinchar aquí.

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27 Respuestas a “A los trabajadores y ciudadanos críticos con la izquierda oficial: Por la refundación del socialismo en Cataluña”


  • ¿De verdad tenéis interés alguno en la socialdemocracia? ¿Sabéis porqué se refundan los socialistas tanto? La razón no es otra que la de que son una bisagra, un aislante que toma el descontento de la clase obrera y se la entrega completamente fría a la burguesía.

    Ahí los tenéis, con Primo de Rivera durante su dictadura, republicanos con la república, inexistentes durante el franquismo y monárquicos durante la Transición… y ahora que el barco hace aguas empiezan a salir Talegones, republicanos de última hora en la JSE, o supuestos renovadores como los de ese manifiesto.

    ¿Importancia sociológica del Partido de Pablo Iglesias? Ok, pues hagamos la revolución con la Iglesia católica como vanguardia… o no tuvo también el cristianismo un origen igualitario y popular? o no tiene también una gran importancia sociológica? Solo espero que hayáis captado la ironía de este último párrafo.

  • Bernat,

    La identidad no crea o quita derechos en un Estado democrático, ni que sea una democracia liberal burguesa como la nuestra; eso era propio del Antiguo Régimen.

    Identidad barcelonesa, catalana o lo que sea, ¿qué importa?

    ¿Por qué los ciudadanos de una parte del territorio nacional tienen que decidir sobre una cuestión que afecta a todas las comunidades? Eso es un privilegio de carácter neofeudalista y no un derecho democrático.

    Sobre la adoctrinación, tan sólo comentarte que los integrantes de una secta son los primeros que no quieren reconocer su pertenencia a la misma y el lavado de cerebro al que han sido sometidos.

    Parece, sin embargo, que todos los que estamos comentando este artículo somos partidarios de la revolución socialista. Si es así, ¿por qué dividirnos en múltiples supuestas identidades si de lo que se trata es de enfrentarnos, teóricamente, a unas mismas o parecidas élites?

  • Ahíiii estamos, ya veo un atisbo de cooperación Cataluña-resto de España. Te ha costado, ¿eh? Estoy de acuerdo contigo en la mayoría de las cosas. Voy a apuntillar algo:

    La identidad de una región no es excusa para la independencia. Cataluña, o mejor dicho, los Países Catalanes en su totalidad, no son las únicas regiones con identidad propia. Las zonas asturleonesas (Asturias, León y Extremadura), Galicia, Andalucía, Euskal Herria, Castilla, Canarias, Aragón y los ya mencionados Países Catalanes; cada una de estas regiones tienen su propia identidad.

    Tampoco es una excusa para la independencia que el Estado actual os asfixie. Nos asfixia a todos, no por que seamos catalanes o andaluces, sino porque es un Estado con sistema capitalista. Es lo único que oprime al pueblo: cómo esté constituido el Estado. El país en sí nunca va a oprimir al pueblo, porque el pueblo es el propio país. Piénsalo. España no es la causa de tus problemas, es el sistema capitalista; eso sé que lo tienes claro. Y como España no es el problema, la independencia es innecesaria; tanto porque España no es el problema como porque la excusa de la «liberación nacional» es barata, burguesa y demagógica.

    Si no quieres pensar en las miles de obvias similitudes sociales, culturales e históricas de los PPCC con el resto de España, piensa en que es más fácil llevar a cabo la revolución social en el país al que ya perteneces que llevar a cabo primero la secesión de una región y luego la revolución social.

    Que quede claro: personalmente defiendo el derecho de autodeterminación. Pero una cosa es el derecho de autodeterminación y otra muy distinta una independencia con una población totalmente alienada, a la que le hacen creer que no existen lazos con el resto de España y que el problema no es el capitalismo, sino el «Estado opresor». Eso ni es democracia ni es nada, no lo disfracemos de eso. La independencia de Cataluña será democrática cuando sea la población la que lo piensa y lo decida, no cuando la derecha oligárquica le diga qué pensar.

  • Nose por dónde empezar porque aquí se han dicho muchas cosas… la mayoría de las cuales no comparto en absoluto.
    Se ha dicho que los niños son adoctrinados en Catalunya!!! Que varvaridad! No se si alguno de vosotros viví aquí pero yo he sido educado evidentemente toda mi vida en la immersión lingüística y puedo hablar perfectamente el castellano, que sea independentista no tiene nada que ver con las escuelas! Supongo que es la jjustificación más fácil cuando no se quiere comprender que existe una mayoría democrática que diverge ideológicamente de lo que uno cree.
    También se ha usado el paralelismo de si la provincia de Barcelona se quisiera independizar. En primer lugar no existe una identidad Barceloní que se sienta distinta culturalmente ni que se sienta humillada dentro de Catalunya, ni que se le falte al respeto de sus decisiones democráticas( sentencia del Estatut). En segundo lugar, si existiera tal mayoría creo que se debería respetar su legítimo derecho de decidir libremente. Nunca se puede pretender que las leyes o ideas propias (nacionalismo español) esté por encima de dicha voluntad.
    Hablando de la Constitución, es verdad que en ella se estipula que la soberanía recae sobre el pueblo español, pero acaso España no es un estado plurinacional con pueblos distintos? Acaso no se especifica también que existen dichos pueblos? Y estos individualmente no tienen cedida ya parte de la soberanía?
    Es evidente que sí, Catalunya tiene un parlamente y un govierno, corrupto y antidemocrático (por qüestiones evidentes cómo los recortes sociales), que es votado por el conjunto de ciudadanos de Catalunya. De la misma forma, pues, si existe una voluntad mayoritaria de secesionarse se debe respetar.
    Y si Xiblaba, «delegar al pueblo español», con esto me refería a que una qüestión que afecta nos a los ciudadanos de Catalunya directamente no se puede pretender negarnos este derecho delegando, sí, el derecho al conjunto de la ciudadanía española porque esta supuesta delegación se convierte directamente en la negación del derecho a los catalanes.
    También he leído otro de los tópicos antiindependentistas más usados, el de nuestro nacionalismo. Les tengo que aclarar que yo no soy nacionalista y nunca me he sentido nacionalista porque creo precisamente en el poder de la unión democrática y en el poder de la lucha internacionalista. Pero si que creo que ahora los ciudadanos podemos y debemos iniciar un proceso constituente para romper con el estado político-económico actual que nos asfixia. Esto significa crear un nuevo estado verdaderamente democrático y romper, por supuesto, con todo aquellos que ha significado simepre la burgesía catalana: el nacionalismo y el asentimiento a las políticas de mercado neoliberales. Romper con Ciu y crear un nuevo proyecto político salido de la emmancipación popular. Y sinceramente no lo digo desde una op´tica ensimismada, creo que este cambio hacia una democracia real se debe de producir en general en los países del sur de Europa. También pienso que España puede conseguirlo si la gente se une y yo y muchos más lo apoyaríamos pero también se tiene que entender que ni el independentuismo es fruto de la crisis ni con la simple independecia saldremos de la crisi. Y con esto quiero dejar claro que la independencia nace de la voluntad de crear algo nuevo, algo democrático y cómo instrumento para cambiarlo todo.
    Saludos desde una ciudad de Els Països Catalans!

  • Bernat,

    Un referéndum de autodeterminación implementado exclusivamente en Cataluña sería lo mismo que aplicarlo sólo en Barcelona para separarse del resto de Cataluña, por poner el ejemplo más evidente. La provincia de Barcelona también podría alegar el falaz argumento del déficit -ya que Barcelona, donde se concentra una mucho mayor actividad económica que en el resto de provincias, contribuye más a las arcas públicas que las otras-, y también existen diferencias geográficas y socioculturales -una economía basada en la industria y en los servicios, una población más urbanita y, por cierto, mayoritariamente hispanohablante…- que, según vuestras propias teorías nacionalistas identitarias, también justificarían la secesión.

    Hay una cosa que se llama soberanía nacional popular, y ésta corresponde al pueblo español en su conjunto, ni más ni menos. Así lo reconoce la Constitución.

    Pero es que si ahora se votara una nueva Constitución, también tendría que votarla el mismo pueblo soberano; faltaría más que un pueblo no pudiera decidir sobre su futuro y su voluntad tuviera que ser fraccionada con base en criterios identitarios o de cualquier otro tipo.

    Lo que pasa, Bernat, es que los catalanes -y más concretamente los que habéis estado siendo socializados desde pequeños en un magma terriblemente nacionalista (familia, Iglesia, «casales» y entidades de todo tipo, aparte de la consabida escolarización y a la influencia de unos medios de comunicación plegados a la causa)- hemos sido educados para creer que España y Cataluña son cosas muy distintas y enfrentadas entre sí. La historiografía romántica nacionalista -y mítica- ha prevalecido sobre la historia por culpa de unas élites burguesas que la han utilizado como superestructura que encubre sus intereses de clase.

    Desengáñate, Bernat: la CUP y la supraentidad que han organizado la monja Teresa Forcades y el ex cura Arcadi Oliveres están ampliamente financiados por la Generalitat, por la Iglesia catalana y por la burguesía, como siempre lo ha estado la pseudoizquierda independentista por el poder local en Cataluña. La burguesía catalana nacionalista necesita una pata «izquierdista» que le dé un poco de lustre entre los sectores más progres y ante la opinión internacional, y que cubra un espacio socioelectoral que no puede cubrir la derecha nacionalista -que es mayoritaria en el Principado y en resto de los «Païssos Catalans».

  • Otra cosa. Democracia. Puede ser todo lo democrático que tú quieras, pero ¿es legítimo? ¿Da igual cuáles sean las razones de la independencia, tienen que llevarse a cabo sin más? ¿Aunque una independencia con CiU y ERC a la cabeza lleve a un reformismo inútil, una explotación todavía peor de la clase trabajadora y no informen debidamente a la población de las consecuencias de la independencia, ni de las razones, ni de nada de nada? Independencia, sin más. Hale. Manipulamos a la población para que digan lo que nosotros queramos y lo llamamos democracia. Manda cojones la cosa.

  • El problema es que tú, como gran cantidad de gente en Cataluña, se piensan que los catalanes no forman parte del pueblo español. «Delegar esta decisión al pueblo español», «España no nos lo permite». Como si España fuera un ente y Cataluña otro distinto. No, macho, entérate de una puñetera vez: Cataluña es una nación diferenciada de Castilla, no de España. Lo decía Companys, lo decía Gaudí, lo decía Maragall, lo dice la historia, lo dicen nuestras miles de similitudes socioculturales… Así que menos, ¿eh? Menos.

  • Esquinas,
    Y entonces los catalanes nunca podremos decidir nuestro futuro porque españa no nos lo permite?
    Pues eso no funciona así! Si en un pueblo se quiera decidir algo que afecte a aquel pueblo se tendría que pedir la opinión a toda España. O incluso peor, ovedecer el díctamen, aunque democrático, de los ciudadanos de toda España?
    La democrácia implica que los catalanes podamos decidir y delegar esta decisión al pueblo español es negar el derecho democráticos al conjunto de ciudadanos de Catalunya.

  • Precisamente Bernat, eso es lo que defendemos, reconocer la voluntad popular. Pero la voluntad popular de todos los que somos ciudadanos del Estado y uno de unos pocos. Si mañana una ley sólo pudieran votarla los rubios, los de Cuenca, o los que hayan tenido un abuelo portugués, rápidamente veríamos que estamos ante algo antidemocrático, irracional y arbitrario. Pues lo mismo: la separación de Catalaña debe ser decidida por todos los ciudadanos españoles y no por un grupo que se auto-otorgue el privilegio de decidir. Si toda España quiere la separación de Cataluña entonces esta se producirá, desde luego.

    Pero lo que pedís no es democracia sino privilegio, el privilegio de vosotros decidir por encima de nosotros porque decís que teneís un derecho especial, un fuero -como se diría en el Antiguo Régimen- específico para vosotros. Es por eso que la autodeterminación, en las actuales condiciones, es algo reaccionario.

    Salud!

  • Quiero aclarar mi comentario anterior porque se ha malinterpretado.En ningún momento he pretendido usar las víctimas del falangismo y ultranacionalismo español para dar validez a las aspiraciones democráticas del pueblo de catalunya, ni falta que hace. Lo que he dicho es que prtender hacer creer, o pensar, que estas aspiraciones des de su planteamiento se parecen al falangismo es una falacia burda y sin fundamento.
    Vosotros mezclais el municipalismo de las Cup con la supuesta «municipalidad» del falangismo. En primer lugar os explicaré que las Cup funcionan de forma asamblearia, participativa y democrática con los errores que esto supone pero con la ventaja de poder encabir reivindicaciones plurales y diversas. ¡Esto no puede ser comparado con el falangismo!!!!!
    Otra cosa es que discrepeis de los posicionamentos políticos que hacen pero recurrir a la criminalizacion banal no tiene sentido.
    En segundo lugar, ya que habeis mencionado las democracias modernas, pienso que una democracia que se haga llamar moderna y havanzada debe asumir que por encima de la unidad nacional siempre estará la voluntad popular. Por lo tanto el derecho a la autodeterminación de los pueblos es fundamental reconocerlos para poder avanzar. Y do es un privilegio de secesión sino una aceptación de la voluntad mayoritaria! Es evidente que esto afecta a los españoles pero esto no legitima, a mi modo de entender, que el estado español esté ejerciendo sobre las aspiraciones libertarias colectivas una negación de los derechos reconocidos hasta en la Carta de las Naciones Unidas.

    PD. que sea una monja la que promueva este proceso no es ningun perjuicio para el mismo. Esto no supone que haya toques derechistas… No comprendo estas palabras porque creo que son fruto de una distorción de lo manifestado.

  • Como antifascista, anti-nacionalsindicalista y anti-tercerposicionista en general que soy, me reitero, Bernat. Y siento si ofendo, pero cada uno deberá reflexionar al respecto. Si el «derecho a decidir» se basa, en esencia, en estar censado en municipios catalanes, prima la soberanía de los municipios sobre la soberanía nacional española. Y eso está más cerca de la democracia orgánica falangista que de la idea de democracia soberana nacional propia de las naciones modernas europeas o americanas.

    Conozco la página que defiende ese «proceso constituyente», y los toques derechistas también los veo evidentes, aunque sea porque está promovida por Teresa Forcades y Arcadi Oliveres, la monja y el ex-cura. Es decir, tintes falangistas y clericalismo. ¿Quién no puede ver evidentes toques derechistas en el neofeudalismo catalanista?

    Gracias por ponernos a prueba y comentar, Bernat. Espero que continúes por acá.

  • Lo siento pero no puedo dejar de comentar lo que dices de Santiago.

    Si se parece es eso, se parece. Y se parece en cuestiones doctrinales de corte derechista, como son su defensa de la municipalidad frente al Estado y su cooperativismo, compartido con el cooperativismo de la falange anterior a la unificación con el tradicionalismo, que modificó ciertos planteamientos de la economía corporativista de Mussolini. Si a esto unimos su concepción mítico-romántica de la nación etnica o cultural, pues ¿qué tenemos? Pues eso, algo muy parecido al falangismo.

    Mucho me temo que eres de esos antifascistas que no conocen el fascismo. Nosotros, como somos antifascistas y antifalangistas, sí que los conocemos para poder aniquilarlos mejor.

    Y por cierto, a las víctimas no se las nombra en vano. Si alguien ha sido víctima del falangismo tiene mi respeto. Pero ampararse en las víctimas de la falange para la secesión es igual de deleznable que ampararse en las víctimas de ETA para fomentar el neoliberalismo. Aquí el PP y la CUP parece que tienen la misma estrategia. Porque ya puestos, ¿acaso no es denigrar a las víctimas del falangismo acabar con la unidad de España, unidad por la que lucharon tantos antifascistas? ¿O te crees que los que murieron en el Ebro luchaban para defender la independencia de Cataluña? No, lo hicieron para defender a España y su República de las garras del fascismo.

    Un cordial saludo,

  • Santiago!!!
    Decir que la CUP se parece a la falange es un insulto averrante y estúpido hacia todas las víctimas que produjo la ideología fascista y nacionalista española, además de demostrar que no tienes ni la mínima idea del funcionamiento ni de los planteamientos de la CUP.
    O sea que os pido qeu no hableis de lo que no conoceis si eso puede herir sensibilidades y ofender al respeto de las víctimas provocadas por el falangismo!
    Es evidente que la CUP es totalmente antifascista, pero que tonterías!!!
    El problema aquí, no voy a decir que es que vosotros no podeis haceptar un derecho de los ciudadanos que afecte a la unidad de la «nación», sinó que pensais que el ejercicio de este derecho va en contra del havance de los derechos de la clase trabajadora pero esto también es otro error.
    Os dejo el link de una página que promueve un proceso constituente en Catalunya: http://www.procesconstituent.cat/manifest-per-la-convocatoria-dun-proces-constituent-a-catalunya/

  • Bernat,

    Precisamente mantener el derecho de los pueblos «a decidirlo todo» es algo muy burgués. Lo que haceís es trasladar la idea liberal-burguesa de sujetos que libremente deciden en el mercado y en el Estado democrático-liberal a las naciones culturales. Pero las naciones etnico-culturales no son algo que puedan decidir, ese es el problema. Los pueblos no deciden nada: lo que llamas decisión es el resultado de la lucha de individuos enclasados, agrupados (en clases, en grupos políticos, eligiosos, etc). Para decirlo con Engels: son el fruto del cruce de vectores, de múltiples vectores que dan como resultado el proceso y camino histórico que el grupo seguirá.

    Las elecciones, por ejemplo, como decía Gramsci lo que hacen es recoger la fuerza del grupo que tenga más capacidad de hegemonía. Y es a esto a lo que nos estamos refiriendo. cuando decimos que el nacionalismo separatista es ‘burgués’ nos estamos refiriendo a las relaciones objetivas, al grupo al que realmente favorece la secesión de una parte de España.

    Por otra parte, la burguesía catalana ha jugado al clásico «sí pero no, no pero sí» en las relaciones con España y con el nacionalismo catalán. Amenazando con la secesión ha conseguido sus privilegios -ya desde tiempos de Alfonso XIII- a costa de jugar con fuego. Lo que interpretaís como ponerse a favor de España, hay que interpretar más bien como ponerse a favor del capital, como la Lliga con Franco. ¿Apoyaron a «España» o lo que querían es acabar con la Revolución social que se estaba llevando en la zona republicana? Amaban más su cartera que su ‘catalanidad’. Igual que hoy, que si les beneficia más la independencia la asumirán como proyecto político.

    Pero nosotros procuramos guiarnos por lo que es mejor para los trabajadores hispanos, que no es estar divididos en republiquetas que puedan mangonear las grandes potencias.

    Un cordial saludo y gracias por tus críticas calmadas y sin insultos.

  • Pero si solo los catalanes pueden decidir sobre algo que compete a todos los trabajadores españoles, la unidad de España, entonces no es derecho de autodeterminación, es privilegio de secesión, y basado únicamente en el hecho positivo de que los que deciden están censados en municipios catalanes. Eso acerca a la CUP a la Falange y su democracia orgánica basada en la familia, el municipio y el sindicato.

    Y lo dicho, se trataría de un Estadito pequeñito sin ningún tipo de importancia internacional, y sin capacidad de exportar su «revolución».

    Saludos.

  • Ya veo que vosotros no comprendeis la situación actua cxatalan y pansais que es algo dirigido y creado por la burgesía, pero os lo repito: No es así, la burgesóia catalana simpre ha defendido pertanecer al estado español. La izquierda independentista es la que ha capitalizado el voto secesionista (no me refiero a ERC, evidentemente, estoy hablando de los movimientos independentistas juveniles de izquierda, las CUP, etc).
    Si no se comprende la situación de cataluña en la actualidad es muy díficil poder juzgarla y poder usar comparaciones con hechos de los balcanes o otros lugares europeos.
    Aquí os dejo un artículo colgado en «facebook»:
    «Lo que está pasando en Catalunya yo lo veo como que la sociedad le está haciendo una llave de aikido a CIU. El aikido es ese arte marcial que se basa en aprovechar el ímpetu y la fuerza del contrario para desequilibrarlo, derribarlo y golpearlo.

    Ciu nos intentó asestar un golpe usando el ataque independentista pero a sabiendas de que su convencimiento no era tan sincero sino más como una especie de sueño de ítaca irreal a la que en el fondo tampoco esperaban llegar.

    Sin embargo, desde la izquierda social catalana en vez de oponernos como un muro y recibir el golpe se ha decidido, de forma inteligente pienso, coger ese órdago y convertirlo en una posibilidad muy real, más real de lo que a la propia derecha catalana le gustaría. Y en esa realidad es en la que se circunscriben conceptos como proceso constituyente o democracia participativa, si vamos a la independencia y hay que hacer un estado nuevo hagámoslo bien y si hay que decidir, decidamos sobre todo, hemos dicho muchos XD y eso creo que muchos no se lo esperaban.

    El surgimiento de un movimiento civil de construcción nacional aupado por Arcadi Oliveres y Teresa Forcades es el último aldabón puesto en contra de la oligarquía. Se está gestando algo más que la independencia, existe la posibilidad de convertir a Catalunya en un experimento de democracia radical fuera de la UE. Ser los primeros en dar el paso certero, más convencidos que los islandeses aún que se confiaron en el Parlamento. La lección debe ser hacer una Catalunya no basada en el sistema representativo sino en la democracia de los antiguos. La única real. Y es posible que ese experimento sea tanto más probable en una comunidad más reducida y homogénea que la española como es la catalana. Quizá ha de ser el primer paso necesario para propagar la democracia radical, quien sabe.

    Foros ciudadanos, iniciativas populares y referéndums y el Parlamento electo que esté para ayudar y servir pero no para joder al pueblo. De nosotros depende conseguir eso. Una cosa es lo que todos desearíamos un mundo justo de principio a fin otra cosa es por donde empezar, cual es la dimensión de lo posible al cortísimo plazo, ahora, mañana. Lo importante no es quien empieza sino empezar el cambio, ese será el gran logro de toda la sociedad.»

    Y es que creer que el independentismo actual es fruto del nacionalismo es un error. La lucha internacionalista socialista creo que tiene que defender también la libertad de los pueblos a decidir, a decidirlo todo!

  • Un cordial saludo y gracias a todos por la interesante discusión que se ha planteado en nuestra web.

    Además de lo que afirma Xibalba -con lo que estoy de acuerdo- quisiera remarcar la importancia de la concepción teórica del Estado para aclararse en estos temas. España no es un Estado plurinacional desde el punto de vista político. Al menos esta debe ser la concepción de las izquierdas con una teoría política definida. La izquierda jacobina comenzó defendiendo la Nación política de ciudadanos libres e iguales en derecho protegidos jurídicamente por el Estado frente a los fueros y los derechos de gentes del Antiguo Régimen. La izquierda socialista heredera de la jacobina, y lo que hizo fue extender esta reestructuración revolucionaria a la Economía: no sólo se deben eliminar los fueros jurídicos-administrativos del Estado orgánico del Antiguo Régimen sino que se deben eliminar los privilegios económicos que las clases capitalistas tienen precisamente amparados por el libre mercado. En definitiva, lo que caracteriza a las izquierdas que tienen un proyecto político es una reestructuración administrativa-jurídica (Administración de ciudadanos y no de súbditos), una reestructuración económica (Economía bajo el control de los ciudadanos y no de un grupo de propietarios particular) y una reestructuración de la Defensa (Ejército popular o Milicia Nacional y ciudadana frente a los ejércitos mercenarios o profesionales del Antiguo Régimen).

    Por eso, Nación política hay una, porque corresponde al Estado que la sustenta. Ahora bien, naciones culturales o étnicas puede haber muchas dentro del Estado. Corresponde a la Derecha reivindicar para ellas derechos especiales que emanan precisamente de su particularidad nacional. Igual que en el Antiguo Régimen el Noble tenía un derecho particular para él -al igual que el clero-, la derecha de los fueros reclama para estas naciones étnico-culturales derechos especiales bajo el argumento de que cada nación debe ejercitar su libertad como si fuera una sustancia capaz de decidir. Lenin reclamaba la autodeterminación -de la que decía que mejor era llamarla «secesión»- para naciones culturales marginadas. Un polaco, un georgiano o un alemán del Imperio zarista no podía llegar a lo más alto del escalafón militar, ni administrativo del Estado. Ser judío en el Imperio zarista era ya estar predeterminado a un número limitado de profesiones dejada para ellos. Siendo así, si no se podían integrar Lenin pedía -al igual que Marx para Irlanda- la secesión.

    ¿Ocurre lo mismo con Cataluña o el País Vasco? Hoy día un catalán o puede hablar su lengua en los juzgados, hacer oposiciones en catalán, pertenecer al ejército, participar en igualdad de condiciones (en tanto catalán) con el resto de ciudadanos. Claro que muchos trabajadores catalanes sufren la explotación y la discriminación pero no por ser catalanes sino por la situación común que padecen con andaluces, extremeños o madrileños.

    Salud.

  • Los clásicos nunca pasan de moda; Marx, Engels o Lenin son clásicos por antonomasia, y más todavía para los que nos reivindicamos socialistas o comunistas.

    Pero resulta que los más reputados intelectuales marxistas actuales, como el recientemente fallecido Eric Hobsbawm o un buen conocedor de las realidades española y catalana como James Petras también han criticado duramente los planteamientos secesionistas.

    Valgan estas frases de Petras:

    «Los movimientos separatistas se han convertido en las garras de las grandes potencias que intentan por la fuerza establecer para sí nuevos ámbitos de influencia empleando la conocida estrategia de dividir y conquistar.»

    «La secesión de una unidad política ha sido el puente a la subordinación a otro conjunto de potencias políticas y económicas.»

    «La propaganda occidental fomentó el mito de los milenarios odios de los Balcanes para ocultar el papel intervencionista de Occidente en la propagación de rabiosos nacionalismos. A los medios informativos se les olvidó hablar de las anteriores décadas de convivencia pacífica. Como consecuencia, la federación socialista de provincias autónomas quedó desmembrada en una serie de miniestados que dependen de las grandes potencias, se produjo un gran trastorno económico, así como violentas venganzas entre antiguos amigos y vecinos. Todo en nombre de la autodeterminación.»

    «La lógica de la autodeterminación conduce a la proliferación de miniestados, cada vez más susceptibles de ser absorbidos por las multinacionales y los poderes hegemónicos.»

  • Lo de «Estado español» es ofensivo porque degrada a España, como si los territorios de España no tuvieran nada en común o algo, como si los territorios que conforman el país estuvieran encadenados a la fuerza y no tuvieran multitud de aspectos socioculturales en común, como si estos territorios fueran totalmente extraños entre sí. España no tiene una cultura homogénea, estoy de acuerdo, pero no me puedes negar la cantidad de similitudes que existen entre todos los españoles. Es totalmente absurdo negar eso.

  • Lo que estoy diciendo es que es un error creer que podréis cambiar algo en Cataluña si no os abrís al resto de socialistas de España. Más aún teniendo en cuenta que en Cataluña la mayoría secesionista es derechista, nacionalista y procapitalista.

    Como ha dicho Diego Vega, Marx decía que el independentismo catalán era reaccionario, porque, efectivamente, se opone al internacionalismo que caracteriza al socialismo. Y se oponía a él en una época en la que el sistema español era todavía peor que el actual. Así que no, querido, la situación política de España no es una excusa para la independencia, por esa razón, porque en Cataluña también hay una crisis política galopante y porque en el resto de España también estamos hasta los cojones de esta mierda de sistema. Yo, por ejemplo, soy extremeño. ¿Y me ves pidiendo la independencia? ¿Ves pidiendo la independencia a los castellanos, que también son una nación? ¿A los leoneses? ¿A los aragoneses? ¿A los gallegos? ¿A los asturianos?

  • PS.
    Xibalba. Me reafirmo en el uso del término de «Estado Español». Francamente me parece el mejor nombre que se le puede dar a un territorio plurinacional como es España. No entra en mis principios usar el término Nación Española. Y espero que no sea que prefieras Reino de España…

  • Diego, entiendo vuestra admiración hacia la teorización marxista pero aferrarse a ciertos discursos sin darles una interpretación contemporanizada creo que no es correcto. Yo no te podria citar discursos de hace un siglo para responder a problemas actuales. Y es que estos estan para comprenderlos, para entender su mensaje, para observar sus controversias y con una mirada histórica interpretarlos y darles una contemporanización a medida de los tiempos corrientes.
    A parte de esto también pienso que el socialismo internacionalista nunca tiene que plantearse dar más valor a la unidad de alguna nación (en este caso, España) que a la voluntad democratica de los ciudadanos. Además querría aclararles que la burgesía catalana, representada con Ciu i ciertos sectores del PP, nunca, nunca ha querido ni apoyado el proyecto independentista para el pueblo catalán. Ellos enarvolan al nacionalismo catalán con el único fin de distraer la atención a otros problemas y culpar España de los problemas catalanes. Pero ahora la gran mayoría de los que creemos con el proceso secesionista no somos para nada nacionalistas. Confundir esto es muy fácil pero se tiene que comprender que el proyecto de construir un nuevo estado no viene por qüestiones sólo nacionales,(«ruinas de naciones, restos de un antiguo pueblo desplazado o conquistado por una nación convertida más tarde en estandarte del desarrollo histórico. Estos restos de naciones pisoteadas implacablemente por la historia –como dice Hegel–, todas esas sobras nacionales, se convertirán y seguirán siendo, hasta su exterminación o desnacionalización final, partidarios fanáticos de la contrarrevolución, dado que su entera existencia es, en general, una protesta contra la gran revolución histórica») sino porque muchos ciudadanos queremos un cambio hacia una democracia real. Además creo que el no respetar el derecho a la autodeterminación para el pueblo catalán, a pesar de no ser una colónia, responde a principios fundamentados en el nacionalismo español más rancio y derechista. El estado español nunca ha representado un progreso social pero la fuerza de la gente y el impulso de cosntruir una nueva república quien sabe si nos permitirá superar el sistema capitalista obsoleta actual…
    En resúmen, creo que pensar que los independentistas de por sí ya estamos engañados es un fallo bastante grande. Reconozco que algunos independentistas no se plantean en profundidad qüestiones verdaderamente importantes del sistema socioeconómico pero continuando dentro del obsoleto y nefasto estado Español podremos cambiar algo?

    PD. Reconozco mi error al escribir. Visca Catalunya lliure!

  • El socialismo internacionalista que defendemos, y hablo en nombre de la Coordinadora de Agrupaciones Socialistas Autónomas (CASA) que ha nacido como consecuencia de este manifiesto, es el que toma como punto de partida el socialismo científico teorizado por Marx y Engels y la Iª Internacional Obrera, para los que la autodeterminación correspondía a la clase trabajadora de los Estados nacionales como Francia o España y no a «nacionalidades» como la vasca o la catalana -y que conste que estoy haciendo alusión a la misma terminología utilizada por los dos sabios alemanes, sin ir más lejos, en los propios estatutos de la Internacional.

    La autodeterminación a la que se hacía referencia no tenía nada que ver con el privilegio de secesión -denostado por Marx y Engels como cualquier tipo de privilegio feudalista-, sino con la forma de autogobierno que quisiera brindarse la propia clase obrera. Marx llegó a calificar una hipotética separación de Cataluña con respecto al resto de España con el poco complaciente calificativo de «reaccionaria».

    Valga esta cita atribuida a Marx, en algunos casos, y a Engels, en otros, tomada de un artículo publicado en su momento en la Nueva Gaceta Renana, para percatarse de la opinión que les merecían los movimientos supuestamente nacionales a los dos afamados filósofos:

    “No hay ningún país en Europa que no conserve en algún rincón una o varias ruinas de naciones, restos de un antiguo pueblo desplazado o conquistado por una nación convertida más tarde en estandarte del desarrollo histórico. Estos restos de naciones pisoteadas implacablemente por la historia –como dice Hegel–, todas esas sobras nacionales, se convertirán y seguirán siendo, hasta su exterminación o desnacionalización final, partidarios fanáticos de la contrarrevolución, dado que su entera existencia es, en general, una protesta contra la gran revolución histórica. Por ejemplo, en Escocia los gaélicos fueron el principal soporte de los Estuardo desde 1640 hasta 1745; en Francia los bretones apoyaron a los Borbones desde 1792 hasta 1800; en España, los vascos apoyaron a Don Carlos. En Austria, los eslavos paneslavistas del sur no son más que el residuo nacional de un confuso desarrollo milenario”.

    Por su parte, Lenin defendió la autodeterminación de las colonias y de los países y territorios invadidos y sojuzgados por una potencia extranjera o tiranizados por un régimen despótico -refiriéndose concretamente al imperio de los zares rusos y excluyendo expresamente las nacionalidades de la Europa occidental:

    “En la Europa continental, de Occidente, la época de las revoluciones democráticas burguesas abarca un lapso bastante determinado, aproximadamente de 1789 a 1871. Esta fue precisamente la época de los movimientos nacionales y de la creación de los Estados nacionales. Terminada esta época, Europa Occidental había cristalizado en un sistema de Estados burgueses que, además, eran, como norma, Estados unidos en el aspecto nacional. Por eso, buscar ahora el derecho a la autodeterminación en los programas de los socialistas de Europa Occidental significa no comprender el abecé del marxismo.” (V.I. Lenin, El derecho de las naciones a la autodeterminación, 1914).

    Me parece, pues, que queda bastante clara nuestra posición en este sentido.

  • Es «visca CataluNYa lliure». Lo has escrito en catalán, no en castellano. Falta grave. De ortografía.
    El independentismo catalán es una auténtica farsa, al que lo único que le interesa es el capital. Os tienen engañados. No puede ser izquierdista ni democrático. Históricamente, la burguesía catalana siempre ha defendido el independentismo para poder explotar libremente al proletariado. No tienes más que ver cuál es la principal excusa del independentismo: el «Espanya ens roba».
    Cataluña tiene que existir como parte de España porque:
    1. Forma parte de la nación de naciones que es España. Es así. No es hermana de España, es hermana de Castilla, de León, de Euskal Herria, de Galicia… Las razones son múltiples, principalmente relacionadas con la historia y con la cultura común.
    2. Su autodeterminación no es válida porque no es una colonia: todos los ideólogos socialistas, especialmente Lenin, defendieron la autodeterminación únicamente en este contexto.
    Eso de «Estado español» es asqueroso, por cierto… Califica a España de país artificial (como si las naciones españolas no tuvieran historia y cultura común, o algo) y además es una denominación que fue utilizada por el franquismo.
    España es una nación de naciones, como Alemania, Italia o Gran Bretaña, no una nación hermanada a otras.
    Lo de Europa: la verdad es que no comparto ese euroescepticismo. Yo soy partidario de abrirme a cuantos más pueblos mejor.

    Dicho esto, dejo claro que hablo por mí mismo, no por Izquierda Hispánica.

  • Les quería hacer llegar mi humilde opinión al respeto de vuestros posicionamentos.
    En primer lugar les querría expresar mi más profunda discrepancia con la argumentación de los puntos principales de vuestro fundamento. Creo que es un gravísimo error recurrir a la unidad de la supuesta nación española cómo garante de un proceso de emmancipación sociopopular. Eso lo digo porque a lo largo de la historia el proyecto «nacional» ha sido siempre el de continuar con la opresión de los pueblos y de la clase obrera en general. Es un gravisimo error porque responde a las doctrinas de la extrema derecha de dar importáncia a algo tan irrelevante a mi entender como es la «nación».
    En segundo lugar y aciendo referencia al euroesceptisismo que promulgais. Pienso que Europa es una comunidad de pueblos muy plural y dinámica y que una unión social a nivel Europeo es fundamental para poder luchar contra los poderes fácticos económicos. Es evidente que cómo tantas instituciones la Unión Europea ha sido secuestrada pero ahora es el momento de recuperar el control democrático de las instituciones comunas. Creo que querer salir de esta unión de pueblos seria nefasto y muy perjudicial para los intereses de la clase obrera teniendo en cuenta que cuando no estábamos en la Unión la opresión popular reinó en España.
    En tercer lugar y haciendo referencia al proceso secesionista catalán creo que vuestro posicionamiento rsponde también a los intereses del nacionalismo español más rancio y antidemocrático. Si no lo he entendido mal vosotros poneis de antemano el valor de la unidad de la nación (defendido, eso sí, desde posicionamientos izquierdistas) al del derecho democrático de los pueblos a la autodeterminación.
    En resumen, yo creo que los pueblos del estado español y de todo el mundo tienen que poder, y deben, decidir su futuro libremente. Los ciudadanos de cataluña podemos emmanciparnos del sistema socioeconómico actual que representa el estado español. Eso supondría la apertura de un proceso constituyente libre dónde los ciudadanos tendríamos que decidir el futuro de todo los relacionado con la nueva república creada.
    Es por eso que opino que dentro del estado español los ciudadanos nunca podremos emmanciparnos del sistema políticoeconómico actual.
    Viva la revolución, y que no caygamos en las trampas del españolismo!!
    Visca Cataluña lliure!

  • El manifiesto Por la refundación socialista en Cataluña ha sido impulsado por las asociaciones cívicas Ágora Socialista (AS) y Alternativa Ciudadana Progresista (ACP), y tiene dos objetivos entrelazados inequívocamente: preconizar un giro izquierdista en la socialdemocracia española y abandonar las políticas filosecesionistas que lleva protagonizando lamentablemente el conjunto de la izquierda en nuestro país.

    El movimiento nace en Cataluña, pero está dirigido a toda la nación y abierto a todos los grupos de izquierdas que quieran unirse a través de la Coordinadora de Agrupaciones Socialistas Autónomas (CASA). Para más información, tan sólo es necesario dirigirse a los blogs de Ágora Socialista y de Alternativa Ciudadana Progresista. La página de CASA está a punto de eclosionar.

    Tanto ACP como AS y la propia CASA están desarrollando una agenda de actividades que pasan por la organización de charlas y conferencias y por el apoyo al movimiento obrero en Cataluña.

    En breve, será lanzada a la opinión pública una declaración de la Coordinadora tomando posiciones avanzadas en el manifiesto.

    Quiero resaltar que la colaboración desinteresada y consecuente de Izquierda Hispánica (IH) es uno de los principales valores con los que cuenta la plataforma.

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