Ni izquierda, ni derecha, ni tercera posición

Artículo originalmente publicado en: http://www.armesilla.org/2013/02/ni-izquierda-ni-derecha-ni-tercera.HTML, que reproducimos en su totalidad como interés por su crítica a las ideas míticas de izquierda, de derecha y de «tercera posición», donde se ubicarían las ideologías fascista, nacionalsocialista o nacionalbolchevique, ideologías contra las que siempre Izquierda Hispánica se ha opuesto.

Como todo el mundo sabe, salvo que se manejen coordenadas analíticas anacrónicas que consideren que, por ejemplo, Felipe V era la «derecha» y los austracistas derrotados en Barcelona en 1714 la «izquierda», o que los neandertales eran la «izquierda» y los homo sapiens que, supuestamente, acabaron con ellos, la «derecha», la distinción política maniquea izquierda / derecha nace con la Gran Revolución Francesa. Todo se debe a la posición ocupada en la Asamblea francesa en 1789, cuando los partidarios del Antiguo Régimen, de mantener la unión de Trono y Altar y de la soberanía regia por la gracia divina, se situaron a la derecha de dicha Asamblea, mientras que los partidarios de depositar la soberanía no en el rey, sino en la nación francesa, llegando algunos incluso a posiciones republicanas explícitas, se situaban a la izquierda de dicha Asamblea.
Lo que define a las izquierdas, entonces, en su origen en la izquierda jacobina, fue la defensa de la nación política, en esencia republicana, frente al Reino absolutista. No obstante, el jacobinismo establecería una forma de reorganización revolucionaria de la sociedad política basada en la racionalización de la misma partiendo de sociedades ya existentes. Los jacobinos racionalizaron la Francia absolutista en un proceso que Gustavo Bueno ha llamado holización. La holización no sería sino la reconstrucción de un campo dado de manera racional, inspirado en los saberes científicos, consistente en convertir totalidades heterogéneas en totalidades homogéneas. En el Antiguo Régimen, la sociedad política era heterogénea en sentido político-jurídico, conjuntivo. La sociedad se dividía en estamentos: nobleza, clero, Tercer Estado, siendo este último el estamento de los súbditos. La holización revolucionaria jacobina consistiría en la reorganización de esas partes átomas heterogéneas (súbditos, clero, nobleza), en partes átomas homogéneas (los ciudadanos), reconstruyendo a su vez el campo mismo, pasando así Francia de ser monarqúia absoluta a nación política de ciudadanos libres e iguales en derechos y deberes, tanto en un principio como Monarquía Constitucional (el rey reina pero no gobierna) como República. La reconstrucción revolucionaria de Francia era posible porque la holización tiene que realizarse sobre sociedades, Estados, previamente existentes. Lo que Gustavo Bueno llama dialelo gnoseológico.
Las izquierdas definidas, esto es, las izquierdas que tienen un proyecto político definido frente al conjunto complejo de instituciones que constituyen el Estado, ademas de realizar la racionalización por holización de la sociedad política, tienen características genéricas y abstractas entre sí, siendo la más importante el racionalismo universalista. El racionalismo universalista consiste en, también inspirado en las ciencias positivas como el proceso holizador, definir, proponer y llevar a cabo proyectos políticos basados en la Razón empírica científica al campo político de tal manera que puedan ser aplicados no ya solo a los sujetos de la sociedad política donde estas izquierdas definidas actúan, sino al conjunto de los seres humanos del Planeta (de ahí lo de universalismo), sin excepción de raza, sexo u origen. La combinación de las características racionalismo universalista (abstracta y genérica), racionalización por holización (específica y concreta) y definición de un proyecto político estatal (aunque sea para negar al Estado) son las características definitorias de todas las izquierdas.
Decimos izquierdas en plural porque izquierda no es un concepto unívoco, sino análogo. No hay una, sino varias izquierdas. Según Gustavo Bueno, las izquierdas definidas serían seis: la jacobina ya nombrada, la liberal (la de la Constitución de Cádiz que, al mismo tiempo, es derecha respecto al Altar), la anarquista (que postula la destrucción inminente del Estado y la organización social en cooperativas autogestionadas -el anarcosindicalismo-), y las tres inspiradas en principio por el marxismo (la socialdemocracia -gradualista-, el comunismo -revolucionaria y defensora de la transición del capitalismo al comunismo vía dictadura del proletariado socialista-, y la asiática maoísta -que bebe de tradiciones culturales distintas a la grecorromana y judeocristiana como el resto-). Entre las izquierdas indefinidas, sin proyecto estatal, estarían la extravagante (utópicas, clericales o «solidarias» de ONGs), la divagante (intelectuales), y la fundamentalista («nosotros somos la auténtica izquierda«, sería su lema).
Todas estas izquierdas jamás han defendido, desde sus posiciones propias emic, ser de «izquierdas», pues barajaban oposiciones distintas. No hay más que excarvar en documentos históricos para así atestiguarlo. Si para el jacobinismo la dicotomía era Nación Política / Antiguo Régimen, para el liberalismo también, sin llegar en principio a posiciones republicanas. Por su parte, para el anarquismo sindicalista la dicotomía era Comunismo Libertario / Capitalismo. Para la socialdemocracia era Socialismo / Capitalismo, evolucionando hacia la defensa del llamado «Estado de bienestar», cuyo origen real se sitúa en la derecha bismarkiana alemana, y sí a la asunción de la dicotomía izquierda / derecha, en tanto la socialdemocracia es la «izquierda» dominante. Por su parte, para el comunismo y el maoísmo la dicotomía sería Comunismo / Capitalismo Imperialista, si bien la URSS lo enfocaría en sentido centrífugo (imperialista, desde la URSS al mundo), y China en sentido centrípeto (ellos siendo el «Imperio del Centro», a cuya órbita se dispondrían el resto de Estados del mundo).
La derecha, por su parte, que nace por oposición a las izquierdas, habiendo estado presente, sin llamarse derecha hasta el nacimiento de la izquierda jacobina, durante todo el Antiguo Régimen, trataría por su parte de mantener la apropiación territorial y de clase del Antiguo Régimen por todos los medios y adaptándose a la evolución histórica del resto de izquierdas políticas definidas. Por ello podemos encontrar distintas modulaciones de la derecha, siendo la primera la reaccionaria (volver al Antiguo Régimen tal cual), la liberal (correspondiente al propio liberalismo gaditano, pues como dije antes, respecto al Altar eran de «derecha» -defendían la confesionalidad católica de la «nación española de ambos hemisferios»-, pero respecto al Trono negaban la soberanía regia y defendían la soberanía nacional), y la polémicamente llamada por Gustavo Bueno derecha socialista, la cual pretende disputar a la socialdemocracia y al comunismo la reorganización social de la sociedad política aplicando políticas económicas de industrialización, sanidad gratuita, educación universal y crecimiento de la renta per cápita, pero defendiendo la unión todavía de Trono y Altar. En esta derecha socialista entrarían tanto el maurismo como la dictadura de Primo de Rivera o el franquismo, el Segundo Reich alemán, el peronismo argentino, el salazarismo portugués, el gaullismo, pero también la democracia cristiana.
Estas modulaciones de la derecha también tienen características genéricas abstractas. Las dos más importantes serían la defensa del irracionalismo político por parte de las elites del Estado, en tanto consideran que hay principios revelados por Dios, la naturaleza o la gran inteligencia de sus miembros, a los cuales no pueden tener acceso el resto de hombres y mujeres. La otra es el particularismo, sea racional o irracional, de raza (racismo), clase (clasismo, elogio del rico como más inteligente que el pobre) o religioso (solo los creyentes serán salvados), en cuyos planes políticos no entran los sujetos que no pueden acceder a esta defensa de privilegios, los cuales sufren por parte de los primeros la marginación, la explotación u opresión e incluso, en según qué casos, el exterminio.
Para estas modulaciones de la derecha alineada con el Antiguo Régimen, la dicotomía tampoco sería izquierda / derecha. Para los reaccionarios sería Antiguo Régimen / Nuevo Régimen, o incluso Dios / Satán. Para el liberalismo, el cual ha evolucionado mucho hasta dejar de ser una doctrina política homogénea, la dicotomía pasaría de ser Antiguo Régimen / Nación Política a ser, hoy día por parte de muchas sectas liberales, Libertad de Mercado / Totalitarismo, o Capitalismo / Socialismo, siendo desde sus posiciones el capitalismo lo bueno y el socialismo lo malo. Para la derecha socialista la dicotomía sería similar a la de los reaccionarios, si bien teniendo en cuenta los matices socioeconómicos ya dichos.
Habría ideologías políticas que, compartiendo esos particularismos e ideas irracionales, sin embargo, no defenderían la soberanía regia o la unión de Trono y Altar. Serían las llamadas derechas no alineadas. Habría en estas derechas diversas variantes: la derecha extravagante, la cual es siempre neofeudalista, separatista, secesionista, basando su proyecto político en el mal llamado «derecho de autodeterminación», basado para ellos en la legitimidad histórica, o teológica, o étnica, de decisión política, en procesos de decisión donde el resto de ciudadanos de la nación política de la cual se quieren separar estarían excluidos de esos procesos políticos de decisión. Es el caso de CiU, ERC, ETA, Batasuna, BNG en España. El indigenismo también sería una forma de derecha extravagante, pues sin negar además elementales componentes racistas en sus ideas, defenderían una soberanía milenaria que fue rota por la «invasión española» de sus naciones étnicas o políticas, las cuales argumentan siempre en sentido anacrónico («los españoles invadieron México«, cuando México no existía). La otra forma de derecha extravagante sería la Teología de la Liberación, también puede abrazar posiciones separatistas o indigenistas, aunque hay variantes nacionalistas políticas o «apátridas». Si bien la Teología de la Liberación es un caso especial, pues defiende la soberanía del Altar pero no del Trono, pero de un Altar casi más mítico-místico que político, no obstante la mayoría de las ocasiones se alinea, en el campo político práctico, no con las derechas, sino con las izquierdas políticas definidas, como la socialdemocracia, el anarquismo o el comunismo. La clave para entender que la Teología de la Liberación es derecha extravagante no alineada con el Antiguo Régimen, está en que, sin perjuicio de la defensa de medidas socioeconómicas y políticas concretas comúnmente tomadas de izquierdas, su irracionalismo divino teológico, su defensa de la bajada política del Reino de Dios a la tierra, los aleja de la característica abstracta genérica del racionalismo universalista de las izquierdas, si bien pueden defender posiciones holizadoras pero de signo filosófico distinto.
Posiciones holizadoras de signo filosófico distinto, también a la Teología de la Liberación, que defienden las otras formas de derecha no alineada con la unión de Trono y Altar, como son el fascismo y el nacionalsocialismo. Al igual que la Teología de la Liberación, el fascismo y el nacionalsocialismo pueden defender, y han defendido y realizado, políticas concretas que podrían calificarse como socialistas (en materia sanitaria, educativa, de infraestructuras, laboral, de jubilaciones, en sentido holizador racional -la «italianización» de los italianos del noreste del país, de lengua alemana o eslava-), etc. Pero es el irracionalismo vitalista de ambos o el etnicismo, más pronunciado en el nazismo alemán llegando al racismo y al Holocausto judío, eslavo y gitano, además del particularismo político (el fascismo tuvo colonias en sentido depredador en África, y nunca tuvo interés en exportar universalmente su proyecto al resto de hombres; para el nacionalsocialismo, por su parte, el sujeto revolucionario y de soberanía era la raza aria nórdico-germánica, depositaria de todas las virtudes y llamada a ser protagonista de su propio destino y no mezclarse con «razas inferiores» que la corrompían y la postraban, especialmente los judíos), los que alejan a estas derechas no alineadas del racionalismo universalista y de la racionalización por holización de las izquierdas políticas.
Es curioso, porque para las derechas extravagantes neofeudalistas la dicotomía izquierda / derecha sí es asumible, como en el caso de la autodenominada «izquierda aberchale» vasca, la cual buscaba en el siglo XX su condición de «izquierda» en su oposición al franquismo, y en su analogía con los movimientos de liberación nacional colonial de África, Asia o América. Si bien, tras la caída de la URSS, la analogía la buscan en la defensa de procedimientos democráticos de decisión o de medidas propias de las socialdemocracias europeas (matrimonio homosexual, ecologismo, sanidad y educación públicas, simpatía con gobiernos populistas iberoamericanos, etc.). En otros casos, como el PNV, la dicotomía será, quizás, Euskadi / España, asumiendo Euskadi como lo demócrata (a pesar de Sabino Arana) y España como lo no demócrata o antidemócrata (Franco). Para la «izquierda aberchale«, la dicotomía será Euskal Herría / Estado Español. El lenguaje respecto al PNV cambia, pues han de distinguirse del PNV como el PSOE trata de distinguirse del PP más en lenguaje y medidas políticas de corto alcance (como la metodología de recogida de basuras en las Vascongadas que implementan los ayuntamientos regidos por Bildu), y cambia también la asunción de términos, pues emic, para ellos, Euskal Herría sería la democracia y la izquierda, y el Estado Español, denominación de origen franquista que utilizan para identificar la democracia actual con el régimen anterior (identificación que es tan cierta como la identificación de un hijo con su padre, aunque el hijo sea completamente distinto al padre en materia ideológica), sería la derecha y la dictadura. Ya he dicho que el neofeudalismo, al negar la decisión política sobre la unidad de España al resto de españoles, abrogándose el privilegio de decidir solo los censados en municipios vascos, es más antidemócrata y más derechista que el españolismo, sobre todo en sus variantes izquierdosas, en este caso.
Por su parte, el fascismo, el nacionalsocialismo y adláteres (nacionalsindicalismo español), negará la dicotomía izquierda / derecha, afirmando estar fuera y aparte de esa dicotomía, que considera caduca, si bien esta dicotomía sobrevivió, y con buena salud hasta ahora, a la derrota nazifascista de 1945. Para los fascistas, la dicotomía será fascismo / democracia, identificando en la democracia también al comunismo (lo que motivó, a la contra, a todo el movimiento antifascista, tanto marxista como no marxista). Para el nacionalsocialismo, la dicotomía será liberación de la raza aria / desaparición de la raza aria. El fascismo y el nacionalsocialismo, tras 1945, asumirán el término tercerposicionismo, o «tercera posición«, antiliberal y antimarxista (salvo en el nacionalbolchevismo, que sí asumirá el marxismo pero entretejiéndolo con el vitalismo y el irracionalismo fascistas clásicos), anticomunista y anticapitalista. La tercera vía del sociólogo británico Anthony Giddens, defendida por el socialdemócrata Tony Blair, es decir, la defensa de una economía mixta, el «Estado de bienestar», también asumido por el actual maoísmo chino («el Estado socialista del bienestar«), será analogado por algunos como criptofascismo.
Todavía hoy día, y aún teniendo en cuenta que la dicotomía izquierda / derecha no ha existido siempre en la Historia, siendo algo bastante reciente (200 años), quien niega esta distinción ya, porque las líneas ideológicas originales de las izquierdas y las derechas se han cruzado y entretejido (en el Estado de bienestar, tras la Segunda Guerra Mundial, y más aún, tras la caída de la URSS), aún admitiendo que estas líneas podrían volver a separarse en el futuro, quien niega decía esta distinción será asumido, por las izquierdas indefinidas y por la derecha extravagante neofeudalista proetarra, en la «derecha» o en el «tercerposicionismo». Sabiendo que la distinción izquierda / derecha, como dijo Lenin, y a pesar de su racionalidad y grado de verdad, es de origen burgués («la izquierda y la derecha de la burguesía»), la distinción sigue teniendo fuerza, sino en sentido político estricto, si en sentido sociocultural o subcultural. Hoy día, la oposición política izquierda / derecha ha pasado de ser política a ser subcultural. Es de «izquierdas» quien vista de manera casual, informal, alternativa y escuche música de cantautores, «comprometida» o «agresiva» (salvo en Estados Unidos), lleve barba de tres días y pendientes y piercings o les guste el cine de Ken Loach o Almodóvar o vea La Sexta o La Tuerka. Será de «derechas» quien escuche grupos como Siempre Así, les guste el cine de José Luis Garci o Michael Bay, vista ropa de marca cara (aunque hay ropa alternativa más cara que un polo Lacoste) o escuche La Cope, esRadio o vea Intereconomía. La oposición izquierda / derecha es hoy más extrapolítica real que política.
No obstante, el tercerposicionismo, que no se considera de izquierdas ni de derechas, o dice tener cosas de ambas, tras su derrota en 1945 es hoy día también más que político, subcultural. El neofascismo o el neonazismo se identificará más por llevar determinadas marcas de ropa (Three Stroke, Lonsdale, las cuales han sido ya asumidas completamente para su venta en grandes almacenes comerciales), por determinados símbolos en la vestimenta, escuchar determinadas músicas populares degeneradas (Oi Punk, Black Metal, Wagner), determinados cortes de pelo o de afeitado, o determinadas formas de ocio (jornadas de paintball más solsticio de invierno en la Sierra de Madrid, jornadas de rol sobre temática Tolkien o visitas de fin de semana a macrodiscotecas de música electrónica patria en polígonos industriales de Madrid, Barcelona o Valencia), que por proyectos políticos serios, al menos hasta Amanecer Dorado en Grecia. No obstante, y a pesar del racismo anti-inmigración que conservan partidos políticos tercerposicionistas como Amanecer Dorado en todo el mundo, podemos hoy día encontrarnos neofascistas y neonazis integrados en grupos de amigos demócratas o progresistas, con novias negras o hispanoamericanas e incluso con hijos. Esto muestra que el tercerposicionismo es tan subcultural como la idea mítica de izquierda o la idea mítica de derecha. En definitiva, la tercera posición es tan mítica como las otras dos. ¿Por qué no puede haber una cuarta, una quinta, una sexta, o una n-ésima posición política? No en vano, estas otras posiciones existen. Posiciones políticas que no beben de la tradición judeocristiana y grecorromana de las que beben tanto las izquierdas como las derechas o el tercerposicionismo. El Islam, el hinduísmo, el budismo político, diversas sectas religiosas destructivas o no, o la misma Iglesia Católica, que sí bebe de la tradición judeocristiana y grecorromana pero su «Reino» no es de este Mundo, -y también, en parte, en su vertiente de la Teología de la Liberación-, son posiciones políticas que no pueden ser consideradas ni de izquierdas, ni de derechas, ni tercerposicionistas (fascistas, nazis), salvo por analogía. Y si tienen rasgos de estas tres posturas netamente occidentales, es por influencia cultural imperial de Occidente.
No hay que olvidar ni negar, para terminar, que toda ideología revolucionaria (sea de izquierda definida, sea tercerposicionista, sea n-ésima posición como el islamismo), si tiene un proyecto universalista (racionalista como las izquierdas definidas, irracionalista como las terceras o n-ésimas posiciones), o particularista (las derechas reaccionarias, las derechas neofeudalistas extravagantes), tienden a negar la dicotomía izquierda / derecha, e incluso el trilema izquierda / tercera posición / derecha, para imponerse ellas como única opción posible, como solución. Pero tampoco hay que negar ni olvidar, creo yo, que esta negación e intento de imposición, siempre se hace o bien desde una izquierda definida (caso del comunismo), o bien desde una derecha alineada (franquismo), o bien desde una tercera posición (fascismo, nacionalsocialismo), o bien desde posiciones n-ésimas (Islam, Iglesia Católica, hinduísmo). Y todas lo intentan, además, tratando de eliminar o absorber elementos de las posiciones políticas adversarias o enemigas. Esto es pura symploké. Lo que está claro es que la Historia sigue su curso, y es probable que en el futuro, las posiciones de izquierda definida, de derecha, de tercera posición o de n-ésima posición, se reorganicen y tengan algo que decir todavía en el Mundo, sin olvidar que, si son revolucionarias (gradualistas o no), tratarán siempre de llevar a cabo planes y programas cuyo leit motiv, cuyo ortograma, sea, en buena medida, resumido en este lema, que da título a este escrito: «Ni izquierda, ni derecha, ni tercera posición (ni tampoco, n-ésima posición)». Pero siempre desde posiciones definidas políticamente de manera clara, pues en la symploké, las ideologías tanto se entretejen como se desentretejen.

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15 Respuestas a “Ni izquierda, ni derecha, ni tercera posición”


  • Muchísimas gracias, Amable Concha. Ya nos dirás que te comentan. Saludos 🙂

  • Amable Concha

    Una posición n-sima como la que puede defender el Papa Francisco parece más liberadora que cualquier otra opción. Para mí el núcleo del problema para derecha, izquierda o terceras posiciones es la importancia que se da a la propiedad: privada, de clase o nacional. El problema es la mera idea de propiedad. El cambio empieza por uno mismo. La dia-gnosis que se efectúa en el artículo es novedosa. Os voy a compartir en FB

  • Gracias por la aclaración, Santiago.

  • En todo caso, puede haber ideologías universalistas e irracionalistas que suelen meterse en la derecha política, como es todo movimiento sociopolítico de carácter religioso cristiano.

  • La tercera posición suele ser particularista e irracionalista, pero en materia social, económica, propugna socialismos específicos, alejados del individualismo y el solipsismo. Es decir, los tercerposicionistas serían derecha no alineada con instituciones del Antiguo Régimen, particularmente el trono y el altar, y tampoco quieren mantener la apropiación originaria de la tierra propia de las instituciones del Antiguo Régimen. Eso hace que no sean derecha en sentido alineado. Lo mismo ocurre con el indigenismo, el neofeudalismo o la teología de la liberación. Esta última en concreto, además de socialista, es universalista, aún irracionalista.

    En cuanto a las n-posiciones que no son ni izquierda, ni derecha, ni tercera posición, son posiciones que: a) no reivindican la unión de trono y altar del Antiguo Régimen; b) no reivindican la apropiación originaria de la tierra propia del Antiguo Régimen; c) pueden ser irracionalistas y universalistas, irracionalistas y particularistas o racionalistas y particularistas; d) no son tercerposicionistas en tanto no tienen entre sus pilares ideológicos el etnicismo identitario o el racismo, cosa que sí tienen en común todos los tercerposicionismos (fascismo, nacionalsocialismo, nacionalbolchevismo, nacionalsindicalismo, neofeudalismo); e) pueden defender posiciones tan alejadas de la sociedad política que pueden acabar en el aislamiento, algo imposible con el tercerposicionismo que tuvo su momento histórico importante, como es el caso de las sectas; y f) en el caso de las religiones mayoritarias orientales como el Islam o el budismo, la dicotomía izquierda / derecha, salvo por analogía e influencia externa, no tiene origen en ellas, y representan opciones sociopolíticas y nematológicas alternativas tanto a las izquierdas, como a la derecha como al tercerposicionismo (en resumen: un musulman puede acercarse en ocasiones a izquierdas, a derechas o a fascistas, pero siempre será anti-izquierdista -por el racionalismo universalista-, anti-derechista -por la unión de trono y altar en sentido cristiano-católico, y porque no querrá mantener la apropiación originaria de esas sociedades-, y anti-tercerposicionista -el musulmán estará en contra de poner, por encima de su fe, las reivindicaciones identitarias-); por lo que respecta a la Iglesia Católica, su fin último no es de este mundo, y sin trono, no puede haber unión de trono y altar, por lo que el altar tendrá que acercarse a otras formas de poder político, mientras sigue el suyo propio.

    Espero haber contestado. Saludos.

  • Me parece muy importante el esfuerzo por definir y aclarar conceptos, sin embargo, partiendo de la definición dada de derecha e izquierda (simplificando: la izquierda sería universalista y racional; la derecha no universalista e/o irracional), que me parece una idea muy potente, no entiendo por qué al final del artículo se habla de “posiciones políticas que no pueden ser consideradas ni de izquierdas, ni de derechas, ni tercerposicionistas (fascistas, nazis), salvo por analogía”
    Partiendo de la definición dada, si la posición política no es racional y universalista (como es el caso de las que se citan (El Islam, el hinduísmo, el budismo político, diversas sectas religiosas destructivas o no, o la misma Iglesia Católica, que sí bebe de la tradición judeocristiana y grecorromana pero su “Reino” no es de este Mundo, -y también, en parte, en su vertiente de la Teología de la Liberación) entonces no habría duda de que se trata de derecha política. (Y así fue definida previamente a la teología de la liberación)
    En cuanto al nazismo y el fascismo se tratará de tercerposicionismo desde una perspetiva emic, porque entiendo que es sin duda derecha política.
    En definitiva, que partiendo de la definición dada no entiendo que pueda haber n-posiciones. Otra cosa es que dentro de la izquierda o la derecha haya multitud de posibilidades.
    Un saludo.

  • Rollo ninguno, Fdez.

    El artículo es teórico porque es una manera de que se alejen de nosotros algunos nazbol que creían fervientemente lo que se dice sobre nosotros en Kaos en la red.

    Están bien las puñaladas si son por delante y no por la espalda. En todo caso, si no nos hemos mojado más es por eso de acusarnos de hacer «brindis al sol».

    ¿Cómo diferenciarte? Pues como dices tú, dejándolo claro. ¿Y cómo se deja claro? Con hechos, tanto en texto como en acciones. Brindaré contigo entonces.

    Gracias por tus puñetazos.

    Salud.

  • Estimado Fdz,
    Muy interesante su crítica y no crea que no le damos vueltas a lo que propone. Esperamos su «idea de arrastre» con sumo interés

  • Con todo el respeto y la admiración Armesilla ( sí, ahora viene la caña; estos comienzos son preludio de un puñalada) Esto de Izquierda Hsipánica ¡¿de qué va?!. Es decir, yo pensaba que en esta güeb os mojabais más las manos, que os manchabais con la política real. Pero leo artículo tras artículo y lo que veo es mucho liririli y poco lerele; veo mucho me sumo a no sé qué manifiesto, mucho voy a remolque de no sé qué plataforma, mucho suscribo a los abajo firmantes… Me parece que en el fondo IH tiene auténticos problemas para diferenciarse de las formaciones políticas de la izquierda indefinida realmente existente, y es por esto último por lo que se escriben estos artículos de filosofía-política, que servirán para los que estamos en el rollo del filomat, pero que el común de los mortales no entiende. Alguien preguntaba una vez por estos foros si IH estaba por la acción política o por la musa filosófica, y se le contestaba que sí, que se estaba por la acción política, pero que no se entraba de lleno en ella porque la cosa fuera aún no estaba madura. A mí aquello me sonó a excusa barata. Un hombre de acción barojiano no se para a ver si la cosa está madura o no, porque como espere mucho le pasa la gloria por la memoria y con suerte acaba haciendo la revolución con un tacata en su ancianidad.

    Pero insisto, huele a que tenéis auténticos problemas para poner en marcha un plataforma de acción política. Os sabeis muy bien la lección: las tesis gijonesas de Carvallo, la unidad iberoamericana, el socialismo del siglo XXI…¡Estupendo! pero todo eso ¿cómo se traslada al personal de a pie? La única respuesta es abrir una nueva revista de filosofía-política: La balsa de piedra, que leerán en círculos universitarios y cuatro friquis que estamos en la red. Mientras estáis en la divagación filosófica el país estalla a nuestro alrededor, la izquierda indefinida, sorprendentemente, toma posiciones concretas que van calando en la población (yo estoy convencido de que no habrá elecciones y que vamos a un gobierno de concentración ante el desgaste del PPSOE y la acción de los grupúsculos de izquierda etérea), todo el mundo da por hecho que la transición se ha muerto ya y mientras unos piensan en cambiarlo todo para que nada cambie otros están a la defensiva desnudando el mito de la democracia y mostrando la verdadera cara del régimen político en el que hemos vivido todos estos años.

    En IH sois unos grandes estrategas metidos en una sala de mapas arreglando el mundo,completamente absortos y alejados del mundo, sin ninguna táctica política para poner en marcha de la gran estrategia. Porque la estrategia tendrá que ponerse en marcha desde algún punto en concreto. Falta que desde esta güeb, que debería ser un foro de política real más que de especulativa, se empiece a trazar un plan concreto de acción política, deíctico, que llame la atención de todo ese grupo interesado en la política, que hoy es enorme, pero en una política con «p» pequeña (como diría Santiago Carrillo, hoy bajado abruptamente de los altares por Preston el historiador de la socialdemocracia europea ¿Tendrá que ver con los tiempos de descredito socialdemócrata que vivimos?), gente a la que hay que interesar en proyectos políticos superiores a través de programas muy concretos, porque de otra forma nunca acudirán a la especulación política.

    Alguien me dirá: «y para qué queremos poner en marcha un program político concreto que seguirán cuatro gatos». Y yo le respondo: porque os ayudará a poneros en el mapa y diferenciaros de los grupos de izquierda indefinida (hablaba el otro día con un tipo de IH, un tipo metido en metido en el activismo político, y me decía: «IH, sí los de Miguel Urbán». Si es que hasta el nombre de IH es confuso, estáis revueltos con todos los de la izquierda divagante), porque hay que «estar» presentes ahora en la vida política, porque os ayudaría ser contradictorios con vuestros principios ( hacer política es eso), porque se necesita empezar a vertebrar una idea política que atraiga a un electorado completamente despistado y que en el fondo le cuesta entrar en el seno de la izquierda divagante antiespañola, pero que lo hace porque no hay otra alternativa que sea revolucionaria y se enfrente a lo establecido. Y desde el fondo alguien me volverá a decir: «muy bien listo por qué no haces tú la propuesta de ese plan político concreto».Y yo respondo: «Estoy en ello, enpocos días os daré esa idea de arrastre».

    Gracias por la atención y pido excusas por el rollo.

  • Aclarado, gracias 😀

  • Es, en todo caso, un artículo preparatorio de otro contra el tercerposicionismo en cualquiera de sus vertientes.

  • Queremos decir que la idea de «izquierda» en sentido unívoco, como si solo hubiese una izquierda y no varias, es mítico, al igual que la derecha, que tiene sus corrientes. La idea de «tercera posición» es también mítica, no hay una sola «tercera posición», y puede haber cuartas, quintas y sextas posiciones políticas. De hecho, nosotros estamos contra la idea mítica de la izquierda y derecha unívocas, y estamos en contra de la idea mítica de «tercera posición», así como políticamente hablando estamos contra cualquier clase de tercerposicionismo político. Siempre hemos estado en contra del tercerposicionismo.

  • Lo de «ni izquierda, ni derecha, ni tercera posición». Que espero que no vaya por la ideología de Izquierda Hispánica. Supongo que es obvio que no, porque lucháis por una alianza socialista del mundo hispánico, pero no sé, el sentido del artículo me parece confuso.

    Me explico como un libro ardiendo, lo sé.

  • Yo personalmente no entiendo lo que quieres decir. Explícate mejor.

    Salud.

  • Me imagino con con ese título no os estaréis definiendo, que vosotros sois más rojos que el hijo del Ché y Rosa Luxemburgo.

    Lo de rojos es una forma cariñosa y familiar de llamaros, sin ánimo de ofender, pues comparto vuestra ideología.

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