Muchos critican las relaciones de Venezuela con Irán. Yo también lo hago, muchos amigos míos bolivarianos lo saben, pues en muchas conversaciones les he dicho sin problemas que el acercamiento a la teocracia chiíta por parte de Venezuela no es buena para la Revolución Bolivariana. Pero, ¿por qué nadie critica abiertamente las relaciones del Imperio Estadounidense con Arabia Saudita? Irán es un régimen islamista opresivo y derechista, pero el régimen de Arabia Saudita es mil veces peor, más peligroso, más tiránico y está más protegido por «Occidente». Y lo más llamativo: el gran enemigo de Irán no es EE.UU., sino Arabia Saudita.
Arabia Saudita es una monarquía teocrática de tipo islámico, sunnita wahabbita para más señas, con influencias del salafismo más intransigente. La República Islámica de Irán es un Estado islámico fundamentalista chiíta. En ambos Estados, los homosexuales, ateos, comunistas, izquierdistas varios, son reprimidos e incluso asesinados, ambos aplican la Sharía de manera estricta, si bien la interpretación de la ley islámica es totalmente literal en Arabia Saudita (con los consiguientes hadices aplicados según la jurisprudencia wahabbita), y en Irán el Corán es literal a nivel popular, mientras el clero de los Ayatolás reconoce varios niveles interpretativos de los textos sagrados mahometanos. En Irán hay mujeres parlamentarias, en la policía y el Ejército, y hay democracia procedimental siempre que los partidos que se presenten admitan la Sharía según interpretación chiíta. En Arabia Saudita encontramos un tipo de Estado absolutista y monárquico, más parecido al Antiguo Régimen (aunque con petróleo, nuevas tecnologías de la comunicación, posibilidad de tener armamento nuclear y con asiento en el G-20), del que salieron, junto con Pakistán, Egipto y Libia (todos sunnitas), la mayoría de los terroristas islamistas de Al-Qaeda, y en donde la mujer ni siquiera tiene derecho a sacarse el carnet de conducir.
Las relaciones de Venezuela e Irán son sobre todo debidas a la llamada «política real»: presión conjunta en la OPEP, colaboración tecnológica en materia de extracción y refinamiento petrolífera (más desarrollada en Venezuela que en Irán) y, sobre todo, solidaridad frente a terceros (Estados Unidos). Y es este tercer aspecto el más problemático, pues la ideología anti-imperialista estadounidense de Venezuela (una mezcla entre izquierda comunista e izquierda liberal decimonónica) no es lo mismo que la ideología anti-imperiailsta estadounidense de Irán (basada en el islamismo chiíta de resistencia, la tradición muyaidín -aunque ya Jomeini se encargó de destruir a los «muyaidines del pueblo», cabezas iniciales de la Revolución Iraní de 1979 junto con los comunistas-, y los principios revelados del Corán -vamos, un anti-imperialismo de derechas-). Ni siquiera el tercermundismo, heredero de los llamados «países no alineados» del siglo pasado (la mayoría islámicos), vale como parapeto ante la prudencia necesaria en toda relación bilateral. Pues el enemigo de mi enemigo no tiene por qué ser mi amigo. Y más cuando la tribu wayúu fue islamizada hace años por misioneros iraníes chiítas en Venezuela, y cuando Hezbollah (Partido de Dios en árabe), brazo terrorista del chiísmo fuera de Irán, inició su andadura en América Latina precisamente en suelo venezolano. En definitiva: el peligro estriba en confundir, como idénticas e iguales, las ideologías bolivariana y chiíta iraní. Ni son ni pueden ser lo mismo, y la colaboración diplomática y tecnológica no puede llevar a la confusión y el mejunje político, pues eso puede suponer en el futuro un lastre para el avance al socialismo iberoamericano.
Pero las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita son más escandalosas si cabe: protección militar, amparo político y diplomático (Arabia Saudita es Estado gracias a Estados Unidos y el Reino Unido), cooperación militar (durante las dos guerras del Golfo, Arabia Saudita permitió al Imperio usar su espacio aereo para atacar a Saddam Hussein), mutua dependencia económica (más del 30% de las reservas estadounidenses tienen capital saudí), protección incluso familiar y personal (de todos es sabido las buenas relaciones entre la familia Saud, casta dominante en Arabia Saudita, y la familia Bush), e incluso lo más sangrante y menos conocido: el expansionismo del fundamentalismo islámico en Europa y América, con mezquitas e imames radicales repartidos y pagados con dinero saudita y de otras teocracias monárquicas arábigas, está protegida, en nombre de la tolerancia y el respeto democrático (en realidad, excusas diplomáticas y políticas para obtener petróleo barato, al tiempo que se necesita la Península Arábiga como punto geoestratégico de apoyo para acometer por parte de Estados Unidos el cerco geopolítico asiático al frente oriental de la República Popular China, la verdadera némesis del Imperio hoy día). No olvidemos, además, que es en Arabia Saudita donde se encuentran las dos ciudades sagradas del Islam: La Meca y Medina.
Irán y Arabia Saudita poseen ambas policías religiosas, igual de moralmente reprobables desde posiciones racionalistas y universalistas como las mías. En el caso saudita es más patético incluso, recordemos como las autoridades tuvieron que recular ante la inacción sancionadora sobre su policía hace un año durante un incendio de un colegio en Riyad, capital administrativa del Estado saudita. Los bomberos y la policía no entraron al colegio a salvar a las niñas (era colegio femenino), porque no llevaban puesto el pañuelo islámico ni ellas ni las profesoras mientras las llamaradas las devoraban. El caso es que Arabia Saudita e Irán se disputan (con permiso de Egipto y Turquía), el liderazgo geopolítico del mundo musulmán. Liderazgo que Irán tiene difícil acometer por razones religiosas incluso: son chiítas, ergo minoritarios (190 millones de fieles), frente a los 900 millones de sunnitas que en el Islam son. Por no hablar de la situación opresiva y de ciudadanos de segunda (junto con judíos y cristianos) que en Arabia Saudita sufren los musulmanes chiítas. La Guerra Fría islámica, la Fitna geopolítica entre Arabia Saudita e Irán es más intensa de lo que podría parecer. ¿Se unirían frente a los infieles cristianos y ateos del mundo en una yijad política sin precedentes? Aunque teóricamente cabe esa posibilidad, es difícil que esa unidad no tenga como contrapartida el intento de destrucción de una rama del Islam sobre otra. Y la rama que tiene todas las de perder es la chiíta, por minoritaria y por ser considerada, por cientos de millones de musulmanes sunnitas fundamentalistas, como herejes, como «no-musulmanes».
En definitiva, las relaciones Irán-Venezuela son peligrosas por lo que afectan a Iberoamérica y su proceso político unitario. Pero las relaciones Estados Unidos-Arabia Saudita son aún más peligrosas, porque afectan en un punto clave de la lucha política del presente: la expansión del fundamentalismo islámico a nivel internacional y la yijad, el sexto pilar del Islam, desde los Nueva York hasta Xinqiang en China, desde Moscú y hasta Tanzania; desde los Balcanes hasta Caracas. Parafraseando al Jomeini, Irán sería, desde mis coordenadas, el «pequeño Satán», y Arabia Saudita el «gran Satán». De las relaciones tensas entre estos dos Estados dependerá mucho el futuro geopolítico de la zona, y de las alianzas que se tomen con uno y con otro, dependerá también la presencia internacional en la zona. Pero tan peligrosa es la ingenuidad de algunos bolivarianos con Irán, como la hipocresía anglosajona típicamente protestante de Estados Unidos y la Unión Europea para con el mal absoluto sobre la Tierra: Arabia Saudita.
Respecto a Peliyot, yo diría que los separatismos en España no han podido ser contrarrestados por la gran masa social que movilizan, cada vez más, y porque esos separatistas tienen en sus manos el núcleo de la economía española desde hace más de cien años. Si fueran como los corsos franceses, no costaría nada pegarles cuatro tiros y exhibir sus cadáveres al amanecer. Hubo una solución en su momento, que fue la dictadura de Franco (aunque permitió el catalán y el eusquera, amén de su folklore). Pero lo único que logró fue ponerlos en cuarentena y no totalmente: una vez muerto el gato, salieron otra vez a bailar los ratones, con las consecuencias sabidas. Por lo tanto, a día de hoy me temo que no hay opción para librarse de los pesados compañeros de viaje separatistas. Claro que en América el Subcomandante Marcos, los indigenistas y los cruceños bolivianos, las FARC y otros no son moco de pavo para lograr la invocada unidad hispanoamericana, o para que esos estados puedan sacar pecho precisamente. Hay demasiada basura acumulada que hay que triturar antes de pensar en objetivos más sublimes.
Definitivamente, creo que ya nos hemos ido del todo de Irán y de Arabia. Sin embargo, también creo que es muy interesante el hilo surgido. Porque de lo que se trata es de enfrentar cierta política ficción con cierta percepción de la realidad. Si encontramos dónde están los errores, entonces conoceremos la verdad; la tan ansiada verdad. O bien caeremos en errores más grandes.
Que «Europa debilita a España, y solo se podrá reforzar respecto a América si consigue fortalecerse y estrechar lazos.», como sostiene Héctor, al menos yo no lo discuto.
Eso no está en contradicción con lo que sostiene Pregunta; que ve muy oscura una plataforma Hispánica. Y le he apoyado porque no sólo es oscura, es negra. Acaso, precisamente, y no sólo, por la debilidad importada de Europa.
No creo que nadie minusvalore ni sobrevalore la Hispanidad en su conjunto. Ojalá (Arabia, o Irán en menor medida, dirían: «si Dios quisiera»… por respetar el origen de esta entrada) que el camino estuviera mucho más trillado. Pero la federación que pide Héctor está muy en pañales… no es ni cigoto todavía. Y la dialéctica imperial de otros, más que reforzarla, la debilitaría (como Europa debilita a España).
También podría ser verdad que donde más se haya interiorizado la Leyenda sea en España. Aquí se comulga con ruedas de molino cada mañana. Y tanto Héctor como David apuntan algunas de sus posibles causas: el enorme poder que han ido tomando los secesionistas; pese a que en realidad, esto sería muy moderno si se considera toda la época histórica en la que se ha desenvuelto la Leyenda. El altavoz siempre han sido los «british». Podrá haber secesionistas y no secesionistas; pero lo que seguro abunda es la penuria intelectual.
La clave de ese resultado, David la ha clavado (valga la aparente redundancia): Una política de Estado, para contrarestarla, ¡NO SE HA LLEVADO A CABO NUNCA…! Por consiguiente, claro que podría desarmarse esa capa de púas con políticas en lo ideológico y acuerdos en materias e intereses comunes. Pero la pregunta es: Y eso, ¿cómo se hace…? ¿Con una «educación» a la altura de los tiempos…? Y eso, ¿cómo se hace…?
Emmanuel Goldstein tenía razón: La mayoría de las creencias, costumbres, aficiones, emociones y actitudes mentales que caracterizan a nuestro tiempo sólo sirven para sostener la mística del “Partido”, sea el que sea, y evitar que la naturaleza de la sociedad actual sea percibida por la masa. La rebelión física o cualquier movimiento preliminar hacia una rebelión, seria, quiero decir, como se puede constatar, no es posible en nuestros días. Nada hay que temer de la masa, incapaz de comprender que el mundo podría ser diferente de lo que es. Sólo podrían convertirse en peligrosos si el progreso de las técnicas hiciera necesario educarles mejor; pero como se intenta mantener el estado de cosas sin mucha necesidad de esto, salvo para elementos «alfa», se procura que el nivel de educación popular decline continuamente.
Las opiniones que tenga o no tenga la masa se consideran con absoluta indiferencia… y por eso se les invita constantemente a que den su opinión: «envíen al 6969 lo que quieran… nos importa un bledo, porque lo importante es el importe + iva que tenemos derecho a cobrar…, pero les aseguramos que serán escuchados…» (sí… por la telefónica de turno… que emitirá la correspondiente factura en debida forma y plazo… No se si este foro servirá para algo, pero al menos todavía no se paga…) A las masas se les puede conceder la libertad intelectual por la sencilla razón de que no tienen intelecto alguno… cosa que puede verificarse cuando desde los medios constantemente les dicen lo sumamente inteligentes que son:
Pregunta: «¿Un derivado de la leche…?»
Respuesta: «la vaca».
La vaca que muge y muge…
¿Esta educación…?
¡Rebelión!
¡Rebelión!
¡Rebelión…!
Ni siquiera se puede poner orden en cómo hacerla… ¿Cómo podrían llevarse a cabo esas políticas..? ¿Quién va a ponerle el cascabel a España…?
Me gustaría añadir a lo que dice Héctor en respuesta a Peliyot que la profundidad o el calado de esa capa de púas de la leyenda negra a una unidad hispánica (y no meramente una unidad) no podemos saber cuál es, qué resistencia ofrece, hasta qué punto es un impedimento insalvable a menos que se sondee y trate de traspasarse. Y el problema es que en España ha habido dos renuncias de Estado. Una primera , a persistir en una construcción nacional desde el Estado mientras se entregaba parcelas de poder claves a grupos separatistas que han ido ejecutando políticas de construcción nacional paralelas y enemigas de la unidad y la identidad españolas. Como bien dice Héctor estas facciones infladas han repercutido negativamente en Hispanoamérica donde con la difusión de sus doctrinas buscan apoyos para minar aun más España y alimentar la leyenda negra.
Pero también se ha renunciado a una política de Estado para contrarrestar esa leyenda negra, con razones, con la verdad por delante (porque la mera verdad es ya más benévola). Tal política de Estado no se ha llevado a cabo nunca. A nadie le puede extrañar que si a alguien se le lleva calumniando durante siglos y nunca se defiende, antes corrobora él mismos denuestos, esas calumnias acaben cuajando y teniendo consecuencias.
Políticas de Estado en lo ideológico y acuerdos en materias concretas e intereses comunes y toda esa capa de púas quedaría desarmada ¿Optimismo? No podemos descartar nada mientras no se haya ensayado nunca.
Me gustaría añadir a lo que dice Héctor en respuesta a Peliyot que la profundidad o el calado de esa capa de púas de la leyenda negra a una unidad hispánica (y no meramente una unidad) no podemos saber cuál es, qué resistencia ofrece, hasta qué punto es un impedimento insalvable a menos que se sondee y trate de traspasarse. Y el problema es que en España ha habido dos renuncias de Estado. Una primera , a persistir en una construcción nacional desde el Estado mientras se entregaba parcelas de poder claves a grupos separatistas que han ido ejecutando políticas de construcción nacional paralelas y enemigas de la unidad y la identidad españolas. Como bien dice Héctor estas facciones infladas han repercutido negativamente en Hispanoamérica donde con la difusión de sus doctrinas buscan apoyos para minar aun más España y alimentar la leyenda negra.
Pero también se ha renunciado a una política de Estado para contrarrestar esa leyenda negra, con razones, con la verdad por delante (porque la mera verdad es ya más benévola). Tal política de Estado no se ha llevado a cabo nunca. A nadie le puede extrañar que si a alguien se le lleva calumniando durante siglos y nunca se defiende, antes corrobora él mismos denuestos, esas calumnias acaben cuajando y teniendo consecuencias.
Políticas de Estado en lo ideológico y acuerdos en materias concretas e intereses comunes y toda esa capa de púas quedaría desarmada ¿Optimismo? No podemos descartar nada mientras no se haya ensayado nunca.
En efecto, una España donde la propia nación es discutida y discutible, por seguir la senda de su aún presidente del gobierno, no puede dar lecciones a nadie. Pero no creo que los países iberoamericanos estén mucho mejor en ese aspecto con su indigenismo y la debilidad de sus estados y sus corruptos gobiernos. En la Hispanidad hay mucho meapilas que sigue los dictados de la iglesia católica y esos dictados muchas veces pasan por la debilidad de esos estados que han de fortalecerse y unirse para combatir a Estados Unidos, al Islam y a China. Por otro lado, si en Iberoamérica realmente hay instituciones fuertes como la Unión Africana, la Commonwealth y otras, ¿cuáles son? No digo que las citadas puedan ser elementos a tener en cuenta más allá de sus reuniones periódicas y su activismo, pero las instituciones americanas aún no han hecho acto de presencia en este foro ni nominalmente hablando.
Eso no es del todo así por lo siguiente, están surgiendo potencias regionales en la zona: Argentina, Brasil, Colombia, México…Tienes lazos muy potentes que no hay que infravalorar, si la mitad de las plataformas multinacionales que existen en el mundo: la Commonwelth, la CEL, la Liga Árabe, la Unióna Africana, la francofonía…tuvisen la mitad de las instituciones sociales que compartimos los hispanos producirían una reacción mucho más fuerte de la que producen. Minusvalorar la plataforma hispánica me parece un erros, tampoco hay porque sobrevalorarla, pero si se queire tener algunna opción política, que implique la libertad política a escala internacional estos países van a tener que ir federándose, como de hecho está pasando. Si esa federación es más fuerte, más problemática, etc eso dependerá de muchos factores internos y ecternos. Las unidad hispana va lenta porque la construcción nacional ha sido muy «accidentada» pero ahora se encuentrar con naciones más o menos asentadas en su orden institucional y pueden empezar a concentrar recursos hacia otras evoluciones. La misma dialéctica Imperial de China, EEUU, la India, Japón, etc les puede llevar a reforzar sus alianzas, porque no les quedará mucho más remedio.
Respecto a España, solo es un nivel superficial, en otros contextos más inetriorizada, que la leyenda negra haya calado en todas sus evrtientes. Quizá en el país que más se ha inteiorizado es en España, por eso resulta curiosos que se pida un respeto, una consideración por parte de las naciones americanas por un país que no se respeta así mismo y que no saben qué planes tiene o haca dónde va. Si España recuperase cierta fortaleza moral y social podría contrarrestar mucha de la leyenda negra (difundida por vascos, catalanes, gallegos, ONGs..)y consolidar u orientar una polítca de alianzas con América. Una vez que Europa va hacia la decadencia, y el eje franco-alemán solo se va a preocupar de mantener sus estándares de vida a costa de los demás, y de ahí de mantener y sostener la fragilidad institucional de los países de la periferia.
Europa debilita a España, y solo se podrá reforzar respecto a América si consigue fortalecerse y estrechar lazos.
Un saludo
Apoyo a pregunta…; aunque creo que el tema se está desviando un poco respecto de Irán o Arabia. España no es «libre», (ni grande, ni una); es decir, en este momento y desde hace muchos momentos, no tiene ninguna posibilidad de no depender de nadie (eso es lo que yo interpretaría como «libertad»).
Es verdad, también, que nadie puede saber el futuro; por la sencilla razón de que no existe (todavía). Pero el gran reto de la «Hispanidad» sería cómo eliminar esa imagen negativa tan difundida en muchos segmentos de las sociedades americanas. Las leyendas de colores, o negras, están muy presentes a ambos lados del atlántico. Y no son fáciles de lavar. Por llamar a los españoles, muchos los llaman perros, mestizos (ya ves tú…), moriscos (ya ves tú…) y muchas otras cosas menos «bonitos». Hasta que dicha imagen no estuviera bien contextualizada, el proyecto seguirá en la oscuridad.
En cuanto a los vendepatrias, si hay vendepatrias es porque hay comprapatrias (alguien tiene que comprar). Durante el gobierno del amigo «Ansar», hubo liquidaciones de todo tipo… pero también un aumento espectacular de inversiones en américa… hasta convertirse en muy importantes. Ignoro a fecha de hoy los Estados de Cuentas, pero me da en la nariz que China (que sí es mucho más libre y tiene programas propios), tiene colaboraciones (ellos las llaman «pacíficas»… gran matiz) que superarán en breve probablemente al del resto de «amigos». Si a esto le unimos una presencia islámica cada vez más pujante, será mucho más difícil una plataforma hispánica.
El reto está servido. ¿Qué hacer…?
Aceptemos tus tesis sobre la guera nuclear. Sin embargo, no veo por ningún lado esa plataforma hispánica de la que hablas. Que haya una serie de países que comparten una historia y una lengua común no significa más que eso, unos países con vínculos determinados, pero no un bloque político diferenciado frente a otros.
Por otro lado, admitir que a día de hoy existe un orden internacional no significa ser un vendepatrias. Significa asumir la realidad y dejarse de ensoñaciones. Un país como España, por ejemplo, a día de hoy no puede disponer de una política propia más allá de lo que dicte el imperio norteamericano, y con suerte podrá oponerse a los dictados de la Unión Europea. Entre ser un vendepatrias y un país mediano con ínfulas de superpotencia creo que caben múltiples gamas y matices. No todo es blanco o negro.
Para nada lo que digo es que todo está prefijado y podemos echarnos a dormir, pero vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer. Lo de una Hispanidad como proyecto político lo veo muy oscuro. A día de hoy los países iberoamericanos están muy divididos entre ellos, y España ni siquiera cuenta en sus proyectos políticos más allá de la mera diplomacia y la retórica de la Madre Patria. Y eso sin contar con la imagen negativa que en muchos de ellos se difunde en elementos fundacionales de esos países como son los himnos o las ideologías políticas. No creo que por fundar una asociación legal se pueda caminar a esa hipotética unión. Si por asociaciones fuera…
Primero, está por ver que Irán ataque a los EE.UU si tiene oportunidad de hacerlo. De hecho, no ocurrirá, pues un ataque nuclear iraní supondría la contrarréplica norteamericana -y la de sus aliados- aniquilando Irán literalmente. Uno de los motivos estratégicos por el que la URSS era superior a EE.UU en la guerra nuclear era por sus dimensiones. En caso de una guerra era prácticamente imposible para los norteamericanos sumir por entero a la URSS en la ecatombe mientras que la URSS bombardeando ambas costas norteamericanas prácticamente aniquilaba el potencial norteamericano. Irán, aún comenzando un ataque no vencería jamás por sus propias dimensiones. Por lo que esa hipótesis que plantea, aunque posible, es sumamente improbable. Los jerifaltes y ayatolás iraníes quieren seguir gobernando el país.
Segundo. Claro que Francia no va a atacarnos con la bomba atómica. Ya he dicho que las bombas atómicas se tienen para no usarlas. Ha sido así desde el inicio de la guerra fría y nada indica que pueda cambiarse la situación a corto plazo. El problema de Francia es precisamente que al tener la bomba tiene mayor poder para imponer su política y sus proyectos por encima de los nuestros. Eso es todo.
Tercero, hay más opciones que plegarse como vendepatrias a los dictados de otras potencias que nos imponen una política y estratégicas que no se adecúan a nuestra posibilidades como plataforma que realmente existe. Porque iberoamérica, como plataforma, existe y cuenta con un pasado y con instituciones comunes -incluso militares- que se van desarrollando en la medida de las posibilidades. Análisis como el tuyo esconden, bajo la apariencia de realpolitik, el vicio que la tradición moral católica llamaba la «prudencia de la carne». En nuestros términos, lo que haces, es establecer una «realpolitik monista» de tal suerte que el resultado futuro aparece ya prefijado. Claro que los EE.UU va a hacer la política que le convenga, pero no por ello vamos a dejar de luchar por construir un proyecto político que convenga a la hispanidad. Si la realidad política fuera monolítica sería una temeridad. Pero ella está infecta, abierta, cuajada de contradicciones que son la base, junto a las instituciones iberoamericanas realmente existentes, para intentar construir un proyecto político.
Cuarto. Nosotros por lo pronto somos una asociación legal que trabaja para la construcción de una institución política capaz de influir en el transcurso de los acontecimientos. ¿Es posible que fracasemos? Por supuesto, pero eso sólo lo sabremos en el futuro y no antes. Y como nadie cuenta con ciencia media del futuro, pues ni nosotros ni tú ni nadie sabe hasta dónde puede llegar tal proyecto.
Salud
Dices, Esquinas, que os interesa apoyar desde la Hispanidad controlar la presencia sunní. ¿Y vosotros qué pintáis más allá de vuestros análisis realizados en esta página? No digo que los desprecie, pero ni yo ni vosotros somos nadie para decidir los destinos del mundo, salvo que yo esté en flagrante error y ante mí se encuentren líderes mundiales de gran influencia internacional.
A día de hoy no me parece que pueda hablarse de una plataforma española e iberoamericana como tal. No existe una OTAN iberoamericana que yo sepa. OTAN en la que por cierto está integrada esa Francia a la que tanto temes. Pero Francia no va a atacar a España con la bomba atómica, ni tampoco a Estados Unidos ni a nadie del orden internacional. En cambio, Irán sí atacará a Israel, a Europa y a Estados Unidos con la bomba atómica si llega a disponer de la oportunidad; de hecho ya tienen en proyecto misiles de largo alcance con los que cumplir esos objetivos que nombro. A España e Iberoamérica sólo les cabe apoyar lo que decida Estados Unidos y el orden internacional que comanda porque sencillamente carecen de fuerza para disponer de una política independiente; y si algún país iberoamericano se va por la senda que marcan otros, como Irán, se convertirá en enemigo de ese orden internacional necesariamente, al que estarán boicoteando para perjuicio del resto. Para disponer de política internacional propia ya están los chinos y los rusos, pero América y Europa se guían por lo que dice el yanqui, porque sencillamente no hay más opción y lo que puede venir desde Asia es sencillamente peor. Así que no me parece que mi análisis esté desacertado.
Tu análisis es correcto, pero desencaminado políticamente. Te colocas desde la perspectiva del Imperio yanki y no desde la plataforma Española e Iberoamericana, que es desde el punto de vista que creemos hay que hacer el análisis.
El principal fundamento estratégico del poder nuclear es la disuasión. En el caso de Irán, disuadir a los norteamericanos de invadirlos. Esta es la estrategia que de facto y teóricamente ha sido llevada a cabo por todo aquel país que ha tenido bombas nucleares desde la II Guerra Mundial. Pero aún en el caso de que Irán quisiera utilizar sus presuntas bombas contra alguien, sólo podría hacerlo, como máximo, contra Israel. Irán no tiene capacidad de llegar más allá con sus bombas. Es más, no podrá tener capacidad para llegar más allá. A la URSS le costó unos veinte años conseguir poder llegar con sus cohetes atómicos a cualquier lado del globo y para eso necesitó contar con bases estratégicas en sus países aliados. Hoy sólo EE.UU y Rusia pueden poner sus bombas atómicas allá donde quieran. De hecho, es prácticamente más difícil conseguir eso que conseguir hacer una bomba atómica.
El poder atómico de Irán no supone ninguna amenaza efectiva, realmente existente, para España o Iberoamérica a día de hoy. Pero la influencia de Arabía Saudí sí. Es más, al ser nuestras élites partitocráticas aliadas de los yankis, hemos de «tolerar» su influencia.
EE.UU tiene sus intereses estratégicos que no son los de la Hispanidad. A nosotros nos interesa controlar la presencia sunní -que es la mayoritaria- capitaneada por el capital saudí, que es la que realmente está pagando y sosteniendo la propagación del radicalismo musulmán. Esto es lo perentorio. Que Irán tenga la bomba atómica es secundario. También la tienen los franchutes que son los aliados de Marruecos. Eso sí que debiera preocuparnos.
Vuelvo a matizar para posibles malentendidos. Estamos hablando de prioridades estratégicas. No se ha de suponer que estamos a favor de Irán porque nos parezca el mejor de los mundos posibles o cosa parecida. Igual supongo que «pregunta» no es un fan de Arabía Saudí tampoco nosotros lo somos de Irán. Se trata de una discusión de intereses estratégicos entre lo menos malo.
Salud.
Hombre, que los saudíes sean como musulmanes una amenaza para Occidente es algo que está ahí con lo que dice Esquinas de financiar mezquitas y demás. Pero Irán es el único estado musulmán junto a Paquistán en posesión de la bomba atómica o en proceso de poseerla (bien es verdad que en parte gracias al programa nuclear que EEUU otorgó al Sha). No creo que Estados Unidos tolere sin más a los saudíes; es que a día de hoy no puede hacer lo que le gustaría, pues bastante lío hay organizado en Iraq o Afganistán. Por eso es mejor apoyar a Arabia, a Iraq o quien se tercie frente a Irán que emprender una guerra de inciertos resultados en la coyuntura actual.
En principio, estoy bastante de acuerdo con el texto de la entrada y con lo que Esquinas dice. Su conocimiento de causa, probablemente por la cosa andaluza, es indiscutible. También lo es la «cuña islámica» que sigue ganando adeptos en toda hispano-américa.
Cuando, por motivos profesionales, tuve ocasión de contrastar el informe incluido en este blog (la abdicación de América -- Oriente Medio después de EEUU), con un conocido de la Embajada israelí (y por tanto, uno de tantos espías desperdigados por el mundo; pues la diplomacia es lo que es… a excepción de la española que sería para darles de comer aparte), una de las primeras cosas que me dijo fue básicamente esto mismo. Es decir, un informe muy interesante, pero… «¡¡No te olvides de Arabia…!! ¡¡Es mucho peor…!!». Si EEUU fuera una sociedad, una empresa, Arabia vendría a tener como un 10% de su Capital Social. Eso es muchísimo, una barbaridad; y ayuda a comprender porqué EEUU se comportaría del modo que lo hace. Y como ya ha sido dicho, el creciente poder iraní es una pesadilla hecha realidad para los saudíes.
Con respecto a China, a mi humilde juicio, que es el factor del que menos se oye hablar, pero donde en realidad se está dando la batalla, ocurriría algo similar. Es decir, Arabia, no tiene el 10% de China. Nadie tiene nada de China, salvo los chinos. Y eso es demasiada «libertad» para un sitio tan grande. Así que no es de extrañar que Arabia prefiera abrir su espacio aéreo a unos y no a otros. De momento, es un mal menor para todos.
¿Porqué Israel, por ejemplo, viene estrechando lazos con China desde hace ya muchos años…? Son muy compatibles en muchos sentidos; incluida la cosa religiosa. Ambos están más por la labor de la Ley y la tradición, que por la cuestión divina en sí… muy secundaria e irrelevante en muchas ocasiones. Es decir, están más por repartirse Africa, por ejemplo, que ocupados en estar colgados de las nubes; sin perjuicio del programa espacial chino que superará a todos los demás dentro de un par de telediarios; y al margen también de programas conjuntos en materia de armamento, tecnología diversa (en la que Israel es vanguardia mundial) y otros asuntos menores. ¿Sería muy exagerado decir que en el cambio de postura de Obama y su rectificación volviendo al redil de Netanyahu, estas cosas han tenido algo que ver…? Hace dos días quería que en la zona se volvieran a las fronteras del 67… y hace dos minutos deja bien claro que vetará a Abbas.
Los movimientos telúricos en la política internacional y en la dialéctica de los imperios, ¡¡Eso sí que son caminos inescrutables…!! Y no lo que el Papa romano dice ante sus compatriotas de este mundo.
Es cierto que las cuestiones políticas han de valorarse en su totalidad, pero en ella se incluye también el apoyo que al radicalismo islámico y a las corrientes musulmanas más conservadoras está dando Arabia Saudí. En buena medida es lógico que EE.UU apoye a Arabía Saudí frente a Irán pero lo que se esconde quizás sea o bien la impotencia del Imperio estadounidense para imponer en Arabía Saudí otro régimen o bien la política depredadora de tolerar cualquier régimen con tal de que puntualmente le venga bien a los EE.UU.
Arabía Saudí es todavía peor que Irán por la influencia potencial que tiene en el mundo árabe al ser sunníes. Irán está lacrado por su chiísmo, lo que le impide tener una hegemonía mayor entre el mundo musulmán.
En España es Arabía Saudí y sus bancos los que están financiando directamente muchas mezquitas. Y esto no es un rumor ni algo secundario inferido sino algo que en mi caso sé directamente con conocimiento de causa. Por lo que cabe preguntarnos si para nosotros es peor que Irán.
Y que conste que cuando digo que Arabía Saudí es pero que Irán no quiero decir que Irán sea bueno. En todo caso estabamos hablando de lo menos malo en la coyuntura actual.
Salud.
Si Arabia Saudita es un régimen opuesto a la revolución islámica de Jomeini, es lógico que Estados Unidos les apoyase para conjurar la amenaza. Arabia Saudita no constituye ninguna amenaza nuclear a día de hoy; Irán sí. Incluso los saudíes abrirían su espacio aéreo para un eventual bombardeo sobre el programa nuclear iraní si fuera preciso. Considero que las cuestiones geopolíticas han de valorarse en su totalidad, no en lo referente a una sola parte.