Alberto Garzón da un palo a los liberales

Alberto Garzón

Resulta sorprendente la contestación de los liberales a esta sencilla publicación en Twitter de @agarzon: «Yo defiendo que toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general».
A continuación hemos realizado una compilación de la conversación para que se pueda difundir fácilmente como un archivo de imagen. "Yo defiendo que toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general"
Clic acá para ir a la conversación original en Twitter de Alberto Garzón, diputado de Izquierda Unida (España).

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22 Respuestas a “Alberto Garzón da un palo a los liberales”


  • Es verdad, Bruno, Santiago tiene mucha razón; hasta que no dejemos de vivir de coletillas, no dejaremos de sufrir coletazos.

  • Amibo Brurbgos, o Bruno, como quieras. Enumeremos una a una las respuestas que, estimo, merecen tus comentarios:

    1) No somos izquierda fundamentalista porque no pensamos que la idea de izquierda sea sustancialista, ni pensamos que la idea de izquierda funcione aparte de una definición política frente al Estado. IH tiene un proyecto definido de Estado, no ya solo para España, sino para la totalidad mixta isomérica que es la Hispanidad. Estamos definidos, sabemos cuál es el sujeto revolucionario y sabemos cuál es la meta universalista a conseguir: la Alianza Socialista Iberoamericana. Tu comentario demuestra que no te has leído bien El mito de la izquierda. Es normal, eres joven y quizás solo consultes de vez en cuando la enciclopedia Symploké, artículos de El Catoblepas (que está bien) y el Diccionario Filosófico de Pelayo García. Nosotros no podemos ser izquierda fundamentalista porque no tenemos, además, la Declaración de los Derechos Humanos como guía doctrinal a nivel del eje circular del espacio antropológico, como sí la tiene la izquierda fundamentalista, que no es más que un cruce entre izquierda extravagante y divagante. Y ni somos extravagantes (no somos una ONG, ni pensamos en fundamentalismo democrático), ni somos divagantes (no abandonamos la política, menos la filosofía política, en nombre de la ética).

    2) Si tan triturables son los liberales, ¿por qué sus teorías económicas dominan, a nivel micro y macro, las universidades de medio mundo? Si tanto ha sido triturada la economía liberal, ¿por qué ganan premios Nobel, tienen institutos de estudios sufragados por gobiernos enteros, y sus doctrinas ayudan a dirigir la política económica de numerosas sociedades políticas desarrolladas y subdesarrolladas? Algo falla en un materialista cuando confunde la trituración filosófica con publicar un artículo o un libro que solo leen los cuatro que estamos en el gremio y nos damos palmaditas en la espalda por lo bien que ha triturado filosóficamente el presente un compañero. Pues de nada vale publicar algo si solo te leen dos, que ya son de tu mismo rollo, y al resto del mundo le importa un comino. La verdadera trituración de una ideología, sin negar la necesaria crítica filosófica, requiere mucho más, por ejemplo una visibilidad pública y un apoyo social, político y económico que te permita llegar a la mayor cantidad de gente posible con esa trituración. Y desde luego, a su manera, eso lo consigue Alberto Garzón. Que será muy criticable en muchas cosas, pero no es liberal ni en lo micro ni en lo macro (tampoco es un marxista ortodoxo, por cierto). Alberto Garzón pone un texto constitucional de 1978 para trolear a los liberales, y lo consigue. Y si la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero, ¿por qué cuando un «progre», un socialdemócrata, dice una verdad, muchos supuestos materialistas se llevan las manos a la cabeza como si hubiese dicho una estupidez y repiten, como lelos, el mantra «socialfascista», «fundamentalista democrático», «izquierdista», &c.? IH es más antiprogre y antisocialdemócrata que muchos supuestos materialistas (que llorarían porque no desapareciese el Estado de bienestar que han construido esos que tanto odian). Pero no somos sectarios, y además es bueno y deseable aprender del enemigo tanto en táctica como en verdades que pueda decir.

    3) Ya es un mantra eso del «hasta que no se demuestre lo contrario sois izquierda indefinida». Remito al punto 1 de mi contestación. Además de la elaboración de textos varios sobre la definición política que estamos elaborando, hay multitud de artículos que desde hace ya más de dos años nos han ayudado a definirnos. Y si la crítica ad hóminem que nos haces se ha de criticar con otra crítica ad hóminem, hasta que no se demuestre lo contrario, la crítica filosófica del presente a diestro y siniestro no habrá conseguido su objetivo: la trituración de la realidad y su reclasificación crítica, más que a un nivel deslabazado, nihilista y absolutamente marginal, sin repercusión social, que es justamente el pozo en que ahora está sumido el materialismo filosófico, por obra ajena al mismo pero también por cuenta propia de muchos de sus «representantes».

    4) Claro que Izquierda Unida es lo que es. Pero, ¿con qué material de la realidad nos vamos a encontrar siempre? Con material que no nos guste. Todo tipo de proyecto político definido tiene que trabajar con materiales que estima defectuosos, podridos o pobres. El principal material podrido con el que tiene que trabajar un proyecto como el de IH o similares, es el propio pueblo español, el cual tiene los gobiernos, los sindicatos, los partidos, los medios de comunicación, los equipos de fútbol, o los doxógrafos filosóficos, que se merece. Pero si no queremos caer en el nihilismo, condimentado con cierta misantropía, sentimentalismo y orgullo de materialista solitario, esos son los materiales con los que uno tiene que trabajar para transformar una sociedad política, bien sea destruyéndolos, corrigiéndolos o manteniéndolos.

    Si Garzón aquí ha hecho un ejercicio para sacar a flote contradicciones inherentes al pensamiento liberal actual en España (aunque también ha sacado a flote contradicciones de la Constitución española, como su claro origen franquista), pues está bien. Pero condenar lo que ha dicho por estar en Izquierda Unida es lamentable.

    Yo solía hacer este ejercicio para criticar a los progres:

    Si 2+2=4, y esta verdad la dice Aznar, para el progre el 4 será un número fascista, y habrá de decir que el resultado de la suma es otro cualquiera, para que su ideología siga vigente.

    Pues bien, si 2+2=4, y esta verdad la dice un progre, para el materialista vulgar el 4 será un número izquierdista indefinido, socialfascista, progre, fundamentalista democrático, imbécil, debil mental, una respuesta propia de alguien que no se ha enterado que la URSS cayó, y demás frases que alguna vez ha dicho el maestro, pero que muchos de sus doxógrafos repiten fuera de contexto como mantra para tratar de acercarse a él.

    Tan lamentable es lo primero como lo segundo. Pero lo segundo es triste, porque en buena medida es lo que ha provocado una situación de marginalidad académica en el materialismo filosófico que va a costar mucho recuperar.

    Gracias por tus comentarios. Salud.

  • Santiago, o Jakob, o cómo sea:
    Que Garzón trolee a los liberales ni sorprende ni es nada a encomiar.
    A los liberales se les trolea con la minga, y más si te dan coba.
    Esto suena a acentuar la idea «Izquierda» en el dúo «Izquierda Hispánica». Pero es que otras veces acentuáis la otra idea de «Hispanidad»; me parece a mi un fetichismo de las palabras.
    Y más cuando el tipillo este, Garzón (qué despreciables reminiscencias de otro Garzón se me vienen a la mente), pertenece a un partido tan despreciable como Izquierda Unida, izquierda indefinida por antonomasia.
    Termina por parecer pura logomaquia, ¿seréis izquierdistas fundamentalistas? Yo diría que sí, hasta que no se demuestre lo contrario.
    Saludos

  • Hola Alberto, gracias por comentar. Yo ya me leí el artículo de Lino, bastante bueno por cierto. El gran problema que tienen las diversas escuelas económicas es que no tienen en absoluto en cuenta al Estado, si salvamos a los neoclásicos más razonables y a los keynesianos. No en vano, estas son las escuelas económicas mayoritarias. Hay un problema cuando se pretende inferir la macroeconomía de la microeconomía, cuando es en realidad al revés. Y no digo nada cuando, a partir de la teoría de la utilidad marginal, se pretenden implementar políticas económicas como si estas surgieran de conexiones neuronales varias.

    Gracias por seguirnos, amigo. Un saludo.

  • Hola,

    antes de nada mi enhorabuena por la página, hace tiempo que os leo y vuestra aportación me parece cada vez más interesante.

    Sobre lo que aquí se discute, me permito la recomendación de un artículo del Catoblepas que entronca directamente con el tema de debate:

    http://www.nodulo.org/ec/2010/n098p11.htm

    Incluso se ofrece una posible explicación al resurgimiento económico de Japón (y Alemania) tras la Segunda Guerra Mundial teniendo en cuenta en la ecuación el papel de los Estados, en concreto de la política imperial estadounidense, en respuesta a lo que se preguntaba Antonio.

    Saludos,

    Alberto

  • He de decir que suscribo todo lo dicho por Juan.

    Salud.

    Santiago.

  • Respecto a las computadoras, y dejando desde el inicio claro que no existen demandas «naturales», pues el campo económico no es natural, aunque interactúe con lo natural (mediante la explotación de recursos o la venta de mascotas), sino cultural, y la distinción naturaleza-cultura no existe, y en buena medida es por el campo económico, las computadoras, decía, no surgieron por una «demanda de más eficaz procesamiento de la información», sino que el procesamiento de la información fue más eficaz mediante la existencia de computadoras. Lo que Antonio afirma sería como decir «quiero una novia», y la necesidad de tener una novia hace que se tenga una novia. Pues puede ocurrir y puede que no. Pero la demanda de parejas sentimentales, en las sociedades antiguas se cubría de manera diferente, por ejemplo en la Antigua Grecia, a que ahora, con agencias de contactos o toda una plétora de carne seducible y seducida.

    El empresario no es un elemento ciego, a la deriva, pues la empresa es quien le dirige, y muchos llegan a ser directivos de empresas dedicadas a cosas que ni siquiera ellos consumen masivamente. Igual que un piloto no es un elemento a la deriva, pero necesita la nave.

    El ejemplo del cirio como elemento energético de primera necesidad es surrealista, como lo son la mayoría de ejemplos en manuales de microeconomía inicial o intermedia, cuando para justificar la teoría de la utilidad marginal (el cálculo infinitesimal aplicado a la satisfacción, pura frenología aplicada), siempre hablan de medios de consumo «primarios» o «inocentes» (un coche, una camiseta, etc.). Menos mal que existe la Política Económica que pone todas estas teorías microeconómicas delirantes en su sitio (al menos a nivel teórico, no ya en la Academia económica, llena de charlatanes).

    Toda economía es centralizada, toda economía está dirigida. Desde una dirección de pequeña y mediana empresa, a la dirección de la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, por no hablar de la dialéctica entre dirigismo económico y político, militar, religioso, ideológico, académico, que se da por la dialéctica de Estados a nivel internacional. Apelar a descentralizaciones varias, o a no dirigismos en economía, es como apelar al flogisto para explicar el motivo de por qué existe la combustión de los cuerpos.

    La elevación de la prima de riesgo y el hundimiento de la bolsa, aunque esta siga el azar, tiene razones de puro dirigismo pero no solo económico, sino también político (la dialéctica que señalé en mi párrafo anterior): sin el dirigismo depredador alemán no puede entenderse lo que ocurre con las primas de riesgo, con la bolsa y, desde luego, con la situación semicatastrófica de los PIIGS.

    La economía japonesa, tras la Guerra, estuvo dirigida, en buena medida, por los países vencedores de la misma, principalmente Estados Unidos. Si no, la recuperación hubiese sido imposible. Esto explica por qué el Plan Marshall (pura planificación) sacó a media Europa de la miseria tras la Guerra, pero España tuvo que esperar hasta tener a Estados Unidos como soporte para el despegue.

    El problema de muchos teóricos económicos, tanto liberales como marxistas vulgares, es que de tanto separar la Economía de la Política y de otras cuestiones, acaban por tener una concepción totalmente alejada de la realidad.

    Gracias por comentar, Antonio 🙂

  • Antonio, dices que un empresario no es empresario hasta que tiene una empresa y que eso es tautológico, pero no es un aspecto menor, sino que es el aspecto crucial. El emprendedor podrá tener en su cabeza todas las ideas que quiera, pero a la hora de implementar ese proyecto deberá, en principio, cumplir las normas de derecho mercantil, tributario, laboral etc… para poder llegar a ser empresario y que la demanda que pretende cubrir encuentre acomodo dentro de la ley. Digo en principio, porque el emprendedor también puede dedicarse a defraudar a hacienda (como por desgracia hacen muchos en nuestro país) o cubrir la demanda solvente de droga o prostitución, pero se estará arriesgando a ser perseguido por el Estado.

    Las drogas duras, la prostitución o las drogas blandas como el alcohol o el tabaco son buenos ejemplos de intervención pública para limitar o poner cotos a la demanda en pos de un interés que no coincide con el de los consumidores de esos bienes. Cobrando altos impuestos, se recaudan ingresos que sirvan para costear la factura sanitaria que estas personas provocarán.
    Volviendo al tema de los consoladores, si el Estado detecta que su uso hace caer la natalidad, peligrosamente, tendría que prohibirlos o encarecer su coste, influyendo en la demanda y por tanto en lo que hace o deja de hacer el emprendedor.

    Otro factor que no has tenido en cuenta, es el tema de la financiación. Cuando un futuro empresario tiene una idea, las más de las veces necesita financiación de una entidad bancaria, y será este el que decida si la actividad merece la pena o no. Esas decisiones tampoco obedecen siempre a criterios de eficiencia y racionalidad a medio y largo plazo. ¿De verdad crees que el espectacular incremento del sector inmobiliario en España en detrimento de las inversiones en otros sectores, obedecía a la existencia de una demanda solvente de casas? ¿Por qué la banca y una parte muy importante de los emprendedores han puesto todos los huevos de la cesta en este negocio? Lo que tenemos en julio de 2012 son un montón de bancos arruinados –salvados por el Estado por cierto- un vivienda carísima –inaccesible para millones de personas por mucho que quieran- ; millones de pisos vacíos y casi 6000000 millones de parados. Por tanto esos miles de empresarios compitiendo libremente, muy buenas decisiones no es que hayan tomado. ¿O ahora me dirás que ha sido culpa del Estado por intervenir demasiado?

    Por otro lado, dices que la intervención pública para suministrar bienes es siempre más ineficiente. Depende. En España el Estado proporciona a través de un servicio semi-centralizado (lo de semi-centralizado lo digo por el papel de la autonomías) que llega a todo el mundo de manera casi universal, hace frente a las enfermedades más graves. No quiero decir, que el sistema no sea mejorable porque lo es.

    Estados Unidos tiene un sistema privado, con compañías aseguradoras que compiten por sus clientes y toman millones de decisiones “libremente”. Pues bien, Estados Unidos dedica una parte bastante más grande de su PIB al gasto sanitario que España, y existen 40 o 50 millones de personas que no tienen seguro médico. Por cierto, esos millones de personas van a tener un “segurillo” porque el gobierno va a obligar a las aseguradoras a que les presten una cobertura mínima. Además otros tantos millones de norteamericanos tienen seguro, pero ese tampoco les cubre completamente en caso de enfermedades muy graves como cáncer; así que si tienen la desgracia de caer enfermos tendrá que endeudarse si quieren disponer de alguna posibilidad de supervivencia.

    En España con un sistema público semi-centralizado gastamos menos y llegamos a más enfermos /consumidores que en Estados Unidos con su sistema privado de emprendedores de la salud.

    Respecto al consumo en la Unión Soviética. En muchas ocasiones había escasez de ciertos productos básicos, no porque no se fabricaran en cantidades suficientes. Eso es un mito de la propaganda anticomunista, sino porque los bienes eran demasiados baratos por un exceso de subvención. Precisamente, eso hacía que los ciudadanos más ricos, con mayor demanda solvente, con mayor poder de compra (eso concepto que se el criticaba a Esquinas en otra entrada) pudieran adquirirlos en grandes cantidades creando desabasteciendo en el mercado y haciendo aflorar el mercado negro.

    Por otro lado, los ciudadanos soviéticos con más altas rentas pertenecientes a la aristocracia obrera, a la intelligentsia técnica o intelectual, a la dirigencia política, tenía accesos a una cantidad de bienes de consumo en nada despreciable. Había pues un consumo diferenciado por rentas y por posición social. ¿No es por cierto eso, lo que defienden los liberales?

    Un saludo,

  • Un empresario no es empresario hasta que tiene una empresa, esto es tautológico, de acuerdo, pero de ahí a saltar que es la empresa la que conforma al sujeto (empresario) pues no lo veo claro. A mi modo de ver, efectivamente el «emprendedor», aquel que todavía no es empresario, realiza un estudio de mercado pertinente antes de embarcarse en una empresa, pero con la idea de que existe cierta demanda no cubierta de la que espera aprovecharse. Esto no es ajeno a su voluntad y pienso que es determinante a la hora de generar riqueza, la generará si su decisión es acertada y ha sabido «entender» al mercado. Es cierto que esto no es así en todos los casos, por ejemplo el «hula-hoop» creó una demanda de manera «artificial» por así decirlo pero en otros casos, como las computadoras, si cubrieron una demanda latente, un procesamiento eficaz de la información, que no estaba cubierta ni de lejos por los productos disponibles.

    La sensación que me da es que me parece que se resta importancia al papel del empresario, que en el fondo es un analista, y lo veis como un elemento ciego, a la deriva ante unas fuerzas que no puede comprender ni explotar, cosa que sin embargo parecéis arrogar al estado la capacidad de poder hacerlo sin problemas.

    Admitimos que el cirio es importante en una sociedad cristiana, entonces todo solucionado, basta buscar los bienes que sean importantes en determinada sociedad y producirlos, ¿pero qué pasa si de repente el cirio se transforma en un bien de primera necesidad porque hay un colapso energético? Los dirigistas no habían previsto esta situación porque para ellos el cirio era algo innecesario, no tenía una «función social objetiva» y prohibieron su fabricación, sin embargo en un mercado pletórico probablemente seguiría habiendo cirios de alguna manera.

    No discuto el papel del estado en la economía, que lo tiene y evidemente influye en ella, lo que afirmo es que la «descentralización» económica parece producir más «riqueza» que la «centralización» o el «dirigismo». Un comité de economistas trabajando a sueldo del estado siempre va a perder la partida organizando la producción frente a miles de emprendedores y empresarios trabajando por su propio sueldo. Esto se vio en las economias planificadas soviéticas donde la escasez de bienes de consumo estaban a la orden del día y los planes quinquenales se modificaban continuamente, surgiendo un mercado negro de dimensiones gigantescas para satisfacer esa «demanda» que según ustedes no existe ni surge sino que de alguna manera parece que se impone por algún lado. Es el viejo debate de la distorsión de la información económica y la adaptación al mercado.

    Sobre lo que comentas de que «la economía está siempre totalmente dirigida desde instituciones privadas y públicas» entonces ¿por qué a pesar de los esfuerzos públicos y privados la prima de riesgo sigue subiendo y la bolsa se hunde? Si todo estuviera «totalmente» controlado como dices no podrían existir crisis. El mercado no es en el fondo más que millones de decisiones que forman un espacio complejo, de tendencia caótica y de muy dificil predicción. En un sistema así, miles de empresas se adaptarán al medio, cubrirán huecos de demanda y otras sucumbirán ante el ritmo que les dicta el sistema.

    ¿Por qué algunas sociedades «míseras» como por ejemplo el Japón de la posguerra han logrado salir de la miseria y otras no? ¿Hay algún país que haya escapado de la miseria aplicando economías centralizadas?

  • Un empresario no es empresario hasta que no tiene una empresa. Si produce riqueza o no depende de muchos factores (competencia con otros empresarios, capacidad de adaptación a las condiciones técnicas y tecnológicas de la producción, capacidad de crear demanda, cumplimiento de la ley, la misma estabilidad mental del empresario, &c.). Luego no es el sujeto el que «crea» la institución, sino la institución la que conforma al sujeto. Es la empresa la que conforma al empresario y no al revés. Otra cosa son las ganas y la ocurrencia de un sujeto por querer ser empresario, puede conseguirlo o no, pero si no tiene una empresa no es empresario. Entonces la creación de riqueza la producirán las empresas, sí, comandadas por empresarios, pero son condiciones mayormente ajenas a su voluntad las que determinarán si creará riqueza o no.

    En cuanto al tema de los consoladores, ahí se ve en el comentario de Antonio las conexiones en el campo económico de las relaciones de producción (las relaciones entre el fabricante de consoladores de latex con los laboratorios productores de latex, a su vez con las empresas dedicadas a la pornografía y los sex-shop, a su vez las relaciones con los un montón de sectores económicos diversos). Ahora bien, la demanda de consoladores no surge por una demanda de consoladores, al igual que la demanda de cirios en el siglo XVIII no surge por una demanda de cirios. O se tiene en cuenta que el cirio es una institución, un bien, que cumple una función social en un marco determinado (las iglesias cristianas, su encendido durante la vigilia, por ejemplo), o no se va a entender bien qué es una mercancía. Todo bien tiene una función social, objetiva, y no surge «por necesidad». Sino que se fabrica en un proceso de conformación social con otras instituciones económicas o no. Pero un cirio pascual no es fabricable, ni puede serlo, en una sociedad política no cristiana. Igualmente, un consolador es impensable en una sociedad en la que las necesidades de afecto sexual no vayan parejas a una profundización en comportamientos individualistas de ocio, unido al cada vez mayor fracaso de la vida en pareja.

    En definitiva, la demanda no crea la oferta, sino al revés. La demanda es oferta encubierta, como diría nuestra compañera Bettina. Y la oferta de bienes se determina históricamente por cuestiones que rebasan el campo económico, y es en última instancia el Estado el que tiene la última palabra sobre si algo se ofrece al mercado o no, y es quién tomará medidas para determinar qué va a demandar la sociedad a nivel económico y qué no. Pero a nivel económico la gente puede demandar garbanzos para comer, y sin embargo no tenerlos a precios baratos porque el Estado se dedica a priorizar otras cuestiones económicas (la estabilidad y recurrencia de los Bancos, de los cuales somos cada vez más dependientes). Pero claro, las demandas económicas de ese calado solo tienen soluciones políticas.

    Sobre la reflexión final de Antonio: » ¿qué es más racional? ¿Dirigir la economía en función de un “interes general”, “niveles de riqueza aceptables” y demás conceptos que pueden llegar a ser conceptos muy oscuros, o dejar que el mercado, en el fondo individuos y empresas en “libre” asociación fabriquen bienes para satisfacer una oferta y demanda de por sí compleja?».

    La realidad es que ocurren ambas cosas, con diversos grados de intensidad. Pero toda sociedad es de mercado y permite la producción libre de cosas, y al mismo tiempo la economía está siempre totalmente dirigida desde instituciones privadas y públicas. La frontera entre «capitalismo» y «socialismo» está totalmente rota. Y las sociedades míseras, pobres, son aquellas que no tienen capacidad para producir riqueza ni tienen mercado, pero al mismo tiempo son incapaces de dirigir su economía nacional hacia el bienestar de sus ciudadanos ni hacia el interés general.

    Salud y gracias por escribir.

  • «Ni a mí ni a nadie de IH ni a mucha otra gente le interesa disfrutar de un mercado pletórico de consoladores de goma.»

    Suposición gratuita. Puede interesarle a los que fabrican plásticos, a sus asalariados, a los dueños de «Sex-Shops», a las viudas, a algún miembro de IH, etc.

    «Lo mismo a tí sí, vete a saber. Gustavo Bueno, como el propio Marx, hablan de el mercado pletórico (GB) o de la “plétora de capital” (Marx) que se gasta en gustos refinados y anormales -como la nouvelle cousine o cualquier chorrada nueva inventada- no con aprovación sino como un hecho producto del capitalismo.»

    ¿Y cómo definimos un gusto «normal», es decir «objetivo», me parece entender, si por definición estaremos de acuerdo de que no hay nada más subjetivo que el «gusto»? Los rosarios y las pelucas estaban a la orden del día en el siglo XVIII, ahora no, puede ser que los ordenadores queden obsoletos en el siglo XXIII ¿Quién sabe? ¿Quién decide fabricar tal o cual cosa? En realidad no lo decide nadie, los fabricantes de consoladores seguirán fabricando consoladores si hay demanda de ellos, por mucho que el estado se niegue.

    «El “si queremos” condicional es la clave. No queremos gozar de un mercado pletórico sino de una Economía nacional que produzca de un modo racional determinado, a sdaber, aquel que no prima el gusto subjetivo de sujetos individuales sino el interés colectivo nacional inserto en un contexto internacional concreto: la plataforma hispánica.»

    ¿Cómo decides qué producción es racional y cuál no lo es? Podría ser perfectamente racional fabricar tan sólo colchas y trigo, con eso basta para funcionar ¿Y dónde está esa «plataforma hispánica»? ¿Y por qué das por sentado que sus intereses son comunes y no entran en conflicto entre ellos? No creo que «el gusto subjetivo» de ningún individuo esté primando sobre nada, es decir, el qué fabrica consoladores no impide que se fabriquen otros bienes de «primera necesidad» ¿por qué asumes que entran en conflicto? Hasta dónde yo veo están en áreas económicas separadas.

    «Nos interesa por supuesto, la riqueza, pero no cualquier forma de riqueza, y por tanto, estamos a favor de limitar la “plétora” mercantil.»

    ¿Y cuál es el nivel de riqueza aceptable? ¿Quién lo establece y por qué? Para un esclavo romano vivir como un mileurista podría parecerle un nivel de riqueza inaceptable.

    «Satisface las necesidades solventes, es decir, las necesidades de aquellos que tienen en su bolsillo dinero para comprarlas.»

    Hombre por supuesto, nadie va a dedicar su tiempo a fabricar consoladores por el bien general de la humanidad, si los fabrica es para satisfacer las necesidades de los que deciden que son una prioridad en su vida frente a otros bienes. El panadero no se levanta para dar de comer a otros sino para comer él, como decía Adam Smith.

    «Por más mercado pletórico que exista en España, gran cantidad de parados y empobrecidos no pueden acceder a él.»

    No es cierto, el mercado también puede colmar las necesidades de los pobres con productos baratos, de baja calidad, etc. Que no puedan acceder a estratos superiores de ese mercado no es culpa del «mercado pletórico» en sí, de hecho esa misma gente posee trabajo porque existe el «mercado pletórico», si derrumbas el mercado pletórico aumentas el número de parados, al menos en principio.

    «Tercero, no son los capitalistas los que producen la riqueza. Es la empresa como institución. Esto ya lo hemos discutido varias veces en esta página de IH. Es la empresa, es decir, es la unión del capital y el trabajo -basta con leer El Capital- lo que produce la riqueza.»

    ¿Y quién pone la riqueza para crear la empresa? ¿La empresa misma? El capitalista produce la empresa (invirtiendo riqueza), la empresa produce riqueza, ergo de manera transitiva el capitalista produce riqueza.

    Dejo esto con una reflexión ¿qué es más racional? ¿Dirigir la economía en función de un «interes general», «niveles de riqueza aceptables» y demás conceptos que pueden llegar a ser conceptos muy oscuros, o dejar que el mercado, en el fondo individuos y empresas en «libre» asociación fabriquen bienes para satisfacer una oferta y demanda de por sí compleja?

  • Querido /a cara oculta de la química:

    La minoría insolvente de las que hablas está constituida por un 20-25% de la población que es pobre (entre 8 y 10 millones de personas.

    A eso hay que sumar otros cuantos millones más de parados, cuya situación va degradándose rápidamente, y que viven gracias a los subsidios y a las ayudas familiares. Este colectivo muy solvente, tampoco es que sea.

    Por otro lado tenemos a un 40- 50 % de la población total, que tienen trabajo y que para poder acceder al paraíso del mercado pletórico comprándose por ejemplo una vivienda -bien básico imprescindible- tienen que dedicar obligatoriamente buena parte de sus ingresos a pagar altas rentas, o venderle “libremente” su alma al banco por 40 o 50 años, arriesgándose a sufrir los efectos de la «justa» Ley hipotecaria española, en caso de perder otra vez “libremente” su trabajo y no poder pagar.

    Ese acceso al mercado pletórico ha tenido mucho de ficticio, porque se ha basado en un alto endeudamiento.

    Por tanto, si tenemos en cuanta todo esto, la supuesta falacia de Esquinas no es tal frente al falaz argumento de cara oculta de la química.

  • cara oculta de la química

    Bueno vale. Restemos del “todo”, por un lado, y concediendo mucho, a la (supuesta) minoría revolucionaria (“solvente” eso sí) que está dispuesta a limitar (“a priori”) el consumo de la “masa salarial”, y por otro lado, a la minoría, en este caso “insolvente”, que tiene que acudir para nutrirse a los comedores sociales porque está privada de religación con el “Dios de las mercancías” (el dinero, en expresión de Marx) ¿Qué nos queda? Nos queda “la mayoría”; una “mayoría” satisfecha con su “calidad de vida” o “estado de bienestar”. Con la resta desaparece, pues, la falacia fundamental en la que Esquinas dice que he incurrido. De las otras no diré nada porque no las veo por ningún lado.

    Lo que sí es una falacia, no ya formal, sino material, es el argumento idealista (falacia constitucionalista o “circularista”, si lo prefieren) mediante el que Garzón y otros (Anguita: “el matrimonio entre Democracia y Capitalismo no ha existido nunca”; también Fernández Liria y Alegre Zahonero, por ejemlpo) exponen su teoría sobre la divergencia estructural flotante entre la Democracia y el Capitalismo.

    Efectivamente, si interpretamos esta estrategia argumentativa tramposa de Garzón como un «acto-Gordillo» dado a otra escala («académica», por ejemplo), podemos decir que, en cierto sentido, Garzón les «ha robado la cartera a esos bobos liberales»

    Pero ¿y si Garzón se cree (emic) en posesión de la verdad?

  • Eso de que a todos nos interesa disfrutar satisfechos del «inmenso arsenal de mercancías» es una falacia consumista. Ni a mí ni a nadie de IH ni a mucha otra gente le interesa disfrutar de un mercado pletórico de consoladores de goma. Lo mismo a tí sí, vete a saber. Gustavo Bueno, como el propio Marx, hablan de el mercado pletórico (GB) o de la «plétora de capital» (Marx) que se gasta en gustos refinados y anormales -como la nouvelle cousine o cualquier chorrada nueva inventada- no con aprovación sino como un hecho producto del capitalismo. El «si queremos» condicional es la clave. No queremos gozar de un mercado pletórico sino de una Economía nacional que produzca de un modo racional determinado, a sdaber, aquel que no prima el gusto subjetivo de sujetos individuales sino el interés colectivo nacional inserto en un contexto internacional concreto: la plataforma hispánica.

    Por consiguiente, los errores que entraña el razonamiento de «la cara oculta de la química» son varios. El primero, el ya señalado: suponer que a todos nos interesa el mercado pletórico de mercancias. Nos interesa por supuesto, la riqueza, pero no cualquier forma de riqueza, y por tanto, estamos a favor de limitar la «plétora» mercantil. Segundo, que aún existiendo ese «inmenso arsenal de mercancías» este satisface las necesidades de la gente. Error. Satisface las necesidades solventes, es decir, las necesidades de aquellos que tienen en su bolsillo dinero para comprarlas. Por más mercado pletórico que exista en España, gran cantidad de parados y empobrecidos no pueden acceder a él. Un millonario demanda tanto como un millón de individuos que cuenten con un euro. Al mercado le da igual. Tercero, no son los capitalistas los que producen la riqueza. Es la empresa como institución. Esto ya lo hemos discutido varias veces en esta página de IH. Es la empresa, es decir, es la unión del capital y el trabajo -basta con leer El Capital- lo que produce la riqueza. Ni el propio Garzón lo niega. Una cosa es el valor -producto del trabajo socialmente necesario- y otra es la riqueza. En esta última, Garzón, todo marxista y nosotros, defendemos lo racional, a saber que se produce de la unión del capital y el trabajo en el seno de una institución concreta: la empresa.

    Salud

  • cara oculta de la química

    Y añadiría una cosita más. Albero Garzón debiera saber (aunque sólo sea de oidas) que cualquiera que sean las formas de la riqueza, en el capitalismo todas ellas se reducen a una forma elemental cuya recurrencia institucional nos interesa a todos, a saber: la mercancía.

    Por tanto, los capitalistas (ya sean de aquí o ya provengan de otros Estados) que hacen posible que podamos disfrutar satisfechos de lo que a todos nos interesa, esto es, que podamos disfrutar satisfechos de un «inmenso arsenal de mercancías», sirven al interés general tanto como pueda hacerlo el Estado a través de su participación en economía como empresa pública.

  • cara oculta de la química

    Pues hombre, tampoco tiene nada de particular. El articulito de marras también ofrece cobertura jurídica constitucional a la obligación de trabajar «a punta de metralleta» que la izquierda socialdemócrata de este país impuso a unos trabajadores (los controladores aéreos) que estaban viendo pisoteados sistemáticamente todos sus derechos laborales.

    ¿Estuvo de acuerdo Alberto Garzón con esta medida del gobierno al que apoyaba su grupo parlamentario? (lo pregunto porque no lo sé, sinceramente)

    ¿No hay ningún artículo de la constitución que obligue a IU a pagar los 2,5 millones de euros que debe a Hacienda y a la Seguridad Social?

    La broma esta de la Constitución como programa me parece a mí que está yendo demasiado lejos.

  • Este Artículo de la Constitución hay que leerlo después del Artículo 33, y adquiere un carácter puramente técnico-burocrático ó pragmático, que se aplica diariamente en España (AVEs, autovías, travases…) a través de la Ley de Expropiación Forzosa, que por cierto es de 1954.

  • No sé Brurbgos, se trata de que Garzón -independientemente de otros aspectos de sus ideas económicas o políticas- como bien dice el compañero Esquinas, ha troleado literalmente a los liberales, esa casta repugnante ideológica que se quiere presentar como alternativa a la socialdemocracia española y son más peligrosos, si cabe, para la unidad de España y para el bienestar de la población que ellos. El liberalismo es un cáncer para España, no verlo es no ver que el nuevo liberalismo español tiene mucha fuerza política en la actualidad.

    ¿O es que solo tenemos que hacer caso de los análisis de gente como Roberto Centeno, el cual ya pide abiertamente que Alemania nos «salve»?

    Salud.

    Santiago.

  • Y ciertamente, como afirma Fire en la constitución hay un poco de todo. La verdad, que dado el formalismo típico de los textos constitucionales este potaje ecléctico no tendría que haber sido un problema si en su desarrollo material concreto no se hubiera ahondado en algunos puntos y concretado de una determinada forma. Por ejemplo, al final todo lo que pudiera tener de socialista o falangista -anti-liberal- quedó relegado por la introducción masiva del liberalismo en los gobiernos de Felipito y de Aznarín.

    Además, al no definirse claramente las competencias cada región ha ido ahondando la separación con el resto en un pernicioso «y yo también» o «y yo más que el vecino», en la lucha por la parcela autonómica. Esto lo posibilitaba la Constitución pero no creo que se desprenda «deterministicamente» del texto sino que ha sido el propio contexto histórico español el que desarrolló y concretó algo que, ciertamente, la Constitución posibilitaba. Con otro tipo de políticos la cosa no hubiera ido a más y hubiéramos tenido una descentralización moderada como tienen muchos otros países que cuentan con una estructura parcialmente descentralizada sin que la unidad y la existencia nacional se vea amenazada por ello.

    Salud

  • Tiene mucho interés, porque Alberto Garzón ha defendido simple y llanamente no ya la Constitución del 78 -que en si no merece muchos halagos- sino la doctrina católica tradicional del Bien Común. Doctrina sin duda metafísica, pero mirada en su contexto histórico mucho menos que la doctrina pijoflauta de los liberales.

    En cuanto a Alberto Garzón, miembros de IH lo conocemos desde su época de estudiante en Málaga y sus análisis económicos son siempre interesantes aunque recaigan a menudo en el eclecticismo con tal de ser pedagógicos. Ya quisiera la mayoría de militantes de IU tener su nivel. Nuestras simpatías están con Alberto Garzón sin que ello nos comprometa a nada más.

    Salud.

  • Muy bueno lo de Garzón, pero es que (siguiendo con su sentido del humor) en la Constitución hay un poco de comunista, rojo y fascista (yo añadiría también separatista). Allí todos se pusieron de acuerdo (hablando se entiende la gente) y lo mezclaron todo casi sin orden ni concierto. Pero vamos, este artículo es de perogrullo:)

    Por cierto, muy buen blog. Los 3 artículos que llevo leídos son muy buenos.

  • No sé qué interés puede tener esto.
    ¿Alguna toma de partido por el joven Garzón?

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