Es grata siempre la discusión con todos aquellos que trabajan por una Hispanidad unida. Este es el caso de José Ramón Bravo, quien nos ha tenido en consideración y nos ha realizado algunas críticas -constructivas- respecto a la inclusión de Brasil y Portugal.
Este es uno de los temas a debatir en profundidad y acaso la clave para su solución esté e escapar de falsas disyuntivas para establecer un enfoque dialéctico que pueda dar cuenta tanto de las diferencias históricas, culturales, institucionales, etc., que suponen Brasil y Portugal respecto al conjunto de la Hispanidad como los contactos. Esta problemática no sólo se plantea respecto a Brasil o Portugal, sino a otras regiones o países como el Sahara Occidental. Porque está claro que el Sáhara Occidental mantiene con la Hispanidad unos vínculos muy diferentes al resto de países islámicos y también es cierto, que la inclusión de un país con cultura y tradiciones islámicas en la Hispanidad supone un problema a resolver. Ocurre lo mismo con los EE.UU. ¿Es un pais hispano o anglosajón? Las disyuntivas formales de tipo «o sí o no» deben ser superadas por una dialéctica procesal que de cuenta tanto de la esencia de la hispanidad -no en sentido metafísico, sino histórico- y del papel de estas regiones o zonas confusas.
Nuestra propuesta, en unión con la teoría de las plataformas, es que hay un núcleo generador de la Hispanidad, que es España o más en concreto, la Monarquía Hispánica en tanto ella es la conformación de un proyecto de unidad encarado por los reinos cristianos frente al al-Andalus musulmán, proyecto que luego continuó pero transformándose considerablemente en el proyecto de incorporación del Nuevo Mundo a la cultura hispánica. Así tenemos este núcleo generador, que es España. Pero este núcleo no es el cuerpo actual de la hispanidad. El cuerpo actual de la Hispanidad lo constituyen las Naciones hispanas, que hablan mayoritariamente español, y son herederas directas de la América española. Este es el cuerpo de la Hispanidad y su fundamento más importante. Luego tenemos regiones periféricas, como el Sahara Occidental, Guinea Ecuatorial, los EE.UU, Filipinas, etc., que aunque no formen parte del cuerpo de la Hispanidad, del bloque hispano fuerte, es una zona donde la Hispanidad ha ejercido y puede ejercer su hegemonia -en un sentido gramsciano-. Aquí entraría Brasil y Portugal también.
Volvamos al ejemplo del Sáhara occidental, que si lo utilizo es por su problemática intrínseca al tratarse de un país o región musulmanas. El Sáhara Occidental ha sido un aliado de España frente a su enemigo tradicional, Marruecos. Ha tenido vínculos históricos concretos y bien reales con España. Ha sido una provincia española cuyos habitantes todavía hoy guardan sus carnet de identidad españoles. Un día, España dejó el Sáhara Occidental, abandonó a gente que era española y las dejó en manos de Marruecos -y de Francia, como aliado tradicional de Marruecos-. España en concreto y la Hispanidad en general tienen una obligación histórica de ayuda y apoyo a la causa del Sáhara Occidental, apoyando la causa de un socialismo musulman moderado distinto y opuesto a Marruecos o al fundamentalismo islámico. Puede ser que el Sáhara Occidental nunca esté dentro ni pueda estarlo de un Estado unitario hispanico pero desde luego es un país o región que la Hispanidad debe ayudar, ejercer su hegemonia y apoyar en la causa común contra los mismos enemigos.
El caso de Brasil y Portugal es parecido, con la salvedad de que su cultura es más cercana y no sólo por tratarse de países culturalmente católicos sino por los contactos continuos entre ambas zonas, tanto de Brasil con su entorno hispano como de Portugal con España.
Así pues, podemos ver que en la Hispanidad no todo país o región es «lo mismo» sino que cada zona representa distinto papel en ella. Su núcleo y cuerpo es la antigua Monarquía Hispánica y sus herederos. Esto teniendo en cuenta que cuando decimos que España es el núcleo generador, estamos hablando en el sentido histórico sin suponer ningún tipo de superioridad por el hecho de haber sido los generadores históricos.
Así pues, reconozcamos los problemas pero también que la Hispanidad se da en «grados» y que hay zonas constitutivamente hispanas, que conforman la base y el cuerpo de la Plataforma hispana y luego hay zonas periféricas donde la Hispanidad debe luchar por establecer su hegemonia por motivos históricos y culturales. Para un hispano está claro que la cuerte de Timor Oriental no es la misma que la suerte del Sultanato de Brunei.
La interesante cuestión de un Estado nacional requiere otra discusión aparte en la que manejar una filosofía o teoría del Estado que sea a la vez realista -reconozca la pluralidad existente- y realizable -se pueda llevar a cabo-. Pero estos asuntos se salen ya del propósito de estas líneas.
Agradecemos una vez más a José Ramón su interés y sus comentarios.
E novamente os Espanhóis vêm atacar a cultura lusa -- a querer transformar portugueses e brasileiros em «seus filhos históricos», quando na verdade tal vínculo não existe.
É uma vergonha! Uma afronta a nossa identidade linguística e cultural.
Como brasileiro e luso sinto-me profundamente insultado (o que faz com que comece a alimentar antipatia e rejeição a tudo relacionado à Espanha).
Desistam, no Brasil, em Portugal, em Angola, Moçambique, etc, ninguém quer fazer parte desse clube hispano -- temos muito orgulho do que somos, assim como temos também orgulho de nossa história, que não tem nada a ver com a história da Espanha.
Desculpem se fui muito enfático, mas esse texto me irritou terrivelmente.
Passar bem.
Típico artigo feito por espanhol tonto! Buáááfff…
Desafortunadamente el devenir histórico le da la razón a Álvarez. El proyecto original denominaba España a la unión de todos los pueblos de la peniínsula (incluida a Portugal). La España que se tenia en mente en aquella época, solo existió verdaderamente apenas sesenta años, desde 1580 a 1640. Esa hispanidad pluricultural tenía tres focos importantes: el Castellano y su expansión por América y Filipinas, el Portugués también por América y Asia y el Aragonés por el mediterraneo. Por desgracia una desafortunada política de imposición de impuestos (algo semejante a lo que ocurre hoy en dia) ademas de otras cosas, desembocó en una guerra de la independencia de Portugal y Cataluña. Portugal se fué para siempre y Cataluña no consiguió sus objetivos aunque mantuvo su autogobierno.Desde entonces el término España no incluye a Portugal. ¿Que habria sucedido si aquella maravillosa realidad se hubiera perpetuado hasta nuestros dias? Pues a mi modo de ver y dejando disputas políticas a un lado, la Hispanidad en su dimensión universal, la formarían tres grandes culturas: la Castellana, la Portuguesa y la Catalana. Semejante gigante político-cultural, haria que el tan trido y llevado multilinguismo, fuera en general en esas lenguas y todos podríamos desenvolvernos mucho mejor en la actual aldea global. A nivel nacional, tendríamos mucho mas asentado la realidad multicultural española. Por eso califiqué al principio de desafortunado el devenir histórico. Portugal y el resto de la península han vivido mucho tiempo de espaldas, así como su espejo(hispanoamérica y Brasil). El cada vez mas centralizado reino de España, miraba casi exclusivamente a América y descuidó la política mediterranea del reino de Aragón y Cataluña. Ademas se arrinconó la lengua catalana y la posibilidad de que en la península hubiera una tercera gran lengua internacional.
Solo soy una persona normal con mis fallos y limitaciones pero en general, creo conocer de donde venimos y a donde vá esta ilusionante idea de la hispanidad. Pero si intentamos incluir culturas ibéricas diferentes al castellano (como en la idea original), no caigamos en los errores del pasado y hagamoslo desde el respeto mutuo. Quizá para empezar seria mas apropiado hablar de IBERISMO.
Un saludo
Todo lo relativo al encaje de los territorios de lengua portuguesa dentro de la hispanidad me parece de gran importancia, pero, en principio, no estoy de acuerdo con la forma en que se aborda en este artículo, que me parece que infravalora la lusofonía, formada por aproximadamente 230 millones de personas (y un país tan potente como Brasil).
En primer lugar habría que definir qué es “lo hispánico”, y aquí creo que caben dos posibilidades:
-Lo relativo a España (y por extensión su lengua y cultura, incluyendo entonces a todos los hablantes de español, pero no a los de portugués).
-Lo relativo a la antigua Hispania y los pueblos que de ella surgieron, conformándose en unidad frente al Islam.
Esta segunda acepción creo que es la que acertadamente ha venido utilizando IH. Pero entonces hay que tener en cuenta que de esa antigua Hispania surgen tempranamente dos Estados diferenciados: España y Portugal, y dos imperios universales, por lo que no cabe decir que el núcleo generador de la Hispanidad sea España, sino que habría dos núcleos generadores: España y Portugal y en ningún caso podría considerarse a Portugal o Brasil como una región periférica de la Hispanidad, sino que deberían ser tratadas de igual a igual en relación a los países de lengua española.
Y todo esto a no ser que se quiera entender la Hispanidad desde la primera acepción de “hispánico”, pero entonces me parece irreal considerar a la Hispanidad (restringida a los que hablan español) como el núcleo fuerte capaz de ejercer una hegemonía sobre una lusofonía, que repito, me parece que se infravalora en el artículo, formada por 230 millones de personas bastante más unidas social y económicamente, por cierto, aun siendo casi el doble el número de hablantes de español.
En definitiva, lo expuesto sí me parece apropiado para el Sahara, Guinea, etc, pero no me parece para nada aplicable a la lusofonía, y en cualquier caso habría que definir cuál es la acepción defendida por IH.
Un saludo.