Escandaliza la legalidad, no la corrupción

Pues sí, me escandaliza el sistema, su legalidad, y no la corrupción que en él encuentro. Decir esto, en vistas a los casos de corrupción que acaban de salir a la luz parece escandaloso. ¿Cómo no se escandaliza usted por dichos casos? Pues no me escandalizo, porque desde que tengo uso de razón he visto casos como estos y más graves de corrupción a uno y otro partido político. Como si estuviera inmunizado, he dejado ya de escandalizarme y romperme la camisa cada vez que sale un caso de corrupción. Lo que me escandaliza no es lo que se hace al margen del sistema actual, sino lo que se hace legalmente dentro del propio sistema partitocrático, capitalista y anti-hispano que padecemos.

Los parados están legalmente en paro y han sido, en su mayoría, despedidos legalmente. Las hipotecas basura han sido permitidas legalmente. El sistema educativo que condena a la mediocridad o la marginación a los alumnos funciona legalmente. El micro-sueldo mínimo es un techado de legalidad así como las exenciones de impuestos para capitales aunque estos no hayan revertido en España en su mayoría. La amnistía fiscal ha sido legal, así como los indultos a Kamikaces. Mis compatriotas pueden votar a políticos públicamente nefastos con las mayores garantías legales. Ni que decir tiene del separatismo, que puede exterminar el uso del idioma común en las regiones donde tiene su feudo con el beneplácito de la legalidad. Es legalmente como el Banco se queda con tu casa y es legalmente como van a cobrarte por la sanidad y tu educación. Legalmente se privatizó empresas que eran de todos los españoles y legalmente se nacionalizan las pérdidas de algunos españoles.

En definitiva, no me preocupa tanto la corrupción como lo que ella implica dentro de nuestro actual Régimen político. Los políticos cuentan con una legalidad hecha a su medida, una legislación en la que la explotación ha sido convenientemente disfratada con jerga leguleya y donde la fragmentación y atomización de España se está haciendo con escrupulosidad legal y pulcritud jurídica casi perfecta. Si habiendo conformado el país a su gusto, las élites de esos partidos del Régimen han necesitado robar, a uno no le queda más que pensar que no hay más salida que la de cambiar de Régimen. No caben reformas. Querer reformar el Régimen del 78 es tanto como pedir a un secuestrador que en vez de cuatro deos nos corte tres. Un vano consuelo.

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