Eurofemismos

Abrazo "hipócrita"

Toda acción o decisión política envuelve ideologías de distinto calado. Los eufemismos utilizados en torno a las decisiones que se están tomando estos días, como las de la última Cumbre Europea, ocultan artimañas depredadoras por parte de Alemania.

Son cuestiones que los españoles deberíamos plantearnos ante todo, y sobre todo, porque estas decisiones políticas nos afectan directamente en nuestro día a día como trabajador, parado, jubilado, contribuyente, etc. No olvidemos que nuestras relaciones sociales y económicas están mediadas, por la involucración de terceros países, como Alemania y Francia, y cada vez más en su propio beneficio. Su estado de bienestar ha sido, y es, el estado de malestar del resto de países de la UE, en mayor o menor grado.

Serán decisiones más o menos acertadas para Alemania desde un punto de vista de política a largo plazo, pero de lo no cabe duda es que detrás de engañadoras decisiones existe una prioridad claramente orientada a mantener la doctrina franco-alemana (la Europa franco –alemana) y lo que eso conlleva.

La connivencia acrítica ante estos “eurofemismos” no hace sino perpetuar el estado actual de la realidad social, económica y política española (paro crónico, endeudamiento, pobreza, desindutrialización, falta de soberanía nacional, fragmentación nacional, problemas con la sanidad y la educación pública, etc.), así como posibilitar una ideología germanófila y francófila que impregna a los políticos y a buena parte de los españoles y que, en definitiva, no benefician en absoluto a España.

Simplemente, quiero avisar a todo aquel que, en un día cualquiera, compra su periódico, pone la televisión o la radio y se encuentre con algunas de las siguientes “frases hechas” (pueden ser otras parecidas), recuerde que su posible situación de trabajador precario, parado, estudiante con posibilidad de trabajar o sus cada vez más escasos beneficios sociales en educación, sanidad y otros, están muy vinculados con dichos mensajes “supuestamente positivos” y como si fueran «la solución a la crisis»:

1. Seriedad presupuestaria (austeridad)

2. Mayor cesión de competencias a la UE

3. Salvación del euro

4. Solidaridad alemana a cambio de responsabilidad nacional

5. Etc.

Y se me olvidaba: atención también al lenguaje no verbal en reuniones, entrevistas y cumbres de todo pelaje. Un claro ejemplo son las sonrisas, los guiños y abrazos que suelen mostrar los presidentes y primeros ministros, mezclando diplomacia y representación teatral, de los países lacayos y no tan lacayos.

Y para terminar, ahí está el último espectáculo bochornoso de «nuestro líder” Rajoy con Merkel, que podríamos perfectamente titular “La gran dulzura de obedecer”.

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