Fernando Díaz Villanueva y Pablo Iglesias Turrión

En el submundo de las cadenas televisivas por TDT, cada vez más numerosas (previa regulación política) y con cada vez más televidentes (es lo que tiene el mercado pletórico audiovisual, extensible a Internet y diversos canales de Youtube, Dailymotion o diversas televisoras que emiten su programación online, en streaming, como Tele K), surgen nuevas figuras catódicas dignas de estudio y seguimiento, aunque sea sociológico. Figuras que, aún no siendo personalidades políticas con poder, ni, en apariencia, miembros destacados de las dos alas ideológicas del Régimen político vigente en España (el de la Constitución de 1978, la socialdemocracia y el liberalismo conservador católico), sí podría decirse que son sus versiones más «extremas», y las que, en un medio plazo futuro, podrían convertirse en opciones masivas sobre todo entre los jóvenes españoles de hoy. Estas vertientes radicales de las dos alas ideológicas del régimen son el anarco-liberalismo, entre cuyos nombres más representativos estaría Fernando Díaz Villanueva, y el izquierdismo indefinido fundamentalista, entre cuyos nombres más representativos estaría Pablo Iglesias Turrión.

El anarco-liberalismo, o anarco-capitalismo, con vertientes diversas, es la rama anti-estatista del liberalismo. Muy influidos por la Escuela Austriaca de Economía (Menger, Böhm-Bawerk, Wieser, Mises, Schumpeter, Hayek, David Friedman, Hoppe), defienden la supresión del Estado, de la sociedad política, en favor del «mercado» o «mercados», pues tienden a defender que la eficiencia económica es superior en la empresa privada e inferior en las instituciones públicas. Se trata de gente incapaz de ver que sin Estado no hay mercado que valga, y que la Economía es Economía Política, ergo Economía Nacional. Todas, absolutamente todas, las ideas políticas del anarco-liberalismo pivotan alrededor del hayekiano individualismo metodológico, siendo el individuo, en abstracto, analizado aisladamente del contexto sociohistórico en que nace, la unidad primera y última de análisis, y el centro de todo su discurso. Un individuo que será más libre cuanto más poder adquisitivo tenga, y más empresario de sí sea. Esto es, el emprendedor, sea un tendero, un banquero, un prestamista, un especulador, un proxeneta o un traficante de drogas, será siempre un adalid de la libertad, una persona que asume riesgos (incluso legales) pero que abre vedas por las que el pueblo podrá transitar hacia la utopía oligárquica anarco-liberal. En una versión más moderada estaría el minarquismo, muy influido por la Escuela Economíca de Chicago (Milton Friedman), que defendería un Estado mínimo, gendarme, solo encargado de determinar lo legal e ilegal de toda acción económica, pivotando la política económica en torno a una política monetaria de estabilidad económica entre la oferta monetaria y la demanda por liquidez, garantizada por ese Estado gendarme. Este minarquismo está detrás de las medidas económicas de instituciones transnacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, además de ser inspiradora del Consenso de Washington, que tanto daño hizo en las décadas de 1970 y 1980 a diversas naciones hermanas iberoamericanas, tanto en lo económico (privatizaciones masivas, liberalización del mercado laboral internacional en beneficio del imperialismo estadounidense) como en lo político (el Consenso de Washington costó, en su aplicación, la vida de numerosos trabajadores argentinos, uruguayos, paraguayos o chilenos durante diversas dictaduras militares de infausto recuerdo).

Fernando Díaz Villanueva, historiador y periodista, uno de los fundadores del ultraliberal Instituto Juan de Mariana, y habitual colaborador de Libertad Digital (medio infestado por anarco-liberales, haciendo que Federico Jiménez Losantos, a su lado, parezca un comunista) es partidario de estas corrientes y las defiende a capa y espada como las mejores para la comunidad. Para Villanueva, el individuo está por encima del Estado, y en todo caso, son los Estados pequeños, hipercapitalistas (paraísos fiscales como Singapur, Mónaco, Andorra o las Bahamas) el tipo de sociedad política menos mala.

Por su parte, el izquierdismo indefinido fundamentalista podría definirse siguiendo dos líneas convergentes en el análisis. Por un lado la leninista, y su crítica al izquierdismo como enfermedad infantil del comunismo, rama maniquea del marxismo vulgar, igualitarista en extremo y carente casi de contacto con la realpolitik, lindante con el anarquismo de corte bakuninista, de tan pésima influencia en España desde hace ya más de cien años. Por otro, la del materialismo filosófico, el cual entiende que la izquierda indefinida es un grupo de corrientes izquierdistas que se caracterizan por su practicamente nula definición política fuerte, su carencia de proyecto político respecto del Estado (como puedan tener izquierdas definidas como el jacobinismo, el liberalismo decimonónico, el anarquismo -anarco-sindicalismo-, la socialdemocracia, el comunismo soviético o el maoísmo del PCCh). Entre estas corrientes indefinidas se encontraría la izquierda fundamentalista, caracterizada entre otras cosas por ser propia de aquellos sujetos que se autodefinen «de izquierdas» en sentido unívoco, casi como que ellos son la única izquierda real, siendo todas las demás ideologías, aún revolucionarias y de izquierda definida, de «derechas». Entre estos sujetos izquierdistas indefinidos estaría el profesor de Ciencia Política y presentador de La Tuerka (con K, mostrándose así alternativos, no sin saber la influencia de enorme peso que la idea de Cultura propia del idealismo alemán -la «Kulturkampf»- ha tenido en las izquierdas españolas desde el Congreso de Suresnes) Pablo Iglesias Turrión -La Tuerka es un programa producido por CMI Producciones, una empresa de servicios audiovisuales que realiza spots electorales para Izquierda Unida, entre otras cosas, en la que el propio Pablo Iglesias Turrión es Director de Contenidos y Creatividad; un emprendedor, un empresario de sí, de los que les gusta a Díaz Villanueva; también es conocido por presentar el extinto programa Fort Apache, en la muy «roja» Hispan TV, televisión en español de la República Islámica de Irán-.

Aparentemente, Díaz Villanueva y Turrión no tienen nada que ver. Pero hay puntos de conexión ontológica evidente entre ambos. Turrión (no le llamaremos Pablo Iglesias, pues el juego sustantivo entre su nombre y primer apellido con el fundador del PSOE le está reportando cierta mística en su quehacer cotidiano en los medios, cosa que a la larga podría perjudicarle) es negrista, esto es, seguidor de Toni Negri, como evidencia el texto fundamental de su praxis política, su tesis doctoral «Multitud y acción colectiva postnacional«, del año 2008, que trata sobre los movimientos antiglobalización españoles e italianos de la pasada década. Toni Negri empleó la idea de multitud para referirse a ella como el nuevo sujeto revolucionario, heredero supuestamente del proletariado o «clase obrera» (hay muchas clases sociales, tanto obreras como no obreras, e intersectadas incluso en un mismo sujeto), pero desde un punto de vista más que político, biopolítico. Para Negri y sus aliado ideológico Michael Hardt, también para Turrión, la biopolítica es la insurrección anticapitalista que hace del cuerpo humano el arma de lucha. Esta idea, aplicada a la idea de multitud negrista-turrionista, conduce a una sustantificación de la masa, de la muchedumbre, hacia una oclocracia supuestamente pacifista, pero en la que pueden entrar, como demandas políticas primeras, las demandas biopolíticas por encima de las meramente políticas. No extraña que muchos biopolíticos de la multitud acaben defendiendo, o justificando, el terrorismo suicida, lo telúrico del indigenismo (el «sangre y suelo» suramericano), el nacionalismo étnico-lingüístico catalán o vasco, o el feminismo biocorporeísta que haga del cuerpo de la mujer el arma de lucha. No en vano, Turrión fue el inspirador del célebre intento de toma de una capilla católica en plena Universidad Complutense de Madrid, toma en la que ningún varón se sacó el pito (tampoco él), y que tuvo como consecuencia lógica la vejación pública, a través de Internet, de las chicas que participaron en aquel absurdo asalto. Al ser «postnacional», esto es, viendo al Estado como un mero instrumento superestructural que permita la liberación de la muchedumbre, al igual que el dominio como contrapoder (realmente, poder político oclocrático), el negrismo-turrionismo, como izquierdismo indefinido fundamentalista, por mucho que se trate de emparentar con el comunismo o la socialdemocracia marxista, tiene más en común con el socialismo etno-identitario en sus fundamentos más puramente anarquistas que con el marxismo-leninismo, no digamos ya el marxismo. Y no por un supuesto racismo en Turrión que negamos, pero sí en su biopoliticismo oclocrático (un dictadura de la muchedumbre que hace de cuestiones biológicas su principal arma política) de corte socialista que le lleva, al igual que a Villanueva pero desde preceptos ideológicos aparentemente distintos, a defender Estados pequeños étnicos como «Euskal Herría» o los «Països Catalans» antes que a la nación española o a cualquier otra nación canónica. Que Turrión sea partidario del metafísico «derecho de autodeterminación» en el sentido de que solo puedan votar en un plebiscito de esas características los españoles censados en municipios catalanes o vascos negándoles ese derecho al resto (esto es, negando la política en favor de la biopolítica), coloca a Turrión en la reacción, en una ultraderecha disuelta en ideas izquierdistas, enemiga de los trabajadores españoles y del racionalismo universalista socialista.

Pero ahí se produce la conexión entre Villanueva y Turrión, lo que explica que se lleven tan bien. La conexión entre ambos se da en su anarquismo filosófico, en su defensa de lo biopolítico (en uno, centrándose en el individuo aislado; en el otro, en la multitud), en su enemistad con el Estado canónico (ambos, en definitiva, serían enemigos de España) y en, en esencia, en su implícita alianza contra la Política, con maýusculas, la que se da a escala de Estados, y entretejida con ella, de clases sociales en sentido serio. Ambos por tanto, Villanueva y Turrión, anarco-liberales e izquierdistas indefinidos fundamentalistas, son lo mismo: hijos de su tiempo, de moda en diversos espectros ideológicos, pero que no conducen más que a la perpetuación de ese estatu quo que ambos dicen combatir, cada uno a su manera, e incluso, si medran políticamente, a profundizar más aún en el hedor que el Orden Establecido actual emana, y que está encantado del predicamento social de los unos y los otros, en tanto mantienen, en sus debates, entretenidos a los individuos y las multitudes que tanto aman.

En Izquierda Hispánica lo tenemos claro: ni anarco-liberales, ni izquierdistas indefinidos fundamentalistas. La opción, la única, es la defensa de la unidad de España, de la unidad de sus clases de trabajadores, en una dirección política antieuropeísta, antisecesionista, anti-individualista y en pos de una, más que necesaria, Alianza Socialista Iberoamericana.

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50 Respuestas a “Fernando Díaz Villanueva y Pablo Iglesias Turrión”


  • Los densos escritos de Daniel Cerezo no dan más de sí en tanto que afirma que «el artículo es desacertado porque la biopolítica es crítica materialista del formalismo contractualista de Villanueva».

    Cerezo sigue sin saber qué es la biopolítica. Biopolítica no es más que el control de los cuerpos de los sujetos que viven en un Estado por parte de ese mismo Estado haciendo de ellos instrumentos de la recurrencia de la sociedad política, en sentido descendente, pero en sentido ascendente es hacer del cuerpo un arma política, un instrumento, cosificándolo.

    En el artículo lo que se dice es que Villanueva y Turrión son biopolíticos es sentido ascendente, esto es, hacen de lo natural-corpóreo el instrumento político, el arma política de resistencia de lucha frente al Estado, uno desde el anarco-individualismo y otro desde la idea de multitud de Toni Negri (Cerezo tampoco ha leído a Negri, y por ello no ve lo biopolítico que es el argumento oclocrático de Negri). No se te da la razón porque no la tienes.

    Mientras la anatomopolítica que, según Foucault (otro que Cerezo tiene que leer, si es capaz de asimilarlo, porque tengo mis dudas de que sea capaz de asimilar bien a Marx y a Bueno), la conjunción de técnicas de regulación disciplinar de los sujetos, mediante instituciones, la biopolítica no sería más que la institucionalización misma de los cuerpos humanos por el mero hecho de su corporeidad biológica, haciendo que las instituciones, en vez de ser normativas, sean extensiones mismas de esos cuerpos biológicos institucionalizados. De ahí ideas propiamente biopolíticas como el cerebrocentrismo, el solipsismo filosófico contemporáneo, el anarco-individualismo, el populismo oclocrático de Toni Negri, Giorgio Agamben y otros, o las mismas teorías racistas. Precisamente, ni el hismat ni el filomat puede suscribir la biopolítica en tanto que, para ambas filosofías, la conformación de las sociedades políticas y de los sujetos que las integran se realizan a través de operaciones beta-operatorias que dan lugar a instituciones cuya «vida» determina las pautas de comportamiento de los sujetos independientemente de su voluntad, en sentido alfa-operatorio técnico-tecnológico (Estatuto gnoseológico de las ciencias humanas).

    La biopolítica descendente es el control vital de los organismos por parte del Estado, tanto en el nacimiento como en la muerte. Esto va desde el aborto hasta la eugenesia o la pena capital. Es el llamado biopoder por Foucault. La biopolítica ascendente, individualista u oclocrática de Villanueva-Turrión, no es sino la resitencia a ese biopoder desde la institucionalización de los cuerpos orgánicos, a nivel individual y colectivo («yo soy dueño de mi cuerpo», entre otras máximas, es pura biopolítica).

    Para Negri y Hardt, la biopolítica es asimilable al terrorismo (también al mal llamado «terrorismo de Estado»). No puede ser en absoluto esto compatible con el materialismo filosófico y su defensa de la racionalidad humana como institucional, pues la biopolítica no puede centrarse solo en la preocupación por parte del Estado de su recurrencia y eutaxia mediante el mantenimiento de la vida de los sujetos corpóreos que lo habitan potenciando incluso aristocráticamente a los «mejores». La biopolítica, y esto la vuelve incompatible con el filomat y el hismat por mucho que le fastidie a Negri, Turrión o Cerezo, es convertir a los sujetos corpóreos en cosas, en medios por parte del Estado para conseguir fines, en sentido descendente, y a convertir a los sujetos en individuos flotantes, en sentido político ascendente, que ven sus cuerpos como una propiedad de una supuesta inteligencia externa exenta de los mismos. Y todo esto choca frontalmente con la ética y la moral materialistas, e incluso con Espinosa («yo soy mi cuerpo»).

    En cuanto a la trituración de Turrión y Villanueva, a ambos en el artículo se les critica por igual. Lo que pasa es que la crítica a Turrión a Cerezo le escuece más, quizás porque Turrión esté más cerca del «comunismo» que Villanueva. Y no, la salvación no está en Abascal o en Otero Novas, entre otras cosas porque la idea de salvación aquí está de más, y porque estas dos personas bastante tienen ya con el papel que les toca hoy día.

    Que conste que Fdez. no es de IH. Es un lector más, tan restpetable como otros, y habla por él. Ahora bien, que el capitalismo es una forma de socialismo genérico ya lo decían Marx y Engels en el Manifiesto Comunista, al hablar del capitalismo como un sistema completamente revolucionario y universalista que derribaba las barreras del Antiguo Régimen y el aislamiento asiático semifeudal, entre otras cosas. Todavía algunos confunden socialismo genérico (universalismo filosófico, capacidad de todo sujeto humano de conocer cualquier tipo de verdad y hacerlo de manera práctico-operatoria), con socialismo específico (socioeconómico, freno a la libre iniciativa individual económica), y todavía algunos piensan que el único socialismo posible es el comunista. Hay socialismos nefastos, irracionalistas, racistas, que parten de principios revelados e incluso socialismos biopolíticos (en sentido específico, el de Turrión).

    Lo dicho, lo de siempre y más de lo mismo, que nos llevan a discusiones peregrinas, párrafos densos que no dicen realmente nada y poco más.

    Salud y gracias a todos por escribir.

  • Colecciones son clasificaciones en las que no cabe tomar partido por ninguna clase.

    Bueno, ya está todo lo suficientemente aclarado. No hay más qué decir ya en esta conversación.

    Salud!

  • «Pero dicha clasificación no tiene por qué tomar como referencia los mapas del materialismo filosófico» dije ¿Pero puede tomarlos? Si es que poder puede. Puede coger m1 m2 m3 / eje radial eje circular eje angular y capa basal capa conjuntiva capa cortical e ir haciendo colecciones de modelos y configuraciones empíricas. Pero la cuestión es que sólo serán eso, colecciones, porque esos mapas no dicen nada determinado de ninguna sociedad. La representación del Ego trascendental en la filosofía, en la «bóveda» del Mundo, donde puede reexponer las líneas por las que todas las partes (categoriales o no) del mundo se critican unas a otras (ejerciendo la crítica filosófica pero no representándola porque cada una de ellas habla desde una parte del mundo y no desde su totalidad, cosa que hace E) no puede penetrar en las relaciones más temporales y concretas. Siempre resulta demasiado genérico. No se puede organizar un modelo de sociedad con la c.conj. bas. y cor., precisamente porque son coordenadas capaces de proyectarse sobre todas las sociedades. Aquí el que da en el clavo es Marx:

    «incluso las categorías más abstractas, a pesar de su validez…[filosófica] …para todas las épocas, son no obstante, en lo que hay de determinaciones [prácticas o concretas] en esta abstracción, el producto de condiciones históricas y poseen plena validez sólo para estas condiciones y dentro de sus límites» Grundisse, sobre el método de la economía política

    Y más adelante pone el ejemplo:

    «por cuanto la Economía política es burguesa, es decir, por cuanto no ve en el régimen capitalista una fase históricamente transitoria del desarrollo, sino, al contrario, la forma absoluta y final de la producción social, puede seguir siendo científica sólo mientras la lucha de clases se halle en estado latente o se manifieste en fenómenos aislados o esporádicos»

    Es la inconmensurabilidad entre la antropología filosófica y la filosofía de la historia, el materialismo histórico, que siempre será la base o el núcleo del materialismo filosófico, si el orden político, ya es trascendental.

    Lo que nos dice Marx es que el continuo hacerse y deshacerse del Mundo no se ve entre medias de las cosas y los procesos característicos de un determinado estado morfológico del Mundo, sino que se ve lisológicamente a través de los sucesivos estados históricos del Mundo . Es la conexión lógica entre los diferentes estados sucesivos del Mundo, lo que exige la presencia de un E trascendental que, al identificarse con M, niega dialécticamente la cancelación o la consumación del proceso de concatenación de sucesivos estados del Mundo.

    Valoro que admitáis que tengo razón en lo de la biopolítica. Rectificar es de sabios.

    Salud!

  • Joder.

    «La involucración entre la idea de mapamundi y la idea de ego trascendental nos permite, ante todo, replegar la idea de ego trascendental al reino de las representaciones cartográficas. Es decir, no entenderemos el ego trascendental como una entidad que brotase del interior del Mundo hasta llegar a recubrirlo, algo así como una conciencia del Mundo.»

    «Dicho de otro modo: el Ego tascendental no es la conciencia del Mundo, sino, a lo sumo, es la conciencia demiúrgica del mapa del Mundo»

    “Desde el punto de vista del materialismo filosófico el ego trascendental no es la conciencia del demiurgo divino del universo, sino la conciencia del demiurgo del mapamundi de la realidad, es decir, de la misma conciencia filosófica, frente a las otras formas de conciencia parciales del Mundo.” El puesto del Ego trascendental en el materialismo filosófico pags 5 y 6

    “Respecto de tales regiones el Ego Trascendental aparece como un límite en el que convergen los procesos de ampliación del mundo…Un límite que identificamos con Mi, es decir, con un Mundo que dejará de ser un mundo entorno para convertirse en un Universo dotado de unicidad.” Pag 87

  • «La involucración entre la idea de mapamundi y la idea de ego trascendental nos permite, ante todo, <> la idea de ego trascendental al <> de las representaciones cartográficas. Es decir, no entenderemos el ego trascendental como una entidad que brotase del interior del Mundo hasta llegar a recubrirlo, algo así como una <>.»

    «Dicho de otro modo: el Ego tascendental no es la conciencia del Mundo, sino, a lo sumo, es la conciencia demiúrgica del <»

    “Desde el punto de vista del materialismo filosófico el ego trascendental no es la <>, sino la conciencia del demiurgo del mapamundi de la realidad, es decir, de la misma conciencia filosófica, frente a las otras formas de conciencia parciales del Mundo.” El puesto del Ego trascendental en el materialismo filosófico pags 5 y 6

    “Respecto de tales el Ego Trascendental aparece como un límite en el que convergen los procesos de <>…Un límite que identificamos con Mi, es decir, con un Mundo que dejará de ser un <> para convertirse en un Universo dotado de unicidad.” Pag 87

    Cuando hablamos del Mundo o de la Realidad ya estamos implicados en Ideas que trascienden las morfologías institucionales en las que operamos. La “conformación del mundo” o «desbrozar la realidad» son maneras mitológicas (no por ello oscurantistas) de expresarse que ya están implantadas en la «plataforma cartográfica» (historia de la filosofía) del Ego trascendental, porque el mundo entorno institucional de los sujetos operatorios es una pluralidad de morfologías que no pueden ser totalizadas a su escala. Para hablar de la unidad del mundo hay que regresar a su estructura enclasada morfológicamente indeterminada (ontología especial abstracta). Y cuando progresamos sobre el mundo entorno las clases indeterminadas desaparecen (ordo cognoscendi) porque dichas morfologías se dan en la codeterminación de dichas clases (ontología especial morfológica).

    La clasificación de los grupos políticos ya implica la conciencia filosófica ya que la materia de esta es la misma conciencia mundana. Si hay un ámbito que pide recurrir constantemente a ideas que desbordan conceptos es la política puesto que ya es una totalización de ámbitos regionales. Pero dicha clasificación no tiene por qué tomar como referencia los mapas del materialismo filosófico (por ejemplo “ciudad/campo” o “burguesía/ploletariado” «católicos/herejes» también son mapas políticos totalizadores no metafísicos), aunque desde él podamos ver la racionalidad filosófica ejercida críticamente en los mapas de los grupos políticos, en tanto que estos tienen que trabajar, sin tienen un proyecto con mínima universalidad, con las ideas de la Historia de la filosofía en la que el materialismo se define como sistema filosófico.

    «no basta con triturar la metafísica -en cuanto tenga de triturable- sino que hay que aniquilar a los metafísicos. Lo contrario es falsa conciencia.» ¿Y con Villanueva qué pasa? Y si aniquilamos a Turrión ¿no tendríamos que aniquilar a toda la izquierda indefinida? ¿Quién va a hacer entonces la Revolución? ¿Santiago Abascal? ¿Otero Novas?

  • El materialismo filosófico es, ciertamente, una filosofía académica pero no es una filosofía académica de un Ego «que cuyo reino no es de este mundo», sino de un Ego trascendental cuya transcendentalidad consiste justamente en su institucionalidad, es decir, que el Ego materialista es, como en Marx, el sujeto que «domina la naturaleza». Dicho en materialismo filosófico y no en marxismo: el Ego trascendental es el que conforma el mundo. Por lo tanto, no «vive en el mundo», sino que es el el que conforma, hace, el mundo. Y lo hace no desde su propia interioridad, sino a partir de las operaciones institucionalizadas a partir de las cuales desbroza la Realidad.

    Cada sujeto operatorio tiene que vérselas con Ideas que desbordan las categorías y conceptos históricamente formados y es a partir de estas Ideas desde las que clasifica ese mundo en el que él junto a otros sujetos operatorios está conformando. Así pues, la actitud política es inherente a la filosofía porque el sujeto operatorio no sólo clasifica Ideas, sino aquellos sujetos que han conformado y sustentas dichas Ideas o Paraideas, dichas categorías y conceptos o paraconceptos o nociones. Es decir, que la actitud política lejos de ser una «vuelta al mundo» de segundo orden es trascendental al primer y segundo orden ya que no hay sujeto operatorio ajeno al Estado ni a la dialéctica de grupos. Lo contrario es dejar la implantación política de la filosofía por el gnosticismo.

    Por consiguiente, se puede y se debe hablar de un sistema filosófico enfrentado y triturador a otros sistemas de Ideas, a paraideas e incluso a conceptos que otros sujetos han forjado. Salvo que la «trituración» se realiza, si es de verdad trituración, no es neutralizadora sino que debe ser eliminadora, es decir, no basta con triturar la metafísica -en cuanto tenga de triturable- sino que hay que aniquilar a los metafísicos. Lo contrario es falsa conciencia. Y si el metafísico no se deja aniquilar es porque tiene que haber algo en su metafísica de racional que el materialista debe incorporar o apartir y acotar a un terreno que no cause daños al propio sistema de ideas.

  • El materialismo en tanto que filosofía académica de un Ego “cuyo reino no es de este mundo” que se especializa en el análisis de las Ideas es sistema filosófico y su campo característico es la Historia de la filosofía que sistematiza sobre todo en la doctrina ontológico especial abstracta de los géneros de materialidad. El materialismo como formación, educación intelectual..etc de un sujeto operatorio corpóreo que vive en el mundo abandona la ontología especial abstracta para entrar en la ontología especial morfológica en la que no es sistema filosófico más que ejercido críticamente contra otras doctrinas pero no representado. Si no hacemos esta regresión dialéctica para hablar de un “sistema filosófico” caemos en la metafísica puesto que tal cosa no puede ser el orden general de las cosas del mundo sino de las Ideas a través de las cuales operamos (dialécticamente) con su orden -antrópico- (desde E pero no desde los e(i)).

    La biopolítica forma parte de la ontología especial morfológica del materialismo filosófico en tanto que análisis de la aplicación tecnológica de la ciencia como fuente de extracción de plusvalía relativa (la “producción del productor en el consumo) en el Estado capitalista moderno. Lo que implica poner en movimiento las ideas de reproducción, producción y guerra y criticar de antemano por una parte el contractualismo armonista de la sociedad burguesa (formalismo político circular) y el cientificismo (formalismo político radial y espiritualismo de la verdad). Es una tesis del materialismo histórico en la que la ontología especial abstracta está ejercida críticamente frente al idealismo por la destrucción de la sustancialización del dualismo naturaleza/cultura en una retotalización diamérica de sus relaciones a través de las estructuras tecnológico-políticas. La biopolítica ejercita la ontología especial materialista si es ecologista, si se opone a la ingeniería del cuerpo humano, pues de ese modo se está haciendo crítica en su ámbito del formalismo naturalista primario, reconociendo instituciones (ética y moral) que no pueden reducirse al ámbito de las estructuras tecnológicas radiales.

    La teoría de las plataformas continentales, como sobre las izquierdas y las derechas o la aplicación tecnológica de la ciencia no forman parte de la ontología especial abstracta sino de la ontología especial morfológica en la que el sistema filosófico tiene que desaparecer como tal, aunque haya que ejercitarlo para abrirse paso enfrentándose a otras doctrinas.

    IH no critica a la biopolítica desde el sistema del materialismo filosófico sino desde su ejercicio específico de él. Tanto la biopolítica como IH tienen hueco en el espectro materialista. De hecho cuando el cierre categorial entre en el análisis de la función social de la ciencia tendrá que entrar en polémica con la biopolítica y es más, tendrá que apegarse a tesis marxistas.

    En conclusión: el artículo es desacertado porque la biopolítica es crítica materialista del formalismo contractualista de Villanueva.

  • La Izquierda Socialmaterialista (Sociomat) o Radical-Socialista no puede ser solidaria de Turrión. El socialismo genérico del activista Turrión es incompatible con el socialismo particular del socialmaterialismo o radical-socialismo. Desde nuestra perspectiva, la de la 7ª generación de izquierda, lo que nos ofrece Turrión es el primer momento de derecha socialista genérica del Imperialismo Democratista de Mercado Peltórico. La música de Turrión es keynesianismo y la letra ácrata. Los socialmaterialistas o radical-socialistas superamos la dicotomía Estado del Bienetar/ Minarqusimo y el supuesto conflicto Keynes/Hayek. Para nosotros no hay conflicto. Lo que vemos en esa dupla son dos momentos del imperialismo democratista que adapta su ideología a los tiempos y enemigos históricos a los que se enfrenta, incluso adoptando un socialismo genérico -de derechas, por supuesto- que en un momento determinado podría provocar en el observador poco avezado la confusión con el socialismo real.

    Keynes, a diferencia de lo que nos venden los media imperial-democratistas, es un economista de derechas. Su labor fue frenar el tremendo éxito de la corrección que Stalin hizo del comunismo internacionalista, transformándolo en comunismo en un solo estado -haciéndolo así realmente existente- , mediante la creación de los trampantojos ideológicos del “american way of life” consumista de los USA y el proteccionismo social del plan Beveridge en las islas británicas. EL plan Beveridge sería aplicado en las tierras límitrofes del Gran Muro, allí el keynesianismo se afianzó con tremenda fuerza al ser las tierras de la 4ª generación de izquierdas, socialdemócrata, que usada por el imperialismo democratista como un ariete contra la 6ª generación de Izquierdas se transformó en un socialismo de derechas.

    En los años 70´s del pasado siglo los dos gigantes están agotados, la lucha se viene arrastrando durante décadas, pero el que parece estar en peores condiciones es el imperialismo- democrático. La situación es tan delicada que Nixon, acogotado por la estanflación, declara la bancarrota del imperio de forma embozada cuando desvincula al dólar del oro. En el Imperio comunista las cosas no parecen estar mucho mejor, los tremendos avances del quinquenalismo stalinista están agotados, hay problemas de abastecimiento internos, y al Imperio le cuesta cada vez más controlar a sus satélites (aparece el detritus del eurocomunismo italo-español).

    Los dos imperios son dos luchadores en el ring que, más que pelear, se abrazan para recuperar resuello y sostenerse el uno al otro. Una vez recuperado el aliento, el que en peores condiciones parecía, es el que saldrá beneficiado de la gran pelea. El imperio democratista, como el ateniense, es un imperio marítimo, y dará el golpe de gracia a la esparta soviética con su política financiero- imaginaria. Lo primero pacta con la derecha islámica el anclaje del dólar al petróleo, mientras su peón sionista mantiene a cualquier Estado islámico susceptible de convertirse un poder en Orinete medio a raya. Después pone en marcha la desregulación total, la creación de las burbujas, la fantasía de la guerra de las galaxias…. desconecta la economía finaciera del mundo real y la Esparta soviética no aguanta ese tirón. En 1989 cae el Gran Muro. La guerra la gana la Atenas de la democracia de Mercado pletórico.

    El drama que sobreviene con la caída del Gran Muro es la completa desaparición de la Izquierda en occidente. No, no hay Izquierda en el mundo occidental desde el año 1990. El diamat fue degenerándose durante los años 80´s del pasado siglo hasta que con la caída del muro se liberaron los engendros ideológicos, resultaron ser mutaciones del diamat tras la explosión de Chernobil (Battimo es uno de ellos). La derecha socialdemócrata miraba esto complacida porque ella podía jugar a ser la izquierda moderada ( al imperialismo democratista, con gran astucia, no le interesaba que despareciese la dicotomía derecha/izquierda). Así explica Armesilla ella situación: “Las seis generaciones de izquierdas políticamente definidas han tenido su propio momento y su propia ocasión para actuar. Algunas han desaparecido prácticamente, como la jacobina o la comunista, otras siguen actuando con gran vigor, como la anarquista o la asiática, y otras no son más que muertos vivientes irreconocibles hasta por ellas mismas, como la liberal o la socialdemócrata. No cabe hablar, por tanto, de porvenir con ninguna de ellas. En todo caso, cabrá hablar de porvenir de las izquierdas indefinidas, en tanto que lugar al que acaban llegando los desencantados del caminar de las izquierdas definidas. Lo que no se puede negar es que las izquierdas han ganado, a la derecha, una batalla decisiva: la del desprestigio de todo lo que huela a derecha, que la derecha se avergüence de serlo. Y las líneas en las que convergen la derecha y las izquierdas en las democracias homologadas de mercado pletórico de bienes y servicios en un punto intermedio, central, por su propia dinámica, podrían volver a separarse, ya que siguen caminos opuestos.”

    Lo que nos ofrece Turrión es una vuelta al keynesianismo, pero, y esto es lo más gracioso, que sin plataforma estatal que lo sostenga. Turrión quiere una provisión pública de servicios sociales desde un estado imaginario, una cosa muy parecida a la invisible mano del mercado de Villanueva; quiere que desde la quinta circunvalación celeste izquierdista todos tengamos sanidad, pensiones y educación –laica, por supuesto- pública. No sé si da más risa o asco ver cómo un supuesto izquierdista pide al mismo tiempo ( http://www.fortapache.es/?p=285)la salida del euro, acabar con la dictadura de los mercados, y que los vascos, gallegos y catalanes decidan (porque sienten otra cosa, el tipo sabe lo que sienten “todos” los vascos gallegos y catalanes. Quiere hacer política de sentimientos) si se cargan el estado que supuestamente nos debería liberarar del euro y proveernos de esos servicios públicos tan añorados.

    La derecha socialdemócrata está con Turrión que se hace pipí. Lo llevan a todos los saraos político-televisivos que orgnizan. Es su mutante friqui favorito. Lo tienen ahí, en medio del plató, con su coleta, haciendo gorgoritos con la voz engolada de viejo locutor de radio franquista (es curioso, éste tío, tan moderno él, hubiese hecho un locutor radiofónico de la falange impresionante. Tiene un aire antiguo Turrión, como salido de los tiempos de Boby Deglané), dandosaltos y cabriolas. Turrión también está encantado, es evidente que tiene un ego más grande que la Plaza Roja de Moscú. A mí en este programa con Marcelo Otamendi (http://www.fortapache.es/?p=130), el fascio-secesionista vascongado, me da ganas de vomitar, sobre todo por el uso, una y otra vez, repetitivo hasta la náusea, de la palabra democracia.

    Yo no veo cómo podemos ser solidarios los socialmaterialistas con este personaje. Es más, no veo cómo se pueden hacer distingos entre sus aberraciones y las de Villanueva. Si el Radical-Socialismo es una ideología crítica que pretende restaurar de nuevo la idea de Izquierda en occidente partiendo del análisis e incorporación crítica de las seis generaciones de izquierda; si queremos superara la forma de estado incorporándola a un nuevo complejo político que es la plataforma continental; si, en definitiva, estamos por la creación de un nuevo sistema holizador de izquierdas que tenga cómo células los estados…. ¿Cómo vamos a hacerle el caldo gordo a un fulano que desde una emisora del ultra derecha islámica pide la destrucción de la nación política ibérica más grande además de más determinante para nuestro proyecto?.

  • Definición corregida en el apéndice:

    http://www.nodulo.org/ec/2008/n081p10.htm

    Y ampliada, en parte, aquí:

    http://www.nodulo.org/ec/2012/n130p11.htm

    Nosotros preferimos empezar a hablar ya de materialismo político, expresión que, por otra parte, es de Gustavo Bueno.

    Salud.

  • Armesilla: Las plataformas continentales (http://nodulo.org/ec/2008/n075p14.htm)

    Armesilla: «Por plataforma continental se entendería la totalidad sistematizada de teoremas que se ha conformado en un contexto determinante, histórico, que han coadyuvado a cerrar esta totalidad con una identidad sintética sistematizada, una unidad isológica y sinalógica conjugada y una igualdad simétrica y transitiva, objetiva, entendida como una unidad sinalógica reflexivizada. En la plataforma continental, sin negar la pluralidad, se dan a la vez una identidad única –entendiendo aquí identidad desde las coordenadas del materialismo filosófico–, una unidad objetivable y una igualdad respecto a otras plataformas continentales. Esa igualdad entre todas ellas –igualdad que, en absoluto, borra o anega sus diferencias– se puede objetivar a través de una serie de características. Además de todo esto, la plataforma continental, a pesar de que muchos puedan argüir que en algunos casos se traten de plataformas «virtuales», en realidad no lo son, ya que éstas constituyen totalidades sistemáticas además de sistematizadas. Esto es así porque en ellas se hace referencia, aunque sin reducirlas a las mismas, a materialidades primogenéricas (M1){18}; se trata de totalidades limitadas política, cultural, lingüística, religiosa, geográfica e históricamente; se han formado por multiplicidades heterogéneas; están formadas por totalidades sistáticas, a su vez formadas por multiplicidades finitas y heterogéneas; poseen una dimensión de carácter distributivo partiendo de la alternatividad lógica; y su complejidad está determinada por la heterogeneidad de sus partes (a su vez formadas por componentes también heterogéneos) y por la complejidad de sus niveles holóticos. Para terminar con la definición, diremos que la plataforma continental, además de ser una totalidad sistematizada y sistemática, es también una totalidad atributiva, ya que, ya sea de manera sucesiva o simultánea, sus partes sólo pueden constituir un todo si están unidas.»

    Este es la primera pedra filosófica de la 7ª generación de Izquierda: Izquierda Socialmaterialista o Radical-Socialismo-

    El socialmaterialismo es un producto del filomat, y es la doctrina que se enfrentará al declinante Imperio de Democracia Pletórica de Mercado.

  • Estimados amigos, os recomiendo leer nuestros documentos antiguos. IH se ha comprometido con un tipo de Estado específico: el socialista y con una forma post-estatal específica, la Alianza Socialista Iberoamericana.

    Saludos

  • El problema de Daniel es que confunde biopolítica con ecologismo. Eso demuestra que no ha entendido en absoluto el artículo.

    Saludos y gracias a todos por escribir.

  • «Daniel acaba diciendo lo mismo que el artículo: Villanueva y Turrión son lo mismo, pero no por el anarquismo, sino por la biopolítica.»

    Esta es la respuesta. Cuando Villanueva se aburre escupiendo bilis con el ecologismo. Creo que los llama «ecogilis».

  • Y sin embargo es la del artículo…

  • «Los silogismos del artículo son los siguientes: 1 La biopolítica es anarquista. Turrión es biopolítico, ergo, Turrión es anarquista. 2 Villanueva es anarquista. La biopolítica es anarquista, ergo, Villanueva es biopolítico»

    Dije yo. Y Santiago viene a aceptar que sí, que ese es al menos su esquema del asunto ¡Pero hay ironía! ¿Cómo va a ser eso una argumentación?

  • Totalmente de acuerdo con Trebaruna sobre la reapropiación del territorio por empresas capitalistas (Eurovegas, por ejemplo), que además podrían contratar sus propias empresas de seguridad para mantener el monopolio de la violencia.

    «o en situaciones pos-Estatales donde las características de dicha institución hayan sido incorporadas» dice Esquinas,y de hecho ya ha existido una situación post-estatal en la que una institución no es que haya incorporado, es que ha ampliado las características de la civilización, la Iglesia católica. Y yo diría que el Estado capitalista moderno al desprenderse de la metapolítica católica abre las a refluencias de la barbarie a «escala ampliada». Tanto, que yo no hablaría de «refluencias» de la barbarie en la civilización, sino más bien definiría la civilización, realmente existente, como una barbarie construida.

    Pero lo que a mí me importa porque es el tema principal del artículo, es que el anarquismo que pueda tener Turrión está a años luz del que de hecho tiene, porque así se define, Villanueva, que concibe la libertad unilateralmente desde su lado negativo , y es ciertamente necesario para incardinarse en el mercado capitalista. El concepto justifica y alimenta el irracionalismo gnóstico que envuelve la racionalidad crematística del empresario, que piensa que usando el dinero crea valores de la nada. Es más, piensa que su creación era necesaria, cuando compran su mercancía, porque una mano invisible lo toca. Y no digamos nada del concepto que esta gentuza tiene de la necesidad…el valor de las mercancías viene determinado por el placer que obtiene el consumidor ¡el placer! Pero todo esto le parece a Fdez socialismo genérico ¿pero qué racionalidad puede albergar un tío que piensa que el dinero que gana se debe al placer que ha obtenido el consumidor de su producto? ¿Qué “valores” puede tener? Por ejemplo ¿Qué no podría llegar a pensar de la prostitución desde estas teorías? Y qué barbaridades no se han dicho. Pero Turrión piensa que el determinante del valor es el trabajo. Esto cambia radicalmente la perspectiva de cada uno, porque define el modo en el que los sujetos se incardinan a la sociedad. La concepción que cada uno tiene de su relación con la sociedad. Sin entrar en interpretaciones sociológicas o psicológicas, como hace Fdez. Turrión piensa, por ejemplo, que no se puede ser libre sin casa, o que hay que decidir racionalmente qué se produce, y no dejarlo a la voluntad del demiurgo, que hay que abolir la bolsa, o que la educación y la salud no pueden ser objeto de lucro. Cosas que diría cualquier socialista genérico con una idea materialista de la libertad. Y si entre todas las mamarrachadas que diga pueda quedar oscurecido (por ejemplo con su abortismo y anticlericalismo), reluce cuando lo confrontamos con el otro.

    Reitero lo que vengo diciendo todo el rato y no se me ha contestado, lo que me parece bastante despectivo y acrítico por arte de IH. En el discurso de Turrión hay socialismo genérico, en el discurso de Villanueva no. La indefinición viscosa del socialismo genérico de Turrión tiene que especificarse y por tanto criticarse. Villanueva es inasumible, no merece beligerancia filosófica. Fdez dice que no habla por IH ¿Se identifica IH con sus palabras o no? ¿IH acepta el anarco-liberalismo como una ideología con la que se puede entrar a discutir en la Revolución?

  • Estimado señor;

    Con todo el respeto, pero si Izquierda Hispánica no defiende o no se compromete con una forma de Estado específica, está siendo cómplice objetivo, por inacción, del actual estado de cosas.

    El Estado entendido como la apropiación del territorio pierde tal significado si involucra cada vez mayor número de empresas capitalistas deslocalizadas, que desbordan a la nación política e intervienen y privatizan cualquier recurso. ¿Qué está haciendo Izquierda Hispánica si no toma una posición al respecto? Ser cómplice objetivo, por pasividad, de dicha situación. ¿Por qué? ¿Por distanciarse del Leninismo? Parece poca cosa.

    Salud.

  • No afirmamos que el Estado vaya a existir para siempre. Y menos una forma de Estado específica, como el Estado capitalista. Ahora bien, lo que afirmamos es que el Estado es una institución de tal naturaleza que una vez surgida es incorporada a la civilización humana de tal forma que ya le es imposible deshacerse de ella sin caer en estados precivilizados o en situaciones pos-Estatales donde las características de dicha institución hayan sido incorporadas. Es como la rueda o el fuego, ¿piensa usted que el fuego, entendido como control humano sobre la combustión, o la rueda, van a durar para siempre? Pues sí, porque si el hombre deja de usar el fuego o la rueda sencillamente o es que se ha vuelto un ángel o es que ha retrocedido a estadios de barbarie.

  • ¿Es esta toda la refutación y/o contestación que piensa hacer Izquierda Hispánica a las observaciones de Daniel?

    Creo que, por deferencia a los argumentos y a las preguntas formuladas debería producirse alguna respuesta.

    ¿De verdad cree Izquierda Hispánica que el Estado va a existir siempre? No comprendo los argumentos ad hominem esgrimidos por Fernandez contra Daniel («salvar a Turrión», etc.). Creo que el susodicho ha sido claro y meridiano.

    Un cordial saludo….

  • Si Turrión es socialista, Villanueva también. En realidad son dos detritus del Imperialismo Universal USA

  • Entonces no estás de acuerdo con lo que se dice en el artículo, porque no es anarquista ¿no?

  • Fdez habla por sí mismo

  • Lo que me dices de la señora es una demostración de que el capitalismo no es solidario del socialismo genérico, por cuanto este tiene como referencia a los cuerpos humanos.

    El “libre comercio” sería solidario del socialismo genérico si no fuera impuesto por un Imperio depredador con intereses comerciales particulares. Para que el bueno de Villanueva invierta desde internet cantidades vergonzosas de dinero en paraísos fiscales, firme contratos por doquier y de sus clases de crematística el tienen que generararse millones de sacos de huesos. Hay comercio pletórico porque hay depredación pletórica, si no, no lo habría. No pueden existir sociedades consumistas sin sociedades consumidas.

    Será libre para comerciar el que posea bienes, el que no, lo único que puede hacer es someterse a las órdenes del propietario para que tenga la decencia de conservarle la vida. No hay socialismo genérico en el comercio capitalista, porque sólo los capitalistas tienen derecho a apropiarse del valor que produce la sociedad, mientras el obrero sólo tiene derecho a que su cuerpo sea mantenido,si produce plusvalía. Ocurre racionalmente, conforme a la ley del valor, por cuanto el valor de las mercancías es el trabajo gastado en reproducirlas y el propio cuerpo es tratado como una mercancía.

    Con eso basta. Pero todo esto me está haciendo pensar en el asunto y quiero compartir mis reflexiones con vosotros ya que siguen el hilo de la argumentación.

    Si el modo de producción capitalista tiene que reproducir su particularismo (el interés privado del capitalista) para mantener su recurrencia y el particularismo no es una forma alternativa de sociedad sino la corrupción de la misma ¿Cómo no se nos cae encima? ¿No deja de ser la sociedad socialista?

    Por lo tecnológico: el interés individual del capitalista no puede realizarse sin la colaboración con otros capitalistas, que socializan su capital acumulado en el Estado, por lo que tendríamos socializaciones específicas entre estos particulares.

    Por lo nematológico: las relaciones capitalistas de producción no son todas las relaciones sociales o nunca pueden llegar a serlo. Las relaciones económico-políticas en el capitalismo son genéricamente particularistas e individualistas (aunque hay intereses particulares solidarios). Pero gracias a que dentro del individualismo la «vida privada» es «apolítica», la sociedad puede seguir siendo genéricamente socialista como sociedad de familias. La familia es la institución que mantiene el socialismo genérico. Es una relación dialéctica peculiar de freno que se pone el propio sistema. El problema es cuando se legisla sobre la familia desde esas coordenadas. Aquí está la racionalidad del «liberalismo conservador» y particularmente del «católico».

    Las familias practican la generosidad materialista universalmente trayendo muertos de hambre al mundo por todas partes, así el capitalista siempre tiene carnaza (o pelleja) que corromper. Corrupción conservativa, claro, en tanto que es aniquiladora deja de ser racional. Y es conservativa, como muestra el ejemplo de la señora, mientras el cuerpo del obrero es una fuente de plusvalor. Si no, empieza a ser aniquiladora. La racionalidad del sistema capitalista consiste en la crematística de la que ya habló Aristóteles.

    ¿Fdez habla por IH?

  • Daniel está empeñado en salvar al soldado Turrión. Él lo tiene claro: Turrión bueno, Villanueva malo; Turrión socialismo genérico positivo, Villanueva solipsismo negativo.

    Pues yo voy a defendera Villanueva. Afirmo que el supuesto solipsismo de Villanueva se puede interpretar como un socialismo genérico: el socialismo del Imperio Universal Americano de las Democracias de Mercados Pletóricos.

    Villanueva es más socialista genérico que Turrión. Villanueva es un individuo completamente incardinado en la ideología del Capitalismo Popular anglosajón que se puso en funcionamieto con la dupla Rigan/Tacher en los 80´s. Cuando Villanueva habla del individuo lo hace desde la pauta de un imperio liberal realmente existente en el que existen seis flotas imperiales patrullando los mares y permitiendo el libre comercio, un imperio liberal en el que hay dos centros organizadores: la City de Londres y Nueva York, además de un rosario de parísos fiscales que en un pasado fueron colonias del extinto Imperio británico. Cuando Villanueva se sienta a ver la CNN con su lema “Más allá de las fronteras” , plagado de anuncios en lugares exóticos en los que se pueden realizar fabulosas inversiones.

    Villanueva tiene un concepto de Libertad Personal materialista: “Acaso estas situaciones sólo pueden encontrarse en aquellos casos en los cuales las trayectorias de cada persona (siempre desplegadas en codeterminación con otras trayectorias abiertas en la sociedad de personas) puedan considerarse prefiguradas con seguridad, a una escala dada. Lo que ocurre, por ejemplo, en una sociedad política o en una ciudad «en marcha» en la cual las personas tienen fijadas de algún modo las órbitas que, de un modo genérico, han de recorrer cíclicamente. En situación semejante es posible decir, en principio, que una persona es responsable enteramente de sus actos. Ahora bien, cuando el circuito de acciones de una persona (acciones en principio «contingentes» respecto de una entidad que aún no está constituida) pasa a ser constitutivo de tal persona, podrá también ese circuito de acciones comenzar a considerarse «necesario» para la persona misma. Esta conclusión nos permitiría dar una interpretación precisa a la célebre fórmula estoica: «la libertad es la conciencia de la necesidad»”

    La idea de libertad de Villanueva debe entenderse en el marco que define GB en el mito de la izquierda: “El Congreso norteamericano estará en la base de un nuevo Imperio Universal, de la mayor importancia histórica, sin duda, pero que se añadirá a la serie de imperios que han venido sucediéndose desde los tiempos de Alejandro Magno”. Es tramposo entenderla como un solipsismo, cunado se trata de un socialismo genérico, de la “conciencia de la necesidad” de un individuo que comprende perfectamente su entorno, que asume las pautas imperiales: habla inglés, vive en una gran ciudad, está atento a la información bursátil, se sube en aviones y viaja a otras grandes ciudades, sabe leer contratos.

    Esta idea de Imperio Universal Americano también la encontramos en los artículos de Julio Camba, un conservador hispano que procedía del anarquismo (recomiendo vivamente leer “La ciudad automática”, libro profundamente filosófico”): “Parece que una sociedad capitalista al grado de la sociedad americana debe ser todo lo contrario de una sociedad comunista, pero es igual. Si mañana el Standard Oil, por ejemplo, pasara a manos del Estado, ninguno de sus empleados advertiría el cambio, porque, en realidad, el Standard Oil es un Estado en si mismo, como es un Estado la General Motors y como es otro Estado la cadena de los restaurantes Childs. [….]Lamento, claro es, no haber estado en Rusia, pero no creo que una visión directa de aquel país modificase en mucho mi opinión sobre su analogía con los Estados Unidos. Los extremos se tocan, y, al parecer, una organización capitalista, llevada a su límite extremo, se traduce en una organización perfectamente comunista”. Camba se arma un lío, confunde el proceso revolucionario de la URRS con el Imperio Americano, lo que él ve es la escala de dos Imperios Universales en lucha tratando de imponer sus respectivos socialismos genéricos.

    Daniel llega a esta conclusión: “Concluyo reformulando mi definición anterior: el anarquismo de Turrión entra dentro de un socialismo genérico en la forma indefinida (no especificada) de la izquierda progresista y Villanueva se define por la negación de este socialismo genérico desde el subjetivismo solipsista, viendo a los demás individuos como “útiles” o “inútiles” dentro del marco economicista del contractualismo.

    El anarquismo de uno muy probablemente le lleve, quizá en virtud además de su biopoliticismo, a defender a las familias que son expulsadas de sus casas, y esto es muy materialista, porque tiene a la vista el individuo corpóreo. Mientras el otro en el mismo caso, como lo social no cristaliza para él más que en el contrato formal (mediante el cambio, dije) entre los individuos esperará al desalojo para comprar la casa barata, lo cual es un materialismo ultramundano bastante más grosero que el de Turrión.”

    A mí la conclusión me parece tremenda y tramposa. Porque esas familias han jugado a mi pisito = un capital, han jugado a “lo compro por veinte y lo vendo por cincuenta ¡Me forro!”. En realidad Turrión y los de la PAH están defendiendo a consumidores, a materialistas groseros que son capaces de lanzarse por una ventana, destruyendo sus propios cuerpos, porque les van a quitar la propiedad de un montón de ladrillos ¡Es asqueroso!¡Señora, que su cuerpo es mucho más importante que la puñetera encimera de silestone! La actitud de Villanueva, al contrario de como nos la quiere presentar Daniel, es estoica: has jugado a propietario, has jugado a capitalista, eras trabajador y quería un BMW, tenías una pequeña empresa y pensabas que eras Gordon Gekko…. ¡Asume las consecuencias! Puro estoicismo.

    El problema de Daniel es que lee mucho a don Gustavo Bueno y ve poco los programas de Turrión. Turrión es un defensor del Estado de Bienestar que se inventó el Imperio Universal USA para Europa, defiende la democracia del Imperio USA, reniega de la URRSS, de las clases trabajadoras, y está decidido, si llega a tocar poder- esperemos que no-, a cargarse al Estado español y liberar a vascos, gallegos y catalanes al mismo tiempo que reclama cobertura pública para todo. Yo no sé quién le proporcionará esa cobertura pública. Turrión es un producto de la izquierda degenerada italiana y sus socilismo genérico es mucho pero que el de Villanueva.

  • El materialismo filosófico se liga al socialismo genérico en tanto que la filosofía individualista o solipsista (gnóstica) no es una forma alternativa de conciencia filosófica sino la degeneración de la misma.

    Sociedad universal/sociedad local; socialismo / individualismo; materialismo / espiritualismo.

    Esas son las relaciones ontológicas no sustancialistas sino dialécticas que vertebran la implantación política de la conciencia filosófica (que yo he visto repetidas en Ensayos materialistas, El papel de la filosofía en el conjunto del saber y Ensayo sobre las categorías de la economía política).

    Lo que tendría que preguntarse IH es ¿Es posible la racionalidad filosófica en el ambiente tecnócrata y espiritualista de la globalización capitalista?

  • ¿Cómo que no va a desaparecer? ¿Por qué lo sabes? ¿Es que ha existido siempre?

    La sociedad no puede entenderse sin la presión moral del grupo sobre el individuo, es decir, que «el hombre se individualiza en sociedad», y que por lo tanto la sociedad individualista o solipsista no es una sociedad alternativa a la socialista, sino la degeneración de la misma sociedad socialista, en tanto que mengua la presión moral que vertebra su unidad.

    ¿El Estado capitalista moderno es la única forma de organizar dicha presión? ¿Por qué? ¿Acaso no ha sido compartida con la Iglesia católica, en sentido ascendente en la capa conjuntiva de cada uno y en sentido descendente sobre la capa cortical de todos ellos, durante más de un milenio?

    El materialismo filosófico no es solidario de ninguna forma específica de sociedad política sino de la sociedad universal (en el sentido lógico de reunión de clases). Del mismo modo no es solidario de ninguna forma específica de socialismo sino del socialismo genérico como racionalismo universalista.

    Turrión comparte el socialismo genérico de IH ¿A qué viene el materialismo filosófico para criticarle? ¿Por qué IH acude al materialismo filosófico para defender su forma específica de socialismo?

    Salud.

  • Lenin, y el diamat con él, abogaba por el fin del Estado. El filomat niega la futura extinción del Estado. El filomat es incompatible con el comunismo clásico.

    Salud.

    Santiago.

  • De la «biopolítica».

  • Cuando digo que se puede rescatar no quiero decir sólo que me guste, que también, también que es lo único inteligible entre el delirio.

  • No, yo no he dicho eso. Lo que yo he dicho es esto:

    «Turrión entra dentro de un socialismo genérico en la forma indefinida (no especificada) de la izquierda progresista y Villanueva se define por la negación de este socialismo genérico desde el subjetivismo solipsista»

    En el artículo se pretende una «ecualización ontológica», esto debe significar algo así como unas coordenadas que el autor del artículo construye para reexponer o absorber a los susodichos a una escala en la que se borran las diferencias. Lo que yo he dicho es que la escala en la que pueden ser ecualizados es superficial respecto al fondo ontológico de su filosofía. Así que en cualquier caso lo que yo concedía, como paso para llegar a la ontología que está detrás de las ideologías, era un «anarquismo» difuso, que se confunde con el democratismo, con el pacifismo, y yo que sé. Entonces lo que decía es que la ecualización se establece en un plano totalmente fenoménico, vamos, en el plano en el que estos dos sujetos pasan por completos imbéciles sin ninguna importancia.

    Pero ni Turrión es anarquista ni Villanueva biopolítico. Yo he concedido que Turrión sea anarquista porque me da igual lo que ese tío sea. También me da igual lo que sea Villanueva, pero me parece muy gore pasarle por biopolítico para montar ad hoc una estrategia de absorción ideológica por parte de IH. A no ser que lleguemos a un punto en el que «biopolítica» no significa nada.

    Claro ¿Qué coño estamos entendiendo por «biopolítica»? Esto no lo dice «Castro». Bueno, el concepto es oscuro, pero centrándonos en Negri y Hard que tienen un texto muy famoso que es prácticamente fundacional del asunto, podemos decir que es una suerte de sociologismo ecológico cuya importancia es solamente crítica de la sociedad burguesa, de su burocratización irracional en el sentido de Weber, de su economicismo, de su formalismo…etc Me parece que esta crítica tiene fundamento no sólo por sus contenidos, sino porque de alguna forma estos sujetos están regresando al mundo de los cuerpos, de los sujetos corpóreos que son «su fuerza de trabajo» para criticar esa formalización abstracta («mercancía») de lo político en la sociedad burguesa. Tomar el cuerpo como «instrumento de lucha» se puede interpretar en el sentido estoico no sólo contra el consumismo, sino en una crítica a la «dictadura del capital» desde el «lugar» de resistencia contra la formalización del tiempo y del espacio social, en tanto que el fin de la formalización es la «producción del sujeto productor». Porque la formalización de la producción real, corpórea, ecológica, de la Ciudad, es completamente irracional y arbitraria, una masa amorfa de átomos de intereses contrapuestos. Es decir, una crítica de la explotación burguesa. Esta es la crítica que yo creo se puede rescatar de la biopolítica ¡Pero de ninguna manera veo esto en Villanueva! Eso sí,concedo a IH, que, ciertamente, la planificación (o «formalización», permitidme estos dislates) real del campo político tiene que llevarse a cabo desde los aparatos del Estado, pero es que esto también se puede entender de mil maneras (¿más poderes descendentes o ascendentes? ¿estructurativos, determinativos, operativos? ¿conjuntivos, basales, corticales?).Es una recomendación prudencial, necesaria para una organización que se propone la revolución, biopolítica o no. Es un fenómeno que cambia a través de las concepciones históricas (prácticas) que tenemos de él. Hablar del «Estado» genéricamente, como idea filosófica que ha triturado sus especificaciones morfológicas idiográficas, es lo mismo que hablar del «socialismo genérico». Y así se desmonta la ecualización de la superficie.

    Porque lo que va más allá de toda recomendación, define el objetivo político, la estructura lógica del campo político y la clase instituciones a través de las cuales dichos sujetos se implantan él y es claro como el agua y radicalmente distinto es esto:

    «Turrión entra dentro de un socialismo genérico en la forma indefinida (no especificada) de la izquierda progresista y Villanueva se define por la negación de este socialismo genérico desde el subjetivismo solipsista» Vamos, socialismo / individualismo.

    Y añadía:

    «El anarquismo de uno muy probablemente le lleve, quizá en virtud además de su biopoliticismo, a defender a las familias que son expulsadas de sus casas, y esto es muy materialista, porque tiene a la vista el individuo corpóreo. Mientras el otro en el mismo caso, como lo social no cristaliza para él más que en el contrato formal (mediante el cambio, dije) entre los individuos esperará al desalojo para comprar la casa barata, lo cual es un materialismo ultramundano bastante más grosero que el de Turrión.»

    O sea, que no es una cuestión erudita, que la cuestión ontológica se refiere a los individuos que el proyecto de Estado de una organización socialista revolucionaria puede absorber y a los que no, no tanto en virtud de los medios que usan sino de sus fines.

    Me pregunto ¿Por qué IH tiene que acudir al materialismo filosófico para recomendar que se cuente con el Estado? ¿No les basta Lenin? Joder ¿No se bastan ellos?

    Por eso decía que «Castro» ha tomado dogmáticamente ideas cuya intención es crítica de otras doctrinas. Me parece que tampoco ha leído a Bueno.

  • Daniel acaba diciendo lo mismo que el artículo: Villanueva y Turrión son lo mismo, pero no por el anarquismo, sino por la biopolítica.

    Y Fdez, me atrevo a decir, conoce la obra de Bueno mucho mejor de lo que a Daniel (creo que nos conocemos) le parece.

    Saludos.

  • Fdez, no ha entendido mi argumentación. Yo he concedido que ambos sean anarquistas, aunque en el caso de Turrión no sea un anarquismo emic, lo cual complica las cosas, pero bueno, no me interesa defender a Turrión, lo que yo replicaba es mucho más profundo y sutil que eso. Se trata de la definición del anarquismo como figura de la ontología política y en virtud de la cual se pretendía ecualizar en el artículo, sin conseguirlo, posiciones tan distantes como las del socialdemócrata Turrión y el anarco-liberal Villanueva. Dicho esto la mierda que usted me lanza ad hominem no tiene ningún rigor y se lo podía haber ahorrado.

    Desde la clasificación de las izquierdas y las derechas por medio del criterio de El Estado, efectivamente podemos identificar a ambos anarquismos, de izquierda y derecha, como anarquismos, en tanto que se definen por la negación del Estado (¿pero Turrión no era izquierda indefinida? bah, da igual). Pero no habremos establecido ninguna ecualización ontológica entre ambos sino que solamente hemos pronunciado una grosera tautología: «en la medida en la que ambos aspiran a destruir el Estado, son anarquistas». A mí me parece genial que se diga esto, enserio, no pienso discutir ni por un segundo que Turrión no sea anarquista, aunque podría, porque como le he dicho, me da igual.

    Lo que no me da igual es que se hagan pasar churras por merinas, porque el anarquismo, ontológicamente, no tiene nada de claro, por mucho que así se le presente al que se «implanta» dogmáticamente en el concepto positivo de El Estado. Yo no estoy en la posición de Sotelo, pero usted está en la posición de los que no han leído a Bueno. De otro modo hubiera comprendido mi argumentación, y está claro que no ha sido así. No le culpo, tómese su tiempo

    Los silogismos del artículo son los siguientes: 1 La biopolítica es anarquista. Turrión es biopolítico, ergo, Turrión es anarquista. 2 Villanueva es anarquista. La biopolítica es anarquista, ergo, Villanueva es biopolítico.
    Así el artículo da la impresión de haber establecido alguna relación esencial entre Villanueva y Turrión, obviando las diferencias con las que se hubiera topado en el caso de que el autor hubiera pretendido realmente definir el anarquismo y no hacer apología de su propia ideología, totalmente oscura y confusa, por más «cerrados» que parezcan sus silogismos.

    Lo que no se puede conceder es que Villanueva pase por «biopolítico», porque de permitir esto no habría razón para hacer pasar por biopolítico cualquier anarquismo (no sé, que alquien me diga donde ha hablado este hombre de biopolítica, a mí me parece que está más bien en un economicismo ramplón, y precisamente frente a esto se define la biopolítica), lo cual es una mamarrachada soberbia.

    Concluyo reformulando mi definición anterior: el anarquismo de Turrión entra dentro de un socialismo genérico en la forma indefinida (no especificada) de la izquierda progresista y Villanueva se define por la negación de este socialismo genérico desde el subjetivismo solipsista, viendo a los demás individuos como «útiles» o «inútiles» dentro del marco economicista del contractualismo.

    El anarquismo de uno muy probablemente le lleve, quizá en virtud además de su biopoliticismo, a defender a las familias que son expulsadas de sus casas, y esto es muy materialista, porque tiene a la vista el individuo corpóreo. Mientras el otro en el mismo caso, como lo social no cristaliza para él más que en el contrato formal (mediante el cambio, dije) entre los individuos esperará al desalojo para comprar la casa barata, lo cual es un materialismo ultramundano bastante más grosero que el de Turrión.

    Salud!

  • Daniel, el criterio es el Estado. Utilizando ese criterio está bien. Si ves los debates entre Bueno y Sotelo, don Gustavo insiste en que él ha tomado ese criterio para tratar de clasificar desde las izquierdas, Sotelo no lo acepta y no comprende a Bueno porque el está en la izquierda indefinida. La crítica que haces al artículo sería parecida a la que Sotelo hace a Gustavo Bueno.

  • Me parece que la «ecualización» que se pretende llevar a cabo entre el anarquismo de Turrión (en el caso de que lo tenga, cosa que no sé porque le he visto en dos vídeos y no voy a ver más)y el de Villanueva no es ontológica, como se pretende, pues la anarquía no es una idea clara, ni en el artículo se dan los parámetros para definirla. Cuando los da, se cae la ecualización, puesto que el anarquismo de uno maneja una idea de sociedad atributiva, en la que el individuo corpóreo (hay conexión material) es un momento de la «multitud», mientras que su contrario tiene una idea distributiva de la misma, en la que esta es un momento de la relación formal (mediante el cambio) de los individuos (¿corpóreos?.

    Lo que ha hecho Castro es criticar a ambos desde un concepto positivo de estado, en tanto que ambas perspectivas carecen de este concepto. Pero así no se ha encontrado la relación entre el anarquismo liberal y el anarquismo socialdemócrata, simplemente se ha criticado en el mismo plano fenoménico en el que se plantea el anarquismo como categoría política. Los ha ecualizado en la oscuridad y confusión.

  • Me parece que la «ecualización» que se pretende llevar a cabo entre el anarquismo de Turrión (en el caso de que lo tenga, cosa que no sé porque le he visto en dos vídeos y no voy a ver más)y el de Villanueva no es ontológica, como se pretende, pues la anarquía no es una idea clara, ni en el artículo se dan los parámetros para definirla. Cuando los da, se cae la ecualización, puesto que el anarquismo de uno maneja una idea de sociedad atributiva, en la que el individuo corpóreo (hay conexión material) es un momento de la «multitud», mientras que su contrario tiene una idea distributiva de la misma, en la que esta es un momento de la relación formal (mediante el cambio) de los individuos (¿corpóreos?.

    Lo que ha hecho Castro es criticar a ambos desde un concepto positivo de estado, en tanto que ambas perspectivas carecen de este concepto. Pero así no se ha encontrado la relación entre el anarquismo liberal y el anarquismo socialdemócrata, simplemente se ha criticado en el mismo plano fenoménico en el que se plantea el anarquismo como categoría política. Los ha ecualizado en la oscuridad y confusión.

  • granados, creo que citar a Lenin aquí es pertinente, en tanto se señala el izquierdismo de Turrión y adláteres.

  • Lo que no entiendo es la referencia del autor al Leninismo en el contexto de lo que se discute, desde luego el tal Turrión no es en absoluto leninista por mucho que se pueda hacer una lectura anarquista ó quizás bordigista de Lenin,;Turrión está más en la linea de la «new left», es decir la nebulosa de izquierdas que propiciaron los 60 y a las que dió rienda libre la «desestalinización»- que fue también una deslenización- y la «guerra fría cultural» a través de la socialdemocracia, la cultura «cool» y el ultraizquierdismo de raiz trotskista .

    En cuanto a Diaz villanueva, tuve la desgracia de leer su kindle «La historia criminal del comunismo» con el que figura en la portada, uno de los peores libros que he leido,pura propaganda y patrañas antisoviéticas;creí que con el «libro negro del comunismo» de Werth , ó con los libros de Robert conquest, habia agotado el cupo de deshonestidad y mentira intelectual, pero el libelo de villanueva lo ha superado.

    Le envié una crítica a Villanueva acerca de su libelo de falsificador , que naturalmente no se ha dignado en contestar.

  • Gracias Uno, te invitamos a seguir leyéndonos.

    Salud.

  • No estoy totalmente de acuerdo con vosotros pero apoyo un socialismo hispánico y anticapitalista. Hay que sumar, no restar. Hay que sumar fuerzas socialistas de España y de Hispanoamérica. ¡Os animo a seguir!

  • Agus, a la chavalada hay que contarles la política como si estuviesen leyendo o viendo «Juego de Tronos». Estos son los tiempos que te han tocao, muchacho.

  • Buenas,
    Eso de que «el enemigo de mi enemigo es mi amigo» es un poco simple, no siempre es así y además puede llevar a graves errores difíciles de corregir posteriormente. No cabe entendimiento posible con el tal Turrión dados sus disparates teóricos denunciados magistralmente aquí por Castro. Si acaso alguna coincidencia pasajera, que por otra parte también se puede tener con cualquiera en un momento dado, si es que no somos unos auténticos sectarios. Vamos que se puede coincidir con muchos porque efectivamente un reloj averiado al menos dos veces al día señala la hora de forma correcta.
    Por otra parte no se acerca ningún fascismo. Eso es un error promovido por el izquierdismo. No necesitamos acudir a términos grandilocuentes para denunciar la realidad que hay hoy en día: europeísmo germanófilo capitalista, democracia capitalista sin más(y ese más era la existencia de la URSS principalmente) ¿te parece poco?
    Estamos de acuerdo en que hay que priorizar luchas: denunciar a estos izquierdosos por las consecuencias nefastas de sus errores ideológicos, armarse con una adecuada teoría política, del Estado, dialéctica de clases y estados, hispanidad, socialismo…
    Saludos

  • Crítica brillantísima, felicito al autor del post. Creo que este texto es el germen de lo que yo empezaré a llamar en mis Apts el Radical-socialismo Iberoamericano. Me parece un rótulo muy apropiado para este movimento ideológico que está fraguándose en las entrañas del Filomat. En realidad es un NeoRadicalismo que se vuelve hacia el pasado, para asumir las tradiciones filosófico-política de las seis generaciones de izquierda, y superarlas en este mundo de mercados supranacionales al tratar de prefigurar lo que sería el Gigante Iberoamericano( ¿La Gran Confederación de Estados Iberoamericaos (CEI)? [me pirra esto de los nombres, lo siento]). El gran fallo de los Tsipras, Grillos, Zizeks, es no darse cuenta que los mercados pletóricos han dejado de estar enmarcados en naciones políticas; que las medidas de refuerzo nacionales, siendo imprescindibles, no son suficientes a la hora de enfrentarse a un ente político como la UE, el NeoImperio Carolingio que decimos en Apts. Nada se logrará de Bruselas si no se va a negociar con el respaldo de un actos político-económico-histórico del tamaño de la UE. Nada. Por eso, aunque no exista, hay que hablar de la Confederación de Estados Iberoamericanos como si existiese. Así empezó el NeoImperio Carolingio. Fundemos un Congreso Radical en Barcelona recordando a Lerroux. Fundemos un Partido Radical-Socialista Iberoamericano de España en el que solicitemos la salida del Euro, la Monarquía Presidencial, y la entrada en Confederación de Estados Iberoamericanos, sometiéndonos a las instituciones supraeconómicas iberoamericanas ¡Ah! la capital, por supuesto, en La Habana.

  • Yo creo que la conexión está clara: Turrión y Villanueva conectan porque ambos son biopolíticos, uno desde la multitud y el otro desde el individuo. Y multitud e individuo, desde una perspectiva filosófica materialista (la que nosotros manejamos) son ideas confusas y oscuras.

  • Marx, por otra parte, gastó sus balas no solo contra los capitalistas y liberales, sino también contra los izquierdistas contemporáneos suyos, como Proudhon, Stirner, Lasalle o Bakunin. Y a tenor de la historia, fue la estrategia adecuada. No nos comparamos con Marx ni mucho menos, pero por la unidad frente al enemigo común, se acaba pagando un alto precio, que he tratado de señalar en comentarios anteriores.

    Saludos otra vez.

  • Yo no veo que se acerque ningún «fascismo». La palabra fascismo, además, ha caído en un uso tan masivo que ha perdido su significado originario. Y si en algún momento aparecen fascistas de verdad, nadie los reconocerá.

    Nosotros no somos «quien no está conmigo está contra mí». No creo que Turrión esté contra IH. Pero creo que Castro señala acertadamente que los fundamentos ideológicos de la línea que el defiende son tan errados que no llevan a ningún sitio, como han demostrado movimientos como el 15M. No es casual, por otra parte, que en el 15M, por megafonía, se leyesen frases de Ayn Rand (líder ultraliberal minarquista). Quiero decir que las conexiones entre izquierdismo indefinido y liberalismo son más acusadas de lo que parece.

    A mi juicio, o hay un proyecto claro, conciso, definido, de Estado, es decir, o hay una línea clara sobre qué hay que hacer a nivel de clases y a nivel de Estado, y ello conlleva un enfrentamiento abierto, sincero y franco, con otras alternativas, o seguiremos en nebulosas líquidas. No en vano, recuerdo que tras la primera semana de 15M, el PP arrasó. Y que tras el mayo de 1968, ganó Giscard D’estaign en Francia, y al llegar Miterrand al Eliseo, todo siguió igual.

    El izquierdismo de la Europa occidental no ha hecho más que marear la perdiz.

    Saludos y gracias por comentar.

  • Encantado de discrepar contigo 😉

    Pero insisto: entre el «frentepopulismo» (someterse todos a un liderazgo común por el bien de la causa) y el «quien no está conmigo está contra mí» hay una infinidad de posturas intermedias. No me importa ni el currículo ni el círculo de amistades de nadie, sino las ideas que se defienden. En muchísimos frentes actuales, Pablo y yo estamos en la misma trinchera. ¿En todos? No, pero desde luego no pienso malgastar mis balas contra él cuando estoy rodeado de enemigos auténticos.

    Vamos, que no estoy llamando a la unidad de la izquierda, sino a priorizar luchas. El fascismo se acerca, no es el momento de discutir si son galgos o podencos.

  • En Izquierda Hispánica se defiende la nación política, es decir, la nación de ciudadanos libres e iguales en derechos y deberes, frente a la nación étnica, religiosa o racial, y frente a la nación fracccionaria, el separatismo, que destroza la soberanía nacional y la igualdad ante la ley dando privilegios que llama derechos. Somos herederos de la Constitución de Cádiz.

  • Femen está compuesto por personas muy valientes, sobre todo las que han estado en Túnez. Pero ese feminismo que hace del cuerpo un arma política no nos interesa. Los feminismos son varios, incompatibles entre sí, igual que las izquierdas.

  • No hay puntos de encuentro de ninguna clase. De hecho, lo que el autor trata de evidenciar en este artículo es que detrás de la imagen anticapitalista de Turrión nos encontramos con puro liberalismo. ¿Acaso Toni Negri no acabó votando en favor de la Constitución Europea?

    Y no es cuestión de lo que comentas, Javi, acerca de la coña de Monty Python. Es que las izquierdas no pueden unirse porque es imposible. Cada una tiene un proyecto político distinto, una definición diferente. ¿Qué pueden hacer juntos anarquistas con comunistas, y comunistas con socialdemócratas? Nada, salvo desdibujar sus perfiles en beneficio del mejor organizado, del mejor situado, del que más experiencia tiene en esto del oportunismo, y en España ese papel recae en el PSOE. Turrión le está haciendo un favor enorme a la socialdemocracia, la da aire para respirar, una ideología enemiga siempre de los trabajadores españoles.

    A la pregunta: ¿No es mejor unirnos frente al enemigo común? El frentepopulismo, la unión de las izquierdas contra el capitalismo o el fascismo, nunca ha llegado a buen puerto. En Alemania fue demasiado tarde. En Francia el frentepopulismo permitió la dominación del país por parte del Tercer Reich. Y en España, fue causa directa, fundamental, de la victoria franquista.

    ¿Estamos en el mismo barco? No.

    Saludos y gracias por comentar.

  • Meter a Pablo Iglesias y a Fernando Díaz Villanueva en el mismo saco, ¿no es propio del frente-popular-de-judeismo? ¿No deberíamos maximizar los puntos de encuentro con otros movimientos anticapitalistas en lugar de minimizarlos? Los ancap son claramente nuestro enemigo dialéctico, aunque tengan la solvencia intelectual de un mosquito. La «biopolítica» (¿FEMEN, por ejemplo?), si es anticapitalista, no es mi enemiga, aunque soy de la opinión (¿compartida por el autor?) de que el concepto «nación» no es más que un cuento de hadas para adormecer conciencias.

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