La primera vez que la Generalitat no envía ningún representante desde el 78 al Día de la Hispanidad en Madrid ha coincidido con la primera vez que se convoca una celebración de la Hispanidad en Barcelona. No sé como
interpretarlo.
Destacaré varias cosas.
a) Mucha más presencia de la esperada. Aunque eso sí, algunos amigos evitaban ser fotografiados por mi flamante smartphone para evitar represalias en su trabajo. En todos los medios afectos a la
independencia/berlinización de Catalunya, -Avui, El Punt, y los sospechosamente incorporados a la moda El Periódico y La Vanguardia- se menosprecia a los manifestantes no con argumentos sino comparando su número con los que acudieron a la celebración de la Diada. Hemos de contextualizar esto. Un servidor, despendolado y tirado para adelante como cualquier baturro, ya tiene fama de ser un tabano y enemigo irreconciliable de los caciquistas neofeudalistas catalanistas. incluso así recibió multitud de whatsapps para ir a la Manifestación de la Diada; ante tanta presión social no pudo hacer cosa mejor que ir. Sin embargo para la concentración de hoy, ha tenido que sortear diferentes trabas: partidos de futbol que se organizaban a la misma hora, bellas mujeres que querian almorzar, gente
diciéndole que no iban a ir mas de mil y que iba a hacer el ridículo, etc, etc.
b) No había apenas niños, a diferencia del día de la Diada o los actos del Fuhrer en el III Reich.
c) Ha caído un aguacero terrible justo cuando los mitines. Parece que Artur Mas le encargó a la Merkel un aparatito de esos de agitar nubes y generar lluvias que tanto utiliza Estados Unidos. Todo el mundo ha ido corriendo a refugiarse en la nueva tienda de Apple, que estaba abierta en tan festivo día, de acuerdo a la Constitución de Apple. Poco ha durado esa apertura puesto que han cerrado las puertas a todo tren ante la avalancha de festivos españolitos que no querían mojarse, dejándonos a todos fuera calados hasta los huesos.
d) Casi al final ha subido un tipo, que luego se supo que era fascista españolista, al escenario hispánico en pose provocadora levantando los brazos con la bandera independentista catalana y gritando. Durante mucho mucho rato, ante la absurda -o no tanto- pasividad de los Mossos de Esquadra. La gente mientras lo abucheaba. Al final, ha subido un compañero suyo con la bandera del aguilucho y otros manifestantes españolistas antifascistas le han empezado a repartir hostias hasta el documento nacional de identidad, incluso entonces, ni rastro de Mossos; que por lo visto estaban esperando que mataran al tío. Cosa que también esperaban los periodistas, que como ratas, han aparecido para hacer fotos de la agresión, en la línea del victimismo como arma arrojadiza que tan bien sabe utilizar nuestro régimen convergente xenófobo.
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Por alusiones. A ver, Edwyn, aquí a nadie le va a importar si pones Catalunya (no hay más que ver la forma de escribir de la gente en los foros) y te sientes de un Estado que no existe. Yo conozco a uno que se siente del satélite Ganímedes. El tío es feliz así. Se cree descendiente de una especie de extraterrestres y no hay quien lo baje del burro. Allá él con sus fantasías. Lo importante es que objetivamente tanto él como tú sois españoles. Así lo dice vuestro DNI. La patria es el resultado histórico donde se nace.
En cuanto a los condados catalanes, claro que conocemos esa historia. Pero porque la conocemos, sabemos que es falsa. Tan falsa como la que han montado alrededor de la Diada o con la revuelta de los Segadores. Este artículo es imprescindible (y creo que aquí lo compartirán los integrantes de Izquierda Hispánica, que a buen seguro tendrán esta cuestión mucho más estudiada). Extraigo estos 2 párrafos:
«La invasión musulmana de la Península Ibérica en el año 711 supuso no sólo una ruptura en el plano político del reino visigodo, sino también en el plano jurídico la ruptura de la unidad que establecía el Liber Iudiciorum. La identidad católica sigue existiendo, pero la unidad política y jurídica quedó fragmentada en varias partes. En base a esta apreciación, se suele argumentar que esta situación de disgregación, ocupado por los musulmanes el territorio peninsular tras la caída del reino visigodo, dio lugar a la formación diversos reinos cristianos y, la formulación en ellos de un nuevo Derecho, plural y diverso y, caracterizado por tratarse, en general, de un derecho esencialmente local. Sería, por lo tanto, un precedente del actual estado de las autonomías de nuestra Constitución de 1978.
Estas versiones autonomistas, defendidas sobre todo por la actual clase política, utilizan y aprovechan de modo partidista la denominada «Teoría de los Cinco Reinos» que Ramón Menéndez Pidal y en cierta medida Claudio Sánchez Albornoz han defendido, donde cinco unidades independientes (Castilla, León, Aragón, Navarra y Portugal) mantendrían distintos núcleos de resistencia frente al Islam. Así, los políticos actuales hablarán de la fundación de la comunidad autónoma de Galicia en el siglo IX –cuando no remontándola a la predicación de Santiago en época del Imperio Romano–, de la formación de la comunidad foral de Navarra –rememorada en el castellano antiguo como «Reyno de Navarra» [sic]–, e incluso verán en la Marca Hispánica de Carlomagno el origen de una nueva nación: en el año 1988 los políticos catalanes conmemoraron el milenario de Cataluña [sic], aludiendo a la declaración del condado de Cataluña por Borrell II en el 988, que sin embargo no se declaró sino Conde de Hispania Citerior, en referencia a la división realizada por el Imperio Romano. Incluso un autor tan competente como Luis G. de Valdeavellano en su libro El feudalismo hispánico (Crítica, Barcelona 2000, que usamos como referencia), habla de Cataluña como «Estado feudal» por herencia de la dominación franca, así como del Reino de Asturias o Reino astur-leonés.»
http://nodulo.org/ec/2008/n074p12.htm
Salud.
Por otro lado, existen países que reconoce la plurinacionalidad de su Estado y son federales (Rusia por ejemplo) y no admiten dicho reconocimiento como base a la existencia de un derecho de secesión o de fiscalidad a la carta.
Por otro lado, existen países que reconoce la plurinacionalidad de su Estado y son federales (Rusia por ejemplo) y no admiten que dicho reconocimiento sirva como base a la existencia de un derecho de secesión o de fiscalidad a la carta.
Totalmente de acuerdo con Agus. Además echando mano de hechos histórico podemos justificar cualquier cosa. Edwin, en el resto de España sabemos que Cataluña fue un condado independiente, integrado después en la Corona de Aragón. ¿Y eso que prueba? León también fue un reino independiente. Mi pueblo, sin ir más lejos, se constituyo en taifa que formo parte después del Reino Nazarí de Granada. Entonces como las actuales provincias de Málaga, Granada y Almería fueron una realidad estatal independiente durante la Edad Media, ¿eso justifica que tienen derecho a la secesión? Si siguiéramos esa lógica, y nos atuviéramos a la realidad estatal de la Edad Media, podríamos dividir Europa en 200 nuevos Estados. ¿Y por qué tomar como referencia la Edad Media y no el Imperio Romano? Porque con el Imperio Romano toda la Península Ibérica estaba unida.
España como Estado, logró su unidad mucha antes que otros países europeos, al finalizar la reconquista frente a los musulmanes. Una unidad, por supuesto, que no debe entenderse en el sentido actual, porque como bien señalas hasta los Decretos de Nueva Planta, Aragón y Cataluña siguieron manteniendo muchas instituciones autónomas. Ahora bien, también me resulta un poco tramposo, por parte de los nacionalistas, que se señale, únicamente, el grado de autonomía con los Reyes Católicos o con la Monarquía de los Austrias y se oculte la puesta en marcha de instituciones comunes a nivel administrativo y político –entre ellas la Inquisición- y que conferían un nivel de unidad entre Castilla y Aragón mucho mayor, en comparación con otros estados de la época. Vender, que la unión entre Castilla y Aragón no es más, que una mera unión “matrimonial” si que es hacer propaganda antihistórica.
Con la Revolución francesa y la Guerra de Independencia, España, hasta ese momento un estado imperial, se transforma en nación política a principios del siglo XIX. Pero eso tampoco tiene nada de excepcional. Es lo que pasaba en toda Europa. En ese sentido la nación política española tiene sólo 200 años, porque la idea de nación política de ciudadanos no es más antigua. Tampoco para Francia, Italia o Alemania. Por cierto estos dos países se constituyeron como realidades estatales y nacionales unitarias a mediados del siglo XIX – es decir son Estados-nación más jóvenes que España- y no veo que por eso sus partes integrantes hayan conservado “derecho de secesión alguno”.
Hola a todos
Lo que un catalanista como Edwin jamás entenderá es que la cuestión nacional no se resuelve en un terreno histórico-sentimental, sino en el materialismo histórico, en el realismo político de planes y programas realistas y encaminados al mayor grado de socialismo genérico y específico(socio económico, bienestar…)que se pueda lograr en un mundo político(le guste a un o no) divido en estados e imperios. El proyecto de Izquierda Hispánica es para al menos 400millones de personas, de ciudadanos(no de individuos que compartan no se qué sentimientos..)
Lo de «pero JAMAS debe menospreciarse una cultura, pisotearla y manipularla para conseguir votantes o para dividir. YA ESTÁ BIEN» tiene gracia viniendo de regiones donde se ha acuñado lo de maquetos, charnergos, España nos expolia, déficit fiscal, España como cárcel de pueblos(precisamente los más ricos y mejor tratados por el Estado a lo largo de la historia) y demás. Es fácil rebatir el argumentario del PP, es tan fácil ser progre, moderno, demócrata o lo que sea frente a las debilidades teóricas e históricas de un PP, que por su ideología liberal vendepatrias no sabe qué hacer ni decir ante este asunto. Pero es que aquí el argumentario débil del PP no tiene nada que hacer: áquí hablamos de socialismo, de realismo político, de alternativas políticas frente a estados e imperios depredadores com son la UE Alemana, China, EEUU..y es desde aquí desde donde negamos el relato histórico-sentimental de Cataluña, no por despreciar los sentimientos de calalanidad o lo que sea; sino porque la historia sentimental aquí no cuenta. Aquí no somos anticatalanes por negar «la catalanidad»(sea eso lo que sea) sino porque un estadito catalán en el seno de la UE es un suicidio político frente una España unida(lo repito otra vez como proyecto político, no en sentimiento de «españolismo» sea eso lo que signifique) y potencialmente vinculada con 400millones de ciudadanos hispanos.
Gracias por comentar de todos modos
I para citas esta:
«Mintras queden catalanes y piedras hemos de tener enemigos y guerras»
Y esto lo dijo ni más ni menos que Quebedo…
Vamos a ver… para Fire y para todos en general.
Vivo en Catalunya, tierra donde he crecido, aprendido, amado, reído, llorado, trabajado… Y una parte de mi corazoncito se siente catalán. Por eso cada vez que leo o escucho comentarios como que en la escuela se nos “CATALANIZA” o se nos educa en la “SEPARACIÓN”, la sangre me hierve. Pero más me hierve aún como estudiante y amante de la Historia (en general, no solo de Catalunya) cuando oigo a altos cargos del PP dar patadas a cientos de años de historia.
Alfonso Alonso, portavoz del PP en el Congreso de los Diputados (fundado en 1834, un pelín más tarde que las Cortes Catalanas en 1192… os voy dando datos por eso del rigor histórico) nos dice que hay que “abrir los libros de historia y mirarlos sin prejuicios” para esta vena que les ha dado a los catalanes de querer ser como Escocia… en fin.
También Miguel Ángel Rodríguez, ex portavoz del Gobierno de Aznar, nos dice que los catalanistas son o somos una secta y unos lloricas.
Nos comenta González Pons, Vicesecretario de Estudios y programas del PP, que “CATALUNYA HA SIDO SIEMPRE PARTE DE ESPAÑA” (el primer monarca de ESPAÑA fue Amadeo I de Saboya en 1870, los anteriores lo fueron de Castilla… ¿Catalunya hemos dicho que tenia cortes desde?)
Pero como casi siempre, la guinda al pastel la pone nuestra queridísima Esperanza Aguirre (como la echábamos de menos) que va y nos dice que “ESPAÑA ES UNA GRAN NACIÓN CON 3.000 AÑOS DE HISTORIA Y QUE ESO ES TODO LO QUE TIENEN QUE SABER LOS NIÑOS”. Vamos a ver Espe… Hace 3000 años ni existía Catalunya, ni existía España pero juraría que era la época en que moría David y Salomón se convertía en Rey de Israel… no sé.
Para los que no lo sepan, los condados catalanes fueron oficialmente formados en el año 987 cuando el conde Borrell II de Barcelona de deshace del vasallaje que unía a Catalunya con Francia (fruto de la protección que ofreció Carlos Martel a Catalunya antes las incursiones musulmanas en la península a partir del 718) y se mantuvieron totalmente independientes hasta 1162, fecha en que se anexaron al Reino de Aragón formando la Corona de Aragón, y organizándose como una federación de estados medievales posteriormente (desde 1139 hasta 1479) respetando las singularidades de cada territorio y desarrollando una estructura política equivalente y similar entre sí: Cortes, Generalidades y Constituciones, coordinando la política exterior conjuntamente.
Allá por el 1516 se unen las Coronas de Castilla y Aragón por problemas sucesorios en la segunda. Entendería que llegados a este punto, muchos piensen que aquí nace España, pero se equivoca. Se da una unión entre dos Coronas, pero se siguen manteniendo cortes, instituciones políticas, administración pública, lenguas y moneda. Tanto es el sentimiento de NACIÓN de CATALUNYA que en 1640 estalla la Guerra dels Segadors y Pau Clarís proclama la República Independiente de Catalunya en 1641 (no es algo nuevo de ahora señores). ESPAÑA tal y como se conoce (políticamente) nace con Felipe V y sus DECRETOS DE NUEVA PLANTA allá por el 1716 que ya antes había llenado de sangre Barcelona un 11 de Septiembre de 1714.
Así pues, resumiendo, CATALUNYA SI HA SIDO INDEPENDIENTE. Lo fue 145 años por completo y después aliada con el Reino de Aragón otros 350 años aproximadamente. Conquistó territorios, lucho contra Castilla en varias ocasiones, escribió sus leyes, ganó y perdió guerras, creo su música, sus tradiciones y su carácter luchador.
Ya está bien de REINVENTAR HISTORIA, esta es la que hay y hay que conocerla. Hay que entender el clamor de un pueblo, su sentimiento de nación y su ansia de libertad. Puede o no compartirse el concepto de independencia, pero JAMAS debe menospreciarse una cultura, pisotearla y manipularla para conseguir votantes o para dividir. YA ESTÁ BIEN.
Por si no ha quedado claro, en las votaciones de Noviembre me decantaré por alguno de los partidos que apoyen el referéndum sobre la independencia. Porque por encima de todo, en política, está la libertad, que no se olviden. Preguntar al pueblo “que quiere” no es ilegal, debiera ser de obligado cumplimento. Las constituciones y las fronteras cambian, si no, no existiría la evolución.
Y lo he escrito en castellano porque me da la gana, porque en Catalunya sabemos hablar más que un idioma. Y escribo Catalunya con NY porque me da la gana también y así es como estoy acostumbrada a hacerlo.
Estado: conjunto complejo de instituciones que tiene propiedad sobre un territorio determinado, en el cual crean valor económico, en el entorno de las relaciones de producción, los habitantes que en ese territorio viven y trabajan. Habitantes enclasados en diversos tipos de clases, no solo económicas.
Salud.
Sí, sí, claro, Santiago, los Estados entran en conflicto (alianzas con terceros contra otros, guerras, etc.). Esa dialéctica está implícita en la frase «el Estado como motor de la historia». Me parece que no he tergiversado eso. La duda para mí sigue abierta.
No pretendo ganar nada. Lo único que deseo es enterarme de la idea de Estado que defendéis. Perdonadme si me he puesto más pesado de la cuenta y gracias por emplear parte de vuestro tiempo en los lectores.
Salud.
No hemos dicho en ningún momento que el motor de la Historia sean «los Estados», sino la dialéctica de Estados, a través de la cual se desarrolla la dialéctica de clases. Si no se dice realmente lo que defiende el interlocutor en una conversación como la que tenemos se cae en una falacia argumentativa realizada solo para ganar esa misma conversación. Y es mejor, antes de que los que nos leen piensen que defendemos algo que no defendemos aclarar las cosas.
El tema es que la Iglesia Católica es una institución que, al mismo tiempo está entrecruzada con un montón de instituciones de diversa índole, incluso está presente en esos conjuntos complejos de instituciones llamados Estados, amoldada su idiosincrasia particular. Pero hasta tal punto que no se puede hablar de los católicos como «clase universal de los creyentes en el catolicismo», pues, en realidad, ninguna religión es universal. No es lo mismo el catolicismo español que el francés o el italiano. En el caso de un catolicismo catalanista, a mi juicio, tendría unas similitudes muy cercanas al nacional-catolicismo étnico de los secesionistas croatas. No en vano, a muchos neofeudalistas catalanistas les llaman «croatas».
Saludos.
Gracias Santiago por tu respuesta. Yo estoy también de acuerdo en que el motor son los Estados, pero trato de ver esto en los términos que nos ha planteado Esquinas. Bien, aquí veo algunos problemas.
Afirmas que el motor de la Historia son los Estados, pero si afirmamos que estos son construcciones de las clases, entonces en última instancia quienes mueven todo son esas clases o instituciones que van modificando, construyendo o destruyendo los Estados con el paso de los años. De hecho, los imperios y los estados desaparecen pero ciertas instituciones sobreviven a ellos. Aunque también hay clases e instituciones que aparecen, desaparecen o se modifican, incluso en el interior de los Estados, sin que estos desaparezcan. La cuestión me parece más complicada.
Las clases y las instituciones que conforman los Estados no son universales, pero no por ello son tampoco nacionales (circunscritas a una sola nación): pueden ser inter-nacionales también. La religión católica envuelve a Hispanoamérica, sí, y también a otras naciones como Francia, Italia, etc. Pero esa institución podría amoldarse perfectamente a una Cataluña independiente. De hecho, muchos obispos catalanes optan por esa vía.
Perdonad por la insistencia en un tema que a lo mejor ya lo tenéis más que superado.
Salud.
El motor de la historia no son las «clases», sino la dialéctica de Estados, a través de la cual se desarrolla la dialéctica de clases (no solo lucha, sino también alianzas o indiferencias). Lo que ocurre es que no hay clases universales, las clases son nacionales, y lo único universal, en lo que respecta a la política, son los Estados que han alcanzado un grado de desarrollo tal que su influencia se hace notar en prácticamente todos los territorios habitados de la Tierra: los imperios. La historia universal es la historia de los imperios universales.
Mantener la unidad del Estado, e incluso incluirlo, manteniendo su unidad, en una comunidad política postéstatal (como pueda ser la UE, la OTAN o, nuestro fin proléptico, la Alianza Socialista Iberoamericana), es la única manera de realizar una revolución universal. Luego el imperio generador socialista sería el sujeto revolucionario formal a escala universal, el fin y el medio para asegurar una revolución política socialista a una verdadera escala política universal.
Balcanizar Estados en nombre del socialismo es tan antirrevolucionario y tan antisocialista como retirarse individualmente uno a un pueblo para escribir contra el capitalismo.
Gracias por escribir.
Gracias una vez más por la respuesta tan elaborada. Me queda una duda. Si la unidad es el producto de las complejas relaciones en dialéctica de muchas instituciones internas y clases, ¿por qué empecinarse entonces en mantener la unidad? Esa misma relación de instituciones internas puede disolver las unidades actuales y dar lugar mañana a otras unidades. ¿Qué nos impelería entonces a mantener la unidad actual (al fin y al cabo, efímera y con fecha de caducidad)? Si el motor de la historia son las clases (que al fin y al cabo sus relaciones conformarían los Estados), ¿qué más da la unidad que se conforme? Las clases seguirían existiendo al margen de la unidad que conformen, y como al fin y al cabo éstas son las que hacen los Estados, con que existan las clases es suficiente.
Un saludo y gracias por usar tu tiempo en responder las dudas de los lectores.
Gracias, Fire, por tu comentario. Siempre es de agradecer que aquellos que nos visitan dediquen parte de su tiempo en comentar y discutir. Voy a intentar responder a tus afirmaciones.
Es cierto, como dice Trevijano que la pertenencia al Estado no es el resultado voluntario de ningún pacto. Esto es cierto pero sólo en parte. Yo matizaría: No es resultado voluntario de ningún pacto entre todos y cada uno de los individuos y pueblos que conforman el Estado. Porque es cierto, que esos pueblos tenían líderes e instituciones que si pactaron entre sí. ¿Acaso no pactaron las coronas de Aragón y Castilla para conformar la unidad española? ciertamente no hace falta un pacto formal escrito. Pero es bien cierto que las élites y los dirigentes llegan a pactos en su lucha por conformar los Estados. El caso más claro creo que es la Constitución de 1978. ¿Es un pacto? Si por pacto se entiende un pacto entre todos los españoles de 1978 está claro que no. Esto es materialmente imposible. Ahora bien, ¿acaso no fue un pacto entre los partidos hegemónicos durante la Transición? Esto sí que es así. Cada partido «barrió para casa» intentando insuflar a la Constitución aquello que pensaba le serviría para medrar. No voy a entrar a analizar ahora esta constitución pero lo que quiero destacar es que tampoco se puede afirmar que es producto de un proceso objetivo sin más.
Estoy de acuerdo con todo buena parte del análisis que hace sobre las autonomías y el Estado federal pero no creo que nada de eso vaya contra lo que digo del referendum.
También comparto buena parte de lo que dice sobre la idea romántica de Nación. Ahora bien yo establecería una serie de matizaciones. La primera, que la idea germánica-hitleriana de nación no es sólo voluntarista, es también objetivista. Y esto porque el voluntarismo y el objetivismo no siempre van desligados sino muchas veces están íntimamente unidos merced al intelectualismo de la voluntad: como conozco la realidad objetiva puedo modificarla a voluntad o como conozco la realidad objetiva hago coincidir la voluntad con el curso objetivo. Así, la nación para el nacionalsocialismo es ‘socialismo de la sangre’ (Himmler) es decir, un socialismo racial plenamente objetivo. La conjunción de esta reducción biologicista y de espiritualismo romántico es letal y muy perniciosa, cosa en la que creo estaremos de acuerdo. Lo que quiero remarcar es que es posible una conjunción de voluntarismo y objetivismo espiritualista o materialista -el caso del patriotismo soviético es parecido-.
El caso de José Antonio es distinto porque, al menos en su caso -el de otros miembros de falange o de las JONS esto es más cuestionable- no utiliza un componente racial, al menos en el sentido del nacionalsocialismo. Su «unidad del destino» en lo universal es propiamente la que Trevijano parece mantener. García Trevijano parece sostener posiciones cuasí-joseantonianas. Cito en extenso:
Vemos aquí cómo José Antonio mezcla muchas cosas, pero todo bajo un prisma aristotélico-católico. La idea de ‘depósito’ está sacada eminentemente de la dogmática católica. Esto no es bueno ni malo en sí, pero al aplicárse a una nación se desfigura completamente. No es que España no sea nuestro patrimonio, sino que tenemos patrimonio gracias a España. Es decir, nosotros -siguiendo a Gustavo Bueno- le damos la vuelta a Marx (y a José Antonio) pues la propiedad se fundamenta en el EStado y no el Estado en la propiedad. José Antonio aquí se contradice a sí mismo porque afirma que España es irrevocable pero constata sorprendido que puede revocarse y romperse. ¿No era acaso irrevocable? El marques de Estella parece mantener que España conforma una unidad sustancial vinculada de algún modo con lo divino y su destino universal pero claro, si Dios está con España es dificil ver cómo Dios podría permitir que se rompiera. Si se rompe, ¿no será acaso porque Dios lo ha querido? O dicho de otro modo: si España es una unidad de Destino en lo universal, y se rompe, ¿no mostrará esa ruptura que es falso precisamente que España sea una unidad de destino? El mismo hecho de constatar de que España puede romperse destruye ya la afirmación falangista de que España sea una unidad de destino en lo universal. España será otra cosa, pero no eso. Lo que me importa destacar aquí es que José Antonio piensa también en términos objetivos. Casi «ultra-objetivo». Habría que criticarle lo siguiente: claro que España es producto de un proceso histórico objetivo que los sujetos actuales no han decidido construir. Pero esos sujetos están enclasados, agrupados e inserto en instituciones que actúan y que pueden modificar el curso histórico.
Y aquí paso a mi último comentario. El problema congénito del falangismo en este punto -y en general de todo el fascismo- es su empecinamiento por negar la dialéctica de clases. Cuando nosotros hablamos de dialéctica de clases incluimos a las clases en sentido económico -marxista- pero también a toda la diversidad de grupos y estratos que luchan en el seno mismo de las naciones. Como la Falante pensaba en término sustancialistas aristotélicos -al menos José Antonio- se veía obligada a pensar primero la unidad de España y luego introducir la pluralidad como una anomalía. No es así. Las naciones no son unidades sustanciales sino confluencia plural de muchas tendencias y grupos. Esto no significa, por supuesto, que sea imposible hablar de unidad. Sólo que nos lleva a pensar que la unidad es un resultado y no un presupuesto.
Sobre la pregunta que nos haces, pues yo contestaría que el nacionalismo se dice de muchas maneras y según se entienda dicha afirmación tiene sentido o no. No tenemos problemas en decirnos nacionalistas españoles. Ahora bien, si para algunos el nacionalismo es una especie de exclusivismo chovinista, pues está claro que no somos de este tipo de nacionalistas. Si para algunos el nacionalismo se opone a internacionalismo, entonces tampoco nos calificaríamos como nacionalistas. Porque lo que nos oponemos es al cosmopolitismo -en esto nuestra postura es parecida al marxismo soviético- pero no al inter-nacionalismo. Es decir, que toda unión post-estatal será inter-nacional, es decir «entre-naciones». Pensar en uniones de individuos humanos al margen de sus naciones políticas -Estados- es metafísica. Por eso, cuando se nos dice «nacionalistas españolistas» hay que preguntar, ¿y qué demonios entiendes tú por eso? La mayor parte de las veces, como el que lo pregunta es un mastuerzo pues no se saca nada y cada uno acaba igual que antes.
Perdón por la extensión del comentario y gracias de nuevo por molestarte en leer y participar. Muchas gracias.
Buenas tardes, Esquinas. Gracias por tus muy oportunas apreciaciones (muy interesante la perspectiva de Gramsci) que incorporo a partir de ahora a mi manera de entender este problema. Buscando por internet he visto este artículo de Antonio García Trevijano donde habla de este mismo asunto. Sostiene que la patria no se hace y que estas cuestiones soberanistas no se pueden preguntar en referéndum. Me parece que tu crítica aniega el artículo de Trevijano. Este párrafo es muy revelador:
«La pertenencia al Estado de los pueblos que alcanzaron la unidad nacional antes de la revolución francesa no es el resultado voluntario de un pacto entre gobernantes locales, ni de un plebiscito entre gobernados, sino un hecho involuntario de la existencia colectiva que fue históricamente determinado por las luchas de poder en Europa.»
Por lo que Trevijano niega taxativamente el referéndum. Transcribo el artículo completo aquí para enriquecer el debate y por si alguien quiere realizar alguna crítica:
«A fuerza de no entender la naturaleza íntima de la cuestión nacional, ha llegado a creerse que un conflicto político de orden particular, basado en último término en la diferencia idiomática, puede resolverse con una fórmula indiferenciada de orden general. Sea la solución autonómica o la federal. El prejuicio uniformador del Estado opera como en la dictadura, pero al revés. Antes que admitir el hecho de, y el derecho a, la diferencia política de una comunidad lingüística, ese prejuicio prefiere desconocer, con su grosera generalización de las excepciones, la realidad y la idea histórica de España. El fracaso de la solución autonómica en la amortiguación de las aspiraciones nacionalistas extiende la opinión, más ingenua que perspicaz, de que el conflicto sólo se apaciguará con la administración única en las autonomías o con la división de la soberanía en un Estado federal. Es revelador que esas dos ideas generalizadoras no surjan del nacionalismo lingüístico, y que nadie esté en condiciones de fijar las competencias necesarias para colmar el techo autonómico, o los Estados subnacionales que se precisan para recomponer un Estado federal. ¿Tantos como autonomías? La confusión en este terreno llega a ser tenebrosa.
La raíz de tanto desvarío político se halla en la culpable persistencia cultural del concepto subjetivo y prefascista de nación. Un concepto que Ortega importó del plebiscito diario de Renan, con su bella tontería del «proyecto sugestivo de vida en común», y que José Antonio consagró en su hitleriana «unidad de destino en lo universal». Concepto voluntarista de un hecho existencial, como el de la familia o el paisaje donde nacemos, que lo mismo sirve de pretexto al imperialismo de los «destinos manifiestos», que a la multiplicación de puestos de mando para las élites provincianas capaces de hacer creer que la patria es un lugar que «se hace» y no el nicho histórico donde se nace. La investigación del nacionalismo en la moderna historia comparada ha destruido la hipótesis romántica de la identidad nacional. Y ha probado que la manipulación del sentimiento nacional, en las comunidades lingüísticas reprimidas, sólo es una de las formas políticas, más movilizadora que las basadas en sentimientos de clase, de luchar por el poder en el Estado o frente al Estado. A partir de ahí, sólo disponemos de una regla para medir el carácter progresista o reaccionario de la administración única, la federación o la autodeterminación de las nacionalidades. La regla de la democracia y de los derechos humanos.
Este patrón no coincide necesariamente con el criterio marxista de apoyar la libre determinación de los pueblos con clases dirigentes más avanzadas que las del centro político dominante. Pero antes de mirar la situación del poder autónomo respecto a la democracia, en comparación con la del Estado, debemos dar por descontado que la autodeterminación sólo ha podido realizarse, como hecho y no como derecho, cuando a una tercera potencia internacional le ha convenido. Y si nuestro nacionalismo periférico afirma, como si fuera un derecho natural, que nadie le ha preguntado si quiere estar o no en el Estado español, y bajo qué modalidad, está diciendo una obviedad que podemos repetir al pie de la letra los demás españoles. La pertenencia al Estado de los pueblos que alcanzaron la unidad nacional antes de la revolución francesa no es el resultado voluntario de un pacto entre gobernantes locales, ni de un plebiscito entre gobernados, sino un hecho involuntario de la existencia colectiva que fue históricamente determinado por las luchas de poder en Europa. Pero la forma del Estado, que no es un hecho existencial ni un producto de principios permanentes, puede y debe ser variada para asentar la relación de poder entre los pueblos de España en la democracia, y no, como ahora, en el inestable equilibrio de oligarquías nacionales y locales.»
Finalmente me gustaría preguntaros qué opináis de la afirmación de quienes dicen que nosotros, los españoles que no queremos la disolución de España, somos tan nacionalistas como ellos, los que se quieren separar. ¿Tiene algún sentido hablar de nacionalistas españoles?
Salud.
Estimado Fire,
Creo que tu crítica se basa en una errónea concepción de los procesos objetivos, incluido el del referendum, como si estos se dieran al margen de los grupos de sujetos que operan en la realidad. Aquí yo presupongo una concepción materialista de los procesos electorales lo cual supone que ellos son el resultado de procesos históricos objetivos y no el resultado de una voluntad popular que existiera previamente. Es la concepción de Gramsci: las elecciones lo que hacen es recoger el resultado de la hegemonía que determinadas instituciones -partidos, medios de comunicación, lobbys, etc.- están ejerciendo. Por lo tanto, cuando afirmo que la independencia de un territorio debería ser decidida por todos los ciudadanos españoles presupongo ya a estos grupos en lucha. Es decir, que si en España o en cualquier Estado del mundo, hay grupos que han conseguido mayoritariamente convencer a la mayor parte de la ciudadanía para que fragmenten su Estado, este se fragmentará sencillamente porque esa hegemonía atraviesa también las capas conjuntivas y basales del Estado. Incluyo en esta lucha por la hegemonía política, por la conformación del Estado, también a terceros estados amigos o enemigos de los diferentes grupos en lucha.
Cuando estos importantes grupos se encuentran enfrentados entre sí y de hecho no quieren la unidad, esta se acaba destruyendo. El caso típico es el de Checoslovaquia. No se trata si se debe someter o no a referendum. Se trata de que si, con mayoría o sin ella, hay un grupo mayoritario de partidos o instituciones que quieren la fragmentación del territorio -por las razones que fueran- van a lograrlo. El referendum no es más que un sistema tecnológico concreto para evitar, por ejemplo, conflictos armados o para contentar a la ideología democrática dominante. La afirmación de que la patria no se decide en las urnas es errónea, porque de hecho sí se ha decidido en las urnas a lo largo de la historia, otra cosa es que los resultados de esas elecciones no brotan de la subjetividad profunda de los individuos que «reflexionando» el último día deciden lo mejor para su país. Como he dicho, es el resultado de la hegemonía de los grupos. Y aún así, puede ser que las élites de esos grupos decidan al margen de la voluntad de los sujetos, como es el caso del referendum soviético sobre la permanencia de la URSS. Las patrias son formaciones históricas e históricamente pueden refundirse, fragmentarse, engrandecerse, empequeñerse o desaparecer. Y esto, pudiendo incluir referendum como parte del proceso objetivo.
En conclusión, no se trata de si la unidad debe o no ser sometida a referendum. Aquí nadie está pidiendo un referendum, al menos yo no lo hago e IH tampoco lo pide. Sólo afirmamos que si este se produce, deben participar todos los ciudadanos españoles. Siempre que se produce cualquier proceso este es objetivo. Siempre lo es. La historia conoce la formación y destrucción de multitud de Estados y la formación y desintegración de múltiples patrias.
El caso de Escocia creo que simplemente los ingleses lo toleran porque saben que van a ganarlo y encima quedan como grandes demócratas. El caso español es diferente porque después de treinta años autonomismo los grupos nacionalistas separatistas han tenido tiempo de posicionarse y ganar posiciones de poder a favor de su causa pudiendo salir vencedores de un hipotético proceso electoral.
Salud y gracias por tu interesantísimo comentario,
Me parece que esta cuestión de la independencia de un territorio que forma parte de un Estado, no se debe someter jamás a referéndum. Ni por parte de los catalanes (que a saber qué se entiende por catalán), ni por todos los españoles. La patria no se decide en una urna: es un producto histórico material que nos desborda completamente desde nuestra subjetividad y no depende de la voluntad. Dicho de otra forma: la patria es un hecho, no un derecho. Podemos decidir democráticamente a quién queremos en el Gobierno, incluso se puede votar una constitución, pero no se puede votar la destrucción de una patria, o su disgregación. Cuando las naciones han cambiado o han desaparecido, han sido el resultado de ciertos procesos históricos (donde deterministamente se han posicionado terceras naciones que han influido materialmente) que estaban más allá de la voluntad de unos ciudadanos. Si a un territorio se le concediera la independencia sería por imposibilidad económica de sostenerlo, por presiones inevitables de otras naciones o por el resultado de una guerra. El plebiscito no dejaría de ser mera cosmética formalista para adornar la verdadera razón material (incluso histórica) que subyace. Lo de Escocia habría que mirarlo con mucho cuidado y tratar de buscar los problemas que tiene Gran Bretaña que le hacen «soltar lastre», como lo tuvimos que soltar nosotros cuando económicamente nos resultó imposible mantener las posesiones de ultramar. En todos estos casos el voluntarismo y la democracia solo sirven para confundirlo todo.
Para Edwin,
Comenzaré por el ejemplo que utilicé. Si relees lo que dije, verás que puse otro que sí estaba dado a escala política: el ejemplo de una consulta democrática para acabar con las consultas democráticas. Estaba puesto para indicar que la democracia, entendida ya en sentido político estricto -a nivel de Estados- o a nivel de procedimiento -en una comunidad de vecinos, en nuestro equipo de futbol, etc.- no siempre es un procedimiento adecuado para cualquier cosa. De hecho es que es así, no es que gusto o no, es que no puede ser de otro modo.
Lo que quiero decir con esto, es que el procedimiento democrático está en función siempre de unos límites. Así, por ejemplo, la elección de los observadores, o la elección de los que componen las mesas electorales, no son democráticas. Otra cosa que no suele ser democrática es el límite que impone el sistema electoral que suele ser, como mínimo, su propio mantenimiento como sistema electoral. Es el caso del ejemplo que hemos puesto. Un referendum para que no haya más referendum, por ejemplo, no es que sea algo ilógico, es que si se produce significaría que un sistema permite su auto-destrucción lo cual generaría inestabilidad política.
Todas estas indicaciones son para afirmar por qué, generalmente, todo sistema democrático evita que democráticamente se discuta la unidad del propio sistema democrático. Si democráticamente unos deciden independizarse, ¿dónde se pone el corte? Pocos están dispuesto a poner el corte en la etnía o la nación cultural por lo difusa que ella misma es y porque hacer un censo a partir de dichos rasgos culturales es problemático. ¿Un andaluz que residiera durante veinte años en Cataluña y conservara muchos de sus rasgos culturales pero se haya insertado en la vida catalana es o no es un ‘catalán’? Las naciones políticas tienen un criterio básico: la ciudadanía. Se pide para votar ser ciudadano, no ser de una determinada etnia. Ni siquiera el idioma es lo que hace a alguien ciudadano. El ciudadano español tiene la obligación de conocer el español pero no es el español lo que lo hace ciudadano.
Por tanto, un referendum como el que va a producirse en el Reino Unido no es democrático. Porque para que lo fuera debería ser todo el «demos» es decir, todo el conjunto de los ciudadanos británicos, los que votarán. Así lejos de ser un ejemplo, el caso británico es una degeneración de lo que es la democracia en su sentido propio nacido de la Revolución francesa. No significa que para otras cosas no haya democracia en el Reino Unido. Me refiero a este caso concreto.
Dicho esto, puedo precisar mejor porqué IH se opone al derecho de «autodeterminación» que como bien dijo Lenin, es el nombre que se le da a la secesión. Primero, nos oponemos porque resultaría un mal para el conjunto de los trabajadores españoles en particular y para los trabajadores hispanos en general al fragmentar su unidad todavía más y hacerlos más débiles. Segundo, porque introduce criterios de Derecha política en el sentido más puro y duro: introduce la idea de que hay grupos de ciudadanos que tienen unos derechos especiales -el de «autodeterminarse»- que se les niega a otros por rasgos de cualquier tipo que no son el de ser ciudadano.
Repito. No estamos en el caso de que Cataluña sea una región marginada, empobrecida, o cuyos ciudadanos carezcan de los derechos de la metrópoli. Los problemas que sin duda tienen los catalanes son iguales a los que tienen los ciudadanos de Madrid, Galicia o la Rioja. Ni más ni menos. Ni no fueran ciudadanos del Estado con idénticos derechos, entonces tendría sentido dicho derecho de autodeterminación, para decidir si quieren o no incorporarse como ciudadanos de iguales derechos.
Este es, precisamente, el caso al que Lenin se refería en sus artículos sobre el derecho de autodeterminación y la razón por la que decía que la autodeterminación no tenía sentido en los Estados nacionales ya formados de Europa occidental, entre los que incluía a España.
Salud y gracias por tu comentario.
Gracias por enviar el enlace de su crónica Dasein. A ver si saco tiempo para contestar a Edwin, al que también le agradesco las críticas.
Yo también escribí una crónica (en catalán) y subí varias fotos: http://pensarhispanico.blogspot.com.es/2012/10/12-octubre-barcelona.html
Poner a Gran Bretaña como ejemplo de democracia es como poner a Jack el destripador como ejemplo de cirujano. Es decir, Gran Bretaña es una democracia homologada, pero no tienen constitución, con lo cual estos pactos entre sus diferentes naciones unidas bajo el imperio de una monarquía cesaropapista, confesional anglicana, no deben de ser equiparables a lo que pueda suceder en España. Es decir, y aunque nosotros digamos que la Constitución de 1978 es uno de los grandes problemas de España, aún así una secesión tendría que ser votada por plebiscito de todos los españoles y no solo de los catalanes, como si ellos tuviesen privilegios por censo (neofeudalismo político).
Si Cameron, que ha establecido todas las tretas legales para impedir la secesión de Escocia (y bien por él), sienta un peligroso precedente, es porque o bien Inglaterra no tiene dinero ya para mantener una unidad con Escocia, o bien es un insensato que continúa con una tradición depredadora anglosajona que define al Reino Unido como el Estado más cercano al Antiguo Régimen de toda Europa. Y no es casual que la posible secesión de Escocia y el repunte del neofeudalismo catalanista ocurran justo ahora que Alemania vuelve a ser la gran potencia imperial europea.
La democracia es una bonita palabra que, siempre, y ya lo dijo Platón, degenera en tiranía.
Salud y gracias por escribir.
Santiago.
Hola de nuevo.
Gracias Esquinas por tus aclaraciones. ¿Me permites una pregunta? Cual es tu opinión o punto de vista respecto a lo acontcio estos últimos dias entre Escocia y G. Bretaña? :
«El primer ministró británico David Cameron y el jefe del gobierno regional escocés Alex Salmond tienen previsto firmar hoy en Edimburgo un acuerdo histórico con miras a la celebración de un referéndum de independencia en Escocia en 2014. El acuerdo, fruto de largos meses de negociaciones, dará al parlamento autónomo escocés los poderes necesarios para organizar la consulta soberanista prometida por el líder del Partido Nacional Escocés (SNP) cuando fue reelegido con mayoría absoluta en 2011.»
fuente: http://www.abc.es/20121015/internacional/rc-cameron-salmond-firman-acuerdo-201210151305.html
¿Y bien? Supongo que nadie pondrá en duda de que eso si que es un ejemplo de Democracia. El ejemplo que expones para hacerme entender que es normal que unas cosas se puedan decidir democráticamente y otras no, no es relevante. ¿Votaciones para decidir cómo pilotar un avion? Crees que esa questión podría llegar a plantearse en un Parlamento? Eso no es política amigo. Quizá no me he explicado con claridad en mi post anterior.
saludos!
Ni siquiera Juan Carlos Monedero diría que Cataluña ha sido una nación. Pongo aquí palabras suyas, constando que no compartimos con él ciertas ideas políticas que consideramos ingenuas:
«Necesitamos sentarnos a un nuevo pacto. Ya está apareciendo la necesidad de dotarnos de una vez por todas de una Constitución que el pueblo la sienta como tal. Y ahí debemos discutir el tipo de organización territorial para que estas torpezas de esta capa política no nos lleven a la locura de intentar separar cosas que llevan cinco siglos compartiendo vida social, política y económica, como el caso de Cataluña y el resto de los Estados.
–Qué casualidad que “la Pepa”, aquella primera Constitución liberal española, este año cumpla exactamente doscientos años.
–Vinculada a todo esto la transacción corrió como un velo con el pasado. Y en vez de recuperar nosotros la constitución de Cádiz, desde una perspectiva emancipadora, que reinventó liberalmente España, que le dijo a Fernando Séptimo “o te pones en tu sitio o aquí no pintas nada”. Es decir, ese agujero de reinterpretar la Constitución de Cádiz como revolucionaria y liberal para la época, salvo las cuestiones religiosas. Al tener ese agujero la ha reinterpretado la derecha, la monarquía, y de repente la Constitución de Cádiz parece poco menos que preparar la llegada de Mariano Rajoy y los recortes. Es ridículo. Acabo de escuchar que vuelve en un espectáculo Raphael y es como una metáfora. Al final van volver Raphael, Julio Iglesias…
Decía Fernando Pesoa que “si ya no puedo creer que nada sea verdadero, por qué sigue viniendo la luz de la luna a batir la hierba”. Somos pesimistas pero pesimistas esperanzados. Cada vez hay más universitarios, más trabajadores, más pueblo. Esa democracia se pelea. No cae del cielo. Y ahora nos toca defenderla.»
http://www.comiendotierra.es/?p=1075#more-1075
Por cierto, Edwin, siempre se es democrático para unas cosas y no democrático para otras. Lo contrario es un fundamentalismo democrático que nadie, ni tu mismo, practicas. El caso que ponía Engels del barco puede ponerse con el de un avión hoy día: nadie decide democráticamente qué palancas tocar ni qué botones pulsar. Eso lo hacen los pilotos que son los que saben. Y así en doscientas mil cosas en la vida en la que no tomamos decisiones colectivas mediante procedimientos democráticos. La democracia es eso, un procedimiento de elección y un ordenamiento jurídico de garantías. Fuera de su contexto pierde sentido, como sería el caso de una votación democrática que decidiera acabar con las votaciones democráticas. Por ello, todos los ordenamientos constitucionales -no sólo el español- impiden o dificultan procesos que acaben con dicho ordenamiento constitucional. Por eso, organizar referendums para la secesión política es anti-constitucional. Pero esta no es una crítica que nosotros hagamos dado que no pasa nada con que algo sea anti constitucional. Un ejemplo: ahora mismo, tras el pacto PP-PSOE lo constitucional es pagar la deuda -a Alemania- antes que el gasto social. Nosotros estamos en contra de esto aunque hoy día sea anti-constitucional. Tampoco somos partidarios de los borbones, lo cual también es anti constitucional. No pasa nada con estar contra la constitución o puntos concretos de ella. Lo que nos preocupa es la secesión política cuyo objetivo no es otro fragmentar al obrero hispano una vez más. Como siempre, mientras que los capitales circulan libremente y se unen en un mercado tecnológicamente unificado mediante procedimientos de compra y venta sofisticados, los currantes hispanos de uno y otro continente nos separamos con más y más frontera. Así no se puede construir nada capaz de enfrentarse a los EE.UU, China o la UE -Alemania- y nos relega a ser meros espectadores de la historia.
Salud y gracias de nuevo por vuestros comentarios.
La nación puede entenderse de muchos modos. Desde luego, como unidad de rasgos culturales más o menos diferentes del resto de ragos de otras sociedades que la rodean, pues sí, los catalanes son una nación. Pero este es un modo de entender la nación previo a la Revolución Francesa, es decir, previo a la constitución de la izquierda jacobina revolucionaria madre de todas las izquierdas.
Nosotros partimos no de una idea tradicionalista o culturalista de nación, sino de una concepción eminentemente política: la Nación política es aquella formada por ciudadanos cuyo ordenamiento constitucional le garantiza el ejercicio de determinados derechos. En este sentido el Estado es previo a la nación política y por consiguiente, sin Estado no hay nación política de ciudadanos.
Hecha esta matización, hemos de afirmar que Cataluña no ha sido nunca una nación política. Lo ha sido España desde su Constitución de 1812, o las naciones iberoamericanas a partir de su independencia. Pero no cataluña, la cual nunca ha tenido la soberanía en el sentido moderno de la palabra.
Como grupo de izquierda nos oponemos a todos aquellos grupos que reclaman para sí privilegios por razón de etnia, cultura, raza, etc. Es el caso del nacionalismo catalán. Los catalanes tienen los mismos derechos y deberes que el resto de españoles. Y si están jodidos -por desgracia- por la situación económica y social actual lo estan igual que el resto de ciudadanos. Ahora bien, teniendo igualdad de derechos y deberes que el resto, el nacionalismo catalán pide un privilegio especial, el de decidir al margen de lo que piense, sienta, o razone el resto de ciudadanos con los que él está unido en pie de igualdad. Porque no estamos, como en época de Lenin, en un Imperio zarista medieval donde por el mero hecho de ser calmuco o georgiano no podía acceder a ciertos cargos burocráticos, o no tenías tales o cuales derechos. Tampoco el caso catalán es el caso de las colonias africanas donde los subditos de dichas colonias no tenían ni de lejos los derechos ni los recursos económicos que la metrópolis. Cataluña es, plenamente, parte integrante de España y con España debe decidir y no al margen.
Un cordial saludo y gracias por postear!
En cuanto a si Cataluña ha sido o no una nación… De verdad, este debate ya cansa. Claro que ha sido nación. El problema es que nadie enseña en España, fuera del territorio catalano hablante la historia de lo que pasaba en Catalunya antes de que se uniera la corona Catalunya y la de Aragón, y mucho menos importáncia le dan a lo ocurrido entre esa union y la posterior de este reino con el de Castilla. Quien quiera investigar este asunto professionalmente tiene bástos documentos que puede consultar él mismo; ¿Dónde? perdón por la ironía: en las Bibliotecas. Prefiero no opinar sobre el porqué los alumnos catalanes si sabemos tanto la história de España como la de nuestra comunidad autónoma pero los alumnos españoles sólo conocen la história de España y no también la de las regiones que componen su estado…
si queréis aprender algo os cito el siguiente texto oficial:
«Bajo los reyes de la casa condal se redactó el Llibre del consolat de mar y se crearon compañías marinas catalanoaragonesas, que permitieron la conquista de los ducados de Atenas y Neopatria en 1380. La casa de Barcelona se extinguió con la muerte de Martín el Humano, en 1410, y pasó el cetro a la dinastía Trastámara en la persona de Fernando. Su matrimonio con la reina Isabel dio como resultado la unión de los reinos de Aragón y Castilla.
La derrota de 1714. Después de los Reyes Católicos, la dinastía de los Austrias mantuvo una relación compleja con el Principado. Aunque se respetaron instituciones propias, las diferencias con la corona eran graves debido a los recursos reclamados por los monarcas para sus empresas militares. Las desavenencias tuvieron su máxima expresión en 1640, en el marco de la guerra europea de los Treinta Años, cuando la guerra de los Segadores enfrentó a franceses y castellanos en tierra catalana. La conflagración acabó con la paz de los Pirineos, por la que El Rosellón y parte de La Cerdaña pasaban a ser franceses y se separaban de Cataluña.»
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P.D: Recomiendo que consulteis la fuente i os leaís toda la información: http://www.gencat.cat/catalunya/cas/coneixer-historia.htm
Ante todo, primero quisiera disculparme por el carácter subjetivo que denota mi comentario anterior; me ha sido inevitable que surgiera un poco de ese sentimiento que comenta el amigo Santiago Armesilla. Este setnimiento ha sido fruto del contenido de la crónica. Una crónica no es una arma de comparación amigo Muniente, nunca sabes a quién puedes ofender.
Dicho esto, quisiera responder:
Contitución Española
Art. 1
España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.
Art. 6
Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.
Art. 23
Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal.
Asimismo, tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos, con los requisitos que señalen las leyes.
-En esto estamos todos de acuerdo. Seria de ignorantes no citar también el art. 8 :
Art. 8
Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
La ley orgánica regulará las bases de la organización militar conforme a los principios de la presente Constitución.
-Bien, pues aquí empiezan las preguntas. La Constitución ha sido el proyecto democrático en España desde hace 30 años. Toda una generación. El resultado no ha sido positivo. El país se agrieta por todos lados por no haberse asegurado esa pluralidad de las comunidades que firmaron la Constitución. Es un problema? En absoluto. El Govern siempre ha sido partidario al diálogo y al cumplimiento legal de la Constitución. Igual que las demás comunidades. Hasta ahora. Ahora se ha abierto un frente político que el contexto social (la represión) de hace 30 anyos no contemplaba ni imaginaba. Amigos, el tiempo pasa y la sociedad cambia. ¿Qué no es democrático que una comunidad pueda decidir, por medio de los organismos políticos que les representan y que han elegido en sufragio universal, que rumbo tomar a partir de ahora? ¿No es eso básicamente lo que prologan los artículos constitucionales citados? Hablemos señores, debemos debatir. y estudiar este punto. Un referendum no es anticonstitucional segun des de el punto de vista de los primeros y más importantes artículos de la Constitución. Aunque si el referendum es por la secesión y la independencia de una Comunidad Autonoma esto, es evidente, choca directamente con, por ejemplo, el articulo 8 tambien citado.
¿Entonces qué? ¿En qué quedamos? ¿Somos democráticos para unas cosas y para otras no? Es evidente que los partidos independentistas, elegidos por el pueblo, van a tener una gran releváncia en el Parlament la próxima legislatura; porque así lo desea su pueblo. Hay grupos políticos en contra de esta línia de ruta, perfecto. veamos sus resultados en las próximas eleciones (25N)
En fin. Hasta ahora he comentado el panorama de lo que eta pasando en Cataluña lo más objetivamente que he sabido.
Dejadme ahora reflejar mi opinión, una vaga opinión que representaré con mi voto en las próximas elecciones: una solución seria que se adaptara la constitución a nuestros días no a los de hace una generación. ¿Que hay de malo en ello? Responderme con argumentos, por favor, solo quiero entender, seguir aprendiendo.
Y ya que hablamos de sentimientos, ¿qué pasa con los sentimientos mayoritarios de los españoles, incluidos los españoles de Cataluña, que sienten a Cataluña como parte de España? ¿También hay privilegios en los sentimientos?
Gracias por escribir.
Cataluña es España, y el que diga lo contrario es un criptorreaccionario que niega la soberanía nacional española y el «derecho a decidir» sobre toda España a todos los españoles, primando solo a los censados en municipios catalanes.
Es decir, que ni es un movimiento democrático el nacionalismo catalán (va contra la democracia española), ni es de izquierdas (defiende privilegios por nacimiento, es neofeudalismo).
La crónica de Raúl Muniente es certera.
Gracias por escribir.
Sólo un matiz, Cataluña nunca ha existido como pais. Catalunya formaba parte de la Corona de Aragón cuando se formó la actual España. Así que no hables de conquista por parte de España porque Cataluña nunca ha sido conquistada. por lo menos no por los paises actuales (fue conquistada por Romanos, àrabes, etc…).
Entiendo perfectamente que haya personas como tú que tengan un sentimiento de hacer de Cataluña un pais, y lo respeto. Sólo que no me gusta que para justificar ese sentimiento se mienta sobre la historia, porque entre otras cosas, no es necesario para que obtenga la independencia, si se cumplen los requisitos legales previstos para esto.
¿»Cataluña conquistada a sangre y cuchillo»? Primera noticia.
Perdón, pero cada vez queda más claro que ni entendéis ni os interesa entender la causa catalana a todo este asunto. Con artículos como este no haces más que darnos aún más crédito a los que apostamos por na democracia real y justa ante el panorama internacional. Yo soy catalán, no tengo absolutamente nada en contra de los españolistas, es más tengo familiares y amigos españoles que como yo cada día tienen que reinventarse para ganarse el pan en un país lleno de políticos corruptos e disidentes en un país con una democracia irreal y aquí en cat también hay. Lo que esta pasando es inevitable amigo. Ya basta! Se acabó! bye bye Spain, o como quieras oirlo. Cómo, explicame cómo, en los tiempos que vivimos te puedes atrever a comparar lo ocurrido El día de la Diada con los mítines del III Reich?? No te rías de la Democracia amigo, de verdad, al final os va a salir muy caro tanto desprecio hacia los catalanes, y requerda algo importante: Catalunya no es España, Catalunya ES DE ESPANYA, conquistada a sangre y cuchillo y así como conquistadores os seguiis comportando. Pero la Democracia hablará, ya lo creo que lo hará, hasta entonces, estudia un poco más allá del Cid y abre tu mente a un mundo de entendimiento y respeto.