La Reforma Laboral

Ministro de Economía de España, De Guindos: «Mañana vamos a aprobar la reforma laboral y va a ser extremadamente agresiva (…) se reducirá la indemnización por despido (…) y se flexibilizará la negociación colectiva. Es una verdadera modificación»; respuesta del comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn: «Eso sería estupendo. Muy bien».

España se encuentra dentro de un orden internacional concreto o una Pax. Concretamente, la Pax de los vencedores de la Guerra Fría frente al imperio generador soviético (el comunismo). Estos imperios vencedores (USA y el IV Reich –Alemania-) son, al contrario que el vencido, depredadores. Esto es, ponen a su servicio (depredando sus recursos) a los Estados que hegemonizan.

Pues bien, en este orden o Pax concreta a España le toca ser depredada por estas potencias. Es decir, la economía política española (nuestra capa basal) debe funcionar de tal manera que favorezca los intereses (ponerse al servicio) de, por ejemplo, Alemania. Esto nos ha llevado en los últimos treinta años a la destrucción de nuestras fuerzas productivas, como ha sido el desmantelamiento de nuestra industria nacional o de nuestro campo, así como una reforma laboral tras otra cada vez más abaratadora y descualificadora de nuestra fuerza de trabajo. Reformas laborales aprobadas por el PSOE, como la anterior a esta (de la cual la actual es una continuación/profundización a lo bestia) que ya provocó la, hasta ahora, última huelga general.

Todo un ejemplo de la conjugada dialéctica de clases y Estados, a la que España está sometida de una manera cada vez más evidente, para mayor gloria de ciertas clases de oligarquías nacionales y poliarquías autonómicas, políticas y económicas vende y rompepatrias, totalmente colaboracionistas con la situación de coloniaje a la que estamos siendo sometidos y que han sentido y aún sentirán más en sus carnes los trabajadores españoles. En este contexto geopolítico (en esta dialéctica de clases y Estados) postsoviético es en el que hay que encuadrar la reforma laboral aprobada como Decreto-Ley por el PP y que ahora mismo se encuentra en el Congreso para ser revalidada.

En esta reforma podemos ver concentrado todo el cambio de prisma que las élites de las instituciones europeas y neoliberales de todo pelaje han pegado, si lo comparamos con aquellos balbuceos y lágrimas de cocodrilo que tenían al comienzo de la crisis, allá por el 2007, cuando no titubearon en nacionalizar bancos o grandes compañías automovilísticas (como fue el caso de las dos naciones políticas emblemas del liberalismo, USA y Gran Bretaña). Y, dándose todos ellos fuertes golpes en el pecho, no dudaban en gritar a los cuatro vientos, con el “pequeño Napoleón” Sarkozy a la cabeza, “moralicemos y refundemos el capitalismo”. Incluso, tuvimos que asistir aquí en España a como el ex-presidente de la patronal pedía un paréntesis en la “economía de mercado”. Pero ahora, cinco años después, y sin el miedo a un comunismo que desapareció hace veinte años, vuelven a la cantinela de las “rigideces del mercado laboral” y del “egoísmo del empleado fijo” frente al que ni siquiera tiene empleo o lo tiene inestable. Y cantan y cantan sin parar alabanzas a los “sufridos emprendedores”, agobiados por los vagos y malvados sindicalistas que no permiten que sus empresas salgan a flote.

Esta reforma sale inspirada, por lo tanto, por la metafísica ideología liberal que en buena manera anega al PP, la cual, como todas las ideologías, representa los intereses y su visión del mundo de unas clases o grupos frente a otros. En el caso de la reforma, podemos ver claramente como beneficia de manera particularista a una clase de la sociedad política frente a otra. Y no es la clase de todos los empresarios a quien sobre todo beneficia, sino de sobremanera a cierto tipo de grandes empresas y sectores eminentemente exportadores, ya sean nacionales o extranjeros. Porque la mayoría de las PYMES (pequeñas y medianas empresas) producen para un mercado interno que se va a ver, evidentemente, resentido por la aún mayor merma de demanda efectiva, necesaria para que haya una rotación recurrente de bienes y servicios muy heterogéneos producidos por las fuerzas de producción y ofertados al mercado.

Y vemos a los máximos mandatarios del actual gobierno vendepatrias del PP, empezar con la cantinela de que es necesario trastocar toda la actual legislación laboral para acabar con la temporalidad y la dualidad de nuestro mercado de trabajo. Y, ¿cómo lo quieren conseguir? Pues igualando a la baja las condiciones y salarios de todos los trabajadores (metiendo la inestabilidad y la precariedad a todos) y desigualando aún más a los trabajadores frente a las empresas y los empresarios (comenzando una demolición del derecho laboral que siempre se ha basado en la asimetría entre “empleador” y “empleado”, asimetría favorable al primero).

Por otro lado, esta reforma se hace bajo la presión alemana, que quiere “enclaustrar” definitivamente a la economía política española en un modelo de producción basado en servicios de bajos costes laborales y baja productividad, para cuando (no sabemos ese cuando) se produzca alguna mínima recuperación económica.

La reforma se centra (en un momento en que todas las previsiones –incluyendo las del propio gobierno del PP- marcan recesión para este año y muy débil crecimiento para el que viene, con crecimiento del paro) en facilitar el despido o la “flexibilidad interna” como opciones para utilizar una u otra o indistintamente por las empresas. Para entendernos, en un escenario de como mínimo dos años en que aún continuará la crisis, se abre la veda para que las empresas se libren fácilmente de los trabajadores y/o puedan hacer literalmente lo que crean necesario con ellos. Para ver más claramente esto, vamos a diseccionar la reforma en sus puntos más importantes:

  1. Entrada a la empresa. Aquí brilla sobremanera el ya bautizado como el “contrato Rajoy”. Este “contrato” será válido para empresas de menos de cincuenta trabajadores (la inmensa mayoría de las empresas españolas) y supone una especie de contrato de pruebas, de una prueba que dura un año y que al acabar la misma el trabajador podrá ser despedido sin preaviso y sin indemnización. También se verá acompañada de una bonificación del 50% de la Seguridad Social para las empresas que contraten trabajadores en situación de desempleo cobrando prestación y de un 25% de lo que cobraba en el paro el trabajador, que seguirá cobrando aunque ya esté en activo. Aquí salen rápidamente dos preguntas: ¿De dónde va a salir tanto dinero para las empresas y para el trabajador ex-parado que sigue cobrando una parte de su paro?, ¿Y quién querrá contratar al cada vez mayor número de parados que ya no cobran prestación por desempleo?
  2. Permanencia en la empresa. A nivel de convenios colectivos, se favorece el descuelgue de los convenios de sector que dan cobertura a la mayor parte de las condiciones de trabajo y salariales de los trabajadores españoles, los cuales ponen un suelo mínimo del que no se puede bajar y crean unas reglas mínimas a las que se atienen todas las empresas de un sector determinado (ya sea este convenio sectorial comarcal-local, provincial, autonómico o nacional). Esto se hace para favorecer los acuerdos dentro de las empresas con los convenios de empresa. Pero, excepto en las más grandes empresas, estos convenios no existen, con lo cual, daría lugar a una asimétrica relación individualizada entre el empresario o la empresa y el trabajador. Algo que por otra parte se favorece en la propia reforma laboral, debido a que en la misma, por motivos organizativos, se permite a las empresas o empresarios descolgarse de los convenios, ya sean sectoriales o de empresa.
  3. En cuanto a los salarios, la reforma laboral también deja abierta la posibilidad de que estos sean reducidos en la empresa por criterios de competitividad y productividad de la empresa, independientemente de convenios de empresa o sector firmados. ¿Alguien duda de los ajustes unidireccionales y unilaterales que desde las empresas se van a hacer con las condiciones laborales y salariales, pasándose por el forro, ya no sólo los de facto finiquitados convenios sectoriales, sino los de empresa en aquellas empresas en que se firmen, quedándose el trabajador “desnudo” frente a la empresa? ¿Es que alguien no puede ver que el chantaje y el acoso constante (lo que oficialmente se conoce como “mobbing”) se van a multiplicar con los dilemas en los que van a poner a los trabajadores, si no aceptan todas las condiciones que la nueva legislación permite a los empresarios poner?

  4. Salida de la empresa. Abaratamiento y facilidad del despido con tres posibilidades: despido improcedente con 33 días rebajados de los 45 actuales (con un máximo de 24 mensualidades); objetivo con 20 días si hay tres trimestres consecutivos ya no de pérdidas sino de menos beneficios, incluyendo aquí también al personal laboral e interino de las administraciones públicas (con un máximo de 12 mensualidades) y los expedientes de regulación de empleo (ERE) sin necesidad de control y autorización administrativa. ¿Alguien cree que en una situación de crisis que permanece y permanecerá las empresas, y en este caso también las administraciones públicas, no utilizarán el despido objetivo por menos beneficios o pérdidas en tres trimestres consecutivos?

Ante este ataque brutal a los derechos laborales que parece buscar la creación de condiciones para que a la salida de la crisis tengamos una especie de capitalismo español “manchesteriano” (y para entender qué es esto, es muy recomendable leer el clásico de 1845 de Federico Engels, “La situación de la clase obrera en Inglaterra”), los sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT) han reaccionado preparando manifestaciones y asambleas informativas con la intención de preparar el camino para hacer una huelga general exitosa que presione al gobierno del PP para que retire o corrija la reforma laboral. Estas manifestaciones realizadas poco después de aprobado y publicado el Decreto-Ley, han tenido un gran éxito en las cincuenta y siete ciudades españolas en las que se han realizado. Según cifras sindicales, más de un millón de personas (con 500.000 en Madrid, por ejemplo) han salido a las calles para protestar contra la reforma.

Sin duda, es difícil la papeleta para unos sindicatos acostumbrados a un modelo de negociación “verticalista” o de concertación y no precisamente a la movilización (por lo menos, en los últimos veinte años) y muy acostumbrados a unas subvenciones públicas y a un buen número de liberados para desarrollar sus actividades. Pero lo que no es de recibo es la “Santa Alianza” que izquierdistas indefinidos, (que buscan la “pureza” revolucionaria de un asambleísmo sin fin) y anarcoliberales (que apoyan la negociación individualizada entre “individuos libres” “liberados de organizaciones burocráticas” –léase, patronales o sindicatos-) han establecido objetivamente para intentar demonizar y destruir a los dos grandes sindicatos.

Y si bien es cierto que tanto la nematología o ideología de los dos grandes sindicatos, así como sus propias formas tecnológico-organizativas deben cambiar porque la reforma laboral pepera quiere doblar su columna vertebral, todo esto no es óbice para que desde posiciones racionalistas y materialistas se apoyen potentes instituciones que deben tener personas trabajando a tiempo completo dentro de ellas (lo que en los sindicatos se conoce como “liberados”) y la suficiente financiación (incluyendo subvenciones públicas, como también persiguen y consiguen todo tipo de instituciones, no sólo los sindicatos) para poderse enfrentarse con solvencia a otras instituciones poderosas e influir en las políticas del Estado. Por ello, desde estas posiciones racionalistas y materialistas en las que se mueve Izquierda Hispánica, apoyamos a los dos grandes sindicatos de España (de una manera crítica, como no puede ser de otra forma) frente a los sectarismos que apoyan a sindicatos minúsculos y anarcoides, o corporativistas o etnonacionalistas (CNT, CSIF, LAB, ELA, CIG, etc…). Y los apoyamos porque son ellos los sindicatos a los cuales votan, mayoritariamente, en las elecciones sindicales, se afilian y acuden cuando tienen algún problema laboral, la mayoría de los trabajadores españoles y es desde ellos donde de una manera efectiva se pueden organizar las movilizaciones y la HUELGA GENERAL (la cual es necesario que tenga un carácter de resistencia nacional, como cada vez se ve más claro en las movilizaciones y huelgas de Grecia) que debe realizarse contra la nefasta y vendepatrias reforma laboral de los patriotas de plastilina (PP).

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20 Respuestas a “La Reforma Laboral”


  • Impresario dice, con mala fe, con falta de lecturas sobre IH, y con probablemente signos claros de hebefrenia, lo siguiente: «Si IH cree que va a conseguir adeptos resucitando al proletariado como clase universal, adelante, que se estrellen, pero solitos».

    IH no quiere recuperar el proletariado universal porque este no existe. Las clases son nacionales, estatales, y si acaso, defenderíamos a los trabajadores hispanos como sujetos que operan, acercando y separando cuerpos en materia productiva, aunque no necesariamente produzcan mercancías (pueden aproximar y separar cuerpos en el sector del transporte o en los servicios, no produciendo valor pero sí consumiendo valor, algo necesario también en la capa basal) en las capas basales de las naciones hispanoamericanas.

    Por lo visto, hay una especie de «campaña» para hacer ver que IH es una «degeneración pseudomarxista-comunista, animalista y vaya usted a saber qué más» del MF. Pues como no nos pueden pillar en ningún artículo que defendamos posiciones comunistas clásicas, algunos como impresario, pregunta o la cara oculta de la química, se dedican a difamar, mentir y calumniar (que algo queda). Nuestra fortaleza y perseverancia en el ser muestra que no sostenemos esas ideas caducas y que no estamos equivocados. Y nuestra independencia económica muestra también que no debemos favores.

    Saludos a todos.

  • Los empresarios no producen ninguna riqueza, en todo caso las empresas, que son instituciones donde los trabajadores son parte sin la cual la riqueza no se produce. ¿O brota la riqueza de las mientes sublimes de los empresarios? El valor se procede del trabajo socialmente necesario, institucionalizado en empresas. Como no somos anarquistas, no estamos contra las empresas. Es absurdos. Empresas existían en la URSS y existirá siempre en cualquier socialismo que realmente exista. También directivos y jerarquía. Pero la riqueza la producen, insisto, las empresas como instituciones es decir, como conjunto de trabajadores y directivos inscritos en el marco de un contexto material determinado: el Estado.

    Empresas que, a día de hoy, buscan el máximo beneficio, no la producción de riqueza nacional. De hecho, las empresas españolas, más que producir riqueza lo que han hecho es producir endeudamiento crónico al buscar el máximo beneficio y nunca el aumento de la riqueza nacional. Imprisario resucita el mito del empresario «schumpenteriano», ese que invertía y creaba riqueza nacional. Pues bien, ese empresario hace ya mucho que no existe. Desde luego, no desde la caída de la URSS.

    Ya nos dirá imprisario qué riqueza esperan los españolitos tener con sueldos miserables de seiscientos euros o de cuatrocientos como está la media en Iberoamérica. En todo caso, incluso si produjeran riqueza pero esa no se distribuyera estaríamos en el clásico capitalismo calvinista depredador. En otras palabras, no sólo hay que producir riqueza sino ver qué se hace con ella. Y está por ver que los empresarios no vayan, como ya se está haciendo, a invertirlo en la especulación improductiva con el fin de sacar beneficios pero no reinvertirlo en la nación. De hecho, es lo que de modo efectivo ya están haciendo los empresarios. Ese empresario que nos pinta imprisario indignado no existe ya. Al igual que el proletariado con alpargatas y casco, pasó a la historia. Existe otro tipo de proletarios y otros tipos de empresarios.

    Salud y gracias por participar. Y seguiremos viendo Teatro Crítico porque sus programas suelen ser magníficos. La prueba es que siempre obligan a definirse.

  • Dice Imprisario: «En esas condiciones no es cierto que esta reforma laboral desproteja a los trabajadores. Protege algunas empresas para que pare la sangría de quiebras y A MEDIO PLAZO, pueda volver a crearse riqueza», cayendo en una contradicción flagrante, porque si protege a las empresas facilitando que despidan, no protege a los trabajadores. Ademas ese «A MEDIO PLAZO» que no sabemos exactamente cuando será, lo que traera (si es que se da) es una economía política española sentenciada en el sentido que expone Agustín (con lo que se benficia a una clase empresarial de servicios de bajo coste laboral y bajo valor añadido o de ladrillazos varios, y a terceros estados, en fin lo que llevamos en los últimos treinta años).
    Por cierto eso de que: «Si IH cree que va a conseguir adeptos resucitando al proletariado como clase universal, adelante, que se estrellen, pero solitos.» te lo respomdo con lo que dice el artículo sobre la vuelta de la lucha de clases del camarada Esquinas: » Pero nada se nos dará si no lo conseguimos nosotros mismos. Y este “nosotros” no es otro que aquel que habla en español: Iberoamérica y sus trabajadores, plataforma real desde la que oponernos a la Unión (germano) Europea y a los Estados Unidos. Porque dialéctica de clases y dialéctica de Estados son inseparables.»

  • En IH no somos comunistas y en nuestra página y escritos verás críticas al respecto. En IH hay estudiantes, funcionarios, parados y asalariados. No negamos que el valor y la riqueza se crean en la empresa, en sentido amplio, en el proceso productivo, pero no comulgamos con el mito del empresario-héroe que crea valor con su sola iniciativa, valor, creatividad y demás ideología destinada a encubrir la realidad: la actividad se da en el seno de un estado y bajo unas condiciones sociales específicas en las que no sólo cuenta la iniciativa del «emprendedor» y los obstáculos «intervencionistas» que encuentra por todas partes. Esta reforma supone dar por bueno el proceso de desindustrialización de estos años y asumir de forma acrítica que en la división internacional del trabajo a España sólo le queda competir por salarios y empleos devaluados frente a terceros y frente a una clase empresarial interna que admite esa situación. Por eso se critica fundamentalmente. Gracias de todos modos por tus comentarios.

  • Es una pena que IH se muestre tan virulenta en este asunto y con los de Teatro Crítico. Parece que los miembros de IH, algunos viviendo de sindicatos, otros de sus papás y otros del Papá Estado, no quieren admitir lo obvio: la riqueza la crean las empresas. Hasta que los sindicatos no tomen las fábricas o el Estado recupere su capacidad empresarial, eso es así. En esas condiciones no es cierto que esta reforma laboral desproteja a los trabajadores. Protege algunas empresas para que pare la sangría de quiebras y A MEDIO PLAZO, pueda volver a crearse riqueza. Las empresas también quiebran por falta de crédito e impagos, sobre todo de la administración. Esto también debería atacarlo el PP. Si IH cree que va a conseguir adeptos resucitando al proletariado como clase universal, adelante, que se estrellen, pero solitos. Un empresario indignado

  • Javier, si la mayoría de autónomos en España no tienen asalariados, será porque quieren evitarse la quiebra cuando tengan que despedirlos. Eso no constituye ninguna refutación de lo afirmado por mí. Pero así las PYMES no pueden ayudar a recuperar el empleo, y las PYMES son una franja muy grande de la economía nacional. La falta de crédito es otra cuestión distinta a lo que aquí se está tratando. Pero claro, es muy fácil decir que se implantarán aquí los minijobs, cuando finalmente no se han implantado, y culpar de todo al malvado empresario que si no contrata más es porque no puede hacerlo y si no paga más es simple y llanamente porque no puede hacerlo. A nadie le gustaría más que al gobierno del PP que subieran los salarios: aumentaría el consumo y la crisis empezaría a remitir. Pero a día de hoy no se puede.

    Que el mercado laboral español sea tan rígido seguramente tenga relación con los cinco millones de trabajadores que no pueden trabajar, porque ni siquiera encuentran un trabajo de sueldo mísero. Aunque eso de la flexibilidad es concepto complejo: uno de los problemas del mercado laboral español no es la formación tantas veces anunciada, sino que esa formación de los trabajadores no es adecuada para los perfiles laborales que se requieren. Y los cursos de formación de sindicatos y patronal tampoco ayudan a que la situación mejore.

  • Sigo estando de acuerdo con las críticas al program de Teatro Crítico de Armesilla.

  • No se puede contraponer «amar» a «odiar» ni a «comprender». Amar es la mejor conexión posible, mientras que odiar es la peor; pero hay conexión. Algo similar ocurriría con comprender, pues para comprender hay que conocer. Ambos podrían contraponerse al «miedo»; en el que no hay ningún tipo de conexión, ni comprensión, ni conocimiento. Perdón por el offtopicazo.

  • Por cierto estoy totalmente de acuerdo con las críticas de Santiago Santiago Armesilla al pesimo programa de Teatro Crítico sobre la reforma laboral y los sindicatos, por todas las razones expuestas por Santiago.

  • En cuanto a la existencia o no de la clase trabajadora pongo estas citas de comentarios puestos por Esquina en un debate también con Pregunta.
    «Trabajador es aquel que vende su fuerza de trabajo en el mercado. Los empresarios no son trabajadores porque ellos no tienen que validar su fuerza de trabajo en el mercado sino las mercancías que poseen en propiedad. El capitalista mercadea pero no trabaja. Sin embargo, los directores y empleados intermedios sí que pueden ser considerados como trabajadores pues su actividad se valida en el mercado.
    La actividad de un capitalista consiste en mercadear, es decir, intercambiar mercancias pero él mismo -su actividad-no es mercancía. Esta definición es ontológica, no formal. Evidentemente algunos empresarios tienen un sueldo nominal pero es una ficción jurídico-económica de las que tanto abundan en el derecho.
    Sobreentiendo además que queda claro que al decir en estos términos que el empresario no es un trabajador no quiero decir que sea inactivo, que no haga nada o que no se esfuerce. Significa que su actividad no se confunde con otra y es por lo que el capital y el trabajo pueden distinguirse, cosa que claramente -por cierto- hace la Doctrina Social de la Iglesia (lo digo para que se vea que no es cosa sólo del marxismo).» y » El trabajador asalariado vende su fuerza de trabajo a cambio de una cantidad de dinero, este es el salario. Pero el empresario vende el producto (bienes o servicios) producidos en su empresa. En el caso de las PYMES, el empresario es a la vez trabajador, pero no asalariado en el sentido siguiente: el pequeño empresario vende su trabajo -no su fuerza de trabajo- en el mercado. Esto quiere decir que vende el resultado directo de su trabajo. La diferencia, para entendernos, es la siguiente: en una panadería, el dueño de la panadería es propietario no ya del local -que puede ser alquilado- sino dueño del pan que se produce en la panadería. Pero el chico o la chica que tenga de dependiente no es dueño de ese pan sino de su fuerza de trabajo, es decir, de su capacidad para atender como dependiente y tiene que competir en el mercado no con otros productores de pan sino con otros chicos o chicas que puede hacer lo mismo o por menos dinero o mejor.
    En este caso, podríamos distinguir -y en esto llevas buena parte de razón- entre el pequeño y mediano empresario que es a su vez trabajador (pero no asalariado) y el trabajador asalariado -que es lo que tradicionalmente se denomina ‘proletariado’-. Recalco que cuando hablo de salario no significa que el panadero se imponga un dinero al mes o que, dado que la empresa se “objetiva” legalmente al ser considerada una persona jurídica, el dueño aparezca a su vez como “asalariado”. Pero esto es una ficción jurídica en este tipo de empresas pues aunque nominalmente reciba un salario, ese salario no es tal, sino parte de la ganancia de su empresa.»

  • Unas cuantas aclaraciones a Pregunta. La mayoría de los autonomos en España no tienen asalariados, por lo tanto no se han visto obligados a cerrar porque despedir sea caro y dificil, sino por la falta de credito y consumo. Lo mismo vale para la empresas que contratan menos de cinco trabajadores, a las que por cierto les viene bien los convenios de sector porque estos marcan unas reglas MÍNIMAS para todas las empresas de ese sector (reglas del juego claras para todos por igual) y no te cuento para sus trabajadores que sin estos convenios, que marcan unos MÍNIMOS (que la reforma laboral pepera-merkeliana convierte en papel mojado), van a cobrar el salario mínimo en horarios sin fin (y encima dando las gracias para que nos les despidan por cuatro perras mal contadas).
    Y se me ocurre una pregunta, si es tan «rigido» el mercado laboral español ¿por que tenemos ya cinco millones y medio de parados y subiendo, y más de un tercio de la fuerza de trabajo asalariada en condiciones precarias, y somos de las primeras naciones en Europa en siniestralidad laboral?.

  • Estoy completamente de acuerdo con el análisis de Armesilla. Todo lo que sale últimamente de la Fundación Gustavo Bueno siempre va en la misma dirección;siempre. A mí me pareció alucinante que en las jornadas de «La economía política ante la crisis» http://fgbueno.es/act/act031.htm al «espiritualismo» de Joaquín Arriola le caían palos por todas partes( especialmente duro GBsnr.), mientras que el espiritualismo -coño, eso sí que era espiritualismo- de Juan Ramón Rallo casi se iba de rositas.
    Tengo que ser sincero y decir que el vídeo de Teatro Crítico me indignó. Aquello, más que filosofía, eran un conjunto den filosofemas para envolver la ideología de un partido político. La primera media hora de programa perfectamente podría ser recogida en cualquier vídeo electoral del PP en la próxima campaña a la presidencia del Principado (es que la cosa canta la Traviata pero de lejos), en la que se justificaría lo inevitable de la Reforma laboral que va a llevar a cotas de paro en Asturias de 100.000 desempleados en un población que apenas rebasa el millón.Lo peor de todo no es tanto la crítica a los sindicatos que hacen -podría estar de acuerdo en varios argumnetos-, sino el análisis «¿metamérico?» que hace GBjr de la RL, ignorando (es cierto que puede que en el día de grabación del programa la noticia no fuese conocida)el efecto que esta RL podría tener en los trabajadores del campo español tras las últimas medidas tomadas por la UE y que tan brillantemente se analizan en esta página /2012/agricultura-en-peligro/ Es asombroso que GBjr diga que la RL será positiva a «medio plazo», debe tener una bola mágica que predice el «medio plazo». Porque lo que sabemos todos es que a «corto plazo» esta RL va a suponer más desempleo,y, como cabe suponer lógicamente, RL como esta nuestra se aplicarán, mejor dicho, ya se aplican en el resto de los países del sur de Europa, los beneficios de una supuesta mayor productividad por la bajada de salarios no se verán recompensados por la afluencia de capitales para invertir en esta región (país ya no lo somos) porque en el resto de la zona el capital encuentra las mismas condiciones.¿ Y por qué unos filósofos que hacen un programa en la red que ven cuatro amigos se van a mojar hasta el punto de contradecir sus principios? Pues por la misma razón que GBsnr llamó a Gabino de Lorenzo (prototipo de la derecha rancia donde los haya http://www.youtube.com/watch?v=zyndKLz0cO4 )Lorenzo de Médicis o en las jornadas que arriba recordaba cuando firmó un libro al edil con aquello de: el mejor rey el alcalde. Y es que las fundaciones no se financian del aire ni sus instalaciones y equipamientos brotan del suelo. Puro materialismo.

  • Por lo que se dijo en Teatro Crítico, nadie cuestionó la existencia de sindicatos, sino su carácter revolucionario y su presunta defensa de los derechos de los trabajadores. Lo que se desprende de ese programa es que los sindicatos representan a determinados colectivos de trabajadores, no a los trabajadores sin más, y que carece de sentido mantener los convenios colectivos como si las empresas españolas fueran multinacionales, cuando muchas de esas empresas apenas contratan a cinco o menos trabajadores, y son incapaces de asumir despidos con indemnizaciones tan altas. El empresario autónomo deja de ser empresario, al menos desde la óptica de la lucha entre capitalistas y proletarios que caracterizaba la dialéctica de la Historia en el marxismo. Lo cierto es que si los sindicatos no son de clase ya, ni tampoco existe propiamente una clase trabajadora, y las organizaciones sindicales no han ayudado a generar más puestos de trabajo dentro de las sociedades capitalistas, algo que sólo se consigue, oh herejía, fomentando la creación de empresas capitalistas solventes. De ahí que la PSV parezca un ejemplo pertinente de a dónde llegaron los sindicatos en España. Otra cuestión es la excesiva ironía de algunos de los contertulios respecto a los sindicatos, pero me parece que vale más comprender que amar u odiar.

  • Por otra parte, la equiparación entre liberales, peperos y 15M es respecto al ataque a los sindicatos mayoritarios. Sin negar sus oscuridades, si uno lee Libertad Digital, Libre Mercado (filial rallista de LD), ve ataques furibundos a los sindicatos que parecen los propios de los empresarios burgueses citados en los informes de inspección de fábricas británicos que Marx referenció en El Capital. Además, varios «indignados» han increpado a sindicalistas de UGT y CC.OO. a la misma salida de las centrales sindicales, además de organizar marchas «críticas» el otro día 19 en varias ciudades de la nación española. DRY ha censurado comentarios de sindicalistas en su facebook oficial. Y ahí en Teatro Crítico da la impresión de buscar, esperar o querer ver ya un «movimiento obrero puro», sin mácula idealista, y alejado de los sindicatos, al mismo tiempo que se niega que exista la «clase obrera», hablando de «clases de trabajadores» enfrentados mutuamente entre sí (algo que ya Marx había anotado también en El Capital). Por ello, el discurso del último TC tiene tintes liberales pero también de DRY-15M, equiparándose y basculando entre el izquierdismo y el peperismo (no se a qué viene esa referencia a la PSV, salvo como dato a tener en cuenta para seguir atacando a las únicas instituciones con fuerza para tratar de parar una reforma laboral ciertamente perniciosa para los trabajadores españoles, los cuales existen, pues son los sujetos que operan en la capa basal de España, creando valor o consumiendo valor, pero permitiendo mediante el trabajo institucionalizado, la recurrencia de nuestro sistema económico).

    Saludos.

  • La calificación de Rosell la hizo en el pasado Informe Semanal, en un reportaje precisamente sobre la reforma laboral.

  • A la cuestión de si existe una «clase obrera» o no, Sharon, agudamente pregunta, «¿entonces, si no existen empresarios y trabajadores, qué existen: empleados y empleadores?». Ante esa pregunta hay un silencio sepulcral y GBS tira balones fuera. Se califica la reforma laboral como «revolucionaria» (¿respecto a qué? ¿a lo que había antes? ¿respecto a lo que criticó Joan Rosell sobre la regulación laboral anterior, a la cual calificó de «franquista»? -ciertamente, los trabajadores españoles tenían más seguridad laboral en el franquismo que en la actualidad-), y se apuesta por ella por la coyuntura internacional (si China está creciendo económicamente como lo hace, es porque los trabajadores chinos lo hacen a destajo, sin ningún tipo de regulación ni derechos como en las naciones occidentales, y a ese embite la UE ha de responder de igual manera; pero eso no conlleva llamar «privilegios» a los convenios laborales).

    ¿Para cuándo un Teatro Crítico sobre las ideologías liberales, neoliberales, de «elites degeneradas autosatisfechas» propias del capitalismo? ¿Por qué siempre se apunta en la misma dirección?

    La utilidad de los sindicatos reside, básicamente, en no permitir abusos laborales que pueden darse si la negociación de contratos y salarios se deja a una relación bilateral y desigual entre «empleados y empleadores». Que los sindicatos son «una basura», pero bien que luego se les pide amparo cuando está en riesgo la situación laboral de muchos. ¿O lo van a luchar los sindicatos amarillos, juridificados como en Estados Unidos de la manera que ya conocemos¿ Un sindicato no es una asesoría, y defender que sean eso es no saber qué es un sindicato realmente, ni cómo se llegan a firmar convenios colectivos, y eso supone una toma de partido: es lo que hay y ya está.

    Y lo de que «la URSS no existe, no se han enterado de nada, que hagan la revolución y se dejen de zarandajas», ya se repite como mantra para explicarlo todo. Los sindicatos son anteriores a la URSS, y la organización sindical y las luchas de clases (que todavía las hay) son muy anteriores a la URSS. Que a veces parece en Teatro Crítico que se asume el fin de la Historia (de la lucha de clases), como si no se entretejiera con la dialéctica de Estados.

    Pero bueno, Botín es una clase de trabajador más, al igual que Bill Gates o que Florentino Pérez. Un análisis muy superficial y alejado de la realidad.

    Saludos.

  • Ya terminaré más tarde el Teatro Crítico enlazado. Esto no impide decir que cada día me convenzo más de que más allá de la «dialéctica de clases o de Estados» hay otra, muy relacionada con la última, claro está, de la que muy pocos suelen decir algo. Se trata de la «Dialéctica de Empresas».

    En la cúspide de la estructura de poder internacional se encuentran en torno a 200 mega-corporaciones. Corporaciones cuyo volumen combinado de ventas es superior al producto nacional bruto de todos los países del mundo a excepción de los nueve mayores. Es decir, un poderío económico equivalente al de más de 180 países. Con ingresos conjuntos antes de cerrar el siglo de 7,1 trillones de dólares, trillón más o menos.Casi el doble del poder económico de las cuatro quintas partes más pobres de la humanidad; cuyos ingresos combinados era de sólo 3,9 trillones. Y a pesar de su fabulosa capacidad, lo que son es grandes destructoras de empleos; en su conjunto, emplean a menos de la tercera parte del uno por ciento de la población mundial. Sin duda, tienen una clara «base nacional»; pero llega un momento que ya no se sabe quién trabaja para quién.

    El 96% de estas grandes firmas tiene su casa matriz en tan sólo ocho países. Y el 85% de todos sus desarrollos tecnológicos se originan dentro de sus fronteras. Sus operaciones serán transnacionales, pero su propiedad y directorio no lo son; revirtiendo sus ganancias a sus casas matrices. El mismísimo embajador de los EEUU, que se supone actúa bajo supervisión directa de su Administración, es el negociador máximo de la Boeing. Lo mismo sucede con Volkswagen, Siemens, Toyota, Sony, Renault… con respecto a los embajadores de Alemania, Japón o Francia. Todos protegen a «sus» empresas. Y aunque habría que saber los beneficiarios últimos de esa protección (sus socios), la matriz está donde está. ¿Quiénes, en su caso, deben protegerlas de eventuales «bancarrotas»…?

    El AMI (Acuerdo Multilateral de Inversiones) incorporaba dos innovaciones alucinantes: en su marco las empresas y los estados se convertían en personas que gozan de un mismo status jurídico; y se eliminaba la reciprocidad entre las partes contratantes: una tiene sólo derechos y la otra sólo obligaciones. Ni los Estados, ni los particulares, tienen derecho a demandar a las corporaciones. A mediados de 1997 una ONG canadiense, el Council of Canadians, obtuvo una copia altamente confidencial del borrador que estaba siendo considerado y lo colocó en Internet. Se paró de momento el asunto… pero las intenciones son muy claras… (por más oscuras que sean…)

    Somos ganado.

  • La cuestión que se plantean en ese programa, a mi entender, es si existe algo así como una clase obrera representada por los sindicatos de clase, y si esos sindicatos tienen alguna utilidad más allá de meras cuestiones jurídicas. Todo ello enfocado en dirección a la nueva reforma laboral española. No sé qué puedan tener que ver los colectivos mencionados abajo como «extraña alianza» con esas cuestiones.

  • Yo ya vi el programa. Sin duda, a mi juicio, el peor Teatro Crítico que he visto. ¿Por qué la crítica del presente siempre va en la misma dirección para algunas personas? Se trata de un programa en el que, sin cuestionar algunas ideas acertadas, la que mejor está es Sharon Calderón. Un programa muy superficial. Reproduzco aquí lo que comenté en facebook respecto al programa:

    «Observo una extraña «alianza» entre liberalismo realmente existente (anarco-liberales), peperos y 15M-DRY contra los sindicatos mayoritarios UGT y CC.OO., los únicos que hay que pueden movilizarse y movilizar frente a la reforma laboral, un ataque directo contra ellos. Y observo que la justificación, para algunos, es que el Estado de bienestar está sustentado sobre la pobreza y la miseria de Estados del Tercer Mundo. Sea. Pero, ¿destrozar convenios colectivos, estatutos de trabajadores, apoyar la negociación directa entre «empleados y empleadores», ayuda en algo a los Estados del llamado Tercer Mundo? ¿Resulta ahora que Libertad Digital, el Partido Popular e, incluso, 15M-DRY, son luchadores infatigables contra la pobreza y el hambre? ¿En qué ayuda la liberalización del mercado laboral español y el ataque frontal a los sindicatos a la lucha contra el hambre y la pobreza en el Mundo? ¿Bajarles el sueldo a las cúpulas sindicales y acabar con los «liberados» ayuda en algo a acabar con las bolsas de pobreza, las favelas y chabolas o el trabajo semiesclavo en el Tercer Mundo? ¿Acaso no echarán de menos todos estos sicofantes y sofistas a los sindicatos, liberados y demás instituciones cuando no tengan instituciones fuertes que puedan luchar por convenios colectivos justos, mejoras salariales, horarios más flexibles y racionales, permisos de maternidad o paternidad, mejoras en la seguridad en el trabajo…? Mucho izquierdismo infantil veo yo en esos ataques, buscando un movimiento obrero «puro y revolucionario» que, como no existe, pues se apuesta por el neoliberalismo porque «no hay otra alternativa». Eso decía Margareth Thatcher. Y el destrozo de los sindicatos en el Reino Unido trajo consigo que el Partido Laborista con Blair fuese (y es) thathceriano, el primer ataque serio en Europa contra la seguridad laboral y social de los «empleados» y, a día de hoy, incluso la posibilidad de secesión de Escocia, problemas sociales con la inmigración islámica y aumento de la delincuencia común. Al final, cuando uno quiere ser tan puro, acaba lleno de heces».

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