El Camino de Santiago frente a Europa

…De qué manera ha llegado a Compostela… Hay quien dice que está enterrado en Toulouse… Dejadlo reposar no vayáis allí, porque igual lo que está enterrado allí es un perro muerto o un caballo… No hay que ir a Santiago, sino a Cristo…» Lutero sobre Santiago.

España, a quien hoy desprecia el vulgo de las Naciones Extranjeras, fue altamente celebrada en otro tiempo por las mismas Naciones Extranjeras en sus mejores plumas” P. Benito Feijoo, Glorias de España, T.C.U.-T. IV, D. XIII-

El nuevo Feijóo “diacrítico”- lo calificamos así porque entendemos que ha debido ponerse la tilde para que no lo confundamos con su homónimo Feijoo, el Padre Benito Feijoo, gesto que le hemos de agradecer- acababa de ser reelegido como presidente del PP de Galicia rozando casi la unanimidad (98,7 de los votos). Esta uniformidad puede extrañar a aquellos que vienen asistiendo a las luchas internas en el PP de Galicia por el poder en el partido, y que amenazó con fracturarlo hace no mucho ante la sucesión de Fraga. El sector de la boina contra el sector del birrete. Sucesos estos que nos trajeron a la memoria la polémica dieciochesca entre los aristocráticos “golillas” o “garnachas” contra la burguesía plebeya “manteísta”. Así en Galicia se ha presentado como farsa el enfrentamiento entre el sector “togado” y aristocrático del “birrete” contra el sector del cacique popular con recursos o de la “boina”. Claro pero comparar a Floridablanca, Campomanes o Mayans con Feijóo, Díaz de Mesa o Romay Becaría, o a Ensenada y Aranda con Baltar I, Baltar II o Cuíña es como comparar a Jordi Pujol con Carlomagno o a Artur Mas con Napoleón.

Y decimos farsa porque en el fondo, pues sin entrar a valorar las posibles diferencias sobre las diferencias de gestión, la “pulcritud democrática” o la eficiencia económica de cada sector del PP gallego, lo que podemos decir es que en el plano ideológico se mueven en el mismo campo. Ahí no se les nota la Universidad ni la aristocracia ni el apego al pueblo o a la tradición a ninguno, defienden lo mismo.

Y esto que defienden es aquello en que arribó Fraga en su evolución política sus más de 60 años de actividad. Aquella que comenzó en una suerte de defensa de España y la Hispanidad, desde posiciones cercanas al falangismo y el nacionalcatolicismo, pero que iría derivando hacia posiciones “tecnócratas” y liberales (vid: “Sociedad, Política y Gobierno en Hispanoamérica” año 1.971) hasta llegar a abrazar el europeísmo regionalista desde fundamentos socialdemócratas y democristianos. Y por ahí fueron todos desde la transición. Fraga aquel hombre del que se dijo que le “cabía el Estado en la cabeza” pero a costa de haberse dejado la Nación fuera. Y creemos que así puede sintetizarse su herencia.

Pues en el mismo plano se encuentra el flamante presidente Feijóo, que no oculta, sino que se proclama siempre el fiel heredero del tardofraguismo, aquel en el que el birrete y la boina se fundirán, no sabemos si en forma de barretina o de gorro frigio. Así lo ha reafirmado en el reciente cabodeaño de su mentor.

Para ver el calado de esta herencia, y de las diferencias con nuestros posicionamientos, vamos a poner algún ejemplo de los paralelismo ideológicos entre Fraga y Feijóo, y como afectan a la interpretación sobre hechos esenciales en la historia de España y de Galicia como parte suya, como lo es a la hora de interpretar qué significa el Camino de Santiago:
Sostiene Fraga: Seminario Sobre el Camino o de Santiago año 19 de febrero de 2007

La influencia del itinerario jacobeo, que se extiende por el mapa europeo desde hace unos 1.200 años, es de tal repercusión —lo fue sobre todo durante la Edad Media y ha logrado volver a serlo en el siglo XX—, que hoy ya casi nadie discute que estamos ante uno de los grandes referentes históricos para el proceso de construcción europea. En este sentido, la aportación histórica del Camino de Santiago y la tradición jacobea al acervo cultural de la Humanidad están, por cierto, reconocidas por las más altas instancias europeas e internacionales.

Está considerado, asimismo, como Primer Itinerario Cultural Europeo por la Asamblea del Parlamento Europeo y por el Consejo de Europa, al ser uno de los primeros elementos de cohesión que contribuyeron a avanzar en el proceso de unidad europea.

Durante el Año Santo de 1993, que precedió a los de 1999 y al último, en 2004, los ministros de Cultura de la Unión Europea aprobaron una declaración en la que manifestaron su apoyo a las iniciativas de revitalización del Camino, señalando, entre otras valoraciones, que esta Ruta «fue durante siglos uno de los pilares de la construcción histórica y de la formación de la identidad cultural europeas».

Aún hoy en cada piedra de la Plaza del Obradoiro resuenan como un reto de esperanza aquel definitivo “¡Europa se tu misma!” de Juan Pablo II.

Se lo debemos en gran medida a la Ruta Jacobea, pero también a las otras muchas cosas que es Galicia, entre ellas que ha sido y es una tierra privilegiada de comunicación entre América Latina y Europa”

Sostiene el fiel discípulo Feijóo en la inauguración de la ‘European Roundtable 2012’.

En la que ha reivindicado el Camino de Santiago, como vía en la que se mezclaron «sajones, lombardos o francos», que retornaron «con una nueva identidad: la de europeos».* (1)

«Ese sentimiento europeo que brota en el marasmo de la posguerra, tiene un antecedente. Lejanos antepasados de aquellos europeos que ponen las bases de la presente Unión, se habían puesto en marcha siglos atrás para peregrinar a Compostela. Como afirma Goethe, ‘Europa se ha construido en el Camino de Santiago'».

Ha destacado la «feliz circunstancia que en este encuentro anual de la Fundación Konrad Adenauer, se den cita uno de los padres de la nueva Europa y la cuna dónde nace el europeísmo». Galicia «proporciona al resto de Europa un cauce para expresar el deseo de unidad que empezaba a latir en los europeos de esa época remota» y que la comunidad «no se conforma con ese destacado papel en el pasado. También quiere tenerlo en el presente y en el futuro».

Sostiene el maestro en una conferencia en la Real Academia de las Ciencias Jurídicas, Políticas y Morales con el título “La Política Regional en Europa” el 31 de enero de 1.989:

Entre los hechos más significativos de la evolución política y organizativa de los países europeos,  está la reaparición de las regiones, como personalidades históricas de primer orden”

En todo caso, la región es una categoría mental, en relación con unos y otros fines (culturales, administrativos, políticos, etc.), lo que introduce una inevitable polisemia.

En España, tras la época de los Planes de Desarrollo (años sesenta y setenta) se ha entrado en una fase en la cual la autonomía ha tomado prioridad sobre la política regional propiamente dicha; cuando en realidad aquélla hace más necesaria aún la segunda.

Paralelamente a los fenómenos económico-sociales indicados, se ha ido formando en toda Europa una creciente conciencia de los ciudadanos, del profundo significado de la pertenencia a una determinada región.

Los fundadores de Europa, el renano K. Adenauer, el lorenés R. Schumann y el sud-tirolés A. de Gasperi, procedían todos de regiones muy caracterizadas y a la vez fronterizas y disputadas; para ellos el problema europeo y el regionalista eran dos caras de la misma moneda 37. Robert Schumann llegó a decir que «la prueba del Mercado Común serán sus repercusiones regionales»

Por toda clase de razones (desigualdades económicas, identidad cultural, fragmentación fronteriza, etc.) el movimiento regionalista es muy fuerte en la Europa de hoy. Y resulta, en relación con el proceso de unidad europea. a la vez complementario y a veces un obstáculo 36.

Lo que hoy Europa acepta y requiere es el derecho a la diferencia y a la autonomía, sin prejuicio de la interdependencia, con participación en estructuras más amplias.

No podemos seguir ignorando la marginación de Galicia y así sucesivamente.

E indica el fiel discípulo, Feijóo:

En Galicia lo estamos haciendo. Entre el declive del proyecto europeo y la superación, no hay términos medios».

De este modo, ha comparado Alemania y Galicia como una muestra de que el «federalismo basado en la «lealtad constitucional» no disgrega, sino que cohesiona a un país diverso y plural que hace gala de su diversidad y su pluralismo». «En consecuencia, un Estado organizado en territorios provistos de autogobierno no es sinónimo de debilidad. Todo lo contrario».

«Ser gallego es nuestra forma de ser plenamente españoles y europeos, compartiendo culturas y haciendo compatibles nuestras dos lenguas en lo que hemos dado en llamar ‘bilingüismo armónico’. No concebimos el autogobierno como un salvoconducto para la irresponsabilidad o el aislamiento».

A este respecto, ha reivindicado la figura del expresidente Manuel Fraga, «además de un admirador de Adenauer», como «defensor de una regionalización de España que se inspiraba en muchos de los rasgos del federalismo alemán» y que abogó por un «galleguismo integrador que acrecentara la unidad del pueblo gallego».

Que sostenemos nosotros, lo primero decir que precisamente que el genial invento de la aparición de la tumba de Santiago se rebelaba contra la idea de Europa de Carlomagno, coronado en Roma en el año 800 como emperador del Sacro Imperio Germánico de Occidente, tras la falsificación del documento de la Donación de Constantino. Es decir, el invento de Santiago se opone al invento de la Donación de Constantino, fuera más o menos sincera o consciente la creencia en estos hechos, lo que es evidente es su importancia política e histórica. Pues fue uno de los pilares de consolidación de la Monarquía Católica hispana frente a Europa y frente al Islam.

¿Cómo se justifica esta interpretación del Camino de Santiago? No lo podemos expresar mejor que lo dicho por Gustavo Bueno en su pregón como hijo adoptivo de Santo Domingo de la Calzada en 2012, así:

Lo diré claramente: la definición del Camino de Santiago como itinerario cultural europeo implica, de un modo u otro, la «degradación» de la condición de peregrino a la condición de turista. Una degradación —o, si se prefiere, una «anegación» de la especie «peregrino» en el genérico accidental «turista»— que se hizo patente en España ya el 24 de julio de 1964, el día en el cual el Ministerio de Información y Turismo —a la sazón inspirado por Manuel Fraga—, con motivo de la celebración del Año Santo Compostelano de 1965, formuló como propuesta turística la «reevaluación del Camino de Santiago», sustituyendo además la denominación tradicional de «Año Santo Compostelano» por la expresión desacralizada y neutra de «Año Jacobeo». Difícilmente podríamos encontrar un ejemplo más directo, basto e ingenuo de cumplimiento de la ley de transformación del Reino de la Gracia en el Reino de la Cultura.

Muerto Franco, y avanzados los trámites para el ingreso de España en la Unión Europea, la ciudad de Santiago recibe en 1982 la Bandera de Europa, «como protagonista continental de la meta europea». En octubre de 1987 el Consejo de Europa hace pública su «filosofía» del Camino de Santiago, que ya no es un camino de peregrinos (aunque a los nuevos ideólogos les gustase citar la frase de Goethe: «Europa nació peregrinando a Europa») sino un itinerario para turistas. Decía el Consejo de Europa: «La dimensión de lo humano en la sociedad, las ideas de libertad y justicia y la confianza en el progreso, son principios que han ido conformando históricamente las diferentes culturas que integran la propia identidad europea. Esta identidad cultural se hace y se hizo posible por la existencia de un espacio europeo cargado de memoria colectiva, y cruzado por caminos”

“ese respeto pragmático es lo que impide o bloquea un entendimiento de otras dimensiones virtuales constitutivas del Camino. Principalmente, la «dimensión hispánica», una dimensión involucrada desde el principio en el Camino de Santiago, desde el Himno de Beato hasta Clavijo o Simancas. Una dimensión implícita en la conexión entre Santiago Matamoros y el Patronazgo de España. Pues al considerar al Camino de Santiago como «itinerario cultural europeo» la figura de España y, por supuesto, la de la Hispanidad, se desdibujan y desaparecen.”

“Un Imperio que, sin embargo, no fue propiamente aniquilado, sino transformado. La Comunidad hispánica no es historia pasada, es un presente constituido por 500 millones de ciudadanos que hablan español, los hijos y los nietos de aquellos a los que Santiago, cabalgando en un caballo blanco, ayudó a liberarse de los sarracenos y de otras culturas extrañas dispuestas a atacarnos en cualquier momento hasta aniquilar nuestras propias reliquias.”

*[1](1) Y que dice Feijoo, el original, al respecto, y del que nunca se acuerda el Feijóo diacrítico:

Son harto raros entre nosotros los que salen de España con el título de visitar Santuarios Extranjeros. Mas los que de otras Naciones vienen a España con este título son tantos, que a veces se pueden contar por enjambres, y abultan en los caminos poco menos que las tropas de Gallegos que van a Castilla a la siega.” “Las observaciones que sobre esta materia hemos hecho, parece que no dejan lugar a la duda. Sábese de algunos Extranjeros, que con el pretexto de ir ó volver de Santiago, se están dando vueltas por España casi toda la vida.”

“En lo demás puedo decir que he notado bastantes ejemplares de Extranjeros que con la capa de devotos Peregrinos son verdaderos tunantes, que de una parte a otra, sin salir de España y sin piedad alguna, se sustentan a cuenta de la piedad ajena.” Aumenta mucho la presunción del gran número que hay de tunantes con capa de Peregrinos, el que los que acá vemos con el pretexto de ir a Santiago, comúnmente dan noticias individuales de otras Santuarios de la Cristiandad, donde dicen que han estado: y visitar tantos Santuarios, para devoción es mucho: para curiosidad y vagamundería, nada sobra.” Pero si la piedad Española, a vuelta de cuarenta o cincuenta votos, sustenta millaradas de tunantes, es bien lamentar el dispendio temporal que en esto padece nuestra Nación” Teatro Crítico Universal, tomo IV, Discurso 5ª “Peregrinaciones sagradas,  y romerías”

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6 Respuestas a “El Camino de Santiago frente a Europa”


  • Lo escribió Juan Pablo Mártir Rizo no Quevedo…me confundío el título: «Defensa de la verdad que escribió D. Francisco de Quevedo Villegas, Cavallero professo de la Orden de Santiago, en favor del Patronado del mismo Apostol único Patron de España, contra los errores que imprimió don Francisco Morovelli de Puebla, natural de Sevilla, contradiziendo este único Patronato» http://fondosdigitales.us.es/fondos/libros/3779/2/defensa-de-la-verdad-que-escrivio-d-francisco-de-quevedo-villegas-cavallero-professo-de-la-orden-de-santiago-en-favor-del-patronado-del-mismo-apostol-unico-patron-de-espana-contra-los-errores-que-imprimio-don-franciso-morovelli-de-puebla-natural-de-sevilla-contradiziendo-este-unico-patronatoc-autor-iuan-pablo-martyr-rizo/

  • Una Idea de Europa que se pone en marcho con el imperio carolingio y germánico, el ideal que siguen Alemania y Francia desde entonces pero esa Europa no encaja con Inglaterra, Rusia o Turquía, naciones que son herederas de otros imperios, por eso España y Portugal no debieran pretender «encajarse» en la Idea de Europa carolingia porque construyeron otros Imperios, el Hispano, que se opuso a las pretensiones europeas, si dejar de estar relacionados con Europa o tratando de ganar peso en el concierto europeo y católico. Lo que sacó a España de Europa fue América. En sentido inverso a Cluny y Cister podemos poner a los dominicos y jesuítas en el orbe católico y europeo como influencia hispana, la reforma tridentina. Y a la larga el Camino de Santiago ha sido una fuerza impulsora de la hispanidad, hay como 600 pueblos y ciudades en Hispanoamérica que cuentan con su toponimia, no hay catedral y casi iglesia en España que no cuente con su simbología…patrón de España, de América de ahí la defensa de él que hace Quevedo cuando tratan de hacer a Santa Teresa de Jesús patrona de España. http://es.wikipedia.org/wiki/Premio_Carlomagno

  • Creo que se puede hablar de Europa desde presupuestos historiográficos. Aunque no la reconozcamos en la actualidad. También se hizo con otros «Imperios virtuales», como el Sacro Imperio Romano Germánico.

  • Nadie niega «las polémicas, la guerras, los intentos de destruirse de las naciones europeas». Símplemente se recalca que el sustrato islámico no pervivió. Sí lo hizo la Iglesia Latina «Europea» (en este sentido) que sustituyó a la Mozárabe poco antes de tomar Toledo en 1080. Y este es sólo un ejemplo. Podríamos hablar del papel del ideal de cruzada, típicamente europeo y en el que la reconquista participó desde el siglo XI en adelante. Podríamos hablar de las órdenes monásticas francas de Cluny y Cister que promocionaron y pusieron realmente en marcha el camino de Santiago… etc.

    La Historia no es plana. Europa es también la historia de la «biocenosis», de la guerra constante. Pero aquella fue una empresa que nació en Europa y a partir de ella evolucionó de forma independiente. Por otra parte, hablar del sustrato Islámico no me parece serio. Si hablamos en serio miremos la evolución histórica de España: un país católico, incluso hoy.

    Preguntas: ¿por qué llamamos a «lo que quedó» del Imperio romano con el nombre de Europa. Por muchas razones. La más evidente es que poco quedaba ya de ese Imperio romano en el siglo VII, por ejemplo, tantas veces sustantivizado, hipostatizado… Poco quedaba de él, porque el propio sustrato germánico lo había transformado en algo irreconocible en gran parte. Por supuesto que hay pervivencias. Pero no importan. La política de Carlomagno es ya la política de un nuevo estado hegemónico en oposición al ideal Bizantino. Estamos en otro momento totalmente distinto.

    ¿Cómo vamos a comparar la colonización y repoblación en la reconquista de los francos con las «pervivencias» islámicas? Ahí hay un componente material innegable. Si quieres no le llamo Europa. Le llamo Imperio Carolingio. Pero es que eso era Europa en aquellos tiempos: el Imperio Carolingio. Ni más ni menos.

    No es antitética la Idea de la «translatio Imperii» de Carlomagno y la reconquista. El Imperio carolingio siempre buscó expandirse. Intentó anexionarse Zaragoza con Abd al Rahman, no pudo. Pero formaba parte de sus planes de expansión política.

  • No es antitéica sino que siguió otro curso, tanto en lo que cooperó como en lo que se enfremtó, con sus influencias recíprocas, pero es que la Hispanidad se hizo frente al Islam y frente a Europa, negar las polémicas, la guerras, los intentos de destruirse de las naciones europeas es negar esa misma historia y diluir lo que significó la Hispanidad ¿O no hay influencias islámicas también?, por que llamar «sustrato europeo» a algo que quedó por transformación del Imperio romano y de la asunción del cristianismo y de la Iglesia Católica como sucesora (¿sustrato romano, católico?…lo de la «solidaridad europea» es de broma ¿verdad?. Venga dejo otro artículo analizando la solidaridad europea: http://enlenguaespanola.blogspot.com.es/2011/12/articulo-de-hector-ortega-sanchez.html

  • La afirmación de que el Camino de Santiago es una idea antitética a la translatio imperii de Carlomagno. La hispanidad pone su simiente en Europa, se forja en el sustrato europeo, con población europea, con solidaridad europea frente al Islam. Está muy bien criticar ciertas actitudes presentes en el lenguaje de nuestros políticos que niegan cualquier aspecto de la hispanidad, pero históricamente esa afirmación es totalmente gratuita.

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