Hacia la séptima generación de izquierda

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Hispánica, una estrella en forma de sieteDesde que, hace cuatro años, nació Izquierda Hispánica (IH) como bitácora creada por cuatro estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, España, la vocación de las webs asociadas a la marca IH siempre pudo calificarse con dos palabras: radical y revolucionaria. Radical en su sentido más literal y filosófico (que va a la raíz de las cosas, sin concesiones y con total vehemencia, combinada con una prudencia política aplicable cuando había que hacerlo) y revolucionaria (no antisistema, no contra un sistema sin definir, sino realizando una crítica total a la pluralidad de sistemas que conforman el Orden Establecido realmente existente).

Sin embargo, la repercusión que la bitácora inicial tuvo ninguno de sus creadores pensó jamás que llegaría a ser la que fue. Más de 100.000 visitantes en menos de un año, llegando a superar ampliamente los 200.000 en los siete meses siguientes, y superando ampliamente las 300.000 en dos años. Demasiado para una bitácora de las características filosóficas, políticas y económico-políticas de IH: materialista, atea esencial total (católica), revolucionaria, socialista, marxista, iberoamericanista y españolista. Pero también antifascista, antirracista, antisecesionista, antineoliberal, anti-islamista, antiespiritualista y antidualista, negando las caducas distinciones izquierda-derecha en sentido burgués (algo que ya hizo Lenin), la distinción Oriente-Occidente, o la distinción capitalismo-socialismo (admitiendo que no hay un enfrentamiento socialista unificado frente al capitalismo, sino que hay varios modelos capitalistas y socialistas enfrentados mutuamente entre sí (capitalismo estadounidense frente a capitalismo de la Unión Europea, capitalismo japonés frente a socialismo chino, socialismo bolivariano frente a socialismo norcoreano, &c.), y que hay modelos de socialismo muy variados, enfrentados incluso entre sí a muerte, por lo que la lucha contra otros modelos socialistas, inevitablemente, debía ser tanto o más radical que contra el capitalismo de mercado pletórico. Esto y otras cosas, colocaban a IH en una situación complicada ideológicamente: por un lado, la autodenominada «izquierda» no entendía como una izquierda revolucionaria podía defender la unidad de España y la Hispanidad o criticar el indigenismo; por otro, la (auto)denominada «derecha» no entendía cómo unos patriotas españoles podían ser de izquierdas, o cómo podían dar la razón a Hugo Chávez en su pretensión de unidad iberoamericana. Esa peculiaridad única fue la que nos hizo crecer como bitácora: tanto simpatizantes como enemigos y adversarios nos visitaban, y dejaban su comentarios. El paso obvio a seguir era tener dominio propio y convertirnos en página web más allá de la bitácora.
Mapamundi hispánico.
 
La repercusión mediática siguió a buen ritmo (incluso el diario liberal El Mundo nos citó en su sección económica). Pero estaba claro que no podíamos conformarnos con eso. En el día de hoy, en que aparecemos como firma en el diario global de la izquierda revolucionaria en lengua española, El Revolucionario (algo que supone para nosotros tanto un honor como una responsabilidad), Izquierda Hispánica deja de ser un proyecto meramente web para convertirse en una activa asociación cuyos objetivos no han cambiado en absoluto desde sus orígenes (si bien nos adaptamos a las características concretas del momento que nos toca vivir). Los pilares fundamentales de Izquierda Hispánica son:
 
a) La adhesión y defensa del Materialismo Filosófico, el sistema filosófico creado por Gustavo Bueno, como la herramienta analítica más poderosa del presente a día de hoy, y la pretensión de extender su uso e influencia en las sociedades políticas de lengua española y portuguesa (y otras, por qué no). Gustavo Bueno es el nuevo Marx, y negarlo o ridiculizarlo supone, a nuestro juicio, una autolimitación por parte de cualquier persona en el camino a la revolución.
 
b) La defensa de la Hispanidad, entendida esta como el conjunto de personas que en el mundo hablan español y portugués. La defensa de la unidad e integridad territorial de todas y cada una de las naciones políticas que hablan estas lenguas (desde España hasta Bolivia, desde Brasil hasta Argentina, desde Timor Oriental hasta México), y la necesidad imperiosa de articular una unidad económica, institucional e, incluso, política, de toda la Hispanidad, en razón de convertirla en un epicentro mundial de la política, la economía y la cultura en todo el planeta, cuya influencia sea decisiva en el caminar del mundo.
 
c) La defensa, articulación y construcción de un modelo social, económico y político alternativo al capitalismo de mercado pletórico y Estado de bienestar del presente, al Islam y al socialismo chino. La Hispanidad debe proponer su propio modelo de socialismo específico, y ello sólo es posible (si quiere tener fuerza, por decirlo de alguna manera, imperial), si ese socialismo se construye partiendo de los conceptos, las premisas y las prudentes y fuertes ideas sostenidas desde el Materialismo Filosófico.
 
Nuestras metas son altas, y el camino es largo, difícil y lleno de obstáculos. Pero ¿de qué sirve una organización revolucionaria si no tiene voluntad de poder? Siendo el Estado el pilar fundamental todavía hoy de toda acción política, sólo Izquierda Hispánica parece postularse como la única defensora, dentro del espectro de las izquierdas postsoviéticas, de la necesidad del control revolucionario del Estado, más allá del nihilismo hedonista que embarga a las izquierdas indefinidas del presente. El cambio cultural en el pueblo, que salga de su caverna y estime necesario el cambio político que nosotros defendemos, es necesario para acometer nuestros proyectos. Desde esta firma, que aparecerá semanalmente en El Revolucionario y en la página web oficial de Izquierda Hispánica (ya POR FIN REMODELADA), IH ofrecerá sus análisis de toda la realidad iberoamericana y mundial, siempre apoyándonos en nuestros irrenunciables tres pilares ideológicos arriba señalados. Por ello, iniciamos una nueva etapa que la historia dirá hasta dónde llega. De momento, la pasión por la revolución hispánica socialista sigue latiendo fuerte en nuestros corazones. Y nunca desaparecerá mientras vivamos nosotros y aquellos que nos sigan en nuestro camino. Les invitamos a unirse en nuestra lucha, que no es la única, pero sí la más sólida y diferenciada. Les saludamos afectuosamente y les invitamos a leer, compartir con otros, reflexionar y debatir nuestros textos.
 
Salud, Revolución, Hispanidad y Socialismo.