Hacia la séptima generación de izquierda

La educación en valores en la ley de educación vigente

Desde que en 1990 la LOGSE expresó la renovada “educación en valores”, en los Colegios e Institutos españoles se consideraron estos valores como elementos “transversales” que todos los profesores debían trasmitir a los alumnos. Quiero incidir en el calificativo de “renovada” para este tipo de “educación” por eliminar la consideración de “nueva”, ya que en la Europa de principios de siglo, y tras las propuestas de Max Scheler, muchos grupos sociales pusieron el acento en el concepto de valor. Los partidos nazis y fascistas, así como la Falange en España, impulsaron el término “valor” para señalar lo que debía mover la acción de los hombres.

Con la ley de 2006, la educación en valores parte de la consideración de una serie de “elementos comunes”. Estos elementos están definidos en la ley de manera que se incluyan siempre en las programaciones de aula y en cada una de las unidades didácticas (LOE. Título I. Capítulo III. Artículo 24.7. Real Decreto 1631/06. Artículo 4.7): “Sin perjuicio de su tratamiento específico en algunas de las materias de la etapa, la comprensión lectora, la expresión oral y escrita, la comunicación audiovisual, las tecnologías de la información y la comunicación y la educación en valores se trabajarán en todas las áreas.”

En todas las Comunidades Autónomas con competencias en educación se han desarrollado estas leyes mediante distintos decretos; a modo de ejemplo, señalo el de Castilla La Mancha (Decreto 85/2008, de 17-06-2008, por el que se establece y ordena el currículo del bachillerato). Allí se expresa que “los centros educativos fomentarán las medidas necesarias para el desarrollo de valores y actitudes que promuevan la convivencia, la igualdad entre las personas y la no discriminación, la salud, el consumo responsable, el desarrollo sostenible, así como el conocimiento, valoración y conservación del patrimonio histórico, artístico, cultural y natural que constituye la identidad de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, integrándolo en el contexto nacional y europeo”.
 
En primer lugar, quiero señalar la ambigüedad en la definición de “valor” que está implícita en el texto del Decreto anterior. Se supone que la “convivencia” o “la igualdad entre las personas” son valores, pero hay que hacer enormes concesiones al redactor pues el concepto de valor implícito es totalmente ambiguo. No es de recibo, en quienes se precian de ser los legisladores, expresar tal obscuridad de ideas. Ellos son los que señalan lo importante que, en asuntos de ética -aunque sería más acertado decir moral-, deben trasmitir los docentes. En “El sentido de la vida” (páginas 43-45), Gustavo Bueno, analiza lo que son los valores a partir de las tesis de Scheler y de Nicolai Hartmann. Señalo las páginas del texto de Bueno. También añado aquí el enlace del documento citado en pdf: (http://www.fgbueno.es/gbm/gb96sv1.htm).
 
En segundo lugar, con este comentario denuncio el uso ideológico que de los actuales “elementos comunes” -como antes de los “trasversales”- lleva a cabo el gobierno de nuestra nación. Los “elementos comunes” incluyen como elementos “estrella” a los valores en relación a los que debe pivotar la educación. “Elementos comunes” es un concepto recién acuñado por los pedagogos dentro de esa tarea que tienen de destruir el universo del discurso, de obscurecer los conceptos, de manipular e ideologizar para transformar a los españoles en hombres libres, pero sólo "para comprar" en el mercado pletórico y así hacer de ellos "consumidores felices" y pacíficos.
 
En “El sentido de la vida” -justo después de lo antes citado, que también está incluido en el enlace anterior-, Bueno advierte de los peligros de la fórmula “educación en valores”, ya que tal fórmula, “cuando va referida globalmente a los valores, no puede menos sino confundirlos a todos, y por tanto equivale a una \'legitimación\' de algunos por el hecho de ser valores. La educación en valores sólo tiene sentido cuando se da por supuesta una tabla de valores determinada.” Pese a la ambigüedad de la definición en el Decreto citado más arriba, la inmensa mayoría de los profesores españoles tienen asumido lo siguiente (voy a señalar sólo dos ejemplos de los muchos que emanan de lo expresado en el Decreto):
 
  • el “valor de ser europeo” o el “valor de ser castellano-manchego”. Si observamos el final de la cita del decreto de Castilla La Mancha vemos cómo se relaciona la “identidad” del “castellano-manchego” con España a la par que con Europa. Ahí están ambos valores implícitos.
  • El “valor de la convivencia”, que promueve una absurda equiparación entre profesores y alumnos.
 
Esto es lo que denuncia Gustavo Bueno en su texto, denuncia que Izquierda Hispánica hace suya, que mediante la educación en valores se están trasmitiendo contenidos ideológicos:
 
  • Contenido ideológico es poner el valor de ser europeo, o el de ser toledano, a la par o por encima del de ser español.
  • Contenido ideológico es defender un diálogo inoperante. En los colegios e Institutos, además de en los hogares españoles se tendría que dar relevancia a la firmeza y a la generosidad, así como al respeto a los mayores, a los profesores –y, cómo no, a sus iguales-, o a los bienes necesarios para la vida, de tal manera que en los centros educativos los profesores no tuvieran que sufrir vejaciones que lleven a la destrucción de la autoridad, no sólo del profesor sino de la Institución. No tendría que darse una “mediación” como principio de solución de “conflictos”.
 
En estos días de agosto de 2010, se espera una nueva transformación legislativa en educación (así lo anunció Ángel Gabilondo a finales del curso pasado). Desde estas páginas queremos denunciar el deterioro ético de la educación española, propiciado por unas leyes de educación que, desde posiciones ideológicas, están fomentando una tabla de valores que la Administración del Presidente Zapatero, como antes la de González, tiene perfectamente clara y la introduce con cada generación a todos los españoles. Lo que más llama la atención es que parece ser grata al Partido Popular, pues en los ocho años del gobierno de Aznar se hizo poco, o nada, para cambiar tal situación.
 

 Salud, Revolución, Hispanidad y Socialismo.