Hacia la séptima generación de izquierda

Educación generadora y Educación depredadora


Los sistemas educativos que imperan en casi toda iberoamérica han sido copiados del "modelo inglés", generalmente, por vía española. Es decir, España los copia y luego se exporta por toda la Hispanidad vendido como el último grito "europeo" y por tanto, más a la vanguardia del supuesto progreso de la humanidad hacia no se sabe muy bien donde.

Resumiendo mucho, podemos decir, que el sistema educativo anglosajón es un modelo depredador en consonancia con su propuesta imperialista depredadora: consiste en dejar a los sujetos inmersos en su propio desconocimiento e impidiéndoseles elevarse por encima de sus propios problemas individuales. La ideología psicopedagógica depredadora  establece que hay que "respetar la diversidad" y que hay que rebajar el nivel educativo para ponerlo en consonancia con el nivel que ya el alumno tiene. Por contra, una pedagogía socialista generadora  busca elevar al alumno insertándolo en las instituciones realmente existentes, ya sea comunicándole saberes efectivos ya sea ayudándole a insertarse en instituciones realmente existentes explicándoles y enseñándoles el funcionamiento real. La pedagogía idealista se inventa un mundo fantástico y sublime donde debiera reinar la paz, la armonía, el buen rollo, la sonrisa y el amor libre. Un mundo donde ya no hay conflictos ni de clases, ni de religiones, ni de instituciones culturales, ni de Estados, ni de nada. En vez de enseñarle a los alumnos qué son las clases sociales, el curso y la esencia de la Religión, comparar y estudiar las diversas instituciones o estudiar la dialéctica de Estados, el psicopedagógo depredador se dedica a "condenar" cual telepredicador protestante a todo lo que considera demasiado ofensivo para que el alumno lo comprenda. No se le enseña a triturar las ideas metafísicas, no se le enseña a combatir, no se le enseña a defender a la Nación política frente a los facciosos que intentan terminar con ella, ni se le enseña a defender sus derechos laborales... todo esto no entra en los esquemas de su "Educación para la ciudadanía" sino que se relega al limbo de los justos pedagógicos a la espera de que algún docente lo rescate.

Desde Izquierda Hispánica abogamos por una pedagogía socialista generadora: el listón debe ser para todos el mismo y todos los alumnos deben llegar al máximo nivel posible. Si a un alumno le cuesta más aprender, entonces no hay que bajar el listón -táctica depredadora clásica para mantener adocenadas a las masas- ni ensalzar al alumno en su propia mediocridad sino poner todos los medios -tanto económicos como pedagógicos- para que el alumno se eleve al nivel que la Nación necesita. Para esto hace falta más disciplina. El psicólogo soviético A. V. Petrovski ya puso de manifiesto en su crítica a la pedagogía burguesa que la táctica de reducir más y más el número de alumnos en las escuelas europeas y norteamericanas iba parejo a la reducción de la disciplina, debido a que  si no hay disciplina es imposible que funcione una clase de cuarenta alumnos. Pero con una disciplina bolchevique, afirmaba A. V. Petrovski, las aulas podían ser de cuarenta o incluso más alumnos ya que esto permitía al profesor y a los compañeros actuar de manera ordenada, respetuosa, eficaz y planificada. Es decir, que la solución no es tanto reducir y aumentar el número de profesores -que puede ser una medida útil en algunos casos- como el de aumentar su autoridad, establecer una disciplina racional, reinstaurar el respeto socialista por el compañero y mandar a paseo la perniciosa influencia de la psicopedagogía idealista que todo lo envenena.

Recordemos que la disciplina, según los escolásticos, no era otra cosa que el sometimiento de la voluntad a una norma de pensamiento o conducta. Es decir, todo lo alejado del liberalismo burgués y del anarquismo pequeñoburgués que tanto ensalzan la libre voluntad y los libres deseos sublimes de los sujetos sin norma alguna que lo limite salvo sus inmensos egos.

Como decía Lenin, la disciplina es la principal arma de los oprimidos. Tenía toda la razón pues el primer axioma de la estrategia militar es buscar destrozar la voluntad de lucha del enemigo. Esto es lo que hace día sí y día también, el actual sistema pedagógico depredador: enseñarles a los alumnos que la mejor forma de mejorar en la vida es no mejorando en nada en nombre de la diversificación, la diversidad o alguna que otra engañifa pedagógica.