Hacia la séptima generación de izquierda
Entrevistas de Izquierda Hispánica: "La Pepa", ex-sindicalista española
"La Pepa", leyendo en un banco en una calle de Madrid, España.
Izquierda Hispánica presenta su serie de entrevistas, tanto a personalidades reconocidas de Iberoamérica como a personas anónimas de nuestra esfera cultural. A todas las preguntaremos las mismas cuestiones, en una especie de cuestionario. Esperamos que disfruten de esta nueva sección. La primera persona en responder a nuestras preguntas es "La Pepa", ex sindicalista española de larga trayectoria.
1.- Haga primero una breve presentación de su currículum o semblanza profesional.
Mi semblanza profesional... Habrá que distinguir entre lo que me hubiera gustado hacer y a lo que al final me he dedicado. Eso se entenderá si de antemano se pone en el contexto de mi nacimiento en el año 1946. He trabajado 25 años en un hotel de gran lujo, donde he aprendido a distinguir entre la imagen pública de grandes personajes y su dimensión privada, humana. He sido 12 años miembro del Comité de Empresa, delegada sindical y, por último, presidenta del comité de empresa de Comisiones Obreras. Y ahí he aprendido que la gente mira a la libertad con un ojo mientras con el otro mira al garbanzo. Y, además, que salvo contados gremios, este país (España) colectivamente vive con la nostalgia del paternalismo de la dictadura. Actualmente estoy jubilada por una incapacidad total permanente. En mi faceta como madre de familia he criado a mi hijo con un principio básico: todos hemos nacido para trabajar y ayudar a los demás.
2.- ¿Qué semejanzas y diferencias encuentra usted entre las izquierdas y las derechas en la actualidad?
Las siglas de los partidos, la única diferencia. En la práctica, todos están sometidos a la mayoría conservadora que gobierna el mundo con sede en el imperio americano.
3.- ¿Cómo valora la situación política de México, España, Honduras, etc...?
Vamos a ver. En principio, España quiere dejar definitivamente la imagen de país tercermundista más próximo a África que a Europa, que le han asignado los que no le han perdonado el pasado imperial de los cuatro siglos donde la hegemonía española era extraordinaria, vaya. Iberoamérica disimula un rencor velado al dominio español y ahora parece que empieza a despertar del yugo del nuevo imperio estadounidense. Veo difícil que se unan porque, en el fondo, todos pretenden sustituir a los que les han dominado para ejercer a su vez dominio en su zona.
4.- ¿Qué opina usted de la herencia española en Iberoamérica?
Pues la herencia española tiene dos partes: una, extraordinaria, y otra vergonzosa. La primera, y más importante a mi juicio, después del idioma y de las enseñanzas que allí se impartieron, es, sin lugar a dudas, el mestizaje. Y en cuanto a la segunda el haber dejado allí una clase política dominante que ha tenido como resultado dictaduras sangrientas de las que hoy todavía se están recuperando.
5.- ¿Qué piensa usted del legado de la Unión Soviética? ¿Cree usted que el modelo soviético de socialismo es el único realmente posible?
Pues el legado más importante de la Unión Soviética fue, sin duda, la victoria sobre los nazis. Y bueno, hay que pensar que estamos en el año 2010. Y que ese modelo era para un contexto de principios del siglo XX. Pero, sin duda, el mundo necesita un referente de ese calibre para contrarrestar a los neoconservadores que se han hecho con el poder en el mundo entero.
6.- ¿Cómo valora el proyecto político panhispánico de Hugo Chávez?
No creo que tenga ese hombre proyecto político. A Hugo Chávez le considero un nativo despechado y rencoroso que le dice a la gente lo que quiere oír, pero que no es capaz de distribuir la riqueza de su país como los venezolanos se merecen.
7.- ¿Qué cree usted que hace fracasar los proyectos izquierdistas en la Unión Europea?
Pues el Estado de bienestar.
8.- ¿Cree que hay algún sustrato común entre los países iberoamericanos que fundamente una potencial Alianza Socialista Iberoamericana?
No. Ni en Suramérica ni en ningún sitio. Todo el mundo presume de ser diferente, y en seguida echa manos de la historia para presumir de sus triunfos. Para unirse, en cualquier sociedad, hay que asimilar colectivamente los fracasos.
9.- ¿Qué balance a nivel político haría de la Revolución Cubana y de la importancia política de Fidel Castro?
La Revolución Cubana es un símbolo para todo el mundo que no hubiera tenido éxito sin la extinta Unión Soviética. Su declive viene unido a la desintegración de la URSS.
10.- ¿Cree usted que el Islam es un movimiento de izquierdas, como apuntan algunas izquierdas, o acaso no es sino otro tipo de fundamentalismo? ¿Cree usted que el Islam o los diversos movimientos islámicos son una amenaza?
Ninguna ideología que sea impuesta, aunque sea sutilmente, es de izquierdas. Los islamistas practican la limosna y, con eso, lavan sus conciencias. Pero la riqueza la sigue teniendo la clase aristocrática y sus clérigos. No creo que sean una amenaza, porque Occidente opone la Razón al fanatismo de los que para dominar imponen el miedo a lo desconocido. El problema del Islam es evitar que los musulmanes se contaminen con Occidente, y de esta manera que hubiera fisuras en su organización por las que entraría el progreso, la libertad y la justicia. Si se mantienen aislados seguirán en la Edad Media. Si deciden dar un paso al frente, salir de su entorno para conquistar el mundo, estarán acabados.
11.- ¿Cree que todo anticapitalismo es igual? ¿qué diferencias relevantes observa entre los movimientos anticapitalistas más destacados? ¿Cree que los movimientos utópicos son contraproducentes?
A ver. Es anticapitalista el Islam. Y ya sabemos que lo practican a tope los que tienen el poder. Son anticapitalistas los que pretenden destrozar todo lo construido sin tener alternativas que tengan el valor suficiente para ocupar el puesto que dejaría vacante, en una hipotética destrucción, el sistema actual. Es anticapitalista la barbarie del todo vale. Pero esa misma barbarie es consumista, no respeta las leyes y está condenada al más absoluto fracaso. Porque para construir cualquier sociedad se necesita tener la mente despejada, tener conocimientos sólidos de la historia y de todo lo que nos rodea. Es anticapitalista una juventud que se compromete a luchar por los derechos a bajarse copias de Internet y a emborracharse desde el jueves hasta el domingo, y a quienes no les importa, además, si tienen un contrato de trabajo que les sumerge en la esclavitud y tienen que vivir en un cuartucho apiñado con otros tantos que intentan supervivir. Son anticapitalistas, pero no son capaces de construir una nueva sociedad, porque lo que menos les interesa es el compromiso, porque el compromiso es sacrificio.
12.- ¿Por qué cree que todos los medios de comunicación españoles se encargan de ridiculizar a las izquierdas hispánicas?
Porque todos están fundados por la derecha española, incluída la socialdemocracia actual.
13.- ¿Cree que el tildar de izquierdas a los movimientos nacionalistas étnicos es correcto o incorrecto?
Es una máscara. Ningún nacionalismo es de izquierdas. Todos son racistas, elitistas y carcas, además de acaparadores de riquezas, de usureros. Y, por supuesto, no están dispuestos a comprometerse con nadie y sí lo están a exigir lo suyo y lo de los demás con el pretexto de que, sin ellos, España es, como si dijéramos, un chiringuito de señoritos y vagos que no funcionarían sin su tutela.
14.- ¿Cree que el capitalismo actual de mercado pletórico –de plétora de mercancías producidas y consumidas- es el final de la historia y el estadio final de felicidad de las naciones del mundo?
Si no hay un contrapoder político que esté bajo el imperio de la ley, el dinero devorará a la humanidad y a todos sus principios, dejando sólo en el horizonte la solución más penosa: la guerra.
15.- ¿Vería con buenos ojos la lucha por la unidad de los hombres y mujeres que hablan español y portugués en una sociedad política socialista? ¿Cree posible y necesaria la unidad de 400 millones de seres humanos, con un pasado y un presente común, en el socialismo, en un futuro aún más común?
Eso se llama utopía. Y la utopía es lo que ha hecho soñar con un mundo mejor a los hombres de bien. Pero recordemos que se llama utopía y no realidad. ¡Ojalá!