Hacia la séptima generación de izquierda

Iberoamérica y el dragón hambriento

La fuerte dependencia de recursos naturales del gigante chino para abastecer de fuentes energéticas a sus empresas y, en particular, sostener el consumo de sus habitantes, principalmente de las ciudades, ha provocado que en los últimos años las inversiones de China para extraer petróleo y otros recursos naturales en Iberoamérica hayan ido en aumento, principalmente gracias al superávit comercial que mantiene con Estados Unidos.
 
El petróleo y los recursos minerales, principalmente, son las fuentes energéticas que China necesita para satisfacer su modelo productivo esencialmente depredador. Sin entrar en consideraciones acerca de la estrategia que ya está llevando a cabo en África, en países como Brasil (más del 50% de las inversiones chinas se efectúan en territorio brasileño), Venezuela, Chile, Colombia, Ecuador, México, Argentina y Perú, la explotación de los valiosos recursos de estos países mediante acuerdos bilaterales es una muestra de la capacidad china para aprovechar la falta de una estrategia común en estos países, así como de una ausencia absoluta de una estrategia a escala nacional donde los intereses comerciales de ciertas oligarquías empresariales y gubernamentales posibilitan que en el largo plazo estas patrias se vayan “vendiendo” al mejor postor, condicionando a largo plazo su desarrollo.
 
La soja, el hierro, el cobre y el petróleo viajan alegremente hacia el destino chino a costes muy bajos, sin importar las consecuencias que en los países de origen puedan ocasionar en la industria y en los ciudadanos. Y al contrario, las inversiones chinas en vías férreas y otras infraestructuras que realmente beneficien a los países iberoamericanos siguen siendo muy bajas.
 
Parece que el futuro de estos países, con unas clases gubernamentales “vendidas”, está condicionado desde la proclamación de sus independencias en el siglo XIX a la marcha de los imperios depredadores de turno. Ahora entra en el club también China.
 
No cabe duda de que los intereses comerciales de China en los países iberoamericanos irán en aumento, pero lo que también irá en aumento, ante la falta de tecnología y de una estrategia clara para salir del agujero económico en el que se encuentran estos países, será la extracción de sus recursos naturales para mayor gloria del dragón chino.
 
Los “vendepatrias”, a través de empresas muy concretas que apoyan con puente de plata las exportaciones chinas de recursos naturales, vuelvan la cara a las grandes desigualdades económicas y sociales de sus propios países, y miran con el rabillo del ojo a las grandes necesidades de distribución energéticas en sus propios territorios. Son incapaces de diseñar una estrategia capitalista que mire, al menos, por el bien de sus naciones.
 
Desde Izquierda Hispánica denunciamos que a no ser que en los próximos años surjan voces iberoamericanas que planten cara a esta situación, la dependencia de Estados Unidos, China, etc., seguirá marcando las pautas de desarrollo de unos países que aunque contienen ingentes y valiosos recursos naturales y una gran fuerza de trabajo siguen gobernados  por grupos que desangran sin ningún miramiento a sus propios hijos.   

 

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