Hacia la séptima generación de izquierda
Garzón: Vidas paralelas
“El mundo (el mundo de la economía, el de la ciencia, el de las costumbres), una vez en marcha, “va por sì mismo”, hasta cierto punto , al margen de sus gobiernos. Pero hasta cierto lìmite. A partir de lìmites determinados, un gobierno simplista, inspirado por Alicia, puede dar lugar a que la nave se encalle o se estrelle contra las otras naves que, en el mundo, navegan en su entorno. Gustavo Bueno, “Zapatero y El Pensamiento Alicia” pg. 357-Ed. Temas de Hoy-.
Estos días estamos asistiendo a multitud de turbulencias políticas, que si son procelosas a nivel mundial, en particular en España son de una magnitud insospechada hace apenas unos pocos años. Quería referirme en esta entrega, muy someramente, a dos de las cuestiones mas señaladas en la actualidad, el giro radical del discurso del Presidente Zapatero y la suspensión del Juez Garzón. Dos personajes imbuidos en una ideología metafísica perfectamente diagnosticada por Gustavo Bueno en sus libros “Zapatero y EL Pensamiento Alicia (octubre 2006)” y en “El Fundamentalismo Democrático (enero 2010)”, así como en numerosos artículos publicados por el mismo Bueno y otros colaboradores en la revista digital El Catoblepas. Respecto a Zapatero se mostraba la cortedad e impostura de las medidas que pretendía impulsar y, que parecía entusiasmar a gran parte de la sociedad española, entonces acomodada, que venia movilizada por la oposición a la guerra de Irak y el Prestige, y que cristalizó en las elecciones del 14M de 2004.
De aquellos polvos estos lodos, y es que el programa desplegado entonces no se parò en miras y tratò de hacer un programa de reformas basados en sus principios humanistas (y con claro espíritu revanchista, por decirlo suavemente, respecto al PP de Aznar): retirada de Irak, negociación con la ETA, europeismo franco-alemàn, Estatutos de Autonomía, Pleno Empleo o la prometida superaciòn en renta per capita a Italia, Francia y Alemania, Ley de Memoria Histórica, Alianza de Civilizaciones, impulso del diálogo como solución a todos los conflictos sociales. Hasta el pasado miércoles un programa que venìa haciendo aguas se hundiò definitivamente, la realidad de la Bolsa pudo màs que la sonrisa pànfila y, es que la Guardia Civil ha vuelto a Irak y se ha incrementado la presencia militar en Afganistán, el Estatuto de autonomía de Cataluña ha provocado una reforma total del sistema autonómico y ha propiciado la pràctica secesión de Cataluña por lo que el TC se encuentra imposibilitado para dar una respuesta de encaje al mismo, la Europa franco-alemana hace y deshace en la economía europea a su antojo, de la renta media española mejor ni hablar…y la revisiòn del franquismo ha encallado en dònde se veìa que iba a encallar. Y es que el Juez Garzòn bajo el Complejo de Jesucristo tratò de juzgar a vivos y a muertos desde su metafísica concepción de la Justicia Universal, y lo mismo que su compañero de viaje Zapatero que no duda en describirlo asì: “jurista de los derechos humanos con vocación universal". La ideologìa metafisica de Garzón, que recordamos ha sido candidato por el PSOE y diputado nacional, ha quedado arruinada por la realidad, tratando de canalizar las justas pretensiones de quien intenta esclarecer la muerte, desaparición o hallar el lugar de enterramiento de sus familiares, tratò de abrir una causa general contra el franquismo, lo que ha chocado con poderes muy “reales” y fàcticos de la democracia coronada procedente del mismo règimen que pretendìa juzgar, y aùn no se sabe que llevò a que se al mismo Fiscal General del Estado Conde-Pumpido fuese el primero en afear al magistrado públicamente y que haya sido el segundo en el escalafòn, el fiscal de la AN Zaragoza, el que en su contestación a la instrucción de Garzòn haya dado todos los argumentos jurídicos que han provocado su encausamiento, y tampoco hay desechar la “casualidad” de que ahora salgan màs causas contra el mismo magistrado una vez perdido el apoyo de la Fiscalìa y de los grupos políticos que venían apoyàndolo. Garzòn bajo su halo universalista llevò al Estado a conflictos internacionales como son las relaciones con Chile, Argentina, EEUU, China, Israel…por ello el PSOE y el PP acordaron suspender las pretensiones universalistas que se atribuía hasta entonces la Audiencia Nacional.
Y ahí tenemos a dos personajes unidos por una ideología tan pobre que han llevado a las instituciones del Estado a asumir posiciones conflictivas por doquier perdiendo energías en resolver estos problemas mientras se obviaban otros conflictos màs graves para la eutaxia nacional. No decimos que sean ellos los ùnicos responsables, ni que muchos de los problemas de España vayan por lìneas mucho màs profundas y complejas, ni que otras instituciones como son el TC o el PP estèn en muchas mejores condiciones de ofrecer soluciones a estos graves problemas nacionales.
Y es que una vez abandonado a Marx como a “un perro muerto” estos grandes ideòlogos no han buscado otras líneas materialistas sino que se han inspirado en el krausimo introducido en España por Sanz del Río, pero quien haya leído a Marx no podrá regresar al armonismo metafísico de Krause, y para muestra el siguiente texto, a modo de ilustrativo, y sin mayores pretensiones, he añadido en cursiva y entre paréntesis las semejanzas con la España de hoy:
“¡Frente a las orgías desvergonzadas de la aristocracia financiera, la lucha del pueblo por los víveres más indispensables!” Carlos Marx
“Después de la revolución de Julio, cuando el banquero liberal Laffitte (Botín) acompañó en triunfo al Hôtel de Ville a su compadre, el duque de Orleáns (ZP), dejó caer estas palabras: «Desde ahora, dominarán los banqueros». Laffitte había traicionado el secreto de la revolución (transición democrática)
La que dominó bajo Luis Felipe (Juan Carlos) no fue la burguesía francesa (franquista) sino una fracción de ella: los banqueros, los reyes de la Bolsa, los reyes de los ferrocarriles, los propietarios de minas de carbón y de hierro y de explotaciones forestales y una parte de la propiedad territorial aliada a ellos: la llamada aristocracia financiera. Ella ocupaba el trono, dictaba leyes en las Cámaras y adjudicaba los cargos públicos, desde los ministerios hasta los estancos.
La que dominó bajo Luis Felipe (Juan Carlos) no fue la burguesía francesa (franquista) sino una fracción de ella: los banqueros, los reyes de la Bolsa, los reyes de los ferrocarriles, los propietarios de minas de carbón y de hierro y de explotaciones forestales y una parte de la propiedad territorial aliada a ellos: la llamada aristocracia financiera. Ella ocupaba el trono, dictaba leyes en las Cámaras y adjudicaba los cargos públicos, desde los ministerios hasta los estancos.
La burguesía industrial propiamente dicha constituía una parte de la oposición oficial, es decir, sólo estaba representada en las Cámaras como una minoría.
La pequeña burguesía (PYMES y autonomos) en todas sus gradaciones, al igual que la clase campesina, había quedado completamente excluida del poder político.
Su penuria financiera colocaba de antemano la monarquía de Julio bajo la dependencia de la alta burguesía, y su dependencia de la alta burguesía convertíase a su vez en fuente inagotable de una creciente penuria financiera. Imposible supeditar la administración del Estado al interés de la producción nacional sin restablecer el equilibrio del presupuesto, el equilibrio entre los gastos y los ingresos del Estado. ¿Y como restablecer este equilibrio sin restringir los gastos públicos, es decir, sin herir intereses que eran otros tantos puntales del sistema dominante y sin someter a una nueva regulación el reparto de impuestos, es decir, sin transferir una parte importante de las cargas públicas a los hombros de la alta burguesía?
A mayor abundamiento, el incremento de la deuda pública interesaba directamente a la fracción burguesa que gobernaba y legislaba a través de las Cámaras. El déficit del Estado era precisamente el verdadero objeto de sus especulaciones y la fuente principal de su enriquecimiento. Cada año, un nuevo déficit. Cada cuatro o cinco años, un nuevo empréstito. Y cada nuevo empréstito brindaba a la aristocracia financiera una nueva ocasión de estafar a un Estado mantenido artificialmente al borde de la bancarrota; éste no tenía más remedio que contratar con los banqueros en las condiciones más desfavorables. Cada nuevo empréstito daba una nueva ocasión para saquear al público que colocaba sus capitales en valores del Estado, mediante operaciones de Bolsa en cuyos secretos estaban iniciados el Gobierno y la mayoría de la Cámara. En general, la inestabilidad del crédito del Estado y la posesión de los secretos de éste daban a los banqueros y a sus asociados en las Cámaras y en el trono la posibilidad de provocar oscilaciones extraordinarias y súbitas en la cotización de los valores del Estado, cuyo resultado tenía que ser siempre, necesariamente, la ruina de una masa de pequeños capitalistas y el enriquecimiento fabulosamente rápido de los grandes especuladores…Las enormes sumas que pasaban así por las manos del Estado daban, además, ocasión para contratos de suministro, que eran otras tantas estafas, para sobornos, malversaciones y granujadas de todo género. La estafa al Estado en gran escala, tal como se practicaba por medio de los empréstitos, se repetía al por menor en las obras públicas. Y lo que ocurría entre la Cámara y el Gobierno se reproducía hasta el infinito en las relaciones entre los múltiples organismos de la Administración y los distintos empresarios.
Al igual que los gastos públicos en general y los empréstitos del Estado, la clase dominante explotaba la construcción de ferrocarriles (AVE). Las Cámaras echaban las cargas principales sobre las espaldas del Estado y aseguraban los frutos de oro a la aristocracia financiera especuladora.
En cambio, las más pequeñas reformas financieras se estrellaban contra la influencia de los banqueros. La monarquía de Julio no era más que una sociedad por acciones para la explotación de la riqueza nacional de Francia (España), cuyos dividendos se repartían entre los ministros, las Cámaras, 240.000 electores (afiliados pol´´iticos) y su séquito. Y la burguesía industrial, había inscrito en su bandera: gouvernement à bon marché, un gobierno barato.
Mientras la aristocracia financiera hacía las leyes, regentaba la administración del Estado, disponía de todos los poderes públicos organizados y dominaba a la opinión pública mediante la situación de hecho y mediante la prensa, se repetía en todas las esferas, desde la corte hasta el café borgne, la misma prostitución, el mismo fraude descarado, el mismo afán por enriquecerse, no mediante la producción, sino mediante el escamoteo de la riqueza ajena ya creada. Y señaladamente en las cumbres de la sociedad burguesa se propagó el desenfreno por la satisfacción de los apetitos más malsanos y desordenados, que a cada paso chocaban con las mismas leyes de la burguesía; desenfreno en el que, por ley natural, va a buscar su satisfacción la riqueza procedente del juego, desenfreno por el que el placer se convierte en crápula y en el que confluyen el dinero, el lodo y la sangre.
La aristocracia financiera, lo mismo en sus métodos de adquisición, que en sus placeres, no es más que el renacimiento del lumpemproletariado en las cumbres de la sociedad burguesa.
Las fracciones no dominantes de la burguesía francesa clamaban: ¡Corrupción! El pueblo gritaba: A bas les grands voleurs! A bas les assassins!. Cuando en 1847, en las tribunas más altas de la sociedad burguesa, se presentaban públicamente los mismos cuadros que por lo general llevan al lumpemproletariado y a los prostíbulos, a los asilos y a los manicomios, ante los jueces, al presidio y al patíbulo. La burguesía industrial veía sus intereses en peligro; la pequeña burguesía estaba moralmente indignada; La Francia de los especuladores de la Bolsa había inscrito en su bandera: Rien pour la gloire! ¡La gloria no da nada! La paix partout et toujours!. ¡La guerra hace bajar la cotización del 3 y del 4 por ciento! Por eso, su política exterior se perdió en una serie de humillaciones del sentimiento nacional francés.
Las fracciones no dominantes de la burguesía francesa clamaban: ¡Corrupción! El pueblo gritaba: A bas les grands voleurs! A bas les assassins!. Cuando en 1847, en las tribunas más altas de la sociedad burguesa, se presentaban públicamente los mismos cuadros que por lo general llevan al lumpemproletariado y a los prostíbulos, a los asilos y a los manicomios, ante los jueces, al presidio y al patíbulo. La burguesía industrial veía sus intereses en peligro; la pequeña burguesía estaba moralmente indignada; La Francia de los especuladores de la Bolsa había inscrito en su bandera: Rien pour la gloire! ¡La gloria no da nada! La paix partout et toujours!. ¡La guerra hace bajar la cotización del 3 y del 4 por ciento! Por eso, su política exterior se perdió en una serie de humillaciones del sentimiento nacional francés.
¡Frente a las orgías desvergonzadas de la aristocracia financiera, la lucha del pueblo por los víveres más indispensables!
LAS LUCHAS DE CLASES EN FRANCIA DE 1848 A 1850 -Karl Marx.
LAS LUCHAS DE CLASES EN FRANCIA DE 1848 A 1850 -Karl Marx.