Hacia la séptima generación de izquierda

El peso de Europa y las soberanías nacionales


Unos días atrás se formó una polémica a raíz de la política de inmigración de Francia por la que se deportó a los gitanos rumanos y búlgaros. La comisaria europea de justicia Viviane Reding acusó a Francia ante la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo de violar la «legislación europea».  Ahora bien, al margen de profundizar más en la polémica sobre si tal decisión es «justa» o «injusta» (y olvidando, por lo tanto, que la oposición entre lo justo y lo injusto se establece propiamente dentro de cada Estado), se pretende advertir que la euroburócrata Reding pide el principio: que Europa existe de hecho.


En efecto, Europa es hoy por hoy sólo un proyecto ad hoc, acompañamiento de lo que fue, en primer lugar, el proyecto nazi (que buscaba la hegemonía alemana sobre una Europa dividida) y, en segundo lugar, el proyecto de la OTAN (el Plan Marshal que pretendía impedir que la Unión Soviética se hiciera con una Europa exhausta por la guerra). Y es además un proyecto imposible porque imposible es que las naciones políticas soberanas que lo integran puedan ceder su soberanía (artículo 60 del proyecto) ya que pueden retirarse en cualquier momento. La Unión Europea no puede ser un Estado, ni unitario ni federal, aunque losparlamentarios y funcionarios euroburócratas se esfuercen en creer lo contrario, porque no tiene fuerza de obligar a cumplir las normas. A lo sumo, tendrá la fuerza resultante del conjunto de fuerzas correspondientes a cada nación asociada. Y por ello ningún Estado poderoso (Francia e Inglaterra son los únicos Estados de Europa que tienen la bomba atómica) estaría dispuesto a someterse al juicio resultante (de un Tribunal de Justicia de la UE, por ejemplo) de ese conjunto de fuerzas, si ese juicio está en desacuerdo con sus propios intereses. Así pues, y pese a la bronca de estos días contra el gobierno de Nicolás Sarkozy, éste seguirá adelante con la política de control de su territorio, poniendo de manifiesto que la Europa de los valores supremos que se nos pretende vender es de papel. Y que es en realidad una Europa dirigida por los intereses de Francia o Alemania o Inglaterra.
 

 Nunca hubo una unidad histórica de Europa diferente a la unidad propia de un campo de batalla. Unidad de donde surgieron las dos guerras mundiales.

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